Algunos pensadores relacionan calidad de periodismo con calidad de democracia. Frases del estilo «La democracia no es posible sin un periodismo serio e independiente» son utilizadas casi cada día.
Quienes utilizan estos argumentos confunden, algunos quizá de forma interesada, periodismo con información. La información sí es imprescindible en una sociedad democrática, pero no hay ningún motivo para que el trasiego de la información sea un negocio del cual se pueda vivir. No hay ningún motivo para que haya periodistas que viven de elaborar o intermediar con esa información.
A quienes nos importa más la democracia que el periodismo nos corresponde buscar mecanismos para que la democracia no dependa de los periodistas ni de la prosperidad de sus negocios de venta de información.
El periodista que defiende su negocio tiene como objetivo convertirse en un canal imprescindible para que la información llegue al ciudadano. El sueño de todo periodista es conseguir la exclusiva de una información. La exclusiva y la primicia son radicalmente opuestas a la información útil para los ciudadanos. Se ha disfrazado de servicio público una labor cuya prioridad era obtener rendimientos: económicos, de audiencias…
El buen funcionamiento de la democracia no puede depender de que los periodistas hagan bien su trabajo.
Un periodista y cualquier otra persona cuyo primer objetivo sea la defensa de la democracia y no la defensa de su negocio, o de su vanidad, debe buscar todo lo contrario de lo que busca un periodista de investigación. Debe intentar que se reduzcan las fuentes ocultas, que la transparencia sea infinita, que no existan vericuetos ocultos para la información, que no haya fuentes privilegiadas. Que no pueda haber primicias. Que toda la información esté en manos de todos mediante los mecanismos adecuados.
La falta de transparencia de un político y de cualquier servidor público es corrupción. Distraer información es tan grave o más que distraer dinero y deberíamos penarlo de forma similar.
El derecho del periodista a guardar secreto profesional para no desvelar sus fuentes se convierte en un arma perversa para la información misma. Casi siempre es más relevante el conocimiento de la fuente que la información que da la fuente. Quién dice qué, por qué motivos y cuáles son sus intereses, es siempre una información imprescindible para valorar una información. No lo es para vender más periódicos. Sí lo es para que el ciudadano esté informado y tenga mejores datos antes de decidir su voto.
Para mejorar la calidad de nuestras democracias, los ciudadanos deberíamos encontrar formas para que la necesidad de estar informados no dependa de los periodistas, de sus intereses, y de su objetivo de generar recursos con la información que nos suministran.
Con los periodistas y con sus negocios tenemos el mismo problema que con los políticos y sus cargos. Unos y otros están interesados en mantener un sistema que les permite cobrar un sueldo a final de mes. A ellos no les interesa que cambie. Los políticos profesionales no harán nada por cambiar el sistema electoral que les permite mantener la poltrona. Somos los ciudadanos quienes tenemos que obligarles a moverse y quienes debemos encontrar métodos para conseguir mejores grados de participación social en la vida política.
Con el periodismo la situación es diferente. La llegada de la información en formato digital ha puesto en cuestión el modelo de oligopolio de los canales de distribución de la información. La tecnología les ha obligado a moverse, pero algunos se resisten y reclaman ayudas públicas para sostener un negocio esencial para el buen funcionamiento de la democracia.
No conozco soluciones que garanticen información de calidad a los ciudadanos que queremos estar informados. Lo que sí sé es que ahora los ciudadanos no estamos bien informados porque el sistema no nos da acceso a buena información. No es culpa exclusiva de los periodistas. Tampoco de los políticos. Es responsabilidad de todos.
La solución definitiva no llegará mediante fórmulas que protejan el periodismo como negocio. La solución tenemos que encontrarla mediante fórmulas que garanticen canales abiertos de información, accesibles en igualdad de condiciones a todos los ciudadanos. Seguro que hay dificultades para conseguirlo, pero estamos obligados a encontrar el método.
Seguirán existiendo periodistas que clasifiquen la información, que la valoren y que la muestren de forma inteligible. Personas cuyo esfuerzo se centre en digerir la información para los demás, no en conseguirla. La información tiene que llegar de forma automática, no podemos depender de héroes que consigan aquella información que está vedada para todos los demás.
