El vuelo, inicialmente, salía sin retraso
y las maletas también esperaban el avión, bajo la nieve.
Más de tres horas estuvimos los pasajeros en la sala de embarque, sin ningún tipo de información. Tras una hora de retraso, pregunté a una mujer que pasó a recoger algo detrás del mostrador y me dijo que estaban preparados para realizar el embarque inmediatamente. A otras personas les dijeron que el avión estaba en un aeropuerto en Grecia. Yo no vi ningún avión de EasyJet en las pistas.
No hice fotos de otras estancias de la Terminal 1. La sala de embarque era acogedora, porque estaba a buena temperatura. En el resto del aeropuerto hacía mucho frío. Cuando cancelaron el vuelo, hubo personas que no querían salir de la sala de embarque, porque no sabían dónde podrían pasar la noche. Yo me negué a devolverles la tarjeta de embarque (por recomendación de mi compañía aseguradora).
Tras casi tres horas de retraso, el vuelo se cancela definitivamente. El carrito de las maletas regresa a la terminal.
Tuve la suerte de conseguir taxi con relativa celeridad. Suerte relativa, porque no llevaba cinturones de seguridad en los asientos posteriores y el taxista agarraba así el volante bajo la nieve:
En un cruce, todavía cerca del aeropuerto, el taxista tiró del freno de mano para girar. Era una calle ancha y no había tráfico. Lo hizo bien, muy despacio. Nunca antes en mi vida un taxista había tirado del freno de mano conmigo dentro. En Sofía, en otro cruce, al pasar de una calle ancha a una estrecha, el coche se le fue ligeramente de morro. También era muy despacio. No pasó nada. En Bulgaria todos los coches, salvo rarísimas excepciones, llevan neumáticos de invierno. Los taxistas también. Todos circulan con mucha rapidez sobre la nieve. Es una diferencia notable con lo que sucede en España cuando nieva. Los neumáticos de invierno proporcionan muchísimo agarre en nieve. Hay gran diferencia de agarre con respecto a los neumáticos de verano.
Llegamos al hotel. Un trayecto muy barato. El equivalente a unos seis Euros. En el hotel informan al turista, para que no le cobren de más. Así estaba la calle del hotel cuando llegamos:
Parece que no nieve, pero al hacer la foto con el flash conectado se advierte que se trata de un espejismo:
Ya de día, la ciudad estaba preciosa.
En este museo, que creo que se denomina National Gallery, había dos exposiciones que merecía la visita. Una exposición era sobre arquitectura. La Vanguardia Rusa. La otra sobre dibujos y grabados de Picasso. Tener la oportunidad de verlas me compensó por los trastornos del viaje. La visita de la Catedral también recompone el espíritu dolido.