Hoy escribo a favor de que potenciemos la posibilidad de defender la homofobia, el machismo, el racismo y todo tipo de discriminación sin ambages.
¿Cuál es el problema de creer y defender sin tapujos que los blancos son más estúpidos que los negros? ¿Cuál es el problema de creer y defender con libertad que los heterosexuales son unos enfermos mentales y unos degenerados? ¿Cuál es el problema de creer y defender que las mujeres somos menos brillantes intelectualmente que los monos? ¿Cuál es el problema de creer y defender que el ser humano está creado por un Dios omnipotente y que algunos seres humanos realizan milagros gracias a su relación privilegiada con él? ¿Cuál es el problema de creer y defender que la violencia es el mejor instrumento para alcanzar la paz social, incluso con sus contradicciones intrínsecas? ¿Cuál es el problema de creer y defender la pena de muerte como método de castigo o de solución económica?
Nos llamamos a nosotros mismos el más inteligente de los seres vivos y nos reprimimos la capacidad de expresar lo que creemos y pensamos.
Cuando nos reprimimos esa capacidad nos discriminamos a nosotros mismos. Somos tan estúpidos o débiles que no podemos escuchar determinadas cosas, porque nos pueden apartar del camino correcto.
A Galileo lo condenaron por decir barbaridades. Se atrevió a expresar un anatema.
Sí sí, ya lo sé. Galileo tenía razón. Pero, ¿estamos seguros de qué significa tener razón?
¿La razón te la da la estadística, la interpretación histórica, la demostración matemática o la realidad empírica que medimos y analizamos bajo nuestro punto de vista, ya que no podemos salir de él? No está nada claro qué significa tener razón. En casi ningún campo.
A un aficionado de un campo de fútbol lo han denostado y lo han despedido como socio de un club por lanzarle un plátano a un jugador. El club puede hacer lo que quiera con sus socios, supongo que el club tendrá sus reglas. Pero, ¿se han planteado en ese club o en algún otro club del mundo hacer lo mismo con todo el mundo que llama maricones a los futbolistas cuando fallan o a quienes llaman hijos de puta a los árbitros?
¿No son las putas y los homosexuales igual de defendibles que los colores de las pieles? ¿Podemos todos opinar y expresar que ser puta e hijo de puta es equivalente a algo despreciable y ruin, pero no podemos pensar y decir que la homosexualidad proviene de una enfermedad o que los negros nos asemejamos a los monos? (Es paradójico que cuando uno llama hijo de puta a otro se considere un grave insulto para el otro)
No nos conviene discriminar a nadie por lo que piensa. Nos perjudica como sociedad. Y si limitamos la posibilidad de expresar lo que uno piensa, discriminamos a quienes piensan de forma diferente a quienes tienen el poder de legislar.
Discriminar a alguien por lo que piensa, reprimir la posibilidad de contarlo, nos convierte en una sociedad débil, en la que existen anatemas, una sociedad que piensa que carece de argumentos para rebatir opiniones personales y prefiere que no se expresen.
La evolución no se puede conseguir mediante la opresión de quienes piensan de forma diferente, sino mediante el convencimiento. La evolución no consiste en convertirnos todos parte de la misma secta, sino en aprender a convivir con quienes creen, piensan y sienten de forma diferente sin que tengan que reprimir sus pensamientos y su expresión.
Conozco a personas que se niegan a decir en público algunas de las cosas que piensan. Saben que está mal visto socialmente.
Personas que «por educación» no dicen lo que piensan. Personas hipócritas, que mienten, sólo para que no les juzgue la sociedad. Que sólo dicen lo que piensan ante su pequeño grupo de amigos. ¿Nos conviene?
Vivimos en una sociedad débil, en la que lo que llamamos educación y corrección nos hace vulnerables ante las opiniones de otros. Una sociedad en la que decir lo que uno piensa es recibido por los otros como una agresión.
Personas que se escandalizan porque el Papa recomiende no utilizar preservativos, porque en Estados Unidos exista la pena de muerte y libertad de portar armas, porque haya partidarios de la colectivización de los bienes, porque hay quienes reclaman el derecho al aborto, otros porque los llamen asesinos…
Que me llamen asesino por defender mis ideas no tiene por qué generar crispación social. Es una afirmación que no merece ninguna atención. Yo no soy más o menos asesino porque lo diga mi vecina del quinto o el Papa de Roma.
¿Somos las mujeres más o menos tontas porque yo piense y diga que las mujeres somos más o menos tontas? ¿Son los blancos más o menos espabilados porque yo piense y diga que los blancos somos más o menos espabilados? ¿Somos las putas más o menos deleznables porque yo piense o diga que ser puta es deleznable?
Las opiniones de los demás no tienen más valor que el de mejorar el debate, cuando son de calado. En cambio, promover la mentira, es muy perjudicial, porque de la noche a la mañana esas personas que decían una cosa expresan con su voto secreto lo que de verdad piensan y te pillan desprevenido.
Yo intento expresarme siempre con claridad absoluta, para que nadie pueda tener dudas de lo que digo. No siempre lo consigo, pero lo intento. Para algunas personas esa claridad es recibida como una agresión. «¿Cómo es posible que equipares la creencia en Dios y en los milagros con el racismo?» me dirán. «Lo hago porque lo hago, sin necesidad de mayor justificación. Si te parece que podemos obtener conocimiento de esa equiparación, debatimos. Si no, lo dejamos.»
Me gustaría que mis opiniones no causaran malestar a nadie, que sólo sirvieran para debatir y aprender. Pero hay personas a las que les duelen. ¿Tengo que ser yo el que me reprima y convertirme en un hipócrita o tiene que ser la sociedad la que aumente su nivel de tolerancia y comprenda que mi pensamiento es rebatible siempre y que no afecta a la realidad sino sólo a mi visión del mundo?
Yo abogo por una sociedad y unos ciudadanos a los que no les duelan las críticas y lo que ellos consideran insultos, que sepan entender cuándo son fundadas o no y que las desprecien cuando les parezcan infundadas y las tomen en cuenta cuando les sirvan para su propio beneficio.
Una sociedad en la que todos podamos opinar con claridad, a favor y en contra de absolutamente todo, sin anatemas ni muros de contención que limitan los campos de investigación y pensamiento. Una sociedad en la que se pueda defender la dictadura del proletariado, la democracia, el anarquismo, el fascismo, la discriminación por cualquier tipo de condición o creencia, la violencia, la tortura, los derechos humanos y la pena de muerte con la misma legitimidad. Sin prejuicios.
Una sociedad en la que no impongamos la mentira y la hipocresía como método de convivencia.
