Antes de subir al coche sé que no voy a poder conducir el XK 120. Frank Klaas, Director de comunicación de Jaguar me lo advierte: “Es un coche muy delicado. Esta mañana se lo he dejado a un periodista alemán y rascaba al cambiar de marchas continuamente”.
Frank lleva el 120 como si fuera un coche de carreras. Como prácticamente todos los Jaguar de esta jornada del 75 aniversario de Jaguar tiene el volante a la derecha y para mí vuelve a ser un alivio que no me deje conducirlo.
Si me dice que lo conduzca tengo que conducirlo. Pero si ya de entrada me dicen que no voy a poder conducir el coche, me quitan una responsabilidad de encima. Por ejemplo, si Ferrari me invitara a conducir el F1 de Fernando Alonso tendría que decir que sí. Y les podría contar a ustedes lo estrecho que es el cockpit, lo que me cuesta introducir las piernas bajo el volante, cómo me aprietan los mecánicos al atar los cinturones de seguridad. Cómo suena el motor cuando le doy al arranque y como levanto el dedo (eso ya no se hace ¿no?) para que pongan el motor en marcha. Me encantaría conducir el Ferrari de Fernando Alonso, no sé a qué velocidad podría ir, pero seguro que les podría hablar de una brutal sensación de aceleración, de cómo se me clava la espalda contra el asiento, de la brusquedad y rapidez del cambio de marchas y de cómo al pasar por los pianos hay que sujetar el volante con fuerza. También podría contarles la dificultad de frenar con el pie izquierdo, de gestionar el volante y de tapar el conducto F en las rectas. Por suerte y por desgracia, Ferrari no me dejará nunca el F1 de Fernando Alonso. Aunque yo lo seguiré intentando.
Con el Jaguar XK 120 la sensación es idéntica. Si me lo dejaran podría contarles la dureza del cambio manual, la dificultad de pasar de una marcha a otra, la holgura de la dirección (¿Qué tipo de dirección llevará?), el sonido del motor al acelerar, la sensación del conductor al pisar el freno y el tacto del eje delantero en los apoyos en curva. Sin embargo, siento un alivio enorme cuando Frank Klaas me dice que no voy a poder conducirlo. Lo deseo con todas mis ganas, pero que me quiten la responsabilidad me produce alivio.
El coche es estrecho y vamos muy pegados el uno al otro. El freno de mano se quita tirando de él hacia atrás, como siempre en los frenos de mano. Frank lo conduce con brusquedad. Hay que atreverse a hacerlo, supongo. Cambia con la mano izquierda y acelera siempre cuando el cambio está en punto muerto. No sé de qué sirve acelerar cuando pasa a una marcha más larga. Él lo hace. También al reducir, siempre sin doble embrague.
El cambio rasca con relativa facilidad. Yo oía las rascadas cuando conducía el periodista alemán, pero a Frank no le rasca. El motor consume aceite, también cuando conduce Frank. Eso no se ve desde el puesto de conducción, pero lo vi cuando iba en el coche de atrás.
Al verme hacer fotos, Frank me propone que grabe video con mi camarita, para oír el sonido del motor. Lo pruebo, aunque sea a contraluz. Éste es el resultado.
En los lugares lentos, Frank se quita la capucha y lleva las gafas protectoras colgando del cuello, como se ve en las imágenes. Al entrar en la autopista, vuelve a equiparse completamente para protegerse del aire. Le veo apurado intentando vestirse con una mano y le pregunto si quiere que le sujete el volante mientras se coloca su equipo de piloto de cuando entonces. Me dice que sí y sujeto el volante.
La dirección no parece tener mucha holgura. Me animo. Me gustaría probar cómo va en curva, cómo entra el eje delantero. Se lo pido a Frank. Aunque sea 100 metros, le digo. Me dice que sí. Nos perdemos. El coche que nos sirve de guía se escapa en una rotonda y no llevamos mapa. Ponemos en marcha el navegador que llevamos. Nos lleva por otra carretera, Frank está contrariado. La posibilidad de conducir se esfuma.
Al llegar a Londres, el atasco se hace monumental y el motor del XK 120 empieza a calentarse. Al principio, Frank paraba el motor cuando nos deteníamos, pero no es una buena solución. Le pregunto si el coche tiene calefacción. Buscamos botones y Frank encuentra un interruptor. Lo acciona. Es un ventilador para el motor. La temperatura desciende y se nota el alivio dentro del pequeño espacio. El atasco se prolonga dentro de Londres. Con coches muy cerca que me hacen sufrir. Todo el mundo gira la cabeza. En Londres miran. Eso no lo conocía yo. Llegamos al final. No hay percances y devolvemos el XK 120 en perfecto estado. Un responsable viene corriendo a mirar la temperatura del motor. Frank le cuenta ufano que ha dado al ventilador. Me podéis dejar el coche, dice satisfecho.
No hay adivinanza, pero sí foto del retrovisor.
Que suerte Javier!
Y que pena que el guarnicionado que bordea el coche esté en tan mal estado.
Y que guapas las fotos, sobre todo la que aparece un coche similar al mio, aunque Linear Sport, con alerón Aero y granate! 😀
Yo la verdad, ante la responsabilidad que supondría coger un coche, un mito del motor como éste, tampoco me hubiera atrevido a percibir, en el puesto del piloto (que no de conductor), la holgura de la dirección…me temblarían las calandracas si o si!!!
El video, para todo el que le guste el motor, es UNA DELICIA! El sonido al cambiar y al volver a acelerar es excelso!
Y eso que el XK120 no es mi coche favorito, prefiero el de la antepenúltima foto, un simple E-Type…pero rojo no, por Dios! Verde Jaguar de toda la vida! El primer propietario de ese E-Type fue, es y será un hereje por tener un Jaguar de la época no verde! 😉
A mi mujer le chifla el XK120, le encantaría poder tener uno así y usarlo de vez en cuando. A mí, aunque me gusta, me gusta mucho más el E-Type, que me tiene enamorado, aunque sé que nunca podré conducirlo porque no quepo dentro. Lo mismo me pasa con el XK120, por desgracia.
Por cierto, ¡¡joder!!, cómo suena el condenado, ha conseguido ud que me parezca estar dentro del coche, por unos segundos.
Hasta luego.
Enhorabuena señor Moltó por esa pedazo de experiencia, seguro que al 100 aniversario tambien le invitan y le hará tanta o más ilusión que ahora. No sabe cuánto, con 24 años que tengo, me pueden gustar los clásicos, los vivo!! Algún día tendré uno, no sé cual, pero lo tendré. Quizá un Mini Cooper.
A lo de acelerar cuando se está en punto muerto, es algo que he visto hacer a mucha gente, y no entiendo muy bien por qué puede ser. Según me han explicado alguna vez, sirve para «sincronizar» mejor las marchas… no sé hasta qué punto será eso cierto. ¿Alguna otra teoría? Como anécdota puedo decir que conduje hace tiempo un VW Polo con un problema con los sincronizadores de la caja de cambios, la tercera no entraba si no intentabas estrellar la palanca contra la consola, e inexplicablemente, un aceleroncito en punto muerto facilitaba bastante la operación…
Es muy célebre el vídeo de Top Gear en el que prueban el Renault de Fórmula 1 de Fernando Alonso: el periodista apenas si puede conducir sin salir de la pista.
A este Frank Klaas, después de ver el video, por lo serio y adusto que se le percibe, parece un logro que haya podido intercambiar más de dos palabras seguidas con él.
Llama la atención que no sepa el truco del ventilador, ya que aunque sea Director de Comunicación no tiene por que conocerse al dedillo las características de todos los modelos habidos y por haber de Jaguar, pero por lo menos le podrían haber dado un curso rápido de los mandos y botones del coche, que tampoco parece que abundan en el salpicadero.
Como han comentado anteriormente, como suena cada uno de los caballos de ese motor.
Mejor reclamo que ese sonido no hay.
Ráfagas, GTO.
El acelerón en punto muerto es para igualar la velocidad de giro de los ejes de entrada (motor) y salida (diferencial) de la caja de cambio. Si no se acelera, el eje de entrada pierde velocidad muy rápidamente y se hace trabajar más a los sincros (si los hubiera). Si se da ese acelerón y se tiene un poco de tacto en la palanca, se puede subir marchas sin pisar el embrague en un (___pobesito, lo que le hise de sufril___) Kadett 1.6.
En moto, es mucho más habitual subir marchas en aceleración sin tocar la maneta del embrague. Acelerar, cortar, apoyarse levemente en el pedal (hacia arriba), y entran solas.
Para quienes les guste este coche (precioso) y sean aficionados al Scalextric, decir que la marca Ninco lo ha reproducido en diversas ocasiones y hace poco sacó al mercado una versión muy parecida a las de las fotos, en color blanco marfil.
Dejo aquí un enlace para quien le interese (yo ya tengo el modelo y ni que decir tiene que merece la pena):
http://www.tiendahobbies.com/images/jaguar_xk120_alpes_ninco_50566.gif
Parece estar my bien conservado, aunque adolezca algunos defectos en el interior. Impresionante.
Si tuviera un coche así grabaría el sonido y después lo pondría en el ipod cuando no pudiera conducirlo. Por cierto, en el vídeo me parecía que la aguja del cuentavueltas marcaba mucho para ir a crucero suave, no me acordaba que en muchos british se mueven en sentido contrario al habitual. En teoría para pasar a una marcha superior basta con hacer doble embrague sin acelerar, si aceleramos es fácil que rasque, aunque si no hacia doble embrague no se que finalidad puede tener el acelerón, salvo lo molón que es el sonido.
¡Queremos una foto de Moltó con la capucha y las gafas!
Chandler, no existe esa foto. La publicaría si existiera. Lo siento. No llevé capucha. Gafas, sí, pero normales, de sol.