En el primer rallye de regularidad en el que participé seriamente, iba con un copiloto con mucha experiencia y acabamos terceros.
Este fin de semana he repetido, esta vez con una copilota sin experiencia. Hemos terminado penúltimos. Y ha sido tan bonito o más que hace un mes, cuando terminamos terceros.
En este fin de semana no teníamos ni idea ninguno de los dos. Con A.H., mi copiloto en Castellón, yo sólo tenía que dejarme llevar. Él lo sabía todo y yo sólo tenía que conducir y ajustar la velocidad a lo que me indicaba la instrumentación.
Txema Foronda y él montaron la sonda en el coche, ellos se encargaron de introducir todos los datos necesarios en el Blunik (el medidor de distancias) y una vez en la carretera yo sólo tenía que obedecer al Blunik y las indicaciones de A.H.
En los primeros tramos, A.H. incluso me cantaba si iba demasiado despacio o demasiado deprisa. Luego, poco a poco, aprendí a mirar las pantallas y A.H. dejó de quedarse afónico.
Este fin de semana todo ha sido diferente. La sonda y toda la instalación del Blunik me tocó a mí. Laura Martín, mi copi, tuvo que aprender a manejar el Blunik a contrarreloj, luego, introdujimos las medias entre los dos antes de la carrera y después de las verificaciones, del repostaje, de un sueño corto mío mientras el coche cargaba y de un pulpo a la gallega antes de la salida, nos presentamos en el primer tramo y… salimos tarde.
Teníamos un problema con el Blunik. No sabíamos arrancarlo para poner la salida del primer tramo y como durante el enlace nos adelantó el coche que salía por detrás, nos despistamos y nos quedamos detrás de él. Al cabo de un rato, cuando nos dimos cuenta, salimos disparados, con más o menos medio minuto de retraso.
Al segundo tramo tampoco supimos arrancar el Blunik y además nos perdimos. Al perdernos, y sin referencias, decidimos ir directamente a la salida del tercer tramo y penalizamos todos los puntos del mundo. No nos importaba. Al tercer tramo, por fin, con la ayuda de Txema Foronda antes de la salida, conseguimos poner la cuenta atrás y salir al tramo en mejores condiciones.
El tercer tramo lo hicimos correctamente, pero con un desfase de unos tres segundos (retraso) sobre el tiempo correcto. Teníamos que corregir ese desfase pero no sabíamos cómo.
A partir de este tramo, nuestro mayor problema es que no nos fiábamos de las distancias que marcaba el Blunik, no nos fiábamos de él y nos resultaba difícil no perdernos. El cuarto tramo lo hicimos muy decentemente, salvo en el paso por el primer control, en el que nos perdimos. En el quinto tramo nos perdimos y nos perdimos sin remisión.
Aquí acabó el primer día. Un día difícil, de muchos problemas con el Blunik y con falta de connfianza. a la mañana siguiente estábamos seguros de poder hacerlo mucho mejor.
El primer tramo del segundo día, que era una repetición del primer tramo del día anterior, lo hicimos correctamente, pero también con un desfase de unos seis segundos.
En la salida del siguiente tramo descubrimos, unos instantes antes de arrancar, que en la salida el Blunik marcaba como si ya hubiéramos recorrido 35 metros. ¿Por qué? Ni idea, pero no nos dio tiempo a corregirlo. Bueno sí, lo corregimos, pero sólo parcialmente porque se nos echó el tiempo encima. En fin, que salimos al tramo sin saber. El mismo tramo en el que nos habíamos perdido el día anterior sin remisión. Y con el Blunik sin ajustar y con la falta de confianza, volvimos a perdernos. Esta vez reaccionamos mejor. Laura reaccionó mejor. «No pongamos las coordenadas de la salida del siguiente tramo. Volvamos para atrás y veamos dónde nos hemos perdido. Si no no aprendemos«. Esta decisión la tomamos parados tranquilamente en un borde de la carretera. Y como en el Génesis, vimos que era buena.
