Un responsable de prensa del Ministerio de Trabajo dice que se va a enterar de quién es un periodista para que no vuelva a pisar el Ministerio. Y además le dice que lo ha hecho «Mal, muy mal»
¿Cuál se habrá creído este señor que es su labor? ¿Por qué se cree con derecho a decirle a un periodista que va a impedirle que vuelva a pisar el Ministerio para hacer su trabajo? A los periodistas nos pagan nuestras empresas y la única opinión que debe importarnos es la de nuestros jefes y nuestros lectores. Estoy seguro de que a este periodista le importa un comino que este señor piense que lo ha hecho bien o mal. Pero que le amenace con no volver a pisar el Ministerio es inadmisible.
En un Ministerio, propiedad de todos los españoles, están obligados por ley a informar, no debieran impedir el paso a ningún periodista enviado por un medio legal. ¿Por qué se habrá creído este señor que puede el administrar la información que los ciudadanos queremos saber? Mi voto es para que lo echen inmediatamente de su cargo. No puede recibir ni un Euro de los ciudadanos (o la parte proporcional mía, al menos) a los que pretende privarnos del Derecho de ser informados libremente por quienes nos plazca.
Recuerdo que una vez, en 1995, en una rueda de prensa, le pregunté a Aznar en el Congreso sobre un posible pacto con Convergència i Unió para llegar a un Gobierno conjunto que sustituyera al del PSOE, mediante moción de censura.
«Hoy no corresponde hablar de eso», me contestó.
«Los oyentes de mi radio dicen que sí corresponde hablar de eso», me salió a gritos del alma y ahogué en la boca. No tenía experiencia en el Congreso y me callé furioso de rabia. ¿Por qué los servidores públicos deciden de qué informan y de qué no? Les pagamos el sueldo entre todos los ciudadanos para que gestionen en favor de nuestros intereses. Como son nuestros intereses, están obligados a informarnos y los periodistas estamos ahí para preguntar lo que entendemos que los ciudadanos queremos saber.
Con estos detalles, se hace tan evidente que los ciudadanos les importamos un carajo a los políticos, que lo único que quieren es su cargo, su sueldo y defender a su partido, que no entiendo cómo no somos capaces de barrerlos de esos puestos que ellos utilizan de forma tan miserable. Barrerlos con los votos y que desaparezcan para siempre.
Me enciendo cuando oigo a los políticos decir que defienden a sus partidos. «Hacemos esto por el bien de nuestro partido, al que todos queremos tanto», oí decir ayer a no sé qué político. ¿Pero cómo se puede querer a un partido político? ¿Cómo es posible que alguien defienda a un partido o a otro?
Lo único que puede importar a alguien sensato es la sociedad, el bienestar, las ideas, las personas, las medidas concretas. Un partido no significa nada para los ciudadanos. No queremos que los políticos trabajen por el bien de los partidos, sino por el bien de los ciudadanos que les pagamos el sueldo. Y no, no tiene nada que ver. Por mucho que se empeñen en decirnos que los partidos políticos son imprescindibles para que los ciudadanos vivamos mejor. Nadie nos creemos esa mentira. Es evidente que sin estos partidos y sus representantes viviríamos mucho mejor.
Ese responsable de prensa deberia dimitir por lo que acaba de hacer, ya que no creo que ni al mismo entrevistado le haya sentado mal.
Pero así trabajan todos, y estoy muy de acuerdo con lo que dice Javier, y tambien me hierve la sangre.
No podemos «barrerlos con los votos» porque todos son así.
Hola a todos.
Chandler tiene mucha razón: es la profesión con el corporativismo más grande que existe, más incluso que en la sanidad.
Hasta que no pongamos la famosa demanda por incumplimiento de «programa de gobierno», no tenemos nada que hacer.
Saludos desde Zgz.
