Cuando llegamos, el chico respiraba.
Yo le había preguntado a Chema mientras nos acercábamos a la carrera si sabía hacer la respiración artificial. Me tranquilizó con un «sí». Llegamos y respiraba. Rápidamente, Chema tomó el mando de la situación. «No lo mováis», le dijo a los otros dos chicos que iban con él en la excursión en bicicleta de montaña. La instrucción llegaba tarde. Paco, que también venía con nosotros, nos contaba luego que él había visto que los niños le tiraban de los brazos para que se levantara. Los gritos de los amigos tardaron en llegar hasta nosotros. Antes, intentaron reanimarlo por sus propios medios. Al ver que no respondía se asustaron mucho.
Parece que había perdido el conocimiento, según relataban sus amigos, pero cuando llegamos nosotros estaba consciente y respiraba. Era un estado de semiconsciencia, movía ligeramente las piernas y se revolvía. Parece que le dolía el hombro. Chema le hacía preguntas para que hablara, pero él apenas articulaba sonidos. Sangraba de forma abundante por la nariz. Chema dictaminó que estuviera de lado para que no se ahogara.
Llamamos inmediatamente al 112 de urgencias, explicamos el lugar en el que estábamos, no muy lejos de la autovía y contamos mientras nos dejaron la situación. «No me han dejado hablar», se quejaba luego Chema. «La médico me ha colgado. Normalmente quieren toda la información que les puedas dar, pero me ha colgado.»
A los diez minutos de espera llegó un coche de la Guardia Civil. «¿Cómo ha sido?», preguntó uno de ellos sólo bajarse del coche. Me sorprendió la pregunta. Se acercaron, miraron al chico herido tumbado en el suelo. «¿Qué edad tiene?», preguntaron. «Quince años», contestó uno de sus amigos.
Se adivinaba un chico fuerte como un roble. Aun desmadejado en el suelo se adivinaba un cuerpazo fuerte y sólido, pero no llevaba casco. La fortaleza del cuerpo no protege la cabeza. Sangraba por la nariz, algo menos, y no parecía una lesión de la nariz. Su amigo, nervioso, estaba preocupado porque se fuera a desangrar.
La Guardia Civil nos comunicó que la ambulancia ya estaba en camino. Que te lo confirme la Guardia Civil da esperanza, te hace sentir que la ambulancia llegará antes, que no se perderá por los caminos, pero la realidad es que la ambulancia continuaba sin llegar. La espera se hace larga y quienes vienen en la ambulancia no tienen culpa de nada. Seguro que hacen lo que pueden. A saber dónde estaban. La espera duele. Llega otro coche de la Guardia Civil. «¿Cómo ha sido?».
Uno de sus dos compañeros de bicicleta se lo explica bien a la Guardia Civil, con todo detalle. No hay muchas dudas de qué podía haber pasado. La cuesta es muy pronunciada, las roderas enormes, y el niño-chico-hombre está aquí en el suelo, cerca de su bici. ¿Son relevantes los detalles? Empiezo a estar molesto. Lo importante es que no llega la ambulancia. Pienso que por qué no van a buscarla para guiarla. Lo sé. Ustedes no tienen la culpa. No tienen la culpa de no saber nada de primeros auxilios, no tienen la culpa de no llevar una camilla rígida en su coche, no tienen la culpa de no llevar collarines para proteger el cuello. No tienen la culpa de que no se les ocurra ir al cruce de la carretera en busca de la ambulancia para orientarla. No tiene formación para pensar cómo solucionar problemas y no se les ocurre ponerse a pensar. Ejecutan principios básicos, indicaciones, pautas. Recetas. Las putas recetas. Sólo tienen dos opciones, preguntar o estar callados. Optan por preguntar ya que han llegado al sitio en el que no pueden hacer nada, porque no saben hacer nada que sirva para ayudar en estos casos. Ni siquiera formamos para pensar a los licenciados en este país, no puedo esperar que piensen ustedes, que tengan iniciativa o que se vayan si no son capaces de ayudar en nada.
