Pongamos que la huelga ha sido un éxito. Son las once de la mañana, pero pongámonos en lo mejor para los convocantes. Ha sido un éxito. ¿Y ahora qué?
Mañana volvemos a trabajar.
¿Qué legitimidad da la huelga general para hacer qué? Si alguien pretende utilizar el éxito de la huelga para cambiar las leyes, habrá otros muchos que también convocarán huelga general (o cualquier otra sentada) para deslegitimar esta huelga general. ¿Se mide la legitimidad para cambiar leyes por la capacidad para paralizar la economía de un país? ¿Por qué esa capacidad da más legítimidad que las armas?
La huelga general es una herramienta del pasado. Puede ser un éxito, pero ese éxito no legitima a nada.
Estoy de acuerdo, no tenemos herramientas buenas para impedir que la democracia sea un remedo de no sabemos muy bien qué, pero de algo mejor que esto, seguro.
Como no tenemos herramientas buenas, tenemos que aprender, tenemos que encontrar herramientas útiles para que los ciudadanos estudiemos, estemos formados, seamos conscientes de nuestra importancia y votemos con conocimiento, con capacidad para exigir y con mecanismos para hacerlo.
No tenemos nada de eso y tenemos que esforzarnos por conseguirlo. En lugar de huelga general, sería más fructífero convocar a una hora de lectura al día.
La huelga general es un reflejo de nuestra falta de competitividad, de nuestra falta de creatividad. Utilizamos (¿por pereza?) recursos antiguos en un mundo nuevo.
Hoy hemos vuelto a fabricar un destornillador plano, maravilloso, pulidito, con un mango impecable, capaz de aplicar un par de fuerzas exacto. Una joya. Pero lo que tenemos delante es una tuerca.
Mis amigos me responden. «¡Sí. Pero algo tenemos que hacer. No podemos quedarnos sentados con los brazos cruzados!».
Pues no estoy tan seguro de que no debamos hacerlo. Sentarnos, cruzar los brazos, debatir y pensar. Moverse por moverse es un disparate. Las actividades que son pura pérdida de tiempo, de recursos y de energía, no son inocuas. Desgastan y consumen sin aportar nada.
Esta huelga general ha sido un éxito, pero no sirve para nada. No puede servir para nada.
Es mucho más útil que pensemos para buscar y encontrar herramientas que sirvan, aunque parezca que no hacemos nada. Aunque nos lleve treinta años.
Hoy he ido a la biblioteca a trabajar, buscando un lugar tranquilo. Debido a la huelga, estaba cerrada. No me molestaría si no fuera porque es una biblioteca pública especializada en arte, es decir enfocada a una (gran) minoría, que cuenta con 24 puestos de estudio y en la que trabajan 5 empleados administrativos. A duras penas se llega a ocupar una decena de puestos, haciendo cuentas, un empleado público por cada dos usuarios. Aún y así estaba cerrada, luces apagadas, no había nadie, tan solo una nota informativa.
Creo que la huelga es un motivo más que suficiente para quedarse en casa al abrigo de la que está cayendo y tomarse un chocolate caliente, o al menos eso pudo pensar alguno de los cinco.
¿Un éxito de huelga sin que usted la secunde? ¿usted trabaja en su blog hoy?
¡Esquirol!
No se mueva que voy corriendo con una piedra en mis manos…..y un par de camaradas me acompañan con sendos palos.
¡Esquirol!
Yo estoy de acuerdo con usted, señor Moltó. También tengo amigos y familiares que argumentan que algo hay que hacer. A eso yo respondo que la voluntad ciudadana se expresa en las urnas, a falta de un mecanismo de participación más desarrollado. Justamente se lo argumento a personas que se quejan pero mantienen el mismo voto por diversos motivos folklóricos, tales como «al otro no le puedo ni ver», «es que los otros lo harían peor», «jamás votaré a esos».
Hacer huelga general servirá para que los medios llenen minutos de tertulias, para que los sindicalistas justifiquen sus subvenciones, para que el partido ahora en la oposición y hace poco en el gobierno recupere la confianza de los que no recuerdan qué hicieron cuando estaban en el poder o de los que ahora llegan a edad de votar.
Hacer huelga general para protestar en una manifa, en el parque con una litrona, en la playa porque hace sol o en casa viendo películas a cambio de no producir y no cobrar ese día es hacerse la guerra a uno mismo confiando en la dialéctica de la lucha de clases, en los supuestos representantes que se sentarán a negociar y cuyas decisiones se esperan como fumata blanca, tras deliberación secreta y con el seguro resultado de que todo lo que iba a ocurrir ocurrirá, pero más despacio y con más beneficiarios a repartir. Como si a la clase política no se la pudiese desalojar legalmente del poder con sólo votar a otros. La sociedad española es un organismo vivo y un organismo que está en guerra consigo mismo está condenado.
En mi opinión su entrada y su punto de vista se encuentran contaminados por un virus muy común últimamente. En un país donde cada día más millones de personas quieren trabajar y no lo pueden hacer, en un país donde cada día más es imposible acceder a una simple vivienda, en un país donde cada día esta menos claro que los mayores puedan permitirse una jubilación, en un país donde cada día más familias no tienen para comer; en definitiva en un país donde se roba a los cada día más pobres para hacer a los cada día más ricos lo ultimo que se me ocurriría pensar es si lo que hago sirve de algo. Quizás la pregunta sea si hago todo lo posible. Le pongo un ejemplo. ¿Sirve de algo una web sobre automóviles en un país donde el techo de movilidad de cada día más personas es una bicicleta? Quizás es más productivo pensar como puedo mejorarla, eso si, hágalo en un día que no sea de huelga.