Fuimos para atrás (aunque no descontamos los metros, ese punto de aprendizaje todavía no lo hemos practicado), volvimos al cruce en el que era claramente para la derecha y nosotros fuimos claramente para la izquierda y reanudamos el tramo. Con mucho retraso. Nostros llevábamos el número 7, era el séptimo tramo e íbamos séptimos en la clasificación. El 7 es un número que encaja bien con nuestras preferencias, pero en esta carrera no nos ha ayudado en nada el tío.
Penalizamos mucho en este tramo porque volvimos a perdernos en otro cruce, cuando ya íbamos recuperando tiempo. Perdimos muchos puntos, sí, pero también aprendimos mucho. Durante todo el rallye hemos aprendido mucho y todavía nos queda más por aprender que lo que sabemos. Así que el tramo siete, con el número 7 y en séptima posición no ha sido nada malo. Al contrario. Nos ha enseñado mucho.
En el octavo tramo íbamos como un disparo, dispuestos a ganarlo (salvo por un primer control traicionero en el que yo debía de estar pensando en las marismas hondureñas), hasta que volvimos a perdernos y en el que ajustamos mal la distancia al regresar al tramo. (También sabemos cómo hacerlo mejor para las siguientes pruebas) Con todo, al final del tramo, un coche atravesado en mitad de la carretera nos hizo detenernos más de un minuto, por lo que el resultado final fue malo de nuevo Teníamos esperanzas de que no existiera un control después de esa detención de más de un minuto, pero la realidad manda.
A la salida del último tramo lo teníamos ya todo casi controlado. Era el noveno tramo. Seguramente el Blunik no estaba perfectamente ajustado y fuéramos alrededor de un segundo por delante. Pero, en un tramo sin ningún problema, marcamos un resultado decente.
Hemos aprendido mucho en este rally. Laura se lo ha pasado muy bien. Aunque ha vivido el rallye con mucha tensión, con muchísima tensión en algunos momentos, especialmente el principio, cuando no sabía preparar el Blunik para la salida de los tramos (yo todavía no tengo ni idea de cómo funciona el Blunik. Tendré que aprender, pero el tiempo para estudio del que dispong es escaso), también la he visto disfrutar. Ha habido momentos muy bonitos dentro del coche. Uno de ellos, por la noche, lloviendo, con la carretera mojada y llena de hojas, en la que el coche patinaba de lo lindo, después de habernos perdido me dice en una curva en la que yo dudaba, porque no se veía por dónde seguía la carretera: «¡¡Dale!!».
Yo no iba despacio. Iba con pruedencia, pero no iba despacio. Esa confianza ciega (porque no se veía por donde iba la carretera básicamente) de Laura, que nunca había subido en un coche conmigo por una carretera de curvas, da tranquilidad. La misma confianza que yo tengo en ella cuando me dice izquierda o derecha o de frente. Dentro del coche uno se tiene que fiar del otro absolutamente y ese trabajo en equipo es muy bonito.
Yo lo he disfrutado como un bebé con un sonajero. Estoy muy contento, porque he encontrado copi para correr muchos rallyes juntos. Yo presentía que Laura tenía capacidad para hacerlo muy bien y estoy seguro de no haberme equivocado. Nos hemos perdido muchas veces, todavía no sabemos ajustar el Blunik y la comunicación entre conductor y copi tiene que mejorar. A veces mi copi me daba demasiada información que yo no era capaz de asimilar a la vez que intentaba cuadrar la velocidad de paso sin salirme en la curva, o me daba la información demasiado pronto y se me iba a olvidar con seguridad.
Tenemos que compenetrarnos mejor y tenemos que aprender mucho, pero este primer rally ha sido grandioso, porque era muy difícil y esa dificultad nos ha ayudado a aprender más.
Yo tengo que aprender mucho a sentir la velocidad del coche. Ese es mi mayor problema. No soy capaz de ir mirando constantemente el cuadro de instrumentos. Tengo que mirar la carretera de vez en cuando y en ocasiones, cuando miro la carretera en una curva se me descontrola la velocidad. Del rallye anterior a este he aprendido a estabilizarla con mayor rapidez. Ahora tengo que aprender a que no se me descontrole nunca. O casi. En este rallye también he aprendido a hacer las transiciones de una velocidad a otra con relativa fluidez.
