El viernes pasado fui con el Golf de 100.000 km a Barcelona. A media mañana, en la autovía entre Madrid y Zaragoza, escuché en la Cadena Ser una entrevista a Pedro Almodóvar con motivo de su última película.
La entrevista fue una sucesión de empalagos, de piropos, de adulaciones. Ni una crítica. Ni una duda. (Entrevistadores, Carles Francino y Javier Rioyo)
¿Por qué los periodistas nos tienen tan poco respeto a los escuchantes? ¿Qué motivos tienen para darnos una visión tan sesgada? ¿Es Almodóvar tan importante (para ellos o para su negocio) que no se le pueden hacer preguntas incómodas?
Javier Rioyo dijo, como un piropo, que era una película difícil (?). Almodóvar le respondió: «No digas que es difícil que eso asusta a la gente».
¿Les puede importar algo a los periodistas si sus oyentes se asustan y no van? ¿Es esa respuesta algún tipo de argumento válido para algo?
«Miraquedasvueltas» decía aquí: «Me parece excesivo el impacto mediático de su estreno.» Yo no me he enterado del impacto mediático, porque ni veo la tele ni, generalmente, escucho la radio. Pero si el tono de esta entrevista es el tono general de las entrevistas a Almodóvar, estoy de acuerdo con esa opinión.
Supongo que este tipo de «entrevistas» es una de las causas por las que Almodóvar cae mal a tantas personas. Esa posición de «intocable» no debe beneficiarle nada.
En este caso, no le echo la culpa a él del «impacto mediático». Los responsables de las entrevistas y de sus apariciones en los medios son de los periodistas que le abren hueco. Lo que hicieron el pasado viernes en la Cadena Ser está muy lejos de lo que yo considero buen periodismo.
Estoy seguro de que Almodóvar sabe (mucho mejor que yo, porque sabe mucho más de cine que yo) que no ha hecho una buena película. Aun así, él intenta que vayan a verla muchos espectadores, porque seguramente el presupuesto habrá sido alto y no querrá que su productora pierda dinero.
Lo que no comprendo es por qué los periodistas se prestan a ese juego. ¿Qué les da Almodóvar para que le hagan la pelota de ese modo? ¿O serán presiones de las empresas coproductoras?
Bueno, tiene usted parte de razón. Almodovar es intocable para muchos, pero no para todos. Por ejemplo en el diario «El País» el siempre genial crítico de cine Carlos Boyero la pone fatal, y no se corta ni un pelo en expresar su opinión, incluso titula su crítica «¿Qué he hecho yo para merecer esto» (película esa, que si considera buena). Un saludo
Cierto, he leído esa crítica. La enlazo:
http://www.elpais.com/articulo/cine/he/hecho/merecer/elpepuculcin/20090318elpepicin_2/Tes
Bueno, yo creo que Almodóvar tiene un poquito de pintor de Cámara. Quizá ni siquiera sea culpa suya ni sea algo que él haya buscado. No lo sé.
Lo cierto es que no me parece normal que al albur del estreno de esta película se utilizara un buen espacio del Telediario del mediodía del domingo pasado para anunciar la proyección, esa misma noche, de Volver junto con un corto encargado por la Corporación (antes conocida por el Ente). Y no me parece normal no significa que me parezca mal. Simplemente, no es el trato habitual que se dispensa a otros cineastas.
Hola a todos.
Me van a colgar, pero si no digo dos cosas, con respeto eso sí, no duermo 🙁
La primera es que, al igual que sucede con la música y creo que otras artes, hay estrellas que «viven de las rentas». En la música, que es lo que yo más consumo, existen los superventas por inercia, por mucho que el disco sea un bodrio; no conozco a nadie que no haya pensado alguna vez respecto de algún cedé que si no fuera por el nombre no vendería nada. Por el nombre, y porque el éxito musical hoy en día se basa en un 25% de talento y un 75% de promoción. No he visto las últimas pelis de Almodóvar por lo que no sé si esta proporción cuantitativa del éxito es extrapolable a él o no.