Lo siento; la profesión periodística lleva años desprestigiándose, tiñéndose de amarillo, generando titulares alarma que no se corresponden con el cuerpo de la noticia, conduciendo todo a la víscera y la escatología, al gracioso que hace preguntas impertinentes para sacar los colores al político…
A mí me da asco leer los periódicos españoles con esos sesgos descarados, con esa irresponsabilidad, con esos merluzos cubriendo informaciones sobre materias que ignoran.
Hace falta refundar el ejercicio del periodismo para tener un periodismo de calidad.
Lo siento, no estoy de acuerdo. Usted puede ser serio, otros muchos no lo son; entre todos han desprestigiado a la función.
JM
Pues miren ustedes por donde, y aunque parezca muy política mi opinión, tienen todos razón.
El señor Moltó tiene razón en su mensaje, aunque obvia que quizás, como bien dice el señor JM, más de un periodista debería ser vetado, o silenciado, por su falta de profesionalidad.
Porque ese es el problema, ahora hay mucho intrusismo y mucho «puterío» profesional. Ya no hay políticos profesionales «de vocación», sino politicuchos «de equi-vocación» que quieren medrar lo antes posible, a lo más alto, y a cualquier precio. Tampoco hay muchos periodistas serios, sino más bien agresivos comerciales de empresas de comunicación que «comercian» -a veces de manera mercenaria- con las noticias y la información.
En fin, ese responsable de prensa seguramente es un patán que no debería estar ahí, pero que debería marcharse por la puerta trasera con muchos más políticos y periodistas que tampoco son coherentes y honrados con su posición y su profesión.
Hola JotaEme;
La verdad, no te entiendo, a veces tienes unos comentarios ingeniosos, otras simplemente están correctamente construidos pero rayan ….( me voy a quedar así que las ciencias sociales no son lo mio y seguramente mis conclusiones sean erróneas) Simplemente a veces no te entiendo. Estoy de acuerdo con alguna de tus ideas pero no con tú discurso, y no lo estoy por que me parece inoportuno, lo siento.
Supongo que te ha disgustado la generalización de Javier Moltó hacia la función pública y por eso has atacado directamente por ese frente. Me parece una reacción un poco violenta, no digo que no sea inteligente, pero eres demasiado agresivo.
Un saludo.
Jose GL, una pregunta: ¿quién cree usted que será mejor periodista del motor? ¿Alguien que sepa realmente de coches, o un periodista de carrera que no tenga ni idea de coches? ¿Y sobre economía? ¿Y sobre política?
Mi impresión (a falta de poder oír el vídeo de Javier Moltó), es que hay mucho periodista que no tiene ni pajolera idea de lo que habla y, aun así, se atreve a decir auténticas sandeces. Y a publicarlas, que es peor. Y que las noticias, sean las que sean, no importan; sólo importan aquéllas que el redactor o el director del medio creen que la gente debe saber. Por poner un ejemplo, aún estoy acojonado de lo que leí hace poco sobre el car-jacking en la AP-7 y, sin embargo, no ha sido noticia en ningún lado. Porque no interesa. Porque si un medio dice la verdad y la verdad va contra quien manda, a éste le es tan fácil como no proveer una acreditación a ese periodista para las ruedas de prensa. Y luego otra. Y otra. ¿Se imagina qué le acaba pasando al periodista dentro de ese medio de comunicación? Pues que se buscan a otro par cubrir las noticias y el valiente, defenestrado profesionalmente. Porque, para los jefes de muchos medios de comunicación, es más fácil y rentable llevarse a bien con los poderosos que cantarles las cuarenta diciendo cuatro verdades bien dichas. ¿Se imagina cuánto dinero pierde un periódico si, por ejemplo, un gobierno de Comunidad Autónoma deja de introducir su publicidad institucional en dicho periódico? En la misma línea, ¿recuerda haber leído alguna noticia escandalosa sobre El Corte Inglés?
Un saludo
Señor Pato, El Mundo lo hizo hace ya bastantes años. El Corte Inglés canceló todos sus contratos de publicidad con el diario durante una temporada larga. Que cada uno saque sus conclusiones.