Cuando las opiniones son solo eso, vale. Pero cuando incluyen juicios de valor o falsedades conscientes, no es raro que puedan hacer daño. Por todos, le recuerdo el caso de Violeta Friedman: judía belga, residente en España, superviviente de Auschwitz y que se encuentra con una entrevista a un ex-SS, también residente en España, donde éste afirma que los judíos son unos quejicas y que ni los campos de concentración ni las cámaras de gas existieron nunca. Lo primero es una opinión (lo de los judíos quejicas) lo otro es, simplemente, mentira. Friedman acude a los tribunales españoles para pedir que la misma revista publique su versión de los hechos… y éstos le dicen que nones. Hasta tres tribunales. Incluyendo el Supremo. Finalmente acude al Constitucional (tras seis años de proceso judicial y de negativas reiteradas) y éste reconoce su derecho al honor y a la propia imagen. Si les pica la curiosidad, en la página web del TC pueden encontrar la sentencia (STC 214/1991). Y es solo un ejemplo.
Esto va para mega godwin de luxe pero si la alemania nazi no hubiera aceptado, porque alguien en ejercicio de su libertad, en busca de una sociedad mas madura, etc, etc, les dijo una y mil veces que los judios eran la causa de sus males, quiza, solo quiza, alemania no hubiera perdido a una generación de musicos, cineastas o
cientificos. Y en un aspecto mas practico, quiza la primera bomba atomica no hubiera sido yanqui.
Por eso en alemania es delito la negación publica del holocausto, una de dos, bien porque son una sociedad hipocrita, o bien porque han aprendido de sus errores.
No tener pelos en la lengua es una virtud cuando el mensaje es valioso, en otro caso solo informa al mundo del grado de tontuna de aquel que las expresa, no aportando ni siquiera el valor de la prudencia mas elemental.
Ojocuidao, que me encantaria que mis opiniones no causaran malestar a nadie, que sólo sirvieran para debatir y aprender, pero ya me dirá cual es la posibilidad de debate y aprendizaje con un supremacista blanco o con un fanatico religioso.
Fanaticos como estos, mismamente:
https://www.youtube.com/watch?v=SxqCQbKd6rc
«¿La razón te la da la estadística, la interpretación histórica, la demostración matemática o la realidad empírica que medimos y analizamos bajo nuestro punto de vista, ya que no podemos salir de él? No está nada claro qué significa tener razón. En casi ningún campo.»
Eso no es cierto, existe una herramienta llamada Ciencia que precisamente evita al 99.99% toda subjetividad. Por eso hemos llegado a donde hemos llegado.
Por lo demás, 100% de acuerdo. Demasiada corrección política y demasiado «qué dirán».
En EE.UU. puedes encontrar filas y filas de casas con sus respectivas banderitas del partido al que van a votar. Los músicos también declaran sus inclinaciones sin tapujos. Los entrenadores deportivos declaran a prensa sin pelos en la lengua. Ejemplos indicativos de una cultura acostumbrada a la opinión. Aquí en España opinar siempre ha significado poner en riesgo tus intereses y hasta tu vida. Y aún hoy, como es natural, no nos liberamos de los prejuicios. La hipocresía o la prudencia forman parte de nuestro modus operandi. Hasta el más libre de todo ello se sorprendería de las presiones a las que cede o de la comodidad a la que no renuncia. Aquí se es hipócrita hasta «por educación «. A mí me parece pernicioso.
Por otro lado:
Está prohibido publicitar el tabaco. Y el tabaco no es mejor porque lo digan 10 segundos en la tele. ¿ O sí?
Hay progresos que proteger. No hacen ni 100 años que las mujeres y los negros son personas normales.
La sociedad se sustenta en una cosa que explica el pasado y precide el futuro que construimos y deconstruimos entre todos los seres humanos por ser además un lenguaje universal. Esta cosa, ofrece respuestas y caminos y ofrece un avance, dejando atrás cerrando atrás cuestiones que no hay que estar replanteándose eternamente. Esta cosa es en la que hemos decidido creer y nos apoyamos en ella para emitir juicios, que se entienden que son para llegar a algún sitio o para hacer daño. Al que hace daño hemos acordado todos que es necesario ofrecer una respuesta.
Y el que le tiró un plátano a Daniel Alves lo más probable es que no piense en la inferioridad de raza. Esa persona quería provocar un mal, y con armas que muchas personas dieron su vida por hacer que desaparecieran.
A mí me hizo mucha gracia lo del plátano. Era un plátano. Una fruta. Sin capacidad ofensiva. El juicio de valor está más en quien lo recibe que en quien lo emite. Me pregunto qué habría pasado si en vez de lanzar un plátano hubiese lanzado una chirimoya.
Es como el que ve pedófilos por todas partes. Me inquieta. Pienso que proyecta lo que es en los demás como forma de disfrazarse o negarse. O como el que ve xenofobia, racismo y discriminación por todas partes afirmándose a sí mismo buscando el rechazo ajeno.
Con lo fácil que es vivir.
JM
Cuando Javier Moltó intenta ponerse profundo, llega a nivel de alumno de ética de 2º de la ESO.
Lo cual, no está mal, en una sociedad en la que a la mayoría parece no haberle aprovechado de gran cosa la educación que pagamos entre todos.
En la tercera línea ya estaba totalmente aburrido. Es como cuando los niños te preguntan cosas evidentes «y porqué, y porqué, y porqué».
No sé. Cuando uno ve que una persona tiene una página visitada por miles de personas, espera un poquito más de nivel, y no plantear cosas que se han planteado (y resuelto) miles de veces.
Yo le aconsejo a usted, y a otros, leer un poquito de filosofía. Así verán que no hace falta inventar de nuevo la rueda, o el fuego. Ya están inventados. Y si quieren seguir preguntando, pueden hacerlo, pero con mayor base.
¿y porqué la rueda es redonda?
porque así rueda mejor.
¿y porqué así rueda mejor?
ufff.
Yo aquí ya aconsejo contestar como el padre de Calvin (el de Calvin y Hobbs):
«por magia».
(
«- Papá, ¿como funciona una bombilla?
– Por magia
– pero, ¿no me dijiste que el aspirador funciona por magia?
– ambos lo hacen
– apuesto a que no lo sabes, y que te lo estás inventando..
– bueno… pues no creas a tu propio padre que lleva aquí mucho más tiempo que tú.
…
– mira mamá… ¡es magia!
– no!, no lo es! «)
(creo que Calvin y Hobbes, entre otros muchos, porta más filosofía en una sola tira, que muchos periodistas, propietarios de páginas y blogs incluidas, en tochos de más de mil palabras).
«…Conozco a personas que se niegan a decir en público algunas de las cosas que piensan. Saben que está mal visto socialmente…»
Abhijit V.Banerjee, economista de origen indio, explicó supuestos en los que las personas actúan como » borregos » ( herd behaviour ) mediante un modelo en el que cierta información, transmitida de boca en boca, va condicionando secuencialmente la conducta de los miembros del grupo.