Me como la rabia.
El cuarto de nosotros, Alberto, se va a buscar la ambulancia a la carretera y por fin vemos cómo llega nuestro coche, con la ambulancia por detrás. Chema dice que no es una UVI móvil. Menos es nada. Estamos en crisis. Tenemos dos coches de la Guardia Civil y un ambulancia básica, sin médico. Se bajan el conductor de la ambulancia y su acompañante. Rápidamente el conductor le dice a la acompañante «¡Hazle un pulsi!» (O algo parecido). La chica que iba con él, saca una pinza de la maleta, le limpia uno de los dedos de polvo y sangre y le pone la pinza en el dedo. Está bien, tiene pulso. (Eso es lo que me pareció que hacían, pero podía ser otra cosa. No pregunté, no estaba para hacer de periodista en ese momento. Estaba a sus órdenes. Primero a las órdenes de Chema y luego a la orden del conductor de la ambulancia. Chema también se puso a su disposición.)
«Tenemos que esperar a que venga la doctora, antes de tomar ninguna decisión», dice el conductor de la ambulancia. Habíamos llamado por teléfono, habíamos dicho que había un niño inconsciente por un accidente en bicicleta, yo había dicho que pidieran que enviaran un helicóptero si había alguna posibilidad, llegan dos coches de la Guardia Civil y una ambulancia y todavía no llega ningún médico. Llevamos media hora desde que llamamos por teléfono, un niño-joven-hombre, con un futuro infinito y un golpazo en la cabeza está en peligro. Tiene toda una vida por delante para pagar con su trabajo el helicóptero que le tiene que venir a buscar. Todos los helicópteros de España tendrían que estar posándose aquí al lado. No sabemos qué le pasa, pero en este momento sólo quiero que venga el Air Force One, aterrice aquí, y se lleve a este chico al hospital.
Por fin llega un turismo conducido por una enfermera y con la doctora al lado. No es una médico de urgencias. Tal como va vestida está claro que acaba de salir del ambulatorio de diagnosticar una gripe y de extender la receta. El niño todavía no tiene puesto el collarín. El conductor de la ambulancia, un joven experimentado en el oficio, querría tomar decisiones, se nota, pero intuyo que intuye que se le puede caer el pelo. Palpa la espalda del chico antes de que llegue la doctora, (Chema ya la había palpado antes). Su ayudante ha sacado la camilla de la furgoneta. Al lado del niño-hombre casi inconsciente hay una tabla rígida. La médico le está palpando las piernas, le habla para que le hable. Durante el tiempo infinito que han tardado en llegar todos hemos hablado al niño y le hemos insistido para que no se duerma. Es obediente. Nos hace caso, poco. La doctora le pregunta el nombre una vez más. Le hace preguntas. Balbucea algunos sí.
Finalmente la doctora dice que le pongan el collarín y en la camilla. El conductor de la ambulancia, que ahora está a las órdenes de la doctora, le agarra la cabeza, le hace un collarín provisional con las manos, giramos el cuerpo bajo sus instrucciones entre cuatro personas, lo colocamos plano en la camilla y le ponen el collarín. Me da angustia ver el cuerpo boca arriba. Recuerdo su sangre y la posibilidad de que se ahogue. No sé cuánto rato ha estado tumbado en el polvo. Paco ha aguantado en cuclillas delante de él prácticamente media hora, para que no le diera el sol en la cabeza. Lo metemos en la furgoneta y les pregunto que a qué hospital lo llevan.
—Lo llevamos al centro para evaluarlo bien antes de decidir a qué hospital lo enviamos— me dice la doctora.
No me lo planteo. Si ella que es doctora considera que es lo más conveniente, ella sabrá. Yo querría que estuviera volando a cualquier hospital, pero yo no tengo ni idea. Ella tiene que saber más que yo. Uno puede querer saber de todo, pero por mucho que quiera, no sabe.
