La organización económica y social del tiempo en periodos de siete días es un sinsentido que tenemos que cambiar. Cinco días de clase, cinco días de trabajo, dos días de fin de semana. Todos igual, todos al unísono. No hay organización económica que soporte los cuellos de botella, los atascos y las ineficiencias de una organización así. Llevamos siglos y siglos con esta organización absurda del tiempo y el espacio. Los fines de semana son arcaicos y están obsoletos.
¿Qué sentido tiene que las aulas estén vacías dos días, que las fábricas estén vacías dos días, que las oficinas…, que las carretereras estén saturadas dos días, que los hoteles estén vacíos y cerrados cinco días y llenos a rebosar sólo dos noches.
Tenemos las herramientas para organizarnos mucho mejor. No hay ningún motivo para que nos organicemos en periodos de siete días y mucho menos que todos trabajemos en los mismos cinco días y descansemos los mismos dos.
Cuellos de botella que nos ahogan
Los cuellos de botella que se producen con la organización actual de horarios impiden una gestión eficiente de espacios y de recursos.
Si suavizamos los días pico y los dias valle podremos compartir mucho más, gastar menos, aprovechar mejor el tiempo y dejar de construir infraestructuras diseñadas para un equilibrio imposible entre estar vacías durante cinco días y saturadas durante dos.
Existen alternativas para ir probando, en escuelas, fábricas y oficinas. Quizá tengamos que organizarnos por grupos de colores, como se hace en cualquier visita guiada, o de otra forma. Bastaría con no tener todos los periodos de trabajo y de escuelas iguales en todos sitios. Serái posible organizarnos en conjuntos diferentes. Con tres conjuntos diferentes en las ciudades de mayor tamaño sería suficiente, calculo a bote pronto.
O realizar turnos diferentes. En algunos turnos podríamos trabajar cuatro días, en otros seis y en otros diez seguidos y acumulando días de descanso para gastar de tres en tres, de cuatro en cuatro o de en dos y cinco, para ir contrapeando los días festivos de unos y otros. Noes tan difícil. Sólo hay que empezar y mejorar los procesos.
Una inversión imprescindible
La organización actual del tiempo es la organización de los vagos. De quienes no pensamos en cómo mejorar la eficiencia con un poco de esfuerzo o con mucho esfuerzo. Cambiar los horarios y los periodos de trabajo es una inversión ineludible.
Todos iguales, todos a la vez y mantenida durante siglos y siglos. Es una forma de organización muy ineficiente e indigna de los tiempos de internet en los que todos podemos estar continuamente conectados y organizar nuestras horas de trabajo y de descanso de forma eficiente.
Ahora que hemos aprendido a teletrabajar, tenemos que pensar en los siguientes pasos.
No pienso que sea fácil o difícil cambiar esta organización del tiempo. Pienso que es imprescindible.
Que bonita es la teoría.
Pareja con hijos: ¿Cómo hacer que los días de descanso de los miembros de la familia coincidan?
Si no le da importancia al hecho que todos puedan hacer actividades juntos, yo renuncio a esa idea.
Por otro lado, algunos trabajadores hemos aprendido a teletrabajar pero, al menos en este país, los empresarios no, y están haciendo cuanto está en sus manos para revertirlo.
Iba a hacer la misma apreciación que Xavi, que veo que se me ha adelantado.
En una PYME como pueda ser la redacción de km77 sí parece sensato dar la libertad a cada empleado para que trabaje y descanse 2 de cada 7 días a su libre albedrío. En el otro extremo, procesos productivos muy complejos como la fabricación de coches sí es común que las plantas estén operativas 7 días a la semana. Más aún en procesos 24×7 como puede ser un horno de fundición o una central nuclear.
El mayor problema radica en conciliar con el resto de personas del círculo cercano. Pongamos por ejemplo una escuela. Se podría llegar a articular para una clase, haciendo que alumnos y profesores libren los martes y los miércoles. Como encajamos eso con los turnos de la hermana de Luis, que va dos cursos por encima, cuando el hermano de Felipe va tres cursos por debajo? Sería imposible cuadrar un colegio para que todos los hermanos tuvieran al menos un 50% de días de libranza solapados. Y si metemos a los progenitores en el saco ya, apaga y vámonos.