En Plasencia, dentro de 15 días, volveremos a mejorar. Espero que sigamos aprendiendo mucho, aunque cada vez aprenderemos menos.
Cuando ya sepamos mucho tendremos que buscar algo nuevo otra vez. 🙂
Buaah Javier, piloto!! Lo primero de todo darte las gracias por la oportunidad que me diste cuando me dijiste: «¿qué te parece si corremos juntos y probamos?». Leo tu «crónica» sobre el Eco Rally de Coruña y solo me sale una sonrisa mientras repaso mentalmente los momentos tan intensos vividos en tan poco espacio, dentro del BMW Serie 2 Active Tourer.
El primer día de carrera, etapa 1, fueron casi cinco horas corriendo. Sin parar entre tramo y tramo. Yo no sabía cómo era esto de los enlaces (no sabía ni sé muchas cosas), que de un tramo a otro tuviésemos un recorrido que no penalizaba en cuanto a regularidad pero que tienes que continuar con la navegación para llegar a tiempo de salida del siguiente tramo.
¡Este primer día de carrera fue bestial! Por culpa de mis constantes fallos tanto con el rutómetro como con el manejo del blunik, ¡te llevé con el cuchillo entre los dientes todo el rato! No fuimos a 50km/h ni una cuarta parte de la etapa. ¡Y me encantó! (Tengo que reconocerlo). Era mi primera vez en un rally y aunque fuese de regularidad, donde no es la velocidad lo que prima, fuimos encendidos todos los tramos. La sensación de velocidad era constante. Eran carreteras muy estrechas y muy sucias (vegetación) y además llovía. ¡Y de noche! La mezcla de todos estos factores hicieron que la etapa fuera muy emocionante.
Ahora bien. Tuve muuuchos fallos. Sí, era mi primera vez. Sin entrenar, sin conocer el equipo de medición, sin casi haber visto un «roadbook» y sin haber sentido los nervios y la tensión de participar en una competición de este tipo. Pero no es excusa. Quiero hacerlo bien.
Sin embargo, mi piloto lo bordó. Supo asumir mis fallos. Intentó solventarlos, yendo a tope (motivo por el que casi nos quedamos sin combustible en la segunda etapa), no se puso nervioso en ningún momento y me transmitió mucha calma (antes, durante y después del rally). Y esto último te lo agradezco infinito. Y además, condujo de escándalo. Creo que en cuanto solventemos estos fallos, practiquemos, aprendamos a compenetrarnos y entendamos bien cómo funcionan los rallys de regularidad…vamos a ser un equipo muy competitivo.
No quiero olvidarme de dar las gracias a Txema y a Pilar porque sin su ayuda estos días no hubiese sabido hacer la mitad de las cosas. ¡Mil gracias por vuestra ayuda en todo momento! (Incluso en plena carrera cuando es estabais jugando el campeonato). Y felicitaros por el rally que habéis hecho. ¡Lo habéis bordado!
Podría seguir escribiendo porque me vienen muchas cosas de este fin de semana a la cabeza, pero algún secreto de equipo tendremos que tener, ¿no? 😉
En Plasencia más…y ¡espero que mejor! (Además, queremos grabarnos para que veáis la tensión que se vive, porque contarlo no es lo mismo)
Hola copi!!
Te lo dije en el rallye y lo repito aquí. no es cierto que te equivocaras mucho. Acertaste muchas veces y fallaste algunas. Lo que ocurre es que tus fallos en este tipo de rallye se notan mucho.
Mis fallos se notan menos, pero tuve tantos como tú o más.
Gracias a ti por tomártelo tan en serio. Fue un placer pasar el fin de semana contigo y, además, pelear juntos en cada metro por hacerlo mejor.
Se me acaba de ocurrir que además de hacer de copi, vas a tener que escribir también en el cuerpo principal del blog. Contar tu rally, que lo has contado muy bonito.
