He retrasado la publicación de este blog para no quitar el give me five publicado por Marta de la primera posición. Una forma como otra cualquiera de chocarle cinco este lunes.
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Una mañana, en el telesilla de una pista de esquí:
—¡A los niños hay que enseñarles a esquiar como si fuera un juego!— decía una mujer sabia, sentada a mi lado, colgada del aire, mientras miraba a un grupo de niños que seguía a un monitor.
Nunca lo había pensado. El aprendizaje de los niños (y de los adultos) sería mucho más productivo si lo planteáramos como un juego.
Aprender no puede ser una obligación. ¿Tiene sentido obligar a jugar?