Banerjee pone un ejemplo en el que hay dos restaurantes, A y B, que están abiertos uno al lado de otro, y 100 personas deciden ir a cenar a uno de ellos. Cada una de esas personas nunca ha cenado en ninguno de ellos pero previamente han recibido información de su funcionamiento, profesionalidad y la calidad de su comida, en el sentido de que 99 de ellos han escuchado que uno de ellos, por ejemplo el A, es el que ofrece mejor servicio y comida. Y sólo la útima persona es la que ha oído decir que el restaurante B es mejor. Suponiendo que la primera persona del ejemplo que acude a cenar es esta última, y entra al restaurante B, a la segunda persona que acudiese a cenar se le presentaría un dilema, pues vería que el restaurante teóricamente mejor está vacío. Si este segundo cliente considera su propia información como poco fiable y decide que » por algo será » que el restaurante B » tiene clientela y el A no, pondrá en marcha un proceso acumulativo que hará que el restaurante B se llene y que el A, teóricamente mejor, permanezca vacío.
La clave del proceso está en el efecto informativo que produce la conducta del primer individuo: el segundo cliente la tomará como indicio de la calidad del local y, en consecuencia, decidirá ignorar su propia información.
El recientemente fallecido Gary Becker, Premio Nobel de Economía por sus análisis de decisiones individuales de naturaleza social, llamó » Cascadas informativas » a la influencia del comportamiento del grupo sobre la percepción del individuo, y demostró que más que » presión social » se trataba de un proceso de » imitación racional » : » la unanimidad de los demás en un juicio hacía que el sujeto sometido al experimento terminara poniendo en duda la exactitud de su propia percepción «.
Es racional prestar atención al comportamiento de los demás, pues observaremos información de la que puede que carezcamos. Pero si decidimos nuestro comportamiento en base a las decisiones de los demás, seguramente otra persona que nos observara no podría discernir si nuestro comportamiento es leal a nuestros principios y valores o una imitación racional de otros que nos precedieron.
Qué listos que son todos estos economistas y matemáticos.
Pero lo cierto es que el comportamiento gregario es una característica que está en nuestro cerebro más primitivo, y que está relacionado con las posibilidades de supervivencia. Y hace mucho que se conoce, no están diciendo ni inventando nada nuevo.
Es más, tenemos un experimento en Cataluña la mar de cojonudo sobre cómo generar un pensamiento único y achicar los espacios hasta que cualquier posibilidad de rebatir el pensamiento único sea considerada como neofascista, o peor, de un chalado ridículo.
Hacia tiempo que no volvia a las andadas… Siga probando coches y poniéndonos adivinanzas pero no perpetre mas cosas de estas, por favor. Y si quiere hacerlo siga el consejo que le da Emprendeitor.
Dar cera, pulir cera
Los romanos. ¡Que vienen los romanos!
La cerrazón a cualquier «idea» diferente de las «propias» (las has cogido de otro y muchas son solo opiniones sobre hechos no siempre demostrados) nos impide muchas veces ver todos los aspectos de la realidad.
En esto tenemos que aprender mucho de los romanos y de los griegos, que inventaron la Retórica y la Oratoria porque, ¡ay caramba! les resultaban imprescindibles: ¡Vivían en democracia!
Uno de los principios de la Oratoria romana era ser igualmente eficaces defendiendo una postura como su contraria. Cuando en una tertulia en un medio escuchéis a los mismos intervinientes con las mismas opiniones, sabiendo, como sabemos, que cobran por ellas, sabemos que o son malos oradores o pésimos actores que han acabado encasillados.
Un ejemplo de cómo la cerrazón mental nos limita lo tenemos en el comunismo de Platón.
Sí, Platón propugnaba la comunidad de bienes, de mujeres y de hijos.
Guarden sus horcas y sus antorchas. No hay tal monstruo.
Si hay comunidad de bienes, también la hay de propietarios. Es lo que muchos tenemos en nuestras comunidades de copropietarios de inmuebles, nuestras sociedades anónimas mercantiles y nuestros estados.
Si hay comunidad de mujeres, es evidente que los hombres también serán comunes.
Y la comunidad de hijos también lo es de padres.
Así tenemos que el comunismo de Platón NO impide el capitalismo. ¿Lo ven? Guarden ya los eslabones de prender hogueras y desanuden sus cuerdas de ahorcar.
Pero Platón sí que acaba con la mayor parte de la violencia de género. Y con la falta de oportunidades de los hijos de los peores padres. Y con la enfermiza acumulación de bienes para los hijos y de hijos para los bienes. (Piensen en los señores feudales acumulando durante generaciones más y más tierras, más y más vasallos que las defendieran, más y más siervos que las trabajasen, en un imperio en que no se ponía el Sol).
Dunadan. Lo de las mentiras es un asunto aparte. A mí también me interesa lo de la mentira, pero no tiene nada que ver con lo que yo decía. Sea como sea. ¿Por qué damos tanto valor a lo que dicen o publican los demás?
Sera para tanto??? Mi inquietud versa precisamente sobre eso, sobre cuál es el mejor sistema para que las sociedades aprendan y sean adultas. ¿Reprimiendo la expresión de quienes piensan disparates o dejándoles que los digan para que todos podamos aprender y debatir? Sólo se desprecian las opiniones de los otros cuando uno ha debatido sobre ellas o pensado sobre ellas lo suficiente como para estar seguro de que son bobadas que merecen el desprecio. A mí me parece que a ese grado difícilmente se llega cuando una opinión da tanto miedo que quienes dirigen consideran que es mejor reprimirla.
CSR. Efectivamente, al ciencia es la mejor herramienta que tenemos para entender lo que nos rodea. el método científico es un buen método. Por eso mismo, demostrar algo es tan difícil. Por eso mismo, saber qué significa exactamente tener la razón es prácticamente imposible en muchas ocasiones. Es prácticamente imposible en todo aquello que no esté demostrado científicamente. ¿No le parece así?
Álvaro (no C6). Totalmente de acuerdo. Hay procesos que proteger. ¿Se los protege reprimiendo la expresión o se hacen más vulnerables? ¿Alguien impide ahora decir que la tierra gira alrededor del sol? Ese es el verdadero avance. el verdadero avance para mujeres y negros (y tantos otros) llegará el día que todo el mundo se acerque a la verdad (esa verdad científica de la que hablábamos antes) y quien diga disparates sea despreciado sin más.