A los doscientos metros la ambulancia se para. Se para y sigue parada. No me acerco. Supongo que no hay buenas noticias. Yo querría que estuvieran volando hacia el hospital. Si nos dejaran la ambulancia a Paco, a Chema o a mí la hacíamos volar. Sin embargo, la ambulancia estaba todavía allí parada. Y detrás, los coches de la Guardia Civil.
Uno de los Guardias Civiles nos informa. Parece que el conductor se ha negado a ir al ambulatorio, que le parce mucho riesgo, y está en negociaciones con los hospitales para ver a cuál de ellos lleva al herido. El más cercano parece que es un hospital de Madrid, pero estamos en la provincia de Toledo. Finalmente, después de mucho esperar, la ambulancia se pone en marcha. Saber a qué hospital se puede llevar a un niño con toda la vida por delante ha costado veinte minutos más.
Uno de los Guardias Civiles, apesadumbrado, nos cuenta su rabia por no saber nada de primeros auxilios. «Deberíamos tener formación continua de primeros auxilios. Sólo vimos primeros auxilios en el curso inicial, pero de eso han pasado mucho años.» Mientras lo cuenta le digo que me parece mentira que eso pueda ser. No puede ser tan cara la formación continua en primero auxilios y es evidente que la Guardia Civil es casi siempre la primera en llegar al lugar del siniestro.
Mientras el Guardia Civil lo contaba, yo pensaba también en que es imprescindible dar cursos de Primeros Auxilios a los niños desde muy pequeños. Los amigos de este chicho podían haberlo lesionado gravemente cuando tiraban de él para levantarlo. No tocar a los heridos es una instrucción básica si no sabes cómo tocarlos y para qué. Todos los niños del mundo deberían tener clara esa instrucción. El cuerpo te pide moverlo, pero la cabeza te lo debe impedir.
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Hasta aquí la crónica de lo que sucedió ayer. La crónica, mis sentimientos y pensamientos en esos momentos, relatados un día después.
Sé bien que los recursos del Estado no son infinitos. Sé bien que mis deseos no pueden cumplirse, que no puede haber recursos ilimitados, que es imposible que aterrice el Air Force One en un descampado lleno de terraplenes. Pero también estoy seguro de que con autocrítica se pueden mejorar los procesos, la formación, la organización hospitalaria y las competencias sanitarias de las comunidades que pueden hacer que una urgencia espere veinte minutos.
El niño fuerte como un roble está en la UVI de un hospital de Toledo. Él no llevaba casco, es posible que fuera como un poseso por esas pendientes, es posible que no tuviera ningún tipo de ficha federativa ni de seguro. El niño (es menor de edad) y su familia tienen la mayor parte de la responsabilidad. Seguro. Pero todos hemos sido niños, todas sabemos que es imposible vivir entre algodones y que cuanto mayor es la prohibición más ganas tienes de saltártela. Además, no sirve de nada reprocharle nada a nadie en esas circunstancias. El momento del aprendizaje será otro.
En esas circunstancias todos tendríamos que colaborar para que el rescate sea veloz. En este caso no ha sido así. Estamos en crisis, sí, pero también en crisis podemos mejorar para obtener mejor rendimiento de nuestros recursos. Necesitamos humildad, analizar qué hacemos mal, dónde podemos mejorar y poner manos a la obra. Si no tenemos dinero, tendremos que tener ideas, humildad y ganas. Lo de ayer es evidencia de que tenemos que mejorar mucho. La responsabilidad es de todos.
La velocidad de respuesta es clave en caso de accidente. Todos los estudios lo confirman. Todos. Si el accidentado es un chico de 15 años, debieran saltar alarmas hasta en la casa del Rey.
Espero de corazón que el chico se recupere pronto.
Este fin de semana había concentraciones para que se reconozca la especialidad de urgencias en la formación médica.
Todo lo que comenta usted es indignante, tengo poco mas que decir, refleja muy bien lo mal que se hacen las cosas en la administración, Guardias Civiles infraformados para realizar su trabajo y ambulancias que no pueden llevar pacientes al hospital mas cercano por problemas administrativos. No son cosas que necesiten una inversión bestial, simplemente ganas de hacer las cosas bien y pensar en la calidad de vida del ciudadano.