Señor JotaEme, no me vale. La mediocridad de los demás no es justificación suficiente para la propia. Además, usted justifica las declaraciones de este jefe de prensa en base a unos argumentos que podemos compartir los demás o no pero ¿puede usted asegurar que ese fue el motivo concreto del jefe de prensa, y no cualquier otro?
Sr. Patoaparato, cuando hablo de periodismo serio no me refiero a tener simplemente la carrera. Hay periodistas muy buenos que no tienen la carrera. Y cuando digo lo de los comerciales de empresas de comunicación me refiero a lo que usted remarca: que las noticias se publican o no en función de si son «políticamente correctas» o no. Los medios de comunicación, como cualquier ciudadano, tienen una afinidad política, económica, social, etc., y siempre evitarán tirar piedras contra su tejado, y aprovecharán la menor ocasión para aguijonear a la parte contraria a su afinidad.
Y por supuesto que hay mucho profesional que no puede hacer su trabajo como le gustaría, tanto en el periodismo como en la Administración, bien porque no le dejan o porque sería defenestrado profesionalmente.
Yo sólo quería incidir en que el sistema tiene óxido en todas y cada una de las patas que lo sostienen.
Saludos.
Y yo sólo quería decir que lo de intrusismo en el periodismo es muy relativo.
Un saludo
Miraquedasvueltas, no me califique; argumente, rebata, cuestione el argumento, pero no califique a la persona porque entonces escribimos sin más y sin otro valor que el de intercambiar unos comentarios que aportan poco y dicen menos.
Yo no me he referido al incidente en sí, porque comentar el incidente se agota pronto; yo he ido más arriba y he querido exponer que el incidente es consecuencia de una degradación, la del oficio periodístico, que vengo lamentando desde hace años. Unos por acción, otros por omisión permitiéndolo, han embarrado un oficio, el de informadores, que han embarrancado sin remedio sepultando a la par el prestigio junto con la función.
Y lo comentaba con notables del periodismo, y por supuesto no les descubría un Nuevo Mundo, el share, el ejemplar, OJD, la inmediación, internet, me decían.
El día que el periodismo dejó de ser un oficio del que se come para ser un negocio para otra cosa empezamos a tensar la cuerda de la ansiedad social para venderles más ejemplares.
Y ello por no decir que los medios escritos tradicionales han tenido que reaccionar frente a las cabeceras gratuitas, y desgraciadamente, en vez de diferenciarse por calidad, han tomado rumbo de convergencia.
No creo que haya nada erróneo en mis comentarios, ni creo que sean agresivos, pero espero que usted me diga lo que piensa de lo que pienso, sin necesidad de que me diga lo que piensa que soy, que ya se lo digo yo: un idiota.
JM
Sinceramente, creo que el problema es que, si los periodistas de este país ejercen bien o no su profesión, es algo que no debe determinar el jefe de prensa de ningún ministerio sino los lectores de sus periódicos. A mi tampoco me gusta el tono general del periodismo nacional y tampoco compro periódicos nacionales y apenas los leo pero quiero ser yo y no un funcionario público el que determina qué es buen periodismo y qué no. Mucho menos todavía, como bien dice Javier, estoy dispuesto a que un funcionario público determine qué se puede preguntar y qué no en una rueda de prensa. En una rueda de prensa se pregunta lo que se quiera y luego, el interrogado, responde, no responde o se arranca con un bonito baile regional pero asume las consecuencias de su acción. (O de su inacción si decide no responder y no bailar)
Un saludo
Tras la rueda de prensa, un reportero quiere saber la opinión del Ministro de Trabajo a propósito de unas declaraciones que el jefe de la patronal acaba de hacer unos minutos antes. El jefe de prensa se ofusca (quizá porque el reportero le desbarata la organización, quizá porque no tuvo tiempo de preparar la respuesta con el Ministro), se olvida de su mano izquierda y le sale la vena totalitaria. Esto se soluciona con una disculpa pública y/o una dimisión.
