Acabo de leer esta entrevista con Kazuyo Sejima arquitecta japonesa y al leerla me he dado cuenta de que ponía palabras a una sensación que yo he sentido siempre.
Dice Kazuyo Sejima: «soy una persona muy lenta. Necesito tiempo. Si hubiera estudiado en otro lugar, con mayor ambición, tal vez no hubiera conseguido acabar. Tal vez la escala, o el hecho de que en el tercer curso ya nos pusieran a hacer grandes proyectos, me hubiera superado. Necesito aprender despacio, y allí pude hacerlo».
«Soy una persona muy lenta. Necesito aprender despacio.»
Nunca había sido capaz de decirlo. Si algún día tengo la oportunidad me gustaría que esta arquitecta me construyera la habitación para estudiar y aprender despacio.
Tengo la sensación de que las ideas impregnan mi cuerpo despacio. De que necesito tiempo para aprender. De que los métodos tradicionales de estudio pasan por los asuntos con demasiada rapidez y no son buenos para mí. De que aprendo pocas cosas bien. Esa certeza sin verbalizar me ha preocupado muchas veces. Ahora veo a esta arquitecta, contarlo con tranquilidad, satisfecha con su trabajo y parece ser que reconocida por muchos. Me da tranquilidad.
Gracias a la entrevistadora y a Kazuyo Sejima.
Hola Javier,
yo siempre he pensado que también aprendo lento. Es más, a lo largo de la carrera he comprobado cómo muchos compañeros(¿quizás todos?) aprendían las cosas mucho más rápido que yo. Eso ha hecho que me infravalorase durante años.
Sin embargo, conforme pasaban los años me he dado cuenta de que es más una característica que un defecto. También he ido comprobando cómo «más rápido» pocas veces quería decir «mejor».
Un saludo
Gracias javi.
Tiene usted razón. Ser lento tiene muchas ventajas. Yo, por ejemplo, me río mucho con los chistes. El motivo es que me sorprendo tanto de entenderlos, me siento tan bien, que me río. Es habitual que yo me ría mucho y nadie a mi alrededor se ría. Estoy seguro de que eso es una ventaja (me gusta reírme)
(Yo soy lento hasta para infravalorarme 🙂