Por desgracia, todavía harán falta periodistas de investigación durante muchas décadas. No sólo para obtener algún dato de mafias y empresas corruptas. También harán falta para controlar la administración pública. Pero estamos obligados a reducir su área de trabajo al mínimo. Abrir puertas y ventanas de la Administración y de los partidos políticos es un primer paso imprescindible.
Igual que nos conviene desconfiar de las buenas intenciones de los políticos, conviene que desconfiemos de las buenas intenciones de los periodistas. Que presenten el periodismo como una institución imprescindible no significa que nos convenga que lo sea. Su argumento me recuerda al de músicos y cineastas, cuando dicen que sin canon se pone en peligro la cultura (simplifico).
La actitud saludable para la sociedad consiste en buscar soluciones que liberen a la democracia del periodismo, en lugar de utilizar la democracia para apuntalar el periodismo.
No solo del periodismo, hay que liberar a la democracia de los propios partidos, tal y como están configurados a día de hoy. Son poco o nada democráticos internamente (vease la designación a dedo de Rajoy o las declaraciones de muchos subalternos de Zapatero cuando Tomás Gomez no quiso quitar su candidatura a las primarias del PSOE en Madrid). Si no lo son internamente…¿como lo van a ser en el ejercicio del poder político?
Yo creo que una «buena democracia» no depende ni de los políticos, ni de los medios, depende del (buen) ciudadano. Y actualmente considero que la política y su «entorno» (incluyendo a los medios de comunicación cada vez mas partidistas y sesgados en sus lineas editoriales) son mas «fútbol que el propio fútbol», la cantidad de votantes de «su equipo manque pierda» es mas alta de lo que nos gusta admitir.
Dicho todo esto, hay que reconocer que unos buenos políticos y unos buenos medios de comunicación ayudarían bastante.
Bueno españa es un país de pan y aguados. El mejor ejemplo es el grupo Prisa aunque los chicos de Público y la Sexta también les van a la zaga. Así les va de palmeros del poder. Los dos en números rojos y los primeros a punton de despedir un montón de gente. No discuto que sean de izquierdas, detesto que no tengan principios. La COPE también se han vuelto unos pan y aguados y el Mundo…a días. Ya sabe tiene cuota de mercado para los judas que se venden por cuatro monedas. ¿Los de Intereconomía que apostol serían? ¿O Santo? Si me permite dejo está pregunta al aire. Fuí a una escuela laíca y en catequesis no estaba por la labor 🙂
Aunque no viene a cuento. Reflexión sobre la energía nuclear….
http://www.elconfidencial.com/mundo/2011/fukushima-chernobil-eleva-alerta-nuclear-nivel-20110412-77372.html
Yo antes creía que la energía nuclear era un mal menor para el desarrollo ahora ya no sé que pensar.
La calidad de la democracia depende de la formación intelectual moda de sus votantes. Por eso la democracia no puede confiarse a poblaciones neuronalmente desiertas, que tienden a fascinarse por idiotas. ¿Que quién decide eso preguntan?. Yo. Y me quedo tan ancho, y además no doy explicaciones.
Croq.
Croquetas, estoy de acuerdo con usted, pero la pacateria reinante impedirá eso hoy y siempre. Tantas leyes que gobiernan esta sociedad nos han alejado del concepto de «lo natural», y nos empecinamos en hacer cotidiano cosas demasiado artificiales.
La seleccion natural darwiniana nos puso donde estamos, no es politicamente correcta pero nos trajo hasta aqui, veamos a donde nos lleva la correccion política.
Saludos.
Joan, ¿El Mundo a ratos? El Mundo es el mismo perro que los demás con distinto collar. No hay medios independientes. Y principios no tiene ninguno. Y eso de que la COPE ‘se ha vuelto’….como si no lo fuese antes…
Nada, nada.
Hay que volver al despotismo ilustrado, que el pueblo es ignorante.
O al menos, debería hacerse una prueba tipo test antes de votar.
– «¿quien fue el último novio de Belén Esteban?»
El que sepa la respuesta, no puede votar.
O mejor: Test de cultura general, y ponderar el peso del voto en función del resultado.
Resultado del test con puntuación de 0 a 5… aquel que las falle todas, su voto no vale… el que acierte las 5, su voto cuenta 5 veces.
