Viernes 18-09-09
Hoy se ha entregado en la sede del diario ABC el premio al mejor coche del año 2009. Hoy, también, me he enterado de que entre los periodistas que escriben de coches se le llama desde hace muchos años «Premio al mejor cohecho del año».
En km77.com publicamos en el año 2.000, con varios días de antelación, cuál iba a ser el coche ganador aquel año. La marca que ganó el premio había regalado varios meses antes un ordenador portátil a todos los periodistas que participaban en la votación. Era evidente que esa marca iba a ganar (a pesar del coche que presentaba a concurso).
A mí me han contado en varias marcas que ganar o no ganar el premio depende del presupuesto que tenga el departamento correspondiente para organizar viajes y regalos a los periodistas. Como hay competencia entre las marcas, en ocasiones alguna marca con mucho presupuesto no ha conseguido «convencer» a los periodistas de que su coche es mejor, porque otra marca ha sacado mejor partido a su dinero.
Quien vaya a comprar un coche debe de saber que los premios del «coche del año» no debieran influir como factor de decisión de compra. En primer lugar, porque un coche es bueno o malo en función de las necesidades de cada comprador, no como máquina en abstracto. En segundo lugar, porque hay coches que no pueden compararse según los criterios de mejor y peor. «¿Es mejor un huevo o una castaña? Hombre, pues…» Y en tercer lugar, porque las decisiones de los jurados están condicionadas por muchos factores ajenos al coche.
Los premios del coche del año, en cualquiera de sus modalidades (que hay muchas) se organizan siempre por interés. Por interés de un medio de comunicación para captar la atención de los anunciantes, por interés de un grupo de periodistas para obtener beneficios de las marcas (pecuniarios, en especies o informativos). No son una herramienta para informar mejor, sino galardones movidos por el interés de los diferentes colectivos que los organizan o que participan en ellos.
Para acabarlo de arreglar, hoy, Esperanza Aguirre, en su discurso tras la entrega del premio, ha alabado la profesionalidad, independencia y neutralidad de los periodistas – jurados que deciden con su voto el premio al mejor coche del año organizado por ABC. Me ha costado contener la risa mientras le hacía fotos. No digo que todos los periodistas voten condicionados, pero sí que hay un número suficiente de periodistas condicionados cuyo voto decide el resultado en un sentido u otro.
En ocasiones se da la casualidad de que el coche ganador puede parecer el mejor del lote (Si decir eso tiene sentido, en abstracto)
Como Esperanza Aguirre sepa tanto de todo lo que habla como sabe de esto, estamos apañados. Y eso en el mejor de los casos. Porque cabe la posibilidad de que conozca los tejemanejes y que mienta con naturalidad desmedida (no lo creo).