La gota que se queda prendida al pene al terminar de orinar es un problema que arrastramos los hombres generación tras generación. Como ha quedado obstinadamente claro en los comentarios realizados en esta entrada, esa gota nos preocupa a los hombres. Es el colmo de la gota. ¿Cómo deshacerse de ella?
El origen de este problema sin resolver proviene de la tensión superficial. La tensión superficial, culpable inmisericorde, impide que la gota se rompa y por tanto el volumen de líquido que contiene es alto. Si consiguiéramos pinchar la gota y extraer su contenido con una jeringa, el problema quedaría reducido al absurdo. No es fácil. Las técnicas para deshacerse de la gota, como hemos visto en los comentarios, son diversas.
Que haya muchas técnicas es síntoma inequívoco. Ninguna es perfecta. A pesar de la experiencia y de la técnica, la gota es testaruda y nunca se sabe cuándo acabará depositada en los calzoncillos.
¿Qué calzoncillos, vive Dios?
¿Cuáles recomendar a nuestros compañeros de blog, queridos lectores? De tela o elásticos, de algodón o de fibra, bóxer ajustado, bóxer holgado o slip? ¿Alguno se atreve con el tanga?
Por supuesto que no basta con la forma. ¿Qué me dicen del color? ¿Tradicionales blancos o con otras opciones? ¿Liso o estampado, fosforito o discreto?
Hay calzoncillos que son como talones. A la vista. ¿Alguna recomendación para cuando el calzoncillo a la vista sea prenda obligatoria?
Hace muchos años me puse unos calzoncillos muy usados que me resultaban especialmente cómodos. Mi novia de aquella época me dijo cuando vio que me los ponía: «Vete con cuidado con el coche, que como tengas un accidente en el hospital sabrán que no tienes dinero ni para calzoncillos».
Una medida infalible para incrementar la seguridad vial es que conductores y peatones llevemos ropa interior vieja. Es la mejor forma de mantenernos alerta para no tener accidentes. No soy capaz de entender por qué no lo han propugnado todavía en los anuncios de la DGT.