Al hilo de esto, recuerdo una propuesta similar que hizo Isaac Asimov. No tiene que ver con la suya, pero puede que lleguen a ser complementarias. Él se planteaba por qué nuestro calendario se organizaba en semanas de 7 días. Básicamente por el reparto de días laborables y de descanso, y eso nos lleva a un división imperfecta del año en poco más de 52 semanas.
Su propuesta era que el año tuviera 364 días sujetos a los días de la semana, esto es todos los días 1 de enero serían lunes. Siempre. Todos los años. Nuestro cumpleaños siempre caería en el mismo día de la semana. Para compensar la diferencia con la traslación de la tierra alrededor del sol, habría un día al Año que no sería ni lunes, ni martes ni tuviera asociado ningún día de la semana. Se podría llamar el día del Año, y se podría colocar como último o primer día del año. Si no recuerdo mal sugería que debería se un día festivo. Una vez cada 4 años, sería bisiesto y habría que añadir otro día que tampoco estaría sujeto a la semana, que se llamaría Dia de la Tierra, o cualquier otra cosa parecida. Su propuesta es que fuera el día inmediatamente anterior o posterior al Día del Año.
Ni qué decir tiene que para terminar de tener un calendario perfecto, el año se compondría de 13 meses de 4 semanas justas.
Cuando menos, curioso.
Hola Xavi y Käfer,
Si leen el artículo verán que hablo de dos o tres conjuntos para una ciudad grande.
Todos los miembros de una familia tienen que estar en el mismo conjunto.
Lo que propongo no tiene nada que ver con una PYME ni con dar libertad a los empleados.
¿Cómo no voy a darle importancia a hacer actividades juntos?
Me sorprende que lean así.
No me creo que no sean capaces de pensar en alternativas que permitan compaginar la actividad en familia con una regulación de los horarios diferentes.
Lo de la semana, los meses y los años no son más que atavismos que hemos usado tradicionalmente para regular nuestro tiempo.
Los únicos factores que importan son el día, la noche, el frío, el calor, las necesidades de trabajo, las de educación y de organizar adecuadamente el tiempo libre.
Ni semanas de 7 días ni de 10 días. ¿Por qué? ¿De verdad no somos capaces de buscar soluciones a problemas que la tienen? Por qué tenemos que encorsetarnos con un calendario de 30 días, con una semana de siete días, un Semana Santa y una Navidad en fechas fijas, con fines de semana en fechas fijas.
Por supuesto que tenemos que estar con nuestros hijos y con quienes queramos los días de asueto, por eso tenemos que organizarnos entre todos. No es cuestión de una empresa y de un colegio.
Puede haber muchos calendarios laborales y escolares diferentes y muchas jornadas diarias diferentes. Unos pueden querer trabajar 8 horas y otros seis y otros doce.
Otros diez días seguidos, otros quince y otros tres.
Menos mal que es su opinión porque no quisiera eso por nada del mundo. Solo tengo dos fines de semana al mes libres y no sabe lo que fastidia no poder organizar cosas con los amigos y/o la familia y para mí mismo. Así que esos inventos para otro gracias. Saludos
He tenido que releer el texto. Y todo se reduce a la interpretación de la siguiente frase:
«Con tres conjuntos diferentes en las ciudades de mayor tamaño sería suficiente, calculo a bote pronto.»
Yo la había entendido con que hubiera 3 calendarios diferentes para las grandes ciudades, cuando lo que viene a decir es que con que Madrid, Barcelona y Sevilla tuvieran calendarios contrapeados ya bastaría para reducir las aglomeraciones.
Aunque planteado así, cobra más sentido, se me sigue antojando insuficiente. Basta con ver como están las 6 carreteras radiales en sentido entrada en el entorno de Madrid cualquier domingo por la tarde. Si trasladamos el fin de semana para Madrid al lunes-martes, el embotamiento se seguiría produciendo trasladado al martes en este caso, por mucho que en Barcelona sea día laborable.