Supongo que quiere decir recursos ilimitados.
No es cierto que se discuta el lugar al que se lleva al enfermo por causas administrativas.
De hecho una de las causas de la ruina en la que se ha convertido nuestro sistema sanitario es precisamente que se atiende a cualquiera en cualquier sitio. A cualquiera.
Se moviliza un helicóptero dos uvis y 20 guardias civiles.
Esto está muy bonito. En España nos gusta un Quijote más que a un niño un caramelo.
Somo los más alturistas.
Pero amigo Moltó, no hay dinero.
Que los guardias no sepan primeros auxilios es triste, pero lo indignante es que a la administración (D.G.T.) le importa un pito. Solo quieren que pongan multas.
El helicóptero es una herramienta propagandística.
No se confundan.
José, quería decir ilimitados. Gracias
Tengo contacto directo con médicos que trabajan en la sanidad pública y sé que se discute la admisión de enfermos entre hospitales. No sólo sé que ocurre, sino que me parece imprescindible que se haga.
Sé que no hay dinero.
No sé si el helicóptero es una herramienta propagandística. Es posible. No tengo información ni para confirmarlo ni para rebatirlo.
Se discute la admisión, por circunstancias que tengan que ver con la localización (en el sentido de proximidad) o el mayor o menor grado de saturación.
Y en la práctica por las ganas de trabajar que tenga el médico de puerta.
Pero no por razones económicas, que en el fondo a nadie le importan lo más mínimo.
Esto es lo que yo quiero decir.
Contactos con médicos de la sanidad pública y directos, dice Vd. tener.
Valore vd. mi grado de proximidad si le digo que duermo con una médico cada noche, escepto las de guardia, desde hace 20 años.
En cuanto a lo del helicóptero, he llegado a ver como se movilizaba uno aún a sabiendas de que el enfermo era ya cadaver, solo porque era el alcalde más viejo de España y estaba inaugurando una residencia, y en estas palmó el buen hombre. Había televisión y demás prensa.
Y dicho con más crudeza, se movilizan helicópteros para verdaderas sandeces, solo por el prurito del alcalde de turno,para poder presumir del número de intervenciones.
Y tambien como llega el aparato y dice el médico del mismo que no procede transportar al enfermo y se marcha otra vez, generando la consiguiente salida en ambulancia.
Esto es lo que hay.
Es cierto que algunas veces se hace imprescindible y salva muchas vidas, pero como en todo al socaire de lo indiscutible (su utilidad) se cometen auténticos desmanes.
Si quiere hacemos una entrada sobre lo que se han gastado en publicidad en la OPV de loterías.
Y en asesoría.
Creo que se podría construir un hospital con eso.
Se equivocan totalmente, sí hay dinero, la diferencia es que se lo han llevado los de la CCM (caja castilla la mancha), la CAM (caja de ahorros del mediterraneo), canal nou (televisión pública de valencia) y muchos más, pequeños ejemplos en un mar de corrupción.
Cuando uno no paga a Hacienda o los partidos políticos no hace todo lo posible para que todos seamos corresponsables en la construcción del país, pasa lo que pasa en Grecia, que es insostenible y el que paga a Hacienda lo justo, es gilipollas.
Luego echamos en falta médicos en ambulancias, educación en nivel infantil o formación continua en la guardia civil.
Ajustes, le llaman ahora, en vez de recorte, bienvenidos al futuro.
Saludos,
En Almería se manda a los pacientes que llegan a urgencias a su Hospital de referencia, salvo que sea una URGENCIA real. Es una criba exclusivamente administrativa. En la admisión hay un administrativo que pasa el paciente, luego hay un enfermero que filtra y distribuye entre las consultas de los médicos de urgencias y estos a su vez derivan a la especialidad correspondiente. En teoría el primer filtro debe ser el médico de urgencias, pero suelen aceptar casi todo por que ellos luego no ingresan los pacientes a su nombre (de su especialidad), es posteriormente cuando el especialista ingresa al paciente y la enfermera pide cama en planta sale la admisión de camas y dice que ese paciente para el que pides cama se tiene que ir a su hospital de referencia, ya que si no lo has operado es por que puede esperar.