JotaEme. A mí también me sorprende tanto revuelo por un plátano. ¿Que alguien del público tire un plátano dice algo de los negros o dice algo de quien tira el plátano? ¿Por qué se va a ofender nadie por eso? El que tiró el plátano sabrá o no qué le pasa por la cabeza. Pero, ¿De verdad afecta en algo a los negros y a los blancos que un espectador de un partido de fútbol tire un plátano con no sé qué aviesas intenciones? Con su pan se lo coma.
javier. Le agradezco que cite a Gary Becker. Un pequeño homenaje a un gran economista.
No sé si tiene relación con lo que usted dice, pero lo que yo reclamo, precisamente, es que prestemos atención al comportamiento de los demás. Que dejemos que todo el mundo se exprese con la mayor libertad posible, para conocerlos mejor. Reprimir su capacidad de expresión es limitarnos al resto la capacidad de conocerlos. es maravilloso que uno tire un plátano a un campo de fútbol o que alguien recomiende que no se utilicen los preservativos o que le den medallas a la virgen. De esta forma conocemos a quienes nos rodean. Si prohibimos decir y hacer disparates que no afecten a la integridad física de las personas, perdemos mucha información.
Valmhö, me dice que siga el consejo de Emprendeitor pero a Emprendeitor dejé de leerlo hace mucho tiempo y me da muchísima pereza leerlo. Dejé de leerlo porque se empeñaba en decirme sobre lo que tenía que escribir y sobre lo que no yo en mi blog. Lo mismo que hace usted ahora (y me temo que él también porque me pide que lo lea, pero me da pereza)
¿De verdad creen que escribo para ustedes y que si a ustedes no les gusta tengo que dejar de escribir? ¿No sse dan cuenta que yo me lo paso bien y que hay algunas otras personas que también juegan con los juegos que escribo? ¿Le pido yo que me lea? ¿No está suficientemente claro desde el título que no hablo de coches? ¿Para qué lo lee si sabe que no le va a gustar?
¿Por qué cree que cabe la posibilidad de que yo deje de escribir lo que me apetezca escribir y jugar con quien le apetezca jugar conmigo por el único motivo de que a usted no le gusta lo que escribo? ¿Cree de verdad que yo escribo para que le guste a todo el mundo? ¿No se imagina que yo soy consciente de que hay millones y millones de personas en el mundo que no leen lo que escribo y que me parece maravilloso que no lo lean y que no tengo ninguna intención de que lo lean? ¿Por qué cree que que usted lea o no lea lo que escribo o le guste o no le guste lo que escribo me puede importar más que lo que piensen otros millones y millones de personas que no leerán nunca lo que escribo?
No espero nunca que lo que yo escribo le guste a todo el mundo. Escribo en mi blog, de estas cosas, básicamente, porque me divierte a mí. ¿Por qué otro motivo iba a escribir?
Marcus. Eso de «dar cera, pulir cera «me suena, pero no recuerdo de qué. ¿Considera que me dan cera? ¿En qué consiste eso de dar cera? ¿En que me duela, en que me afecte y me ponga triste, en que pierda cinco minutos en contestar a quien me dice que no escriba esas cosas? ¿En castigarme sin la paga a fin de mes? ¿En no dejarme traer a mi novia a casa el fin de semana? ¿En obligarme a volver a casa a las 10:00? ¿En ponerme de cara a la pared? ¿Opinar es dar cera? ¿Valen mis opiniones para algo? ¿Valen para algo las opiniones de los demás?
Las opiniones de todos, las suyas, las mías, las de aquél, valen, cuando valen, para jugar, para debatir y para aprender. Cuando no valen para eso, no valen para nada. A algunos mis opiniones les sirven para jugar y a otros no. Perfecto. Y a ninguno, ninguna, para dar cera. Porque con las opiniones no se da cera. Se da cera con los castigos. Y ¿quién tiene poder para castigar? Yo no, desde luego.
el que trocea los mensajes.
Este mensaje no lo ha troceado nada. Un día hablaremos sobre Platón, que tiene mucha enjundia (y mucho peligro. ¡¡¡Opinaba!!! )
Por cierto. En la sociedad abierta y sus enemigos, Popper masacra a Platón. Pa que vea. 🙂
#8 JFKa
Escribo desde Madrid. Nacido en Madrid. Vivido siempre en Madrid, salvo vacaciones, excursiones y temporadas de trabajo itinerante. Pese a lo cual quisiera ser español. Cosa que es muy difícil para muchos madrileños. Tanto que muchos ni se dan cuenta.
Lo del experimento de Cataluña, piénselo Ud. en general. Extrapole.
¿De qué hablan los nacionalistas catalanes?
De lo mismo que los demás nacionalistas. Los nacionalistas de todos los lugares hablan mucho de «nación» y poco de personas. Pese a que se supone que la nación es la suma de las personas.
Por ejemplo, los británicos y estadounidenses en 1936 llamaban al bando de Franco «Nationalists». No «National Spanish» ni «white Spanish» (que es lo que eran, en contraposición a los «rojos» y a los azules). Porque, evidentemente, a los propagandistas del golpe del olvidado Sanjurjo se les llenaba la boca de «nación». Eran nacionalistas. Si lo ve más claro, españolistas. Como los de Mas son catalanistas. Ni más ni menos.
¿Y qué es la nación?
Así en genérico, sí. Porque la nación es excluyente. Siempre. De no serlo, se diluiría. Case a sus hijos con irlandesas o eslavas y verá como su piel oscura se va diluyendo en sus nietos.
No busque definiciones. Busque utilidades. Recuerde, a la romana: Algo es bueno porque es útil. Y si se habla de «nación» es porque es útil. No por otra cosa.
El concepto de nación se crea al final del siglo XVIII para, una vez sustituida la monarquía de derecho divino por la república, tener algo «superior» (recuerde, Dios estaba con los Reyes Cristianísimos de Francia) para recabar el apoyo, incluso la obediencia de los ignorantes que hasta solo unos años antes gritaban «¡Por el Rey!» y se arrojaban contra las picas de los mercenarios protestantes de los Reyes Católicos de España (y más sitios).
Napoleón, al coronarse, no se titula Emperador de Francia, sino de los franceses. Al reinstaurar la monarquía con otro nombre, prescinde del concepto de nación. Porque la monarquía no lo necesita. De hecho, Napoleón se hace monarca de tierras y gentes que luego se definirán como naciones diferentes de la francesa.
Así que, si quiere hablar de nacionalismo, hable usted. Pero que sepa que está hablando del sexo de los ángeles. De nada. De menos que nada. «Uno con uno» (centímetros) que decían los de Martes y trece cuando eran tres.
Además, la nación española ya no existe. Pese a la propaganda de los espadones decimonónicos.
España se «rompe» en el siglo XVI, cuando el penúltimo inútil de la casa de Habsburgo pierde uno de sus muchos reinos peninsulares: Portugal, una de las Españas. Los Habsburgo nunca se titularon reyes de España. Eso es un invento de los extranjeros, como el propio gentilicio, «español», palabra francesa. Y el primero, o más bien el último, en transformar España (menos Portugal) en un solo reino fue un francés: Felipe de Anjou.