La democracia (gobierno del pueblo) en sentido estricto depende exclusivamente de los ciudadanos. Cuando estos fallan por incapacidad para gobernarse, aparecen los sucedáneos. La mayoría de estados se han autodenominado democráticos, a pesar de la amplia variedad de directorios, despotismos y dictaduras que han practicado.
A mi modo de ver, los ciudadanos en conjunto suelen tener el modelo de libertad que merecen y en su desconocimiento general de qué les está pasando, necesitarían ser obligados a ser libres.
Yo también creo que la democracia es buena, pero no para las guarderías. Lo malo es que hay muchos países donde una gran mayoría de ciudadanos se parecen mucho a los niños de 3 años.
Y desconfío mucho, muchísimo de los que se hacen periodistas, políticos o lo que sea «por el bien de la sociedad» y que no abandonan el cargo ni con agua hirviendo, pero siempre «sacrificándose por los demás».
Prefiero a los banqueros; al menos de esos sí sé lo que buscan y no van de samaritanos.
El cuarto poder del Estado: el periodismo. La mediocracia, la democracia mediocre y mediática. ¿Nuestros politicos son ejemplo de una crisis de la representación del ciudadano o una representación de la crisis del ciudadano?. ¿Igualar todos los hombres no sería negar el progreso de la especie humana?… ahí lo dejo.
el periodismo sin independencia solo es marquetin,y alimañas como sostres ,además,se venden como muestra de critica a la hipocresia reinante(correccion politica=hipocresia palmaria).
el nivel a que se ha llegado con esto se ejemplifica con el viejo chiste politico de»no le cuente a mi madre lo que hago,ella piensa que toco el piano en un prostibulo»,vieja ocurrencia de un ministro francés,sea hoy citado con indisimulada satisfaccion por «periodistas» de todas las raleas como propio del gremio.
Hace dos días, paseando a mi vástago, pasé al lado de una terraza de bar en la que unos 5 hombres fornidos discutían (constructivamente), pero no me centré en el debate ya que haciendo gala de uno de mis prejuicios pensé que estarían hablando de futbol o bellas mujeres… pero escuché la siguiente pregunta lanzada al aire: ¿por qué mi voto vale igual que el tuyo o el de aquel o el de más allá?… picueto me quedé.
Quizá esta idea está empezando a calar en nuestra sociedad. ¿Cómo combatir la desilusión de un ciudadano por la democracia? ¿con más democracia? ¿listas con intervención del votante?… al menos de este modo no nos «colarían» a los mediocres como el que nos gobierna y como el que llegará… venga de donde venga porque lo que hay es lo que hay y de donde no hay no se puede sacar.
Mucha gente que se cree un par de palmos por encima de la media.
Mi voto vale lo mismo que el del otro porque no hay ningun criterio para sobrevalorar uno o minusvalorar otro. ¿Como lo hacemos? Por inteligencia, cultura general, tono muscular, bondad, cinismo, interes, porque lo digo yo….
La idea de que no todos somos iguales acostumbra a escocer -y no por casualidad- a aquellos que mejor saben que es cierto, los que más temen que la sociedad retribuya en función de lo que se aporta, de la meritocracia, del valor. No. No todos somos iguales, esa es la gran mentira sobre la que hemos construído una sociedad injusta, dando igual valor a un oncólogo que a un freak de barraca.
No tema, una sociedad justa no es una sociedad que desampare a los que son menos capaces.
JM
Pero periodismo no es solo información, es también Opinión.
Y ese es su gran valor añadido. Podemos estar muy informados, pero la opinión periodística nos ayuda a interpretar la realidad. Y claro, la opinión puede ser poco independiente. Y qué más da. Es decir, el lector maduro sabrá distinguir si le interesa una opinión, o un medio de comunicación. Y la buena opinión, como la buena información, serán un negocio para el medio que las proporcione.
Es serio, ¿alguien me puede decir donde esta la democracia? ¿A caso os crees el rollito democracia?¿Creeis aun en los reyes magos? engaya, no puede ser!!!
No hay mejor esclavitud que la de hacer creer a la gente que es libre.
«La actitud saludable para la sociedad consiste en buscar soluciones que liberen a la democracia del periodismo, en lugar de utilizar la democracia para apuntalar el periodismo.»
Muy buena reflexión.
