Creo que nunca les he detallado el menú de la cena de una presentación a las que nos invitan. En ocasiones son menús más elaborados y en otras lo son menos. Lo normal es que sean menús muy cuidados. Les pongo un ejemplo con fotografías. Escribo los platos tal como aparecían en el menú.
1.- Entrantes de temporada (Sin foto)
2.- Toda la bullabesa prensada en finas capas, espárragos y pan tostado al ajo dulce.
3.- Pez de San Pedro en filetes confitados con aceite de oliva de la Apulia, patatas de las arenas fundentes y habitas, estofado de almejas a las hierbas.
4.- Tournedó de cochinillo, manzana asada y verduras dolce forte, galletitas de ajo empanadas.
.
5.- Requesón de cabra sobre pissaladière tostada.
6.- Galletas biscuit en laberinto de frutos rojos, helado de turrón y nougatine fina.
7.- Mignardises
Vinos: Château Minuty tinto, rosado, blanco D.O.C. Côte de Provence
******
Llega el fin de semana. Pueden intentar reproducirlo y saborearlo. No les digo dónde fue este concreto, porque no sé si la cocina pertenecía al hotel en el que nos lo dieron o era un servicio externo.
En ocasiones, nos sirven platos suculentos en carpas y lo organizan todo en cocinas portátiles. Hay algunos servicios de catering de mucha calidad.
Yo, si estuviese en un departamento de prensa, me cepillaba el capítulo ridículo de agasajar a periodistas. Se hace la presentación, y cada uno a su casa a comer lo que pueda o quiera o a la redacción a trabajar. Me parece ridículo este régimen caro de festines para que el periodista haga su trabajo. No veo por qué tiene que ser así no la ventaja de que se perpetúe en el tiempo de manera tan indebatida como sucede.
Añadan al cocktail prescindible los hotelitos, los lugares exóticos y los regalos.
JM
peo qé tonto es usted sr molto. por cierto sigue empinando el codo? lo digo por su color de cara borrachin. pringado
JotaEme. El que es periodista de verdad, no se deja agasajar por una comida. Seguramente todas las marcas, harán este tipo de presentaciones.Yo lo veo, más como un detalle, de «clase» de la marca, que como un intento de soborno.
Que ilusión, ya tenemos Troll, era lo que le faltaba a Km77…
Kerrosene, ya imagino yo que nadie se vende por un plato de croquetas o por una comilona; yo voy a otra cosa y es que confieso que cada vez me vuelvo más protestante ante ciertos dispendios que son absolutamente prescindibles.
Una marca debe presentar sus productos, y el periodista debe de informar. Nunca entendí por qué las marcas presentaban a los periodistas sus productos en lugares exóticos ni por qué comprendían alojamientos singulares, por qué un agape de cortesía debía convertirse en una cena que la mayoría de los periodistas no podrían pagarse habitualmente ni por qué todo ello conviene a quien gestiona el presupuesto por parte de las marcas.
Si asumimos que el periodista no va a dar un trato de favor ni al contrario, un trato desfavorable, ¿por qué hacer este tipo de cosas?. ¿Y por qué no son al revés?.
Hay cosas que no entiendo Kerrosene. A mí nadie me invita a lugares maravillosos a cambio de hacer mi trabajo. Yo lo hago y con el dinero que gano ya me voy yo a lugares estupendos, pero no entiendo la norma consuetudinaria del agasajo al periodista si partimos de la premisa de que nada positivo sale de ello, ni nada negativo saldría de la omisión de este deber de hacer.
¿O es que no nos lo creemos?.
JM
Detecto cierta incongruencia entre su primer párrafo y su última frase.
Además, el periodista es un esclavo al servicio de los lectores y se le debe dar alguna compensación, sobre todo a «los de raza» 🙂
JotaEme. Desde mi punto de vista, las marcas hacen esto para que el periodista se lleve una buena impresión de la marca, a título personal. Pero no creo que sea un intento de sobornar, ya que en la mayorías de pruebas se habla del coche, no de la presentación ni del sitio donde se alojaron.
Claro que habrá gente que intente sobornar, directamente, pero trato de pensar que las marcas no hagan esto, para que influya en los pensamientos sobre determinado coche, o marca. No sé, es como si tú vas a vender tu nuevo perfume, y lo presentas en una sala, con una manta colgada al fondo, haciendo de telón, queda feo. O después de un largo viaje, los propios clientes y periodistas que van a ver tu producto se tengan que pagar de su bolsillo una estancia.
Yo lo veo así. Saludos, da gusto hablar así.
6@- Fina ironia vive dios.
5@-Claro que influye la merendola en el ánimo del periodista.
Hace unos meses, el Sr. Molto propuso una entrada en la que debatíamos si el periodosta es objetivo. Por supuesto se supone que lo es.
Pero de ahí (suponerlo) a que lo sea va un trecho largo.
Desde la más remota actividad humana, hasta la última de las iniciativas comerciales van envueltas en su pequeño soborno.