Yo estoy de acuerdo con que el periodismo es siempre fuente de polémica, porque navega entre el derecho a la información y el más flagrante atentando contra la decencia. No menos polémico es el comportamiento de la clase política. Pero este incidente se puede analizar sin entrar en profundidades y sin recurrir al epitafio.
De la misma manera que un responsable de prensa (o lo que sea, de hecho dudo que sea funcionario) no es quién para determinar si el periodista hace bien o no su trabajo, tampoco nadie debería juzgar y opinar alegremente sobre su trabajo: eso ya lo hará quien lo tenga que hacer, pero no todo el que pasaba por allí.
A veces nos creemos que tenemos derecho a opinar de todo y a decir lo que se tiene que hacer con esto o con lo otro, y el que crea que eso es así sencillamente se equivoca. Como ciudadanos a lo que tenemos derecho es a EXIGIR un buen servicio público, pero no a decir cómo se tiene que gestionar. Si voy a una tienda y se me atiende mal, no me pongo a decir que echen al empleado (que quizás sólo es un mandao y se limita a seguir instrucciones): pido el libro de reclamaciones, pongo una denuncia en consumo, etc. pero no le digo a nadie que haga esto o lo otro con tal persona.
Por último: este país tiene los políticos que se merece. Unos políticos iguales todos unos a otros, caracterizados por la falta de honradez y de escrúpulos, y que lo único que persiguen es idiotizar (aún más, si cabe) a una masa carente de crítica pero con derecho a votar; a votarles a ellos, por supuesto. Y si para ello hace falta cargarse un sistema educativo que funcionaba, como sucedió con la LOGSE, o comprar votos con el subsidio agrario, o crear empleo de baja o nula cualificación y dinero fácil fomentando el ladrillo, o pegarle una patada detrás de otra al diccionario, pues se hace. Pero los votos… que no me los toquen.
pgonzalezs, reitero que no he comentado el caso concreto sino a propósito del mismo. Ya no lo repito más, jó que cansancio con el dónde vas, manzanas traigo.
JM
JotaEme, no iba por usted en particular.
Aclarado, usted disculpe 🙂
JM
Buff, muchas gracias a todos por unos comentarios tan buenos.
Discrepo de unos y de otros en algunas cosas y estoy de acuerdo en otras. Pero me parecen opiniones bien trabajadas.
estoy de acuerdo con JotaEme con que no tiene sentido el ataque a la persona en los debates. Yo parto de la base de que todos los razonamientos son mejorables. Los míos los que más (o eso espero). Por eso tenemos todos muchas posibilidades de mejorar. Pero decirle a un tonto que es tonto sirve de poco. Que a mí me digan que pienso mal, que mis razonamientos son estúpidos, sirve de nada. Analicémoslos y debatamos.
Creo que en la prensa hacemos mal muchas cosas. Pero eso no se soluciona haciendo mal los otros trabajos que rodean a la prensa. A mí me parece que una empresa privada puede llevar su comunicación como le dé la gana. Eso no vale para un Ministerio ni para un político en el desempeño de sus funciones. Y mucho menos vale para que un Responsable de comunicación amenace a un periodista y le diga que le va a impedir hacer su trabajo en el ministerio.
PagoPago, ¿Por qué no vamos a tener derecho cualquiera a opinar? Claro que lo tenemos. Este responsable de prensa también tiene derecho a opinar que el trabajo del periodista es malo. (Imagino que al periodista le dará igual, pero él tiene derecho a opinar). A lo que no tiene derecho es a amenazar.
Yo opino que este responsable de prensa debiera dimitir y pongo mi voto a favor de echarlo. Lo dejo claramente dicho. Los servidores públicos de determinado nivel están expuestos al dictado de los votos. Les guste o no. Y mi voto está a favor de echar a un mal profesional que en un calentón le dice barbaridades a un periodista que intenta hacer su trabajo lo mejor que sabe.
