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El perdón está sobrevalorado

¿Qué nos pide alguien cuando nos pide que le perdonemos? ¿Qué solicitamos cuando pedimos perdón?

Supongamos que alguien nos miente. Descubrimos la mentira y nos pide perdón. ¿Qué nos está pidiendo?

1) Que lo olvidemos. (¿Depende eso de nuestra voluntad?)

2) No que lo olvidemos, pero que hagamos como si lo olvidáramos (¿Es eso posible? Si lo olvidáramos, nunca existiría la reincidencia, que tanto duele.)

3) Que consigamos que no nos importe. (Nada se dice del método para conseguirlo. Si algo no nos importa no tenemos que perdonar nada.)

4) Que no apliquemos castigo al conocer la falta. (Si es un castigo material es sencillo. Pero si es afectivo, ¿Cómo consigue uno no dejar de querer cuando sabe que el otro le ha mentido?)

A mi juicio, en el territorio de los afectos, perdonar no significa nada. Si alguien actúa de una forma que nos disgusta, a partir de ese momento estaremos alerta, desconfiaremos de la otra persona. Inevitablemente.

Lo único que se pueden perdonar son los castigos. Podemos levantar los castigos.

Por tanto, cuando hablamos de la importancia del perdón. ¿De qué hablamos? ¿De la importancia de la resignación, de la importancia de aguantar con lo que no nos gusta?

Cuando alguien dice que perdona se sitúa en posición de poderoso. Si está en condiciones de perdonar es porque tiene poder para castigar. En español tenemos una expresión que lo dice muy bien: «Te ha perdonado la vida».

El perdón entre iguales es imposible, porque entre iguales no podemos castigar.

Podemos dejar de reprochar, pero ese es otro asunto.

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