Al final el marrón se lo come el especialista y el paciente que lleva X horas en la urgencia esperando.
Esto es lo que pasa en Almería, Hospital Torrecárdenas. En Madrid, en La Paz el filtro es/era un facultativo, y es quien valora y si no es urgente se te manda a tu hospital.
En el caso que comenta Javier supongo que la medico que atendió al chico estimó que las lesiones no eran de tanta gravedad y por eso se entretuvieron en dilucidar a que hospital llevarlo, ya que si estuviera gravísimo no hay otro criterio que el de la cercanía al centro que preste los servicios necesarios.
El médico de puerta lo tiene que ver forzosamente, no lo va a mandar a otro hospital sin valorar la gravedad de la patología, va a trabajar lo mismo ya que el trabajo va a ser para el especialista al que le toque.
Triste lo de las competencias autonómicas. Si ya se pelean entre hospitales de la misma ciudad, imagínese entre hospitales de diferentes comunidades.
Sólo espero que el chico se recupere pronto.
Hablando de helicópteros:
¿Recuerdan Vds. a esa alta funcionaria que llamó por el móvil a un helicóptero porque le había picado una avispa?
Pues el helicóptero fué.
Y recuerdan a esa otra que mandó a otro helicóptero a buscar a un subalterno que estaba haciendo montañismo y ella tenía que consultarla algo sobre un expediente?
Pues el helicóptero también fué.
Y no es machismo, son dos anécdotas aparecidas en la presnsa y que recuerdo.
Como aquella otra de Esperanza y Rajoy despegando desde la plaza de toros…..
Sin comentarios.
Yo veo muchas cosas erróneas en esta situación que, por casualidad y buena suerte, ha acabado con la hospitalización y no muerte del jóven. A saber:
– Veo agentes de policía que realizan tareas para las que no hacen falta policías. Un día recortarán porque tener X señores de uniforme para recorrer las vías de circulación con sistemas de control de velocidad o notificar de accidentes a los servicios de urgencia no es rentable. Deberían usar otro cuerpo, otros profesionales preparados para ello y que los cuerpos de seguridad no se mezclen con estas tareas. A lo sumo sería suficiente un agente para hacer un atestado o practicar una detención por alcoholemia en la mayoría de los casos y el agente no sería imprescindible que estuviera en el lugar con urgencia.
– Veo varios ciudadanos muy preocupados sin conocimientos ni titulaciones para solucionar un problema. Usted y sus compañeros de aventura deberían considerar realizar un curso de primeros auxilios y, si fuera posible, obtener la formación y acreditación que les permitiera conducir un vehículo con un herido (seguro que podrían conducir muy bien) hasta un hospital.
– Veo un grave déficit de personal sanitario y ambulacias en su comunidad autónoma. Por todas partes pasa. Mi madre sufrió un infarto, la ambulancia no fue tal, sino un coche con un médico a bordo. Murió. ¿Podría haberse evitado de actuar más rápido? No quiero saberlo.
– Veo un problema educativo. En general. La asistencia en primeros auxilios sería sólo una pincelada más que habría que dar a los chavales. No creo en los críos memorizando capitales y ríos. Lo siento, mataría muchas horas de geografía e historia y añadiría muchas cosas nuevas como los primeros auxilios que comenta. Es muy complejo, muchas personas de este país trabaja en los planes de estudios de los chicos y no se ponen de acuerdo. Tampoco nos pondremos de acuerdo aquí, pero podemos debatir.
– Veo un problema burocrático porque no me parece normal que lleguen dos patrullas y una ambulancia sin médico para que lleguen los médicos después por separado y se tiren un buen rato discutiendo qué hacer con el herido. No murió, pero podría habérsel evitado un buen rato de sufrimiento al pobre. ¿Cuánto espera un motorista con una fractura abierta en medio de la autopista?