La segunda es que existe un componente político en todo esto. Almodóvar, como varios artistas más, han expresado públicamente su apoyo al PSOE y a la P.A.Z. por sus leyes pro-canon digital y pro-SGAE, y además quiero creer que por su ideología. Sucede que hay medios de comunicación afines al PSOE, al igual que los hay cercanos al resto de ideologías, y la Cadena Ser es uno de los primeros; Carlos Alsina algunas veces me recuerda a Federico Jiménez Losantos por la arbitrariedad con que cuenta las noticias, y si hace una entrevista a Almodóvar, puesto que son los dos del mismo signo político, no va a intentar incomodarle demasiado y puede que caiga en la tentación de no querer ser todo lo incisivo que merecemos los oyentes. No es la primera vez que en una «entrevista» nos intentan hacen creer que el entrevistado micciona colonia y excreta rosas.
Saludos desde Zgz.
Hola, totalmente de acuerdo con Altro 71… menos en el porcentaje que dedica al talento, en ese caso creo que se ha pasado…
Sr. Altro, un inciso: ¿Alsina (Onda Cero) y Almodóvar son del mismo signo político? Pues menos mal…
Hola Altro, ¿Quién le va a colgar?
Quizá le cuelgue Carlos Alsina, por confundirlo con Francino. O al revés.
Yo trabajé con Carlos Alsina, hace doce o trace años. No tengo ni idea de qué hace ahora. Espero que le vaya bien. Era un tío majete.
Es posible que usted tenga razón y que la afinidad política explique el comportamiento de Carles Francino. En cualquier caso, me sorprende, porque no me parece que pueda compensarle de ningún modo.
La credibilidad, a mi juicio, es el mayor activo que tiene un periodista. Arriesgar ese valor me parece estúpido. Se me ocurren dos posibilidades. O se ha equivocado y ha cometido una estupidez (por el motivo que sea) o para él la credibilidad no es un valor de la misma magnitud que para mí. Existen otras posibilidades, como que haya recibido presiones enormes. Si fuera el caso, no lo justifico. La dignidad de un periodista está por encima de las presiones empresariales (también a mi juicio, claro).
Las presiones se pueden resistir (Boyero lo dice en su crónica: «opiniones innegociables») o no resistirlas y dejar el trabajo. Uno vende su trabajo a cambio de un sueldo. Vender también la dignidad, o no, es una opción personal.
Yo escucho también y zappeo convulsivamente en el coche radios, tertulias, periodistas.
En general, en la SER existe un problema muy serio de autoensimismamiento y de autoindulgencia para ellos mismos y para sus semejantes, entre los que parece que entra Almodóvar y su clan.
Quizá esta dosis de almíbar es una respuesta a la bronca que les echó en Antena Álex de la Iglesia unos días antes, no sin cierta razón.
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El problema de todo esto, para mi, no es que hagan la pelota a Almodóvar. Algo previsible, los radioescuchas encantados. El problema es que mañana sus tertulianos hablarán de energía nuclear. Al día siguiente de accidentes de tráfico. Al siguiente de células madre, al siguiente de la guerra de Afganistán, y al otro del paro. Y lo harán bajo los mismos criterios y premisas que utilizan cuando entrevistan a Almodóvar.
Y todos tan contentos, los tertuliano-entrevistadores, y los oyentes (cifras de audiencia sobre la mesa).
El arte al fin y al cabo es indoloro, y no afecta a nuestras vidas más de lo que nos afectan otras cosas. La dosis de jabón a un artista es un mal menor, me parece a mi. Lo gordo viene luego.
Entre el politiquerismo correcto y autoanulativo monocorde de Francino, y el doloroso cayo mental del verborreico diccionario de sinónimos Losantos, Alsina se eleva con fuerza como uno de los pocos microfonistas que sabe al tiempo ser un buen periodista y aportar su dosis de personalidad al asunto.
Perdón Patoaparato, Javier me ha corregido al vuelo: Quería decir Francino.
Alsina y Francino se parecen sólo en el nombre y son de «tendencias» diferentes.
Un saludo.