Es más, España nunca fue nación. España es un país.
Con «España» sus «descubridores» no nombran a la gente, sino a la tierra. Por eso España solo puede ser país (Geografía Física) y Francia solo puede ser nación, porque nace con la invasión de unos germanos llamados «francos». Que las Galias eran muchas y eran más.
Por cierto, Cataluña no es un país, pero los catalanes sí que serían una nación. Si tal cosa existiera.
No eran catalanes los reinos musulmanes de Lérida o de Tortosa, por ejemplo. Pero al invadirlos los catalanes, pasaron a ser tierras catalanas. Y si Valencia tras la invasión siguió siendo un reino independiente en lugar de ser más Cataluña es solo porque Jaime I aprendió la lección de su secuestro y mantuvo la corona de Valencia para sí.
Todo esto partiendo de la base de que uno acepte el concepto de «nación» como animal de compañía, claro está.
Pero es que lo mio, y lo de Emprendeitor al que dice no leer, también son opiniones… ¿no podemos opinar? ¿o solo vale si yo ahora le suelto un tocho sobre ética, moral y derecho… pero lo que a mi se me ocurra, sin más, en frío y a bocajarro? Y después siempre nos queda el tema de la coherencia, la difícil coherencia.
Bueno, me voy un rato a tratar de reinventar el derecho consuetudinario con mi señora. No se preocupe que no volveré a leer estas cosas que pone vd. aquí, ni mucho menos le castigaré cara a la pared. Bastante tiene vd. con escribir estas cosas… sin aceptar las consecuencias que conlleva el aplicar las cosas que escribe.
Valmhö,
Pues claro que lo suyo son opiniones. ¿Acaso le digo yo que no las escriba? Lo único que le digo es que no le voy a hacer caso cuanod me dice que «no perpetre cosas de estas» y le pregunto algunas cosas para entender bien su opinión.
¿Quién le ha dicho que solo vale eso del tocho sobre ética, moral y derecho? ¿LE he dicho yo algo parecido a eso?
A mi juicio yo soy perfectamente coherente. Escribo lo que me parece, leo lo que me parece, contesto lo que me parece y dejo que los demás escriban lo que les parece. Yo no le pido ni a usted ni a Emprendeitor que escriban nada. Me parece maravilloso que escriban lo que quieran. Lo que no pueden exigirme es que les lea o que estén de acuerdo.
Yo les dejo a ustedes que escriban o que no y no les exijo que les guste lo que yo escribo. Me parece maravilloso que no les guste. Y por supuesto que acepto las consecuencias. Eso no significa que tenga que hacerle caso a usted. ¿O cree que aceptar las consecuencias es hacerle caso a usted?
A mí me encanta debatir de esto con usted. Me aburrirá a la cuarta vez que me diga que no escriba sobre lo que sea y dejaré de leerlo. Pero el debate me apasiona. Siempre que no se sienta usted dolido porque discrepe de usted o porque no le haga caso.
Estamos casi empatados. Yo a Moltó le leo en diagonal. Me parece tan aburrido cuando se pone a filosofar…
Le reconozco el mérito de haber creado una web que tienen dos cosas interesantes: una base de datos bien estructurada, y un blog en el que hay un par de colaboradores que me gustan. El resto (en cuanto al motor, me refiero), no me interesa porque está superado en muchos sitios, y es más de lo mismo.
Respecto a sus disquisiciones mentales: me parece que en las mismas muestra que no tiene solvencia intelectual como para pensar siquiera en considerarle. Mire que a veces lo intento… pero es que es un discurso es tan pobre, que en seguida me aburre.
De todos modos, uno empieza a apreciar algo a algunos opinadores habituales, y entre eso, y el tedio del trabajo diario que deja algún hueco, pues eso. Que uno opina.
Que el autor del blog me lea o no, es indiferente.
Es como cuando uno ve un papel en el suelo. Pues uno se agacha y lo recoge, y da igual si el que lo ha tirado te ve o no. Así, el siguiente que pase, no ve el papel. Aunque puede que después de mí ya no pase nadie… pero de nuevo, es indiferente. A uno le sale el impulso de agacharse a recogerlo, pues se agacha, y lo recoje.
Pues cuando leo una disquisición tontorrona, me pasa lo mismo. A veces no puedo evitar opinar sobre lo opinado. A lo mejor a alguien le interesa, o a lo mejor no. Y uno no gana nada con ello… pero es que me sale así.
Será que a mí también me divierte…. será que me sale sin más.
Sobre Platón y los oradores grecolatinos en general (ven?, los opinadores sí tienen nivel). Pues hay que desconfiar, y mucho. La oratoria es un arte, que requería años y años de estudio. desde luego, no consiste en coger un argumento y defenderlo de forma improvisada. Un buen orador debe ser capaz de convencer a una audiencia de una cosa, y de la contraria (ver anécdota de Enrique III de Francia).
En la época antigua, para ganar un juicio, era indiferente si uno tenía o no razón… lo que necesitaba, era un buen orador. Si uno tenía suficiente dinero como para contratar a Cicerón, tenía el juicio ganado, fuera inocente o culpable.
La anécdota de Enrique III fue la siguiente:
El Cardenal du Perron, que dominaba perfectamente la oratoria, tras una disertación en la corte sobre la existencia de Dios que fue muy aplaudida, le dioj a Enrique III: «Le acabo de demostrar la existencia de Dios; mañana, si vuestra Majestad lo permite, le demostraré que no existe».
(el rey le echó a patadas por su cinismo).
Desconfiemos, pues, de la oratoria. Desconfiemos incluso de los argumentos.
Si se quiere bajar hasta el nivel en que todo vale, en que no usamos nada de lo ya establecido por la experiencia de nuestros antepasados, si cualquier argumento debe ser considerado, entonces es imprescindible dominar de forma muy sólida la lógica.
Y aunque la lógica pueda parecer una disciplina evidente, no lo es. El dominar la no es fácil, y ni mucho menos accesible para todo el mundo.
«Efectivamente, al ciencia es la mejor herramienta que tenemos para entender lo que nos rodea. el método científico es un buen método. Por eso mismo, demostrar algo es tan difícil. Por eso mismo, saber qué significa exactamente tener la razón es prácticamente imposible en muchas ocasiones. Es prácticamente imposible en todo aquello que no esté demostrado científicamente. ¿No le parece así?»
Exacto, pero cuando la ciencia no nos puede dar una respuesta existe el sentido común y la lógica.
Por ejemplo, cuando una persona me viene convencida de que la homeopatía funciona, mi explicación tiene tal amparo científico que no me importa decirle que es una estafa.
