Nunca había sabido qué hacer con Twitter. He decidido probar, contar con mensajes cortos dónde está el Golf cada día que yo lo tenga, a dónde me dirijo, dónde paro a comer y si me ha gustado, cuál es el consumo en cada recorrido que yo haga y cosillas así.
No estoy seguro de que tenga interés, pero quizá sí lo tenga. Yo pruebo, ya veremos si vale la pena.
Ustedes me dirán:
Bravo por la iniciativa. Creo que va a ser de las pocas veces que realmente le vea un uso justificado al twitter xD
Bien, así vemos como va el coche en tiempo real (o casi) lo único es que no se si usted terminará harto del twitter en unos meses….Un saludo
En mi opinión, hay un umbral a partir del cual la información es excesiva, está de más, y tiende a llevarnos hacia el caos y hacia decisiones erróneas, en lugar de ayudar. Ahora mismo hemos superado con creces ese umbral.
Con los modernos adelantos de las telecomunicaciones (internet y teléfono portátil, básicamente) disponemos de un exceso de información que lo que hace es provocar que cometamos más fallos que aciertos, en función de un extra de información que la mayor parte de las veces es superfluo, inútil, o sólo sirve para embrollar algo meridianamente claro.
Muchas veces, cuando tomo decisiones equivocadas, intento descubrir en qué he fallado. Cada vez con más frecuencia, me doy cuenta de que si no hubiera dispuesto de cierto porcentaje de información extra probablemente hubiera acertado. En los negocios y el teléfono portátil está uno de los ejemplos más claros.
Muchas veces, entre el momendo de conocimiento de una información (problema) que requiere de una reacción por nuestra parte (solución) y el momento de la decisión, se producen una cadena de llamadas telefónicas, de intercambio de datos y de intentos paralelos para resolver la problemática que, llegado el momento de la decisión, se hacen erróneos, accesorios, o simplemente añaden confusión a la decisión final, que en bastantes de los casos se resuelve de forma sencilla, o incluso por qué no, por si misma.
El extra de información en el proceso lo único que provoca es caos e inseguridades al aparecer variables en el proceso que quizá ni siquiera habíamos contemplado, por remotas.
Que se lo pregunten a un operador de bolsa en estos tiempos. Hay que ser verdaderamente un prodigio físico y mental para no acabar loco con el seguimiento en tiempo real de los mercados.
No hace tanto vivíamos con el teléfono fijo y sin internet, tan ricamente. Y nos equivocábamos como mínimo igual que ahora (yo creo que menos).
No se qué aporta desde un punto de vista informativo decir a dónde está usted, o si se ha encontrado a alguien en una esquina montado en su Golf. Si yo fuera usted (y lo digo porque lo hago) dedicaría ese tiempo a reflexionar, a tomar una caña o a mirar las caderas a quien sube la escalera, a vivir consigo mismo, en lugar de vivir para exponiéndose constantemente a los demás con insustancialidades. Porque al final, con tanta exposición lo que se pierde es naturalidad y perspectiva, al estar más pendiente de la exposición propia que de la propia vida. No lo haga, bastante esclavo es usted de su esclavitud ya 🙂
Conozco a algunas personas, sobre todo provinentes de los EEUU, que entre redes sociales y medios de comunicación instantáneos dejaron hace tiempo de vivir sus vidas para vivirlas externamente y para los demás, a través de las pantallas.
Comparto 100% la opinión de JFKa: encuentro más práctico el concepto agrupado, condensado y periodístico del «diario» (blog) y redundante y poco práctico el de Twitter. Para eso ya hay grupos y listas de distribución abiertas, menos restringido y potente.