El hecho económico actual está haciendo que el trabajo de los periodistas sea cada vez más una extensión del marketing y publicidad de Gobiernos e Instituciones, públicas o privadas, los periodistas se pliegan al poder económico de turno y aceptan la lectura de comunicados, en una «rueda de prensa» si posibilidad de hacer preguntas, ¿eso es el trabajo de un periodista o es otra cosa?
Perromalo, la opinión periodistica seria buena si fuera buena. No se si me explico. Las lineas editoriales mandan y al cliente del abc o de publico le tienes que dar lo que espera, es la ley del negocio.
Solo existen dos lineas editoriales, ligadas, con mayor o menor descaro, a los avatares de los dos grandes partidos (por numero de votantes, no por integridad).
Esto funciona?
Funciona. No me refería tanto a líneas editoriales como a articulistas de opinión. Que también siguen una línea editorial pero no tanto. Y algunos periódicos tienen articulistas diversos. Otro tema es leer varios periódicos y opiniones
Curiosamente los amantes de la meritocracia -seguro que por casualidad- suelen encontrarse en el saco de los descontentos, de los amargados, de los resabiados. Algo así como: «Esta asquerosa sociedad que han creado otros (yo no, yo he hecho todo lo posible por destacar) no reconoce mis indudables meritos y lo que es mas grave, no me los retribuye ni lleva camino de hacerlo. En cambio veo pasar por delante de mi a retrasados, analfabetos, chiquilicuatres y tontos del culo en general, que medran en la televisión, en el deporte, en la politica, en mi curro, en donde yo no se desenvolverme».
Parece que estoy censurado.
Será para tanto, cuando no aparezca su mensaje, avise por favor y lo rescataremos. Los filtros para evitar spam en ocasiones se llevan por delante mensajes que nada tienen que ver con el spam.
He rescatado el que puede ver aquí, pero ha escrito varios similares en su intento. Si quiere que rescate otro más elaborado, o el más largo, me lo dice.
Vi ayer su pregunta sobre si esto funciona, pero no la entendí.
Un saludo
Javier
Sr. Molto, es suficiente con este.
Gracias por su interes.
Cuando me enteré que el grupo Prisa en uno de los co-financiadores de la visita de esa figura a la que algunos llaman papa a Madrid, en el mes de agosto, yo aluciné. Pero más alucinante son los motivos por los que dicho entramado de empresas comete semejante acto, el principal es el económico, no, no es que dicho grupo vaya a ganar directamente dinero con el evento, sino que se desgrava en Hacienda por ser un co-patrocinador, al igual que Cocacola y un largo etc. de empresas varias, o sea, surtidas, como las variantes de los frutos secos.
No estoy de acuerdo con lo expuesto por Javier Moltó.
Lo queramos o no, la información no la pueden dejar de hacer profesionales de la información (o, al menos, se supone que lo son), pues no todos sabemos de Historia, ni de Política, ni de Economía, ¿o sí? El periodismo ciudadano es útil para descubrir historias que quizás los medios no han observado aún, pero quienes se ocupan de explicar y de contextualizar lo que ocurre tiene que ser gente cualificada, como en cualquier profesión.
No todos podemos hacer de todos porque no todos tenemos la misma preparación. Los medios, por su parte, deben ser honestos con los lectores y contar la VERDAD de lo que ocurre, o al menos, hacer todo lo posible por hallarla. Sabemos que los intereses empresariales pesan más que el buen hacer informativo, y es ahí donde está todo el problema, en el ánimo de lucro y en la falta de independencia de los redactores. Es ahí donde está el problema, y no en el hecho del Periodismo. Si el Periodismo es sano, responsable y honesto, todo funciona bien.
Quizá, para conseguir esto, se debería regular la profesión (sigue en el Congreso un proyecto de Estatuto de la Profesión periodística, que establecería los derechos y los deberes de los periodistas, además de tipo de sanciones, pero parece ser que no interesa aprobarlo ni a los empresarios ni a los políticos, porque igual también se verían afectados por alguno de los artículos).
Pero, de nuevo, insisto en que no todos podemos hacer de todo y que el Periodismo como mediador debe existir.
Por lo tanto, el problema radica en que los medios no dejan de ser empresas y se pervierten por el ánimo de conseguir lectores y reconocimiento, p
Hola Sara, debí de explicarme muy mal si ha entendido que yo decía que todos podemos hacer de todo. Nunca pretendí decir eso.