Cuando una persona me dice que dios o cualquier cosa sobrenatural existe, aunque la ciencia no tenga una respuesta definitiva a ello, no me importa y sigo tirando de sentido común y le digo que de entrada es una fantasía suya.
Puede que en el segundo caso no tenga razón pero es demasiado improbable, así que lo digo igual.
Además, al contrario que mucha gente, a mi no me importa decir «no lo sé».
Quizá tendríamos que entrenar más para aceptar que no sabemos gran cosa.
Obviamente, es muy libre de escribir lo que desee, faltaría mas. Yo preferiría que no lo hiciera, no por nada, sino porque a uno se le cae no un mito, pero si alguien que ha conseguido hacer algo un poco mejor que la media. Y desde luego, no lo ha hecho aplicando esa filosofía de baratillo como ha quedado claro en mas de un comentario de alguna otra entrada de este blog. Incluso leyendo una de cada diez entradas de este tipo me doy cuenta de eso.
Ahora, evidentemente, el escatergoris es suyo y puede hacer con el lo que desee. Yo no me siento dolido porque lo haga, pero como muestra del nivel general de los pensamientos de la gente pues es bastante bajonero.
Gracias por sus explicaciones, Valmhö. Intento entenderle, pero no soy capaz.
No tengo ninguna duda de que mi filosofía es de baratillo. ¿Por qué le parece un problema que mi filosofía sea de baratillo? Mi filosofía es de baratillo, mi conocimiento de física es de baratillo, mi conocimiento de matemáticas es de baratillo, mi conocimiento de coches es de baratillo. Todo lo que yo sé es de baratillo. ¿Tenía alguna duda sobre eso?
Si yo fuera bueno en algo me dedicaría a investigar sobre eso. Como no soy bueno en nada, no investigo sobre nada. Escribo, estudio, debato, hago la cosas lo mejor que sé, con el mayor esfuerzo de que soy capaz y disfruto haciéndolas así. ¿Cuál le parece el problema? No soy capaz de entenderlo.
esto no tiene nada que ver con que el escatergoris sea mío o del vecino. Aquí, cada uno delos que escribimos puede escribir lo que le dé la gana. Como hace usted. Y culquiera podría decirle que sus comentarios son de baratillo. Y a usted podría importarle un comino o no y decidir seguir escribiéndolos o no. No tiene nada que ver con la propiedad.
No, no todo lo que hace es de baratillo, y vd. lo sabe. Por mi parte no tengo nada mas que decir.
Moltó, a todos nos parece estupendo que usted se plantee cosas. Pero no me venga con mira todo lo que me esfuerzo. Si asi fuera, no volveria una y otra vez a plantear cuestiones que los humanos ya han resuelto a satisfacción del común de los mortales, a veces hace eones.
Retomando el tema Godwin/nazis/holocausto, presumo que los alemanes decidieron, a la vista de su pasado, que podian permitirse el lujo de no aprender y no debatir con los negacionistas, como es el caso, castigando la libertad de expresión. ¿Cree que sus disquisiciones, pidiendo one more time volver a la casilla de salida, aportan valor al tema?
Hay realmente poco que decir al respecto. El propio Cicerón advirtió que cuantas más leyes promulga un gobierno, más corrupto es. Presenciamos a diario un descarado asalto a las libertades por parte de un conglomerado criminal llamado gobierno cuya afinidad con la finanza internacional y su dictadura planetaria (léase sin fronteras) apenas disimula la imposición del pensamiento único. Esto es lógica, lo demás es propaganda y desinformación al servicio de ese mismo poder cuasi omnímodo a día de hoy. Lo que reivindica Moltó es sencillamente la libertad de expresión.
No entender lo del platano os retrata. Es muy fácil, es igualito a lo de poner una estrella a los judios e Alemania en los años 30. El resto de su escrito igual de penoso, RACISTA y demencial.
Valmhö,
yo intento que nada de lo que hago sea de baratillo. Pero es obvio que no hay nada de mucho valor. Hasta yo me doy cuenta de eso. Pero nos pasa a la mayoría de ciudadanos. Cosas de mucho valor sólo hacen unos pocos. Los demás, hacemos lo que podemos. Yo no tengo ninguna duda de que hago cosas de baratillo. Ni me parece mal hacerlas, ni me arrepiento de hacerlas. Lo hago lo mejor que sé, pero basta con mirar alrededor para ver que hay personas con mucha mayor capacidad. Lo asumo y disfruto haciendo lo que hago. Nadie tiene obligación de comprarme mi escatergoris, como dice usted. Cada uno que haga lo que quiera.
sera para tanto???
Me hace usted reír. ¿Qué quiere decir con eso de «no me venga con mira todo lo que me esfuerzo»?
Me esfuerzo todo lo que puedo porque me gusta, porque así disfruto mucho más con lo que hago y porque me da la gana. ¿Acaso lo interpreta usted como una reivindicación o como una queja? ¿Hay algún indicio en lo que escribo para imaginar eso?
Eso de que los humanos han resuelto algunas cuestiones desde hace eones le parecerá cierto a usted. a mí no tiene por qué parecérmelo. Pero, independientemente de eso, yo disfruto releyendo, repasando partidas de ajedrez acabadas, revisitando soluciones a problemas resueltos, debatiendo formas más elegantes de resolverlos… No obligo a nadie a que disfrute con eso. Pero algunas personas sí disfrutamos con estas cosas.
Los titulares no engañan. Cuando hablo de coches hablo de coches y cuando no, pues está bien claro en el título y en el primer párrafo.
¿De verdad usted cree que los alemanes no volverán nunca más en los próximos mil años a la casilla de salida? ¿Hay algún acontecimiento en la historia, alguna decisión, que no se repita una y cien veces con diferentes matices? ¿De verdad cree que los seres humanos aprendemos a la primera o a la segunda? Cuando usted habla de que está resuelto yo me espanto. Mire alrededor. Unos pensamos unas cosas y otros otras. ¿Resuelto? Está resulto que la tierra no es plana. Ni siquiera está resuelta la deriva de los continentes, ni la evolución de la especie ni tantas y tantas cosas. Que alguien piense que ha encontrado una solución no significa que haya resulto nada. No basta con tener la solución teórica. Es imprescindible que la sociedad la haga suya. Para ello no hay nada como el debate. Ese es su valor. Hablar y debatir es parte de la solución.
Rage Rover. Reivindico que puede ser una solución mejor que la represión de las ideas. Efectivamente. Pero muchos piensan que no 🙂
theclash. Yo de usted no sacaría ninguna conclusión precipitada. Yo no lo haría en su caso, por mi propio interés. Inentaría entender qué intentan decirme en lugar de poner etiquetas. Yo sé que no soy nada racista. No me importa que usted me considere racista, porque sé que no lo soy. Lo de penoso y demencial es posible que tenga razón, pero quizá no.