Los abuelos dicen que esto cambiará cuando el pan se ponga a cien euros y las pistolas a diez.
Cuando se pase de 6000 manifestantes basicamente pacificos rodeando a la policia a 60000 manifestantes basicamente concienciados en cuerpo y alma marchando alegres a agradecer a nuestros representantes los servicios prestados.
NoDoyCredito, me hago esta pregunta casi cada día: ¿Sirve de algo una web sobre automóviles?
Yo me pregunto todos los días si lo que hago sirve de algo y qué podría hacer para que sirviera de más. Lo pienso precisamente para intentar que no ocurra todo eso que usted menciona. Pegar martillazos cuando el clavo está en otra pared es agotador, inútil y destructivo.
Se puede pensar y luego actuar o actuar y luego pensar. Yo intento pensar siempre si lo que hago sirve para algo. Que lo intente no quiere decir que lo consiga. Ni pensarlo ni que sirva.
Si de verdad se quisiera cambiar algo, y se quisiera usar una huelga. Habría de ser indefinida.
Una huelga hoy para mañana trabajar y que algunos cumplan el cupo de huelgas no sirve de nada.
Si realmente están en contra, la protesta continuará hasta que eso cambie, como eso no sucede y estoy muy loco me hacen creer que están compinchados.
Para mí una huelga general es varias cosas, casi todas ellas útiles:
1. Es un día menos de impuestos al trabajo y al consumo. Eso significa menos ingresos del estado que se puedan ir en precios exorbitados a las empresas de los amigos (eléctricas, constructoras, bancos) y en gastos ridículos del estado. Y si aún así se tira el dinero, faltará en las cosas precisas y la gente protestará para que se gaste en lo imprescindible, en lo necesario, en lo conveniente y, solo luego, en los amiguetes de siempre.
2. Es un día en que vemos claramente que el trabajo tiene un valor superior al sueldo. Porque si fuese de igual valor que el sueldo, como no se nos paga, nadie perdería. Pero cada día de trabajo de los 10 y pico millones de españoles que trabajamos (incluso por cuenta propia) les genera a los grandes empresarios unos beneficios inmensos. Y como ellos, empezando por las 35 del IBEX, son los más endeudados, pues que les den dos duros.
3. Es una oportunidad de concienciarse de que, más allá del ordenamiento económico, social, jurídico y político decimonónico apenas remendado que hemos heredado, es posible cambiar todo. Y todo quiere decir todo. Desde el contubernio de los petroleros nacionales hasta el matrimonio de las obispas anglicanas residentes en España, si las hubiere.
4. Es un recordatorio al administrador de la finca de que, aunque tenga un contrato por 4 años, la finca es nuestra. Y que si dejamos de arar, él no tendrá nada que administrar y tampoco cobrará. Ni de nosotros ni de aquellos a quien en realidad sirve. ¿Saben cuántos gobiernos elegidos (o no) «democráticamente» han sido expulsados del país tras un huelga general indefinida debida al incumplimiento del programa electoral y/o las expectativas, en resumen, a la TRAICIÓN? Pregunten, pregunten a sus vecinos argentinos cuántos presidentes huyeron en helicóptero de Buenos Aires. Un político traidor menos es una oportunidad más de mejorar.
En cualquier caso, coincido con don Troko: Una semana del tirón sin trabajar ni gastar y veremos a quién le empiezan a temblar los gluteos. Un mes seguido sin generar plusvalías excesivas ni impuestos desperdiciados y comprobarán que su dinero no es comestible. Nuestros abuelos lo hacían y así les fue: Consiguieron trabajar solo 40 horas, contratos fijos, sanidad a precio razonable y pensiones. Nosotros no lo hacemos y lo estamos perdiendo todo y rápido.
Coincido con El que trocea los mensajes en algunas cosas:
Seria mas efectiva una huelga en el consumo que una huelga como esta, pero
¿Estaríamos dispuestos a renunciar a nuestras comunidades?¿Dejaríamos de coger el coche y/o transporte publico?¿Apagaríamos el ordenador o dejaríamos de usarlo?¿Apagaríamos las luces o dejaríamos de consumir energía eléctrica?¿Dejaríamos de comprar, hasta el pan?¿Pasaríamos olímpicamente de esta vida consumista?
Estamos demasiado acomodados para hacer eso y somos demasiado insolidarios.
@8 Me gusta lo que dice y como no me veo capaz de ampliar en fondo lo por usted expuesto, amplio en la forma, contando un chascarrillo.
Corria el año 195… , en el remanso de placidez que era el franquismo, y la autoridad competente se le ocurrió subir dolorosamente el precio del tranvia barcelones. No era epoca permisiva con eso del novullpagar asi que el populacho planteó y ejecutó huelga de consumo: al tranvia no subia ni dios. La gente sufrió madrugones, caminatas y los habituales desprecios del poder, pero consiguió su objetivo. Se echo para atrás la subida.
¿Sacaremos alguna enseñanza de esto? Dudoso.