En dos artículos anteriores, he hablado sobre las dificultades de recargar un coche eléctrico en Madrid y sobre el tiempo necesario para recargar el Nissan Leaf.
Hoy hablo del funcionamiento del Nissan Leaf en modo ECO, sin climatizador. La mitad del recorrido es por autovía, a velocidad constante entre 90 y 100 km/h. La otra mitad es por ciudad, un sábado por la noche, con poco tráfico.
En un semáforo pruebo la diferencia de autonomía que me da el coche con el climatizador puesto y quitado. Casi con plena carga de la batería, a temperatura ambiente, sin solicitar un esfuerzo alto ni de calefacción ni de refrigeración, la diferencia que marca la instrumentación son 18 kilómetros.
Con climatizador puesto, 132 kilómetros de autonomía.
Con el climatizador quitado, 150 kilómetros.
Todo el recorrido va a ser en ECO. La forma de seleccionar la modalidad ECO es poco intuitiva. Se «inserta» esta modalidad mediante la palanca que elige entre marcha adelante y marcha atrás. Llevándola dos veces seguidas a la posición D, se selecciona el modo ECO.
Después de recorrer diez kilómetros por ciudad, la autonomía ha descendido en ocho kilómetros. Según el indicador del coche, ya se necesitaría una hora de carga para devolver la batería a su estado inicial de plena carga. Ese es aproximadamente el cálculo adecuado para el Leaf, una hora de carga por cada diez kilómetros recorridos.
A los 35 kilómetros, el tiempo de recarga mostrado es de cuatro horas y media. En la realidad, el tiempo requerido es alrededor de un 20% inferior.
Después de recorrer unos 75 kilómetros regreso a la ciudad. En carretera consume más que en ciudad. Durante unos 20 kilómetros hemos ido dos personas en el coche.
Al llegar a la ciudad, según el indicador de consumo, el promedio está en 0,2 kWh por cada kilómetro recorrido.
El tiempo de recarga que indica es de nueve horas.
Treinta kilómetros después, el indicador de carga muestra que el consumo ha bajado a la mitad. Es un sistema demasiado impreciso. Para que sea útil debe dar datos de consumo cada 100 kilómetros o utilizar dos decimales más.
Cuando quedan unos quince kilómetros de autonomía salta la «reserva». Este aviso se muestra con una indicación en todas las pantallas de información del coche. En la pantalla central aparece este aviso con enlace directo al buscador de puntos de recarga.
El indicador de los kilómetros empieza a funcionar de forma intermitente. Además, un dibujo que recuerda a un surtidor de gasolina pero con enchufe empieza a lucir en el cuadro. Una voz también avisa de que la carga de la batería es baja.
La intermitencia solo afecta a los guarismos que indican la autonomía restante. El símbolo naranja luce de forma constante.
Un tercer indicador se ilumina cuando marca la reserva. Es en la parte superior de la instrumentación, a la izquierda de los arbolitos que crecen cuando dice que la conducción aprovecha eficazmente la energía.
Con 124 kilómetros recorridos, el tiempo de recarga que anuncia es de 13 horas.
En zonas urbanas, como esta que aparece de la Gran Vía de Madrid, el modo ECO no resulta incómodo. En carretera, en cambio, con el modo ECO, cuesta llegar a 100 kilómetros por hora de velocidad en cuanto la carretera se empina ligerísimamente.
Cuando indica que quedan siete kilómetros de autonomía, el último segmento del indicador de batería se pone a parpadear. Ahora no.
Ahora sí.
Cuando marca seis kilómetros de autonomía de pronto deja de indicar más kilómetros y los guarismos se sustituyen por guiones, también intermitentes. A partir de este momento, la incertidumbre es absoluta.
Todavía me quedaban tres kilómetros hasta llegar al punto de recarga. Llegamos el coche y yo. El indicador señala 15 horas de recarga. La realidad fue de un poco menos de 12 horas.
(Sigo en EE.UU. No me he teletransportado. Pero no quiero que la información del Leaf se eternice. Todavía me queda por mostrarles el recorrido de consumo en modo normal, para que la información esté completa)