Barriendo hacia mi esquina, yo no sólo les otorgo el derecho a opinar sobre km77.com y sobre el trabajo que hacemos aquí. Les pido encarecidamente que lo hagan. Me parece que recibir opiniones es la mejor forma de mejorar. Por supuesto que yo las filtro y tomo decisiones. Pero me encantaría recibir opiniones en las que se analizara detalladamente mi trabajo y se criticara sin miedo a herir. Las críticas me permiten aprender. Creo que son la mejor herramienta que tenemos todos para aprender. No entiendo el miedo y la aversión a la crítica y a las opiniones ajenas.
@ PagoPago: voy a citar su frase para luego exponerle una reflexión:
«A veces nos creemos que tenemos derecho a opinar de todo y a decir lo que se tiene que hacer con esto o con lo otro, y el que crea que eso es así sencillamente se equivoca»
Artículo 20 de la Constitución Española: Libertad de expresión
«1. Se reconocen y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.»
«4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que los desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y la infancia».
Es decir, TODOS TENEMOS DERECHO A HABLAR DE LO QUE NOS DÉ LA GANA. Otra cosa es insultar, calumniar, denunciar en falso… pero a opinar, todos tenemos derecho. Podemos decir lo que se tiene que hacer, mejor si lo hacemos concienciados con lo que decimos y no sólo por tocar las narices. Precisamente, la virtud del responsable (tanto en el ámbito público como en el privado) está en separar la paja y quedarse con lo útil.
A lo que no nos da derecho la Constitución es a imponer el criterio propio por encima del criterio del vecino.
Un saludo
Hola JotaEme;
En general intento expresarme claramente, rara vez lo consigo, empiezo a ser pomposo o demasiado técnico pero sí soy franco.
No tengo ningún problema con el contenido de tú argumentación, es más considero el periodismo como la profesión más denostada del siglo XX. Pero ¿qué derecho da eso?, ¿sobre qué? y ¿para qué? Independientemente del respeto profesional que pueda o no tener alguien y la consideración social por el ejercicio de una profesión, todos somos personas y nos debemos uno deferencia en nuestras relaciones. Además hemos desarrollado una tolerancia hacia determinados comportamientos propios del ejercicio de un oficio. Echo en falta estas dos premisas en la interpelación del jefe de prensa, es más, suponiéndole inteligencia ( la necesaria para desarrollar su actividad laboral) no puedo reducirlo al menosprecio de la tarea de informante. Para mí, se convierte en un ataque al ejercicio de una profesión y por lo tanto en una vejación. Sí, un abuso.
No creo que nadie pueda justificar un abuso. Por ello, no entiendo tu mensaje. No tengo que rebatirte nada, tu comentario no dice nada que no piense o crea comúnmente aceptado como puedes comprobar en los comentarios de este post. Tampoco te he calificado, puedo calificar tus manifestaciones pero no te conozco ni tengo dotes de adivinación. Buscándole un sentido, llegue a realizar una conjetura, ya la expresé y califique en mi anterior comentario. Quizás no he sido demasiado claro. Lo intentaré ahora, ¿qué tiene que ver la extralimitación de un empleado público con las consideraciones que pueda tener o no éste trabajador hacia otras profesiones?. Un saludo.
(Ay, madre)
miraquedasvueltas, me lloran los dedos frustrados e incapaces de hacerle comprender pese a la reiteración que yo no estoy comentando ni he comentado el suceso. Que no. Que no comento el suceso del periodista y el del Ministerio. No. Ni de coña. No lo he hecho, no, que no. Nononononononono. Niet. Nein. Ez. Que este suceso no. Que este suceso me ha permitido escalar a otra reflexión, pero que no he comentado el suceso. NOOOOOOO.
Y dicho lo anterior, convengo con usted (ahora sí comentando el suceso) que no me parece bien lo que hace el del Ministerio.
*Toma aire y se enjuga las lágrimas de los dedos*
JM
Por supuesto, Javier Moltó y Patoaparato, que la constitución nos autoriza a la libertad de expresión. Y afortunadamente (al menos en teoría).
Pero ¿puedo yo dirigirme a un médico sin tener ni idea de medicina y opinar o valorar sobre su trabajo? Me mandará a freír puñetas, y con toda la razón (vamos, yo en mi trabajo lo haría). ¿Me voy ponerle a sacar la constitución en este contexto?
Si se quiere evitar el término ‘derecho’, ninguno tenemos razón (moral al menos) para decir sandeces alegremente y a tocar las narices porque sí. Yo aquí veo que sí que se ha hecho algo parecido: hay que echar a este individuo. Esto se dice con demasiada alegría y no veo que sea un comentario constructivo, sino más bien una pataleta (que a lo mejor es comprensible).
Aunque no estoy muy de acuerdo ni con el fondo ni con las formas que mostraba en el vídeo precisamente, no voy a defender a ese hombre ni a atacarle. Pero ¿realmente el problema está en él? ¿O sólo es una marioneta más de otros que hay más arriba? ¿Somos nosotros quienes para valorar su trabajo? Yo por lo menos tengo las respuestas muy claras.
PagoPago,
¿Y si le digo que desde mi punto de vista tiene usted razón? ¿Es una opinión valiosa? ¿Sería más sensato por mi parte decir que este hombre merece no ser despedido?
Le aseguro que estoy de acuerdo con usted. Es una barbaridad (por mi parte) pedir que echen a este hombre. También sería una barbaridad pedir que le mantuvieran en su puesto de trabajo.
De todas formas, me gustaría que este hombre pidiera excusas. Que reconociera que se ha equivocado. Estoy convencido de que si piensa que esa forma de actuar es correcta, los españoles no nos merecemos pagarle su sueldo, porque está a nuestro servicio. Si él está de acuerdo con amenazar a periodistas por intentar hacer bien su trabajo, no merece que le paguemos el sueldo.
Si él cree que se ha equivocado (todos nos equivocamos) la situación cambia.
Yo no creo que los ciudadanos debamos conformarnos con que cualquiera, actúe como actúe, puede disponer de recursos públicos. A mí me gustaría saber si este hombre es un buen servidor público (aunque se equivoque a veces) o no lo es. Y si no lo fuera, según opinión mayoritaria de los ciudadanos, tendrían que despedirle. en beneficio de todos.
Hay muchas personas en el paro. Quienes tenemos un puesto de trabajo nos lo tenemos que ganar cada día. no podemos tener privilegios históricos sobre quienes no lo tienen. Lo importante es que haya puestos de trabajo, los ocupe quien los ocupe.
Este señor si quiere mantener su puesto de trabajo, tendrá que demostrar cada día que lo merece más que otras personas que no lo tienen. (Lo que quiero decir es que no me parece nada grave despedir a una persona que no hace bien su trabajo. Porque habrá otra persona que lo ocupe cuando sea necesario. Y esa persona, que quizá no tuviera trabajo antes, debieera tener las mismas oportunidades. reconozco que esto ya es asunto de otro debate. Asunto sobre el que también escribiré)
Javier,
No es que lo relevante aquí sea tener razón o que la opinión sea más valiosa según sea de un signo o de otro. Ni mucho menos, aunque en líneas generales estoy bastante de acuerdo con lo que usted expone en esta ocasión en particular (y también en otras, aunque no venga al caso). Lo cual tiene el mismo valor que si fuera al revés.
Yo también pienso que sería conveniente que este hombre (y también quién esté por encima) rectificase, aunque sólo fuera por quedar bien ante esta polémica. Rectificar es de sabios.
Pero hay algo que se nos escapa. Dice que si este señor no fuera bueno en su trabajo según lo que los ciudadanos opinasen, habría que despedirle. Verá, si este hombre es político, si ocupa un cargo político (no tengo ni la menor idea), elegido a dedo o por votación, no tengo ninguna objeción. Pero si no lo es, los ciudadanos no son quienes tienen que juzgar su trabajo. No son competentes para ello. Los ciudadanos pueden y deben exigir por parte de cualquier servidor público (incluído este hombre) un buen servicio. ¿Pero… la evaluación del mismo? Eso ya es harina de otro costal.
Dejemos que cada uno haga su trabajo, y si algún día a la gente le da por pensar, y en consecuencia por votar responsablemente y no como borregos, todo irá mucho mejor.
@ PagoPago: sí. Usted puede dirigirse a un médico sin tener ni idea de medicina. Faltaría más. Y valorar su trabajo. Por ejemplo, para algo está el derecho (otra vez) a una segunda opinión médica, porque nadie es perfecto. Porque un médico no es Dios. Y si le manda a freír puñetas, es un maleducado. Otra cosa es que quiera imponerle su opinión. Pero, aunque no tenga ni idea, intento aplicar el sentido común.
En cuanto al jefe de prensa del Ministro (por fin he podido ver el vídeo), una pregunta: en vista que la conferencia de prensa de Díaz Ferrán se había celebrado durante la rueda de prensa del Ministro, ¿no hubiera sido más correcto que, en vez de amenazar, le hubiera dicho amablemente al periodista que el Ministro primero vería dicha conferencia y luego opinaría? Esa chulería, esa prepotencia, esas amenazas, uno se lo tiene que guardar en casa. Trabaje en lo que trabaje. El funcionario no tiene que aguantar faltas de respeto, desde luego. Pero, aunque se le hubiera faltado al respeto, no puede reaccionar con amenazas y esa actitud prepotente.
Un saludo
Patoaparato, y si valoro alegremente el trabajo de un médico (no hablo de la educación o los modales o si lleva bigote) sin saber nada sobre ello… ¿no le estoy faltando el respeto? Justamente al pedir la segunda opinión estoy haciendo lo mismo pero sin faltárselo, ya que en ese caso sí que hay alguien competente (el segundo médico) para poder valorar.
Es que valorar alegremente no requiere el uso del sentido común. En mi tierra, a quien hace eso se le suele llamar «falabarato». Una valoración implica una mínima reflexión; valorar a la ligera no es valorar, es incontinencia verbal.
Francamente, aunque llego tarde al debate, quería opinar sobre el hecho porque durante unos segundos me he sentido muy molesto con ese tipo con sueldo público que amenaza a un periodista por no obedecer a sus normas palaciegas. Me gustaría verle con carnet de paro, pero temo que un día le pusieron allí por bueno (con el partido que le ampara) y siempre tendrá cobijo.
En este sentido, lo más interesante me parece el trasfondo, el análisis de Javier Moltó sobre la actitud de los políticos y sus adláteres con respecto a los ciudadanos.
El sistema español se ha montado sobre organizaciones opacas que se legitiman con un mecanismo legalizado de contar mal los votos para evitar que personas no alineadas con sus intereses accedan al poder. Sobre esta mentira se ha creado un Estado controlado y administrado por unos pocos. Estos, cuando lo gobiernan, malgastan sus recursos disponibles provocándole una voracidad recaudatoria que aplasta al ciudadano que con entusiasmo mantiene a esa oligarquía despótica en el poder con su voto manipulado.
Disculpas por llegar tardísimo al debate.
Estoy de acuerdo con JotaEme.
En cuanto al vídeo, me falta información para poder dar una opinión fundada. De lo poco que se ve, creo que el periodista se equivoca, porque en las ruedas de prensa también hay normas, y el deber del periodista es conocerlas.
El jefe de prensa parece tener un calentón, pero apostaría a que la cosa no ha pasado a mayores.
saludos