Esto no puede ser admitido explícitamente por ningún profesional, pero es así para todos.
Voy a un ejemplo clásico.
La justicia es ciega.
Pero el abogado siempre recomienda ir vestido lo mejor posible.
Aquí habrá opiniones mejor fundadas.
Kerrosene, no es soborno, es más un complejo de culpa, una manipulación emocional. Si la objetividad llevara a decir que un coche no está muy logrado en tal o cual apartado le sería difícil al periodista contar algo descarnado relativo a un producto que ha presentado el director de relaciones con los medios de una marca que suelen tener un trato personalísimo con los periodistas. Se trataría de no pisar callos: el director de prensa agasaja al periodista y si hubiere algo negativo se tamiza u oculta por éste, a fin de no desairar o provocar un disgusto.
En una sociedad adulta, cada uno se hace su trabajo y el bocata se lo trae uno de casa. Así todo parece más transparente, gracias.
Croq.
¿Y soy yo el único al que le parece que después de esos platos tan vacíos más de uno tiene que irse a comer algo «de verdad»?
Igual es que no sé apreciar la gracia de un laberinto de frutos rojos. 🙂
Saludos,
Gabriel.
Yo les enseño los menús y los hoteles a los que vamos porque me gusta que sepan donde he estado y lo que como antes de ponerme a escribir. Todas las marcas compiten por ofrecer los hoteles más sorprendentes y menús de muchas estrellas.
Yo preferiría que las marcas no invitaran a ningún periodista a ningún lado. Que dijeran: la semana que viene presentamos el «Sumario veloz» en Tiblisi. Tenemos los coches preparados en el garaje tal y la conferencia de prensa es a tal hora en el hotel cual.
Y que los medios que estuviéramos interesados en informar del «Sumario veloz» y de conducirlo nos presentaramos en Tiblisi y lo condujéramos.
Pero eso no lo veremos.
Gabriel, yo nunca me quedo con hambre, pero hay periodistas que se quejan de las comidas exquisitas y escasitas. A mi de esos cinco platos me sobran la mitad. Por cierto, esa cena fue deliciosa. A mí me encantó. Pero es frecuente oir quejas,
incluso de personas de la propia marca.
La verdad es que no veo el problema. Unos señores venden un producto y los periodistas son parte importante de la trasmisión de las bondades de este, por lo cual es obvio que cuanto más agradable sea la experiencia de la presentación mayor puede ser la disposición de los periodistas a mostrarse benévolos con el cochecito en cuestión. Y si no fuera así no se gastaría ese dinero.
Es muy lógico, es tratar bien a tus invitados en tu labor profesional, que es vender coches y camelar todo lo posible a los periodistas para que vendan por tí.
@11, eso es fàcil, mande una circular a todas las marcas explicando que a partir de ahora renuncian a ser agasajados, y que simplemente les den los datos que usted ha mencionado.
Ah! Y luego me cuenta si de esta forma puede estrechar lazos con las personas que llevan esas marcas y conseguir mejor información que el resto de periodistas. ¿Por que también se trata de eso no?
Esta demostrado que se consiguen mas cosas en una reunion-comida que sin la comida de por medio. De hecho hay estudios que dicen que en las reuniones (las típicas del café rápido en tu despacho) es mas efectivo poner galletas de chocolate que unas normales para un buen «cierre» de negocios.
Sobre el debate de la objetividad del periodista… Me muestro rotundo afirmando la imposibilidad de la objetividad en el ser humano.
Sólo sé decirles que quienes montan las presentaciones lo hacen con mucho cariño. Yo agradezco mucho que las personas pongan mucho cariño en el trabajo.
En otras profesiones también intentan «sobornar», y de acuerdo con algunos de los comentarios que he leído ( con otros, absolutamente en desacuerdo), el buen profesional, debe agradecer el detalle («Es de bien nacido ser agradecido») y si el producto que le están presentando es de su agrado, lo recomendará, lo publicitará, y si no, lo olvidará, lo ignorará….
En otro orden de cosas….desconocía que Georgia tuviera tanto «glamour» inernacional como para que se decida la presentación de «Sumario Veloz» en su capital, Sr. Moltó.
Es la versión moderna, glamurosa (y algo falta de sustancia) del jamón de toda la vida.
No es que por un jamón esperen que vendas tu alma, pero sí que alquiles un poco.
Tal vez las cantidades que se mueven sean anecdóticas para las marcas, pero no lo son para los periodistas ni para muchos de los compradores de coches.
Y son un mal síntoma: si uno gasta mucho en envoltorios es que el producto que vende no es muy bueno o que no confía nada en la capacidad del comprador para apreciar sus virtudes.
Veo bien que hagan una presentación cuidada, porque eso hace suponer que han puesto el mismo cuidado en el desarrollo del coche. Pero tanta «pijería» de cena… me gustaría más que fuese un cóctel, en el que todos tuviesen oportunidad de hablar (porque supongo que en la cena sólo puedes charlar con tus compañeros de mesa).
Muy interesante.