Por cierto, circunscribirlo sólo a la capital no lo veo muy factible. Centenares de empresas de la comunidad se acogen al calendario de la capital y muchas familias residen, trabajan o tienen la escuela en diferentes municipios de la comunidad, así que para conciliar todos esos calendarios sería inevitable que aplicara a toda la región.
Un ejemplo que sí se podría emular, es el de Alemania. El calendario escolar es diferente en cada uno de los estados federales. En algunos el curso comienza hacia la primera semana de agosto y en otros no comienza hasta entrado septiembre. De esta manera hay un decalaje de hasta 6 semanas entre los diferentes estados.
Gran reflexión, pero ya ha dicho Käfer, con algunos precedentes como el citado.
Otra propuesta que SÍ se aplicó fue durante la revolución francesa, así brevemente:
«Las semanas no serían de lunes a domingo, sino de cada día particular al siguiente, organizados conjuntos de diez días, de «primidi» a «decadi», en el cual solo el último era festivo.
La Revolución trató de cambiar también la cuenta del tiempo, dividiendo el día en 10 fracciones que daban lugar a diez horas. Sin embargo, el pueblo no se acostumbró, y esta reforma fue derogado en 1795 (o en el año III del calendario revolucionario). Para la historia, y como herencia, quedaron curiosos relojes que marcan 10 horas.»
Como todos sabemos, la Revolución Francesa fracasó, dejando un reguero de sangre y de propuestas idealistas, y sucediendola un gran militar, asesino en masa, invasor de países que nada hicieron en contra de Francia: el admirado NAPOLEÓN (en su país, que no por mi parte).
1. No llevamos «siglos y siglos» así.
En España, la «ley del descanso dominical» se aprobó en 1904. A partir de entonces, ya no se trabajaba los 7 días de la semana sino que, por ley, al menos había que descansar uno.
REalmente, en la edad media, también había un día de descanso (el domingo, día del señor: «santificarás las fiestas». Pero durante la ilustración, se eliminó ese día de descanso, y toda la semana pasó a ser laboral. Sin fines de semana. Hasta el año 1904.
2. El calendario actual no es arbitrario. Las semanas no son de 7 días porque sí.
365 días… es la traslación de la tierra.
12 era la base numérica de los babilonios. Tiene tantas propiedades, que lo lógico sería que todos pasasemos de base 10, a base 12.
10 sólo es divisible por 2 y por 5… Pero 12 es divisible por 2, por 3, por 4 y por 6.Esto hace que matemáticamente, sea mucho mejor usar la base 12 en general para todo. Lástima que en algún momento de la historia alguien decidiera usar la base 10.
Bueno… tenemos 4 eventos astronómicos muy importantes para dividir el año: 2 solsticios y 2 equinoceos. Total, 4.
Parece lógico que debamos poder dividir el año en agrupaciones de 4.
Eso hace que no podamos usar un número de 10 agrupaciones (10 meses)… porque 10 no es divisible por 4.
Deben ser 12 meses, que sí es divisible por 4.
Pues lo mismo pasa con la luna.
Tarda unos 28 días en hacer un ciclo completo (algo menos, realmente). Y pasa por 4 ciclos lunares: una luna nueva y una llena, y dos días más en que hace una semicircunferencia (cuarto menguante y cuarto creciente).
4 ciclos.
Cada uno de ellos dura, aproximadamente 7 días.
Ahí tiene la semana de 7 días.
No es arbitraria. Deriva de una condición natural.
Es mucho más claro, sencillo y eficiente adaptar la vida a las condiciones naturales, que ignorarlas completamente.
@ energetico
Aquí mis aplausos -> Plas plas plas plas plas
No se puede explicar más claro. Gracias.
Es un gran estudio de cifras…supongo que al final se aprobará el calendario que interese a los que dominan el mundo…
De todas formas haya el calendario que haya, los grandes magnates imponen los horarios que les da la gana en sