Este fin de semana he ido a Cuenca en coche. Un recorrido cortísimo con un KIA Sportage. Nada nuevo. Hago miles de viajes de esos. Pero este fin de semana iba de vacaciones. A pasar un día de vacaciones a Cuenca. Todo sabe mejor. La carretera sabe mejor, el coche sabe mejor y hasta conducir por autovía a 120 km/h e incluso a 100 repetidamente porque en cuanto la curva es un poco más cerrada o el cambio de asfalto un poco más brusco, la velocidad máxima se reduce a 100. Control de velocidad despacito y a disfrutar sin temor a las multas. En Cuenca, amigos, risas y buena comida. Qué más quiere nadie en el mundo.
Lo de Islandia es otra cosa. Todavía no he ido. Se lo cuento a ustedes porque siempre que les he contado un viaje con antelación me han ayudado mucho.
Todo empezó el sábado 18 de marzo por la mañana. Una amiga me envía un mensaje al teléfono.
«Hola Moltó. Una pregunta rara. ¿Te irías el sábado que viene a Islandia una semana? Mi amiga X, periodista de viajes, tiene los billetes y le ha fallado el fotógrafo. No quiere anular los vuelos y se me ha ocurrido que igual a ti te puede interesar hacer algún tema o algo allí. Bueno, pues ya me dices. Un beso.»
Ustedes entenderán que no he podido resistirme. El sábado que viene me voy a Islandia con la amiga de mi amiga. Casi seguro que les cuento cosas del viaje a la vuelta. No sé ni qué coche alquilaremos, ni dónde dormiremos ni qué lugares de Islandia recorreremos. Ni sé como viaja la amiga de mi amiga, ni si le gusta improvisar o no ni si le apetecerá recorrer carreteras heladas (si es que están heladas) o no.
Todas las recomendaciones que me den se las agradeceré. No sé cuáles son las obligaciones profesionales de mi compañera de viaje, a la que no conozco de nada. Pero sean cuales sean, una buena recomendación siempre ayuda a mejorar un viaje.
No sé por qué este viaje me recuerda a otro que hice hace poco más de dos años. Un viaje al frío, improvisado, con una persona desconocida también con la que compartí todo y con dos personas más también desconocidas antes de salir, en otro coche, en el que fuimos a la aventura para encontrar auroras boreales. Y las encontramos, aunque no existan. Si conseguimos que este viaje a Islandia sea una cuarta parte de bonito que aquel viaje que hicimos entre cuatro, habrá valido mucho la pena. Y lo conseguiremos.
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La información sobre el KIA Sportage la publicaremos en forma de comparativa con un Ford Kuga en nuestra publicación hermana Arpem.com. En Arpem.com vamos a hacer muchas comparativas de coches, de dos en dos. Voy a volver a hacer vídeos y a escribir algo de vez en cuando de coches. Espero que podamos mostrárselo pronto.
Islandia es quiza mi lugar favorito.
Consejos, pocos. Que disfrute, que no deje de ver las cataratas, que escale un glaciar, que se banye en pelotas en alguno de los lagos termales, que vaya a Vik y a sus playas negras, que se de una vuelta por donde muchas marcas hacen fotos promocionales de modelos (desde un SLR hasta un Aston Martin pasando por un Discovery Sport)…
¡Islandia! El lugar que vio nacer a ese engendro musical llamado Björk; espero que el resto de islandeses no sean así. Con el único islandés que he conversado fue un estudiante que iba para Barcelona a mejorar su español ¡Y lo hablaba de pxtx mxdrx!
muy parca tiene que ser la amiga de tú amiga para que no traigas muy buen recuerdo. Y desde luego espero comentario. Buen viaje!!!
La amiga de tu amiga va a flipar con lo entretenido que eres cuando estás de viaje Jajajajaha! Tráeme una cuchara de madera. Muac!
no deje de visitar Skogafoss, y el resto de cataratas bajando del centro a la costa… si puede y no hace demasiado frio busque dormir en alguno de los refugios que estan por el interior. Si le gusta andar, la excursión es fascinante; permafrost, cataratas doquiera alcanza la vista, nadie. Yo fui en junio, a lo menor el clima condiciona lo que le digo.
Ahora se le llama así a una cita a ciegas sin escapatoria? XD
Por lo menos tiene mucho más recorrido que un tínder de ésos.
Y por supuesto, alquile un 4×4 de verdad, no un SUV light que abundan ultimamente.
Que lo disfruten.
Saludos cordiales,
James Marshall.
Javier, ¿vas a repetir tu viaje a las auroras boreales con un pasajero discapacitado? En su día, seguí en todo momento vuestra convivencia personal a lo largo de tantos y tantos kilómetros. Lo recuerdo con emoción, pues yo también soy discapacitada y empatizo con aquel muchacho lamentablemente fallecido. Un abrazo agradecido Laura Rubio