Lo que intenté decir es que los ciudadanos tenemos que poder recibir información (en bruto, sin procesar) independientemente de que haya periodistas o no.
Tenemos que buscar formas para que los periodistas no sean necesarios para que fluya la información. Los periodistas serán (seremos) necesarios para clasificarla, valorarla, interpretarla si quiere. El acceso a la información base tendría que ser sencillo para todos. El trabajo del periodista no tiene que ser el trabajo del detective, sino el que trata la información que le llega por cauces establecidos y que no se pueden detener.
Espero haberme explicado mejor.
Creo que no he entendido bien el artículo. Al principio parece decirse que el trabajo profesional de los periodistas está contaminado por perspectivas e intereses personales (y colectivos)…¡toma! como cualquier actividad humana, incluida la edición de este artículo. Luego parece afirmarse que el defecto de periodismo no está en los periodistas (¿?) sino en el sistema. ¿Qué cosa es el «sistema»? Parece como una sustancia metafísica capaz de mover toda actividad humana sin responsabilidad de los humanos concretos.
Al final se precisa que los periodistas seguirán siendo necesarios. Lo que me confirmado que los periodistas no son responsables de la falta de información, sino el «sistema», que nos domina a todos. Pero ¡ay! cuando logremos matar al «sistema»….Entonces sí, entonces todos seremos responsables de lo que hacemos, y ya no nos embargarán los intereses personales, sino los más altos ideales sociales….parece «palabra de dios».
No se, no se. Me da que no lo entendido bien…es que cuando leo abstracciones, como «sistema» se me bloquean las neuronas.
Voy más allá. No sólo desconfío de los políticos (de muchos, no de todos indiscriminadamente) y de los periodistas (de bastantes, no de todos indiscriminadamente). También desconfío de los mediadores sociales «voluntarios» que escriben en las web…de bastantes no de todos indiscriminadamente. De éstos tengo forzosamente que mantener alguna precaución suplementaria, porque se me presentan como «no profesionales», o sea, sin posibilidad de que yo averigüe quienes son y qué quieren (pues con frecuencia se proclaman «voluntarios» «desinteresados», lo cual es una contradicción porque nadie ejerce su voluntad sin no hay algún interés X, generoso o no)…hasta que los voy conociendo y puedo calibrar y encuadrar el valor de lo que dicen.
Al final, estoy solo ante mi propio esfuerzo por comprender lo que me rodea. Y en esa labor necesito a los demás. Depende de mí la inteligencia de colocar a cada uno de mis medios en el lugar que deben ocupar (para mí). Viva Internet que a veces delata a los mentirosos. Pero no mueran los periodistas, porque a veces me abren los ojos de cómo Internet se hace eco masivo de meras tendencias, replicándose unas a otras páginas en una fe inconsistente. Necesito a los periodistas profesional, como necesito a un economista o a un albañil. También en Internet. También a Internet…pero no sólo…porque sóla, internet en abstracto no es nada.
Javier. Pides que los periodistas se dediquen en el futuro «sólo» a clasificar, valorar y mostrar la información. No se si eres consciente de que la «información» sólo lo es cuando alguien selecciona un aspecto de la realidad, lo valora y lo presenta a otro. Antes de ello NO es información. De la misma forma que no es información para tí el color de los zapatos que tiene la persona que tienes al lado o la última que has visto….hasta que te la acabo de valorar yo….ahora es una información QUE NO TIENES y te interesa obtener para contestarme.
NO hay información oculta por un periodista. Hay información porque un periodista (u otras personas que, a la postre, hacen el papel de periodistas para los demás) la genera llamando la atención sobre datos existentes, accesibles muchísimas veces para quien los quisiera investigar, pero que pasaron inadvertidos….igual que pasa inadvertido para tí la distancia a la que conduces del arcén, hasta que alguien, un periodista o tu compañer@ te llama la atención: el dato estaba allí, pero ahora es información.
Los periodistas hacen ya principalmente lo que tu afirmas que deberían hacer. O sea, convertir en información lo que tú u otros no advirtieron que lo era, hacer de los datos un hecho relevante para responder a una pregunta social….antes del «periodista» (llamese, también observador, historiador, persona de sensibilidad y mirada atenta, etc) no hay información. Sólo datos que nadie ve, aunque los tengas delante de los morros.