Mil gracias Laura. Nos lo vamos a pasar muy bien corriendo juntos.
Y ganando 🙂
(Por cierto Laura. Fuimos muy despacio. Siempre despacio. Si te pareció que íbamos rápido es porque estabas muy atareada. Nunca superamos la velocidad máxima permitida en cada carretera)
Una cosa me ha quedado clara: ¡lo ha pasado estupendamente!
Yo no tengo ni idea de los pormenores de un rallye de regularidad y estoy convencido que no somos pocos. Pero me gustaría aprender. ¡Y qué mejor que nos lo cuente alguien que empieza!
Sr. Moltó, mis dudas son las mismas que las suyas (bueno, a estas alturas usted ya sabe mucho más). Me gustaría que aproveche que va aprendiendo para contarnos todo: desde los principios hasta detalles que parecen insignificantes para un experto, cómo participa uno, medios necesarios, la técnica y tecnología, los errores… y todo aquello que se le vaya ocurriendo, y cuéntelo para principiantes. Y también puede invitar a colaborar a alguien que tenga fundamentos y experiencia. Así iremos aprendiendo todos con usted (los que como yo no tenemos ni idea). Porque conocer es valorar.
Usted está aprendiendo mucho y pasándolo muy bien, pero yo al menos, no me entero de nada y comienzo a aburrirme.
¿Qué le parece la propuesta?
Piloto, encantada de escribir aquí y compartir esta experiencia taaan bonita. Contar mi rally, nuestro rally y todo lo que experimentemos y aprendamos en cada carrera.
(Oye, entre tú y yo…¿De verdad que no fuimos deprisa? ¿Ni un ratito??. Igual la dosis extra de biodramina que llevaba en el cuerpo me jugó una mala pasada. Miraré los efectos secundarios).
DavidVR: acabo de comenzar esta aventura con Javier y me queda todo por aprender. Fijarme en lo que hacen los pilotos con experiencia (hay muchos detalles que se me escapan, muuchos) y si es posible darle una vuelta y mejorarlo (paso a paso o tramo a tramo ?). Así que iremos explicando cómo lo hacemos, con qué «problemas» nos encontramos, cómo entrenamos, etc.
Por mi parte, cualquier cosa que quiera preguntar o que tenga curiosidad por saber (si le puedo contestar), no tiene más que escribirlo y creo que tanto Javier como yo estaremos encantados de contarle.
¡Lo que sea menos aburrirse!
David VR.
Tiene toda la razón. He escrito sobre estos rallies dando por sentado que quienes leían sabían cómo funcionan. No me había dado ni cuenta.
Vamos a empezar por el principio.
Muchas gracias por decirlo.
Javier
D. Javier,
¿Usted no sabe hacer nada de manera normal?
Primero, participa en un par de pruebas, sin tener ni idea de Regularidad, ni habiéndose informado sobre ella adecuadamente, con un copi que tenía tan poca experiencia y conocimiento como usted. Lo hacen lo mejor que pueden (es decir, rematadamente mal :-)).
Después, decide que va a agarrar el toro por los cuernos, y participa con un copi experimentado y con ayuda de lujo. Y lo hacen rematadamente bien. Quiero creer que además de aprender a poner sondas, también comprendió mucho de lo que subyace debajo del concepto de Regularidad, y de este tipo de pruebas.
Ahora, vuelve a participar, de nuevo con una neófita, sobre la que recae el 90% de la responsabilidad… (mis respetos Laura, esta es una aventura muy complicada para la primera vez).
Le voy a dar dos consejos muy sencillos:
1.- Aprenda/n bien bien, cómo funciona el blunik. Es un aparato que permite muchas cosas, y por ello mismo hay muchas opciones que hay que conocer, y también muchas funcionalidades para los «qué pasa si». Qué pasa si me pierdo (el aparato sigue contando metros), qué pasa si no arranca en el momento justo, qué pasa si se vuelve loco, tengo que apagar y encender, qué pasa si me he equivocado al programar una media o una distancia…
Personalmente opino, que es más fácil aprender de qué va esto con un aparato más sencillo, y una vez se tiene dominado de qué va la regularidad, meter complejidad en la instrumentación a utilizar (¿saben aquello de que un neófito sería incapaz ni de arrancar un F1?). Pero sólo es una opinión.