El racismo no se acaba reprimiendo el racismo. Igual que yo no dejaría de ser demencial y penoso si censurara sus insultos. si lo soy lo soy, lo diga usted o no lo diga. Y los negros son negros, como los blancos somos blancos. Que nos tiren un plátano no cambia nada.
A mí me gustaría que la sociedad impidiera, con todos sus medios, que se discrimine a cualquier persona por su color de piel, por ser hombre o mujer, por sus preferencias sentimentales y religiosas. No solo me gustaría que fuera así, sino que dedico mucho tiempo a intentar convencer a uno y otros de que discriminar a los diferentes es muy malo para todos.
Pero tirar un plátano, aparte de una estupidez supina, no supone ningún tipo de discriminación. El que tira el plátano debe tener todo el derecho de expresar su estupidez. Exactamente el mismo que tengo yo de expresar la mía. Y debe tenerlo porque estoy convencido de que es bueno para todos que sea así, que las personas no se escandalicen de lo que otros dicen de ellas o de sus creencias, o de sus conocimientos, o de su color de piel.
@25,
totalmente de acuerdo, creo que el ejercicio «filosofal» planteado no esta resuelto si entendemos que el mundo avanza y cambia, otra cosa diferente es que cada uno de nosotros lo tengamos «resuelto» porque en este momento tenemos unas ideas, creencias, etc. al respecto de cada tema.
Creo que lo que se plantea es el debate, o al menos la posibilidad de debatir, y no la opinión de cada uno, y eso no esta resuelto desde el momento que hay diferentes opiniones y que ademas algunos parecen querer dar a entender que es innecesario, aburrido, filosofia de baratillo… confrontar esas ideas. Cuestión de gustos.
Sí que me quedo con la sensación general de que solo somos capaces de «filosofar» o debatir con aquellos que coinciden con mis ideas o creencias, tanto si es sobre coches como respecto al resto de temas, políticos, sociales,… que en una sociedad en al que se «comunica» tanto, se dialoga o debate muy poco, sobre todo con diferentes. Creo que el resultado es el que plantea Javier, cada vez mas tendemos a no querer ni oir ni ver todo lo que no sea lo que dicen «los mios», y en los mios se puede poner cualquier tribu que nos hayan inculcado o en la que nos hayamos integrado: equipo de futbol, marca de coches, pais-nación, partido político,…
Con estas mimbres la tentación de la extensión de la censura que siempre se le presupone al que ejerce el poder en cualquier parte del mundo encuentra terreno abonado en cualquier dirección.
De acuerdo por tanto en que aflorar, expresar ideas, concepciones del mundo no puede ser perjudicial para la sociedad, en tanto que si eso se transforma en dialogo puede acercar a diferentes. Pero aqui soy mas pesimista que Javier y, vuelvo a repetirme, con las mimbres existentes deberá ser en alguna generación venidera.
Es de agradecer la «valentía» de Javier por plantear y tratar estos temas en lugar de ser «politicamente correcto», sabiendo que puede perder adeptos y parece que admiradores por plantear opiniones diferentes,…
@26 siloniz. Gracias por hacer el esfuerzo de entenderlo y entenderlo tan bien. Lo que usted dice es exactamente a lo que me refiero y lo que intento de vez en cuando.
Lo de perder «adeptos y admiradores» me gusta. No quiero ni adeptos ni admiradores. La idolatría es el principio de todos los males. (sonrisa) Quiero lectores críticos con las ideas y tolerantes con las diferencias. Los busco con ahínco.
Por cierto. el pesimismo lo compartimos. En ocasiones digo que yo trabajo para dentro de 500 años. Nosotros estamos aquí gracias a que en la inquisición también hubo algunos que trabajaron para generaciones venideras. Contribuir al debate, al interés por la convivencia, a preguntarse sobre las normas que debemos darnos para compartir este espacio es un trabajo a largo plazo. Sé que no me aprovecharé de ello, pero si entre todos contribuimos, cabe la posibilidad de que algún día en este planeta alguien viva sin enfrentamientos continuos entre partidarios y detractores. esa visión de la convivencia como del fútbol, fanático y amigo o contrario y enemigo resulta aterradora.
Muchísimas gracias.
@26.- Es que esa es la gran trampa de este tipo de pensamiento débil que el sr. Moltó y vd. mismo defienden aquí. Dar por hecho que plantear el debate es algo neutro es una estupidez (ya que no nos andamos con tabúes). El debate siempre se plantea desde alguna posición, por ejemplo al plantear el tema de la ventanilla del avión, estamos asumiendo una serie de posiciones, no sirve decir que la diferencia de presiones vale para hacer que un coche turbo corra mas pero no sirve para lo del avión, o lo uno o lo otro. O podemos bajar la ventanilla del avión o si le ponemos un turbo a nuestro motor va a correr mas.
Ya se que me van a decir que plantear la pregunta mola, que no hay preguntas malas, que si la curiosidad, que si tal avance fue propiciado por una pregunta que también parecía estúpida en su día… Correcto, no pasa nada por debatir, pero como van de tolerantes, de comprender cualquier posición y de enriquecerse con ella como los espaguetis con el avecren tienen que comprender que todo esta relacionado, un poco como en el juego ese de hacer una torre con trocitos de madera y después ir sacando los de debajo.
Uno no sabe exactamente lo que va a pasar si quita el primer tronquito que se le viene a la mente, a lo mejor la torre se cae. A ustedes probablemente les gusta que la torre se caiga, yo prefiero que la torre sea cada vez mejor, por eso hay piezas que creo que no hay que quitar, y sobre todo creo que hay que pensar antes de quitar una, y tener media idea de que proporción de torre nos vamos a cargar. A ver si por echar la lengua a pacer nos cargamos algo bueno, y queda en pie la peor parte.
Pero vamos, que de esto entenderán lo que les parezca y después me soltarán otra sarta de posmodernidades. Descartes también dudaba, pero lo supero. Vds. también pueden. Y después encontrarán otra simpleza en la que estancarse, pero al menos algo habrán aprendido.
Bueno, lo de la inquisición no lo había leído. ¿De verdad se lo cree, no es postureo? Madre mía que peligro tiene usted. Lo bueno es que no se va a enfrentar conmigo por pasarme asi, siempre que predique con el ejemplo.
El debate me da un poco lo mismo, pero me encanta leer cómo desarrollan sus posiciones y en concreto me resulta un placer cómo se expresa usted, Sr. Valmhö, es un gustazo neuronal.