Hola Alfredo, gracias por debatir.
Tengo la impresión de que no tiene en cuenta el titular del artículo: «La democracia no puede depender del periodismo». Estoy dea cuerdo con la mayoría de las cosas que usted dice, pero que esté de acuerdo no es óbice para que siga defendiendo que una sociedad democrática debe encontrar mejores alternativas que el periodismo para tener la seguridad de recibir buena información. Voy a intentar explicarme mejor, con un ejemplo.
El Watergate, que se anuncia siempre como una de las obras cumbres del periodismo, ha supuesto una desgracia para el periodismo y para la democracia. Para el sistema democrático porque el buen funcionamiento del sistema democrático no debería depender que dos periodistas se conviertan en detectives, tengan acceso a una garganta profunda contingente y consigan la información. La democracia no debería depender de que unos periodistas héroes en misión especial consigan una información. ¿Cuántos Watergate ocultos habrán ocurrido de los que no nos hemos enterado con este modo de funcionamiento en el que se confía en la prensa y su capacidad de desvelar asuntos ocultos? Me parece un sistema perverso, porque ni los periodistas son detectives ni la sociedad puede exigir castigo a los periodistas por no haber conseguido desvelar informaciones ocultas.
El control del sistema democrático, la salud del sistema democrático, no puede depender del periodismo. Tenemos que establecer reglas de transparencia de obligado cumplimiento, con responsabilidades penales para quienes las infrinjan, que permitan acotar con el máximo grado posible toda ocultación de la información.
El periodismo de investigación que tanto gusta a algunos periodistas, que tanto luce, es un periodismo plagado de intereses ocultos, de contrapartidas, chantajes y elementos oscuros que no benefician a la información, porque el lector no tiene información de lo que se queda por el camino, de los intereses de unos y otros. Como todo en la vida, como usted dice. Pues claro. Con la salvedad es que no es saludable para la democracia depender de un mecanismo de control oscuro como este.
Cuando hablo del «sistema», hablo del sistema democrático. De la democracia en general. Pensaba que estaba claro. No hablo de ningún sistema conspirador. Nada de eso. El sistema democrático, la democracia, la soberanía popular y la separación de poderes de toda la vida.
Me parece maravilloso que desconfíe. No sólo me parece maravilloso, sino que me parece un requisito imprescindible. No tengo ninguna duda de que hay intereses particulares detrás de todo lo que digo yo. Yo estoy convencido de que lo hago porque prefiero vivir en una sociedad informada, que debate los asuntos, que sabe discrepar y convivir y que para conseguirlo tenemos que aprender a hacerlo todos los días. Pero es muy posible que también escriba por mi ego desmedido, por ganar dinero o por cualquier otro motivo del que no soy consciente. Como todo es posible, agradezco mucho que se desconfía de todo lo que digo.
Yo no defiendo que desaparezca el periodismo. A mí me viene muy bien que el periodismo exista. Llevo más de 20 años ganándome la vida gracias al periodismo y no tengo intención de dejar de hacerlo. He hecho muchos tipos diferentes de periodismo y los que me quedan por hacer. Pero, independientemente de mi modo de vida, considero que la democracia tiene que buscar herramientas de control más potentes y controlables por el propio sistema democrático y por la soberanía popular que el periodismo.
Esto que aplico al periodismo lo podría aplicar de forma similar al poder judicial y a la forma de selección y nombramiento de jueces y al mantenimiento de su independencia. No tengo respuestas. Lo que sé es que debemos hacer las preguntas para buscar las respuestas.
Sobre los procesos del periodismo y sobre qué es información y qué no lo es, el debate puede ser muy largo. Para usted quizá no sea información todo el listado de pagos efectuados por el Estado a empresas, pero para alguien que quiere conocer ese detalle sí es información. No tengo problema en diferenciar entre la información y la fuente de información o la información en bruto o como quiera llamarlo. Ese origen, tiene que estar a disposición de todos los ciudadanos que quieran acudir a él y escudriñarlo.
Sí hay información oculta por un periodista. En muchas ocasiones. Esa información no la conoce nadie salvo el periodista y sus fuentes. No es información para quien no la conoce, pero sí es información para otros. La información privilegiada es un ejemplo, pero hay más.
