Tengo una sobrina joven y talentosa a la que han fichado con un contrato como el que yo no he tenido en la vida. Su contrato incluye coche de empresa. Ayer me llamó para enseñármelo, que se lo acababan de dar.
Nunca me ha llamado tío. Siempre Javier. Yo a mis tíos siempre les llamé tíos y no se me ocurría la posibilidad de llamarlos de otra manera. Pero ella no. Me llama Javier y me cuida como si fuera un hermano. O más. Me mima y me quiere.
Ayer me enseñó su BMW 130i, azul metálico, navegador y unas llantas y neumáticos que se le salen por la boca. Estaba feliz. No le cabía la sonrisa con su cochecito nuevo, mientras me enseñaba la piel clara que tanto le gusta, el aluminio en el salpicadero, el i-drive para jugar y lo bien que gira en el garaje.
«Aquí con el Mégane tenía que hacer maniobra. Éste entra de una vez y tiene un disco duro de ocho GB en el que puedo descargar toda la música de mi i-pod. No he conseguido hacerlo con el Bluetooth ¿se puede? El señor me dijo que si meto un CD y le digo descargar me descarga las canciones directamente al disco duro ¿Las piratea el coche, así, directamente? Me lo tengo que estudiar, tiene muchas cosas. La agenda del teléfono ya se la ha bajado, pero no consigo copiar las canciones. Ayer se me encendió una luz en el cuadro, naranja, como un triángulo, con una cosa en el centro. Supongo que el coche estaría haciendo su reseteo o sus cálculos. (A mí me dio la impresión de que era la luz del ESP. Se lo dije.) No creo. No hice nada para que saltara el ESP. (Miedo me da) Es verdad que corre mucho. ¿Cuántos caballos tiene? Las tres puertas son más incómodas, pero es mucho más bonito y lo que más me gusta es la piel clara. No me di cuenta de que las llantas eran tan grandes. Me enseñaron el dibujo y me gustaron. En la foto no se notaba que eran tan grandes. Son enormes. (Ya y los neumáticos muy anchos). Seguro que gasta más por eso, pero no me di cuenta.»
Está feliz.
«¿Tengo que hacerle rodaje? Yo voy a utilizarlo por ciudad casi siempre, salvo algún fin de semana que nos vayamos fuera. Le voy a hacer el rodaje por ciudad. ¿Es malo? ¿Se va a quedar el motor dormido por eso? ¿Tengo que salir a carretera?»
«Te ríes de mí. Te veo.»
Se le pone cara de niña pequeña y no puede con ella. Le gustan los juguetes y trastea con todos. Éste es más grande de lo habitual. «Te lo presto cuando quieras». La quiero. Y está feliz.
«Me falta ponerle nombre. No sé cuál ponerle.»