Están de moda las lunas oscuras. Incluso negras. A saber por qué.
A mí me parece que las lunas opacas debieran estar prohibidas. La posibilidad de ver a través de los coches que llevamos delante es muy bueno para la seguridad. En la carretera, la vista es la vida. (Anuncio de Seguridad Vial de hace unos 40 años, si la memoria no me falla). Que el coche de delante te dificulte la visión sin causa de fuerza mayor (camiones o furgonetas) no me parece de recibo.
Tenía esto pensado, escrito en mi cabeza desde hace varias semanas. Incluso había hecho una foto el mismo día que perseguí a los Guardias Civiles que iban a más velocidad de la permitida por las señales de tráfico. Es esta:
La luna de este coche no era opaca. Sólo dificultaba la visión a través de ella. No me parece recomendable, pero no es la peor de las posibilidades.
A los pocos días de esta foto, viajé a Valencia. Ya no pensaba en el artículo, que tenía escrito en mi cabeza. De pronto, me encontré con este coche:
Nunca había visto un coche con la L pegada por fuera de la luna (O nunca me había fijado). Cuando lo conté al llegar a la redacción, me dijeron que es relativamente frecuente. La «L» estaba muy bien pegada. Y la luna era negra como el fin del mundo. Lo que hacemos, lo hacemos bien.