Por desgracia, antes del periodista sí hay información. A raudales. Los periodistas no informamos de muchas cosas por muchos motivos: porque no tenemos acceso a ellas, porque no las consideramos interesantes para nuestros lectores, porque comprometen nuestro negocio y porque no tenemos capacidad y a veces desinformamos en lugar de informar. Transformamos una información previa en desinformación para nuestros lectores.
Entonces, cuando dices que «los ciudadanos no estamos bien informados porque el sistema no nos da acceso a buena información ¿debería haber entendido que «los ciudadanos no estamos bien informados porque el sistema democrático no nos da acceso a buena información»? ¿En que sentido menos terrible del que me evoca debería entender esa frase? Segurisimo que tú y yo entendemos igual la frase, que jamás se quiso decir lo que yo entiendo….pero se puede entender así. Y mucha gente estamos entendiendo que la crítica a determinados aspectos concretos de nuestro sistema democrático, cuando no se precisa, es fácil asimilarla a ideologías antidemocráticas. Y claro…
En general tengo la impresión de que, tras el 15-M , se ha dado alas a un modo genérico de reflexión política, basada en la generalización. Es estupendo que se reflexione colectivamente ( maavilloso: para algunas gentes es la primera aproximación). Pero en contrapartida es fácil encontrar procesos de debate donde no se discrimina nada: los politicos son (¡todos!) …los bancos son…. los jueces son…. los periodistas ….¡todos!. Parece fácil discutir de las cosas cuando no se entra en la complejidad de su realidad, pero también lleva a no encontrar ninguna solución…porque el problema se analiza como una totalidad. La única solución es la ruptura radical…que nunca ocurre. Me pregunto si esa forma de reflexionar «todos los X son….» es una manera confortable y acomodaticia de enfrentarse a los problemas: puesto que no se critica nada en particular, sino la totalidad abstracta de los periodistas, muchos pueden estar de acuerdo en esa pensamiento que no requiere analizar demasiados items complejos y no requiere ninguna acción, porque todas son trágicas, acciones del fin del mundo.
No sé si me he explicado. No sé hacerlo mejor. Al final te quería preguntar si tu reflexión hace lo que el Zar Tartaro: matar al mensajero. Si los periodistas informan de X, no tendrán espacio para informar de Y, ni nosotros capacidad de atención. Por tanto, cuando INFORMA de X, en realidad DES-informa. Me gustaría saber si informa mejor quien no informa de nada, pues no condiciona nuestras mentes. Todo aquel que seleccione lo que quiere decir (como yo aquí), estoy ocultando lo que no digo….pero claro, puede que no. Puede que simplemente haya querido seleccionar prudentemente, no ocultar nada. Si fuera periodista ¿sería sospechoso por valorar la información que publico según mi juicio? ¿No era esa mi función, según su opinión?.
Un cordial abrazo…a estas alturas de la conversación. Ponga «en mi opinión» a cada afirmación mía que pueda parecer tajante por mi torpe redacción.
Sobre Watergate, Javier, también me surgen muchas dudas. ¿Es bueno o malo que haya periodismo de investigación o sólo catalogadores de las informaciones que llegan a la agencia? ¿Les agradecemos la estupenda información que proporcionaron , o les hacemos sospechosos de la que no dieron o no investigaron? ¿Valientes o canallas?.
¿Son los periodistas culpables de lo que las corporaciones, las organizaciones, las Instituciones (y eso tiene aún más delito) ocultan a su sociedad? ¿Son culpables por no investigar más esos affaires que siempre existirán (yo mismo no cuento algunas cosas de mi que mi jefe o mi amig@ podría querer saber) o por investigarlos?.
Estaría de acuerdo en que sería mejor más periodismo. CAda vez es más frecuente para mí buscar otros puntos de vista y testimonios en la red y no sólo en el periódico o TV único. Pero no dudo que admiro a los periodistas de Watergate por contarme suficiente parte de lo que descubrieron (aunque no todo). Me gustaría que hubiera más de ellos….he contribuido a sostener a Assange. Con todos sus defectos, opino que es un polo necesario en la electricidad que mantiene mi libertad. ¿O simplemente es un , bah, «periodista»….de esos clasificables junto a los «todos los periodistas son….»? Yo no veo a todos los periodistas iguales, sólo el común de su profesión.