Todos estos problemas que se pueden solucionar con más dinero público o también con una mejor distribución del mismo.
En su situación lo único que puede hacer es formarse en primeros auxilios, igual alguna vez le sirve para salvar una vida y agradecerá cada minuto que ha dedicado a ello.
¡Ah! Y si visita al chaval, déle ánimos de nuestra parte y deséele una rápida recuperación.
Buff!!! Menudo mal rato que debieron pasar Vd. y sus amigos. La ambulancia en estas situaciones, siempre llega tarde, es decir, nos gustaría que cuando pensamos en llamarla, ya estuviera ahí….el tiempo pasa muuuuuy lento, y por la cabeza nos pasan ideas, propuestas, posibles actuaciones a toda velocidad….¡pero no podemos hacer nada!, porque el recurso necesario…¡no está!.
Felicito a su equipo ( porque eran un equipo, Vd., Paco, Chema y Alberto), por su actuación: Dispusieron al chaval en la posición lateral de seguridad, una vez ubicados y con información de lo sucedido, dieron la voz de alarma ( el punto de partida de la Cadena de Socorro), estuvieron con el chico hasta la llegada de la ambulancia, mordiéndose las entrañas, lo imagino, pero es lo que tenían que hacer. Buena idea ir a buscar a la ambulancia para no perder tiempo en la búsqueda del lugar del accidente.
No se desmoralice, Vds. lo hicieron fenomenal. Durante el tiempo que el chaval estuvo «a su cargo», y por lo que he leído en su relato, no empeoró su estado neurológico.
Espero que la evolución del chico, sea lo más favorable posible.
@1 oalfonso, comenta que estuvo viendo una manifestación a favor de la Especialidad de Urgencias. Efectivamente, desde hace años se está exigiendo la posibilidad de formarse como Urgenciólogo, vía MIR. Hasta ahora los médicos de Urgencias, cosa que no hace, por lo que he leído, la Guardia Civil, se forman en las distintas «situaciones urgentes» por cuenta propia, es decir, a cuenta de su tiempo y/o de su dinero buscan la manera de formarse en las parcelas en que son más deficitarios en función de la Especialidad de la que procedan. Obviamente y desgraciadamente, no lo hacen todos, pero si un facultativo trabaja en Urgencias, debe ser responsable de los posibles problemas que pueden presentarse, y tener la formación adecuada para poder solventarlos y si no se ve capaz, tener claro a quién debe pedir ayuda, que también es muy importante.
En el relato del Sr. Moltó, el Técnico de Transporte Sanitario ( el conductor de la ambulancia), es, a la vista de lo que he entendido, la persona que tenía claro qué hacer con el herido (probablemente el único que ha invertido tiempo y/o dinero en formarse para ser un buen TTS), es decir, negarse a llevarlo a un Centro de Salud, cuando el recurso MÁS ADECUADO en este caso, es un Centro Hospitalario, donde se puede estabilizar correctamente al herido, además de determinar el alcance de las lesiones con pruebas diagnósticas de imagen y con ello decidir a qué Servicio ingresar al paciente (UCI-Neurocirugía-Trauma…..)
@2 Jose, lamento decirle, que sí se discute a dónde llevar al paciente por razones administrativas, siendo más evidente cuando se trabaja en los límites territoriales de dos Comunidades Autónomas…..La situación está algo mejor que hace algunos años , no muchos, porque dependiendo del problema, se han establecido acuerdos «supraautonómicos» puntuales, para evitar situaciones verdaderamente demenciales. Pero mientras haya «frontera autonómica», el problema administrativo, persistirá.
Sr. Moltó, el «pulsi», es el PULSIOXÍMETRO, que es, efectivamente, una pinza, que a través del pulpejo del dedo ( que debe estar limpio, y el paciente debe estar caliente, con frío, la lectura puede ser errónea), detecta la Frecuencia Cardíaca y la Saturación de Oxígeno.