¿Dónde tengo buscar el fruto de se trabajo? Entiendo la dicotomía km77 / blog personal pero… ¿añadir Twitter? ¿Porqué no Facebook? ¿O las mencionadas listas? Creo que también debería abrir un canal #IRC y poner su Messenger a disposición de todos nosotros ¡ah! ¡y no se olvide de un WEB dentro de la nevera de su casa! 😉
Además, tiene ud. al anticristo encabezando la lista de «followers»… }:-D
Sr. Lobo
Hola Sr. Lobo,
ni twitter ni el blog son sustitutos de la información que publicaremos, como siempre, en km77.com. Toda la información «relevante» aparecerá, como hicimos con el Prius, en km77.com. En los blogs aparecerán complementos, detalles con antelación y comentarios menos trabajados que en la web. En twitter mensajes cortos.
Todo prescindible, incluso para quien quiera estar bien informado de los detalles importantes de la prueba del Golf. (También es prescindible la información que publicaremos en km77.com. Imprescindible, poco)
Le agradezco su consejo, JFKa.
A mi juicio, la mayor equivocación es no correr el riesgo de equivocarse. Yo tiento ese riesgo a menudo. Pienso en quienes leen las informaciones que publicamos cada vez que reposto y cada vez que hay un detalle que me sorprende.
Cuando estoy en una rueda de prensa, cuando conduzco el coche, cuando visito un lugar «sólo para periodistas», siempre pienso en lo que disfrutarían muchos de los lectores de km77.com si estuvieran en mi lugar.
El pensamiento y la idea de transmitirlo ya ocupan espacio en mi cabeza. Poner un mensaje en Twitter me puede resultar más fácil que darle vueltas para ver cómo engarzo ese detalle en un artículo poco relacionado. Finalmente, muchos de esos detalles no quedan reflejados en ningún lugar. Y me da pena.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice, y lo alabo. Si piensa en sus lectores pocas veces se equivocará, sobre todo cuando entra como dice en esos lugares reservados a los periodistas. Sin embargo, yo le sigo recomendando que se guarde algo de espacio para la reflexión propia, para mirar hacia acentro.
Hace 6 años Bosch me invitó a su centro técnico en Boxberg donde pude ver y probar y aprender sobre multitud de cosas que llevan los coches actuales. Para mi fue una gran ilusión, como periodista, poder entrar en las entrañas de un centro técnico y charlar con todo el mundo y al mismo tiempo, ir probando. A la hora de plantear la información lo hice justo así, poniéndome en la piel del lector, y pensando en qué me gustaría que me contara alguien que hubiera tenido acceso allí más allá de lo lógico y evidente. Y antes de que los blogs y demás estuvieran de moda hice una crónica seriada que apareció durante 3 números consecutivos en una revista mensual, en la que mezclaba la información técnica de interés con las vivencias, comentarios y aspectos que se suelen salir de lo rutinario en este tipo de informaciones.
Mucho ha llovido desde entonces, y Bosch no me volvió a invitar más, por cierto, a pesar de mis protestas 🙂
Hola JFKa,
¿Pero para qué voy a mirar hacia adentro, si está vacío?
Muchas gracias. Intento cuidarme bien y no lo consigo. No por falta de reflexión propia, sino por incapacidad.
Gracias de nuevo
Comparto la opinión de JFKa, tanto que hasta la hago mía. Mucha gente me pregunta si no tengo Facebook, a little word, Myspace o no sé cuántos servicios más y cuando pregunto ¿para qué? me responden que para estar en contacto con los amigos.
Yo no necesito saber qué han comido mis amigos, ni cuál fue el último CD de música que compraron, y yo no tengo ni el tiempo ni las ganas de contarle al mundo que ayer me pusieron un helado de menta que no me gustó.
La aportación de JKFa merece un capítulo a parte, y merece debatirse esto que se ha denominado la vida virtual.
Yo para estar con mis amigos, quedo con ellos a cenar, a tomar unas cañas o un café o me voy de viaje con ellos; no les cuento las veces que he ido al servicio.
JM
Estoy de acuerdo con MojaEte y, además, añado que estoy hasta el gorro de anuncios de gente que hace cosas.
Por crear más entropía, y eso.