Bueno, no le doy más la lata. Ha sido un placer reflexionar con usted
Alfredo, claro que en las condiciones actuales es mejor que haya periodismo de investigación a que no lo haya.
Lo que intento decir es que a los ciudadanos nos interesa modificar las condiciones de gestión del sistema democrático para no tener que depender de esos periodistas/detectives/héroes.
A los ciudadanos de un país democrático nos conviene sistematizar la gestión de la información (toda la información de lo que sucede con el dinero público y con los gestores) para que llegue a los ciudadanos de forma exacta, precisa, rigurosa y veraz, sin necesidad de depender de unos periodistas que para poder hacer un trabajo útil deberían ser omnipotentes. Y no, los periodistas no somos omnipotentes. Ni lo seremos nunca.
Un placer compartido
Perdón, que sólo había leído su segundo comentario. Ahora estoy leyendo el primero. Fíjese también en la fecha en la que yo escribí esto, por favor. Fue en abril. En esa fecha nadie se había congregado en ninguna plaza.
La responsabilidad de estar informado corresponde al ciudadano. Él es quien tiene que buscar el mejor sistema para estar informado correctamente. Por eso tiene que desconfiar de lo que lee, estar alerta y buscar la mejor fórmula para conseguir transparencia de la gestión pública. Encontrar esa fórmula es tarea de todos los ciudadanos.
Este artículo lo guardo desde hace un hueviño. No recuerdo de dónde lo saqué, cuando lo saqué. Me pareció excelente, coincidente, justo, precioso, bajahumos de periodistas bobones, rompemitos para lectores, jodecreencias facilonas, reconfortantes y alienaditas en la tontería.
Muchas felicidades.. Trabajo en TVE ¡por azar! Ya sé que habría bastantitos que quisieran hacerlo, pero yo he ido pasando de hacer programas en RNE (en Galicia), que es lo que buscaba y me gustaba, pero al irse reconvirtiendo todo, desde hace ya hace mucho, estoy en informativos, y ¡NO ME GUSTA! Pero no es que no me guste «hacer» informativos en TVE, es que detesto el periodismo que hay. Yo le llamo periodismo masticable. No se digiere, por más que el consumidor lo crea. Se masca y se escupe hasta por instinto, para hacer sitio a otro chicle o a nada. O se te pega en las tripas y luego lo…defecas. ¡Perdónnnn!
El otro día lo volví a encontrar. Cuanto más tiempo pasa, mejor va sabiendo. Así que no es una pieza de chicle, es un compendio de delicatessen para morirse de gusto pensando qué pensarían los «superpensadores» que copian y pegan y encima se creen que han digerido, sintetizado y ofrecido algo digno a los espectadores. ¡Quita, quita, nene, caca!
Por eso, y si tengo permiso, quiero enviárselo a mis colegas en uno de los tocapelotas correos internos que cada día, en unidad o en lote, escupo a ese «todos» que es mi dirección favorita. Algún odio voy cosechando, claro, también alguna conmiseración por presunta demencia, jejeje, y, en fin, un cierto respeto-odio-grima de mis jefes, jefazos y ordenanzas (de los que ordenan órdenes, no papeles en la garita de recepción). De momento, y después de muchos años, no me han despedido ni Urdaci, ni Llorente, ni nadie.
Eso me recuerda que hoy no he escrito ningún «todos». Pero si no le importa, uno de estos días me gustaría propagar este golosísimo artículo. Que no descansen, que no estén tranquilos, que no se crean imprescindibles. Al público le da mucha pereza enviar quejas y pareceres a la Defensora del Lector, y no me extraña. Pa qué. Pero a los periódicos, y ahora que la opinión es instantánea en las ediciones digitales, ya ve que cada vez les exigen más sus lectores. ¡Y más que falta! Así que me encantaría que el peligro para el periodismo de ahora fuera, no la economía, que lo es, sino los receptores. ¡Castigo a la arrogancia, YA!
Ah, también he visto que andaba por las estancias de la fnpi. Pues estupendo,
Gracias por la atención…aunque, dado que este comentario va para un post tan añejo, no sé si llegará a destino.
¡Saluditos!
Matesa Bourio
Disidente del periodismo masticable
Matesa Bourio, no necesita ningún permiso, los tiene todos.
Gracias por los piropos.