Salgo de cenar de la Tasquita de enfrente. Una cena suculenta. En una mesa un comensal hace fotos a los platos.
Abraham, el sumiller, o maitre, o lo que sea, se lo dice a Juanjo, el dueño, o cocinero o lo que sea.
— Esto es un infierno. ¡Otro más!
Yo voy y lo cuento aquí. Es internet. Un dolor de webos.
La cena incomensurable. Los guisantes de Guetaria (Getaria, o al revés) son esferas naturales. La integral tercera de la ‘esferificación’ sintética. Un hiperboloide de revolución. Sumatorio natural de infinitesimos artificiales. No hay color. La cocina no es un laboratorio.
Un día hablaré de qué es la cocina si soy capaz. De los laboratorios no hay nada que decir.
Y en la calle los aficionados italianos gritan felices. Los oigo todavía. ¿Sabrán quién ha ganado y a qué?
La cocina es hacer disfrutar a los comensales, alimentandolos equilibradamente si es de diario y reventarlos a placer a la mínima oportunidad.
Las fotos son culpa de que la cocina está de moda, o símplemente por sincera admiración del comensal al trabajo del cocinero. Yo lo consideraría un halago, veo mas absurdo hacerse una foto con un cocinero famoso/a.
Eso, eso, escriba de cocina, tengo curiosidad por saber la relación entre ud. y los fogones.
No entiendo esta entrada…
Si es que a veces se come con los ojos…
http://media.salir.com/_images_/verticales/e/5/6/0/14114-paraiso_del_jamon_ii_bravo_murillo_hd.jpg
¿Cuántas veces se han encontrado con este tipo de carteles y han comprobado a posteriori que cualquier parecido con la oferta mostrada era pura coincidencia ?
Saludos cordiales,
James Marshall.
He mirado la carta en su página web muy interesante. Veo que le gustan los sitios económicos y progresistas! Coñas a parte el sitio pinta bien. Si un dia voy a madrid me pasaré. Las recomendaciones de gente no profesional que ha comido bien en un sitio, son siempre la mejor garantía. Si digo que le conozco me darán mejor mesa?
Esta entrada es el producto de una cena bien regada o en ausencia de alcoholes el producto de una mente fatigada.
Es prescindible como un dolor de muelas
Croq.
Exacto Croquetas. Prescindible como un dolor de muelas. De hecho, prescindible como todo lo que escribo.
Quizá sea producto de una mente fatigada y también del riego. Pero no solo. Pretendía contar algo más, por si se entendía con este formato abstracto.
Explico un poco de lo que pretendía hablar.
Abundan lugares en internet, en la internet 2.0, en la que los lectores (en algunos lugares los llaman usuarios) opinan sobre los restaurantes a los que van (y los hoteles y…). Cada vez hay más lugares de ese tipo. Ahora hay muchos comensales que van a los restaurantes con su camarita (como hago yo en los coches y en otros lugares) y hacen fotos de los platos y del local. Son críticos gatronómicos de tropel.
No sé si se pierden el placer de la cena en buena compañía o si ganan el placer de contarlo. Son dos placeres diferentes. Algunos habrá que además, pretenderán que les hagan un descuento por su labor informativa y algunos que critiquen favorable o desfavorablemente en función de esas atenciones recibidas. Yo qué sé.
Antes no pasaba esto. No tiene por qué ser ni bueno ni malo. Es diferente a como era. Y es entendible que sea una pesadez para los gestores de los restaurantes tener continuamente a «críticos gastronómicos» metidos en su casa.
Pero que se fastidien los dueños, cocineros y gestores de los restaurantes. Del mismo modo que yo escribo a veces de teatro, quien quiera podrá escribir de cocina, restaurantes o de lo que sea. Si quieren impedir que en su interior se hagan fotos, que lo digan en la entrada. Igual como sucede en los teatros.
Me hizo gracia ver ayer que nos creemos originales pero somos muchos los que hacemos lo mismo.
Aproveché la coyuntura para hablar de laboratorio y cocina, para meterme de paso con El Bulli, seguramente celoso de no haber conseguido entradas para ir a probarlo un día.
Mientras escribía oía los gritos de los italianos y metí una pincelada más para preguntarme por una euforia que me resulta inexplicable. Gritaban a Diego Milito como si fuera un Dios y hubiera venido a traerles el maná esferificado.
¿Podía entenderse? Si lo hubiera conseguido no hubiera estado mal. Gracias por decirlo, Peran. Explicado es tan prescindible como sin explicar. Pero dibujarlo es bonito.
¿Y qué tiene de malo la cocina de laboratorio?
Para todo hay sitio, para todo hay un momento y un lugar. Un señor puede disfrutar lo indecible con una tortilla de patatas con ensalada de tomate, cebolla y lechuga, y al día siguiente deleitarse, de otro modo, con un plato experimental.
Yo intento tomarme las cosas como vienen. No siempre me sale, claro. Es cierto que hay cocinas de vanguardia que son pura pose, auténticos abismos de vacuidad insoportable. Pero también hay restaurantes convencionales absolutamente desastrosos.
Cuando voy a según qué restaurantes, espero que me den bien de comer, que el servicio sea bueno y que los productos y sabores sean irreprochables. Hay otros restaurantes, sin embargo, en los que además quiero que me hagan pensar con la comida, en los que quiero un estímulo intelectual de algún tipo. Y si esferifican, que esferifiquen. Y si hacen tortilla de patatas, que tortilla de pataten. Yo lo que quiero es que me cuenten cosas interesantes y que, si es posible, me diviertan. No hay nada peor que un chef que se toma demasiado en serio.
Hombre pues todo hay que decirlo, para mi explicado tiene bastante más valor que sin explicar…
Un saludo,
Para mí es bueno. Una mayor cantidad de opiniones siempre será más veraz.