La segunda a voces

Ya empieza a ser un atraso la necesidad de pulsar teclas o palancas en los coches para conseguir resultados. Darle a una palanca situada tras el volante para que se encienda el intermitente de la izquierda es un anacronismo conceptual. Decir «izquierda» debiera ser suficiente como para que el coche entendiera que debe encender el intermitente izquierdo.

Tampoco tiene sentido tener que pulsar un botón para hablar antes de que el sistema «sepa» que nos estamos dirigiendo a él. Un tono de voz concreto o una instrucción clara debieran bastar. Seguro que se les ocurrirá cómo hacerlo.

Esto lo he pensado después de conducir el nuevo BMW Serie 3, durante varios cientos de kilómetros en Alemania. Probé el sistema de reconocimiento de voz (que debiera llamarse el sistema de instrucciones por voz) y me sorprendió. Los hechos fueron los siguientes:

Estaba en un atasco jugueteando con el iDrive, buscando diferentes posibilidades en los diferentes menús. Al llegar al semáforo, me di cuenta de que necesitaba ver el mapa y las indicaciones del navegador. De forma instintiva pulsé la tecla para hablar, dije “map” e inmediatamente apareció el mapa en la pantalla, mientras la voz en inglés repetía “map”. Lo hice porque me lo pedía el cuerpo, pero sin ninguna esperanza de que funcionara (bueno, una pequeña esperanza sí).

Nunca me había pasado. Hasta ahora, en mis pruebas, el sistema de voz me permitía dar órdenes concretas relacionadas con menús concretos. Un menú general: “navegación”, “teléfono” o “radio”, y dentro de cada uno de estos apartados me dejaba dar instrucciones relacionadas con esa sección. con instrucciones fuera de contexto, es frecuente que la respuesta sea: “Esa función no es posible desde esta pantalla”.

En el Serie 3, supongo que también en el Serie 7, el sistema es mucho más flexible (quizá haya otros coches en el mercado con estas capacidades, pero yo no los he probado y no he leído que pueda ser así. Seguro que Varg Borgarnes que está al día de estos asuntos (yo no) puede concretar. Se puede dar una instrucción, completamente fuera de contexto (pantallil) y que el sistema obedezca. Era justo lo que yo necesitaba, lo pedí y funcionó.

BMW lo explica así: «Otra innovación del sistema iDrive consiste en el uso de modos múltiples. El usuario puede utilizar el botón de mando (Controller) y los comandos por voz al mismo tiempo». Yo ni siquiera sabía que «map» fuera una instrucción posible.

Seguro que dentro de un tiempo, las ocho teclas programables que ofrece BMW en el salpicadero podrán sustituirse por comandos de voz. Podrán ser muchas más, porque no habrá limitaciones de espacio y además serán programables. Seguro que el conductor podrá configurar las instrucciones y nombrar como le dé la gana el comando que las active.

Alguno habrá que las llame «churri» o «kelly» y luego no las pueda utilizar cuando haya más personas en el coche porque le dé vergüenza. O que grabe la misma instrucción dos veces diferentes, para cuando vaya solo o acompañado.

Con el Serie 3 he sido consciente por primera vez de las posibilidades de este dispositivo. Habrá algún día que la palanca de cambios se sustituya por un «tercera», «cuarta», «segunda» en los comandos por voz. O más sencillo: «Más», «Menos» para pasar a una marcha más larga o para reducir.

Imagino que todas las órdenes que sean «On», «Off», podrán hacerse mediante instrucciones de voz. Sería un enorme ahorro para los fabricantes me da la impresión, porque eliminarían muchas teclas y botones.

No veo posibilidad de que el volante, el acelerador y el freno, que necesitan dosificarse, puedan sustituirse, todavía, por instrucciones vocales. Me imagino que muchas otras funciones (la puesta en marcha del motor, limpiaparabrisas, luces largas, bocina, reguladores de velocidad, intermitentes, cajas de cambio, DVD, apertura de puertas eléctricas, elevalunas…) se activaran mediante voz. Para comodidad para el conductor y por ahorro.

Probablemente mi imaginación supere las posibilidades reales inmediatas. Pero no me cabe duda de que se hará, también para ahorrar costes.