JM
¿Qué es lo que me pregunta, Valmhö, si de verdad me creo qué? No es una cuestión de fe. El ser humano vive como vive en la actualidad gracias a todo lo que ha ocurrido anteriormente. Gracias a cómo ha vivido cada uno de los seres humanos anteriores, gracias a cada uno de los ancimientos y las muertes, las vidas de cada uno y sus obras. Cada uno contribuimos más o menos a que el mundo se de una forma u otra.
Cada voto, cada vez que respiramos, cada idea, cada consumo de agua, cada conversación, cada herramienta nueva, cada beso. El mundo no ha ido cambiando por lo que ha ocurrido en Plutón. si nosotros vivimos como vivimos ahora es porque muchas personas vivieron durante la inquisición, aprendieron ellos y nosotros aprendemos de ellos. ¿Le parece posible que pueda ser de otra manera?
Quizá usted prefiera leer que yo me creo Napoleón o no sé qué. Pero no. Lo que sí sé es que la presencia de cada uno de nosotros aquí cambia el mundo, de forma insignificante sí, pero lo cambia. Podemos remar en un sentido, en otro o en ninguno. No hacer nada también influye.
No entiendo ni lo de enfrentarme con usted ni de predicar con el ejemplo. No sé a qué se refiere.
No entiendo algunas de sus exposiciones. No entiendo eso del «algo neutro» ni por por qué algo debiera ser neutro. ¿Es mejor neutro que no neutro? ¿Mejor para qué?
Con relación a lo de la torre y el tronquito. Primero me dice que este debate está superado y luego me dice que «con este método se pone en peligro la estabilidad del sistema». O una cosa u otra.
Leyendo lo de la torre por fin entiendo sus reticencias. Usted prefiere «no tocar» para que no se desplome. Cree que el sistema es débil y que la solución es no tocarlo no vayamos a fastidiarlo. Mi punto de vista es contrario. Como el sistema es débil, tenemos que buscar formas de hacerlo fuerte. Si es débil alguien vendrá antes o después y se lo llevará de un bufido (un Berlusconi cualquiera, no necesito ejemplos peores). Si es fuerte, si trabajamos para que sea capaz de resistir críticas y amenazas, lo fortalecemos y es menos vulnerable.
Yo prefiero trabajar para que el sistema sea fuerte. Usted prefiere trabajar (y se emplea a fondo) para que nadie toque el sistema.
Usted cree que yo soy peligroso y que usted es el verdadero protector del sistema. ¿Entiende que yo puedo pensar lo contrario y pensar que quienes amenazan el sistema son personas como usted que intentan el imposible de construir una muralla alrededor del sistema para que nadie lo toque? ¿Entiende también que esas diferencias de planteamiento no nos hacen buenos ni malos ni a usted ni a mí, que los dos defendemos lo que consideramos que es mejor para tener la mejor convivencia posible?
¿No se da cuenta de que tanto usted como yo influimos exactamente igual para cómo será la vida en este planeta dentro de 500 años, pero usted en un sentido y yo en otro y eso hace que la resultante sea cero?
¿No es capaz de aceptar que quienes pensamos de forma diferente no somos todos unos malvados o unos tontos por definición? ¿No le parece posible que todos busquemos lo que consideramos que es mejor, aunque ni su mejor ni me mejor puedan parecerse? ¿Que ni usted es un cretino ni yo lo soy por pensar diferente?
No estaremos aquí dentro de 5000 años para saber quién tenía razón, para saber si es mejor una estrategia u otra. Yo estoy dispuesto a aceptar que me equivoco, pero para llegar a esa conclusión necesito argumentos, no descalificaciones a la persona, que son totalmente inútiles. Me encantaría cambiar de opinión y darle la razón a usted. Lo que más me gusta en el mundo es darme cuenta de que estoy equivocado en cosas y cambiar de opinión. Cuando compruebo que estaba equivocado, sé mucho más que antes de darme cuenta.
No me hace ser ni mejor ni peor que me llame no sé qué cosas, ni me hace pensar ni mejor ni peor. Eso es una pérdida de tiempo. Debata sobre el fondo, como cuando por fin ha entrado en algún tipo de argumentos con la torre y las maderitas. Por fin he sabido cuál era su reticencia. Ahora ya tenemos un asunto (otro diferente del inicial) para debatir.
Le mando un abrazo, porque por fin empiezo a entender de qué se quejaba, y porque por fin se arriesga a mostrar argumentos y a que los demás los juzguemos y analicemos. Como verá sus argumentos no tienen la produndidad del océano. Son argumentos sencillitos, como los que exponía yo, pero que «no están superados» porque hay muchas opiniones diversas.
Un abrazo y gracias
Javier
Si cree que la torre de tronquitos es una metafora del sistema es que no consigo hacerme entender. No ha entendido nada de lo que le he dicho. En fin, gracias por tratar de hacer de este un mundo mejor (o por creer que lo hace). Eso si, hecho de menos hacer esto delante de una botella de sidra, o de unas cañas, asi a palo seco y en frio quizás parezca más árido y encarnizado de lo que debería. Un abrazo tambien para vd.
@JotaEme.- El gustazo es mutuo, aunque yo de mayor lo que quiero es escribir tan bien como usted.
Moltó, he hecho un esfuerzo sobrehumano leyendole de pe a pa.
No lo volvere a hacer.
Yo no juzgo sus palabras, usted sabrá cual es su sentido. Que se esfuerza mucho en todo lo que hace no se cansa de repetirnoslo.
No aspiro a que los pueblos no repitan sus errores. Los repetiran, cuando los memoria se extinga y a algun iluminado le de por replantear lo que decidimos anteayer, en pos del mas elegante todavía. No obstante, es muy sencillo pensar que el sistema se hace fuerte debatiendolo todo, y mañana otra vez, y asi siempre. Lo dificil es, mas alla de hacer un sostres, sacar caldo nuevo de huesos viejos, encontrar aquello que se nos paso por alto en la expresion del racismo, el nazismo o la homofobia.
Bueno, y de la deriva continental, tambien de eso.
En definitiva y segun mi experiencia y todo lo que hasta ahora llevo estudiado, los culpables de todo este disparate que estamos viviendo han sido la secta católica. Ellos llevan dos mil años manejando el mundo desde las sombras. Ellos han defendido una forma de vida anormal como sus propios dirigentes e insostenible. Ellos han hecho a lo largo del tiempo que las diferencias entre ricos y pobres se hayan ido incrementando hasta que la riqueza y los recursos de este planeta hayan caido en manos de unas pocas personajes, por supuesto afines a ellos. Todo queda en casa. Estupidizando y adormeciendo a la gente que después utilizan como arma arrojadiza. Un ignorante se siente mal, por eso siempre estará dispuesto a perseguir a alguien . En los pueblos es donde ejercen su maldad con mayor influencia. Desde sus parroquias manejan a toda esa caterba de ignorantes hijos de puta para tener su control.