2.- Haga alguna prueba de copiloto. Eso sí que es un cursillo acelerado. Y después, cuando vaya de piloto, será capaz de ayudar mucho mejor a la persona que vaya a su derecha.
DavidVR, su petición es legítima y seguro que D. Javier la atenderá como es debido. Y seguro que encuentra quien le eche un cable.
@Corsario, ¿qué es hacer las cosas de manera normal? Sin saberlo y de primeras…me suena aburrido (llámame loca ;))
Creo que puedo hablar por los dos en una cosa: nos gustan los retos. Al final de eso va la vida, de «llenarla» de pequeños o grandes retos que te hagan luchar por un objetivo y una meta que te ilusione.
Estoy segura de que Javier tiene muchos pretendientes (copilotos) a los que les gustaría formar equipo y divertirse con esto de los Rallies de Regularidad. Sin embargo, compartir conmigo esta aventura nos hará crecer juntos (o no), pero al menos lo intentaremos. Disfrutar y aprender es nuestro objetivo inmediato. Lo demás si tiene que llegar, llegará. Nos lo curraremos para ello 🙂
De todas formas, mil gracias por tus consejos y opiniones. Me aprenderé el Blunik para sacarle el mejor provecho. Te confesaré que ya he soñado un par de veces con él…
PD: me encanta ser «neófita». Ser nueva en algo te hace poner todos los sentidos y todas las ganas para superarte y poquito a poco hacerlo mejor y mejor. Además, te hace descubrir(te) cosas diferentes que antes no habías probado o que ni conocías.
Es un bonito reto, se trata de algo elegido, eso es lo que lo hace divertido.
Les deseo lo mejor, disfrutar, aprender y ganar.
La vida igual va de eso, no lo sé.
En mi opinión, los retos reales, son los que resuelves sin haberlos escogido. El resto, es jugar. Lo mejor de la vida si pienso que es eso, poder jugar, siempre. Diviértanse.
@La Copi,
Entiéndaseme la ironía en la pregunta.
Mi estreno en regularidad, fue hace 8 años, en una prueba de 3 días con 2 noches, 1.100 Kms, a bordo de un Seat 1430 del 75, con un amigo que al igual que yo jamás había hecho nada, ni de carreras de coches, ni de regularidad, ni nada parecido. Dos semanas antes habíamos salido con un rutómetro de otra prueba para por lo menos saber de qué estábamos hablando.
Ventaja respecto a ustedes, llevábamos un aparato de medición mucho más sencillo, más novato-friendly.
Otra diferencia fundamental, como ninguno sabíamos nada, decidimos turnarnos en labores de piloto/copiloto para así aprender ambos más rápido y compenetrarnos.
72 clásicos tomaron la salida, y sólo 36 completaron la prueba.
Nosotros, en un rally de menos a más cogiendo confianza y cuando íbamos en puesto 14 de la general… en el tramo 28 y último tocamos suelo en un cruce en pendiente y rompimos un palier. Abandono, cuando nos faltaban escasos 30 kms de prueba. Llegamos al parque cerrado en grúa, nos perdimos la comida y la entrega de premios…
Así fue nuestro estreno.
No, releyendo lo escrito, tampoco parece muy normal.
Y sí, también aconsejé a D. Javier que si podía ir aprendiendo junto a otra persona yo lo considero lo ideal. Parte importante de esta disciplina es cometer un error y después pensar en qué se puede hacer para subsanarlo y no repetirlo.
Estoy de acuerdo con usted y con Cosme, en lo de los retos y el juego.
8 años, 45 pruebas, 20.000 kms, 2 victorias y 2 abandonos después… cada rally sigue siendo un juego, y un reto elegido.
Este fin de semana que viene volvemos a jugar. 🙂