En caso de cualquier emergencia….., si no se puede ayudar…..MARCHARSE, no molestar, no empeorar la situación.
Insisto en mis felicitaciones para Vd. y sus amigos y lamento profundamente que la Guardia Civil ( los números) no se molesten en formarse en Primeros Auxilios, cuando forman parte del sistema del 112!!!!!
P.D. He detectado algunos errores de teclado, se nota que se estaba comiendo la rabia.
@6: EJ25MT5, efectivamente, ayer su comentario no estaba publicado cuando yo hice el mío, unas cuantas horas después.
He de decirle desde aquí, que desconozco cuál ha sido su experiencia en el Servicio de Urgencias del H. Torrecárdenas, pero por lo poco (o bastante) que sé de cómo funcionan otros Servicios de Urgencias, hay muchas cosas de las que explica con las que estoy en absoluto desacuerdo.
Me ha dado la sensación que habla de oídas, no por experiencia propia, pero puedo estar equivocada.
Lo que explica, para mí, es absolutamente irreal.
Lo sé Aparecida, parece irreal, pero lo escribí casi al dictado de un adjunto, mi mujer.
Es que no se imaginan como está el tema sanitario por aquí abajo….
Mi experiencia como usuario es estupenda, por razones obvias.
Buenos días. Gracias a todos por opinar y contar sus experiencias y conocimientos sobre el asunto.
Gracias en especial a Aparecida, que nos felicita y nos da muchos detalles y explicaciones prácticos. Gracias.
Yo he hecho cursos de primeros auxilios. El último hace 15 años. Me toca repetir. Lo haré.
Hoy llamaré a la familia del chico. Les contaré cómo está.
Sus interrogantes y reflexiones son muy interesantes, pero a mí me interesa mucho más saber por qué un joven (moderno, informado, con dinero para una bicicleta) renuncia voluntariamente a un medio de protección sencillo, barato y fácil de obtener.
Las administraciones españolas funcionan bastante mal, es verdad, y la asignación de recursos es muy ineficiente, cierto.
Pero creo que eso no es una causa, sino una consecuencia, o un síntoma.
Hola,
acabo de hablar con la madre del chico herido. Está ya en habitación de planta.
Le han tenido que operar para extraerle un coágulo de la cabeza. Se recupera bien.
El ojo que tenía un aspecto preocupante sigue con aspecto horroroso, pero el oculista ha dicho que no parece lesionado interiormente.
Tiene roturas en huesos diversos, nada irresoluble.
De ésta no sale de casa sin casco. Hoy la madre me ha dicho que tiene 14 años. Un niño (grande)
Uff, menos mal. Ha tenido mucha suerte.
Me alegro de que esté bien y se recupere pronto.
Respecto al casco, llevo 20 años usando casco cuando cojo la bicicleta y es cuestión de coger la costumbre de usarlo. Está claro que tiene un límite y que no es infalible, pero en estos años he visto gente con heridas en la cabeza que podrían haberse resuelto con el casco.
Cuando se recupere, que nos ponga unas letras.
Animo machote!!!
Me alegro de que esté bien.
Me alegro que la evolución sea favorable.
Si me lo permite, Sr. Moltó, voy a reescribir con otras palabras parte de su escrito:
«…..Le han tenido que operar para extraerle un coágulo de la cabeza. Se recupera bien.»,
sería:
Le han tenido que intervenir para drenar un hematoma intracraneal (subdural o epidural). Evoluciona favorablemente.
«…., pero el oculista ha dicho que no parece lesionado interiormente.»,
en lenguaje médico..:
«pero el oftalmólogo ha comentado que no parece existir lesión interna»
«Tiene roturas en huesos diversos…..» ¡Sr. Moltó, los huesos no se rompen, se fracturan!
Lo dicho, me alegro que el niño, porque lo es, aunque sea grande, esté en planta, es buena señal.
Ya nos irá informando de la evolución.
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