El domingo nuestros coches eléctricos amanecieron rodeados de flores.
Era el día de la madre. Espero que la presencia de los coches no molestara para el negocio. Seguro que no. Nos fuimos pronto. Las nueve era la hora de salida del primer coche.
En el equipo Ibil estábamos listos para la segunda etapa.
Como consecuencia del análisis de la noche anterior, le pedí a José Ignacio que cambiáramos la velocidad media en la aplicación Rallye Rabbit. Si siempre llegábamos pronto a los puntos de control, la solución debía pasar por reducir la velocidad. Mi conclusión de que llegábamos pronto se debía a que yo sabía que Raquel y Susana pasaban siempre adelantadas. Si ellas llegaban adelantadas y tenían los segundos en positivo, nosotros también llegábamos pronto. Así que redujiimos la velocidad media que se introduce en la aplicación.
El error fue descomunal. Era obvio, pero no fui capaz de preverlo. Nuestra velocidad sí era buena, lo que sucedía es que estábamos desfasados. sólo me di cuenta cuando vi estas penalizaciones divergentes. Con el cambio de velocidad, nuestra diferencia de tiempo en cada control de paso se agrandaba progresivamente. Acabamos con casi un minuto de retraso. ¡¡Bruto!! Grrr
Nuestros compañeros del equipo Ibil tampoco tuvieron un buen primer tramo. Zaira Unzue y Koldo Marcilla, que hicieron varios tramos muy regulares el día anterior, se perdieron y penalizaron mucho. Raquel y Susana, siguieron con su táctica de la noche anterior y se juntaban a nosotros, pero ahora sí, los segundos les salían en negativo, como debía haber sido también la tarde anterior. Javier y Aitor también se perdieron. En fin. Una mañana dulce para el equipo. El honor lo salvaron Amaia y Javier, que lo hicieron dignamente, aunque también claramente peor que el día anterior.
Lo bueno de la mañana del domingo es que ya sabíamos que los resultados de los tramos se podían consultar en directo. Pudimos consultar la tabla anterior entre el primer y el segundo tramo del domingo.
Corregimos el error. Lo que no teníamos tan claro era si el desfase en el que incurríamos con la velocidad correcta se debía a que llegábamos con adelanto o con retraso a los puntos de medición.
Finalmente José Ignacio me cantaba con desfase. La aplicación nos pedía que frenáramos, pero no le hacíamos caso. Teníamos que haber dado otros dos segundos más. O tres. Que el sistema pensara que íbamos cinco segundos adelantados. Podíamos habernos sincronizado perfectamente con el cronómetro oficial y los puntos de paso o el cuentakilómetros del coche. Sólo para conocer el desfase exacto. Pero eso era demasiado para nosotros. Además, la tableta volvió a perder el GPS. Un martirio.
En este tramo, Javier y Aitor volvieron a hacerlo muy bien.
Ya sólo nos quedaba un tramo. Un tramo complicadísimo para el copiloto. Y efectivamente, nos perdimos. En realidad, tuvimos la suerte de perdernos porque fue un tramo lleno de percances. El Leaf de Zaira y Koldo se quedó sin batería, o casi. Se detuvieron porque no sabían si podían terminar el rally. Y el Zoe de Raquel y Susana reventó un neumático en el mismo lugar en donde Zaira y Koldo estaban detenidos. Nosotros, que nos habíamos perdido, aparecimos por detrás y nos quedamos a ayudar. En el mismo lugar abandonamos tres coches del equipo Ibil.
No vinimos a luchar contra los elementos. O algo así.
Los cables de electricidad pasaban por encima. Una derivación para el Leaf tampoco podía costar tanto.
El equipo reparapinchazos del Zoe no servía para tapar el agujero. Necesitábamos una grúa.
Zaira y Koldo se fueron directos hacia Bilbao a recargar. Llegaron bien. Otro de los participantes, en cambio, se quedó sin batería y no pudo llegar a bilbao.
El coche escoba certificó nuestra retirada.
Adiós a nuestro carnet de ruta.
Fuimos todo el rally juntos y acabamos juntos. Como debe ser.
Nosotros nos habíamos perdido y el conductor de la grúa también se perdió. Tuvimos que ir a por él en el BMW. Finalmente llegó.
Grúa y coches perfectamente alineados.
Arriba. Esto se acaba. Ya todo está listo para ir a Bilbao a celebrar nuestra participación.
¡Qué remedio! Había que celebrar la participación de todo el equipo Ibil. No conseguimos el mejor resultado posible. Pero aprendimos y lo intentamos mucho. Y la cerveza en equipo sienta muy bien.
Los ganadores de la prueba, Eneko Conde y Marcos Domingo con Zaira Unzue, la directora de marketing de Ibil, que les entregó el trofeo.
Nosotros también tuvimos campeonas. ¡¡Susana Caparrós (izquierda) y Raquel Cardador que fueron el mejor equipo femenino!! Bravo. (Ejem. La celebración de esta victoria la tenemos pendiente :))
Y colorín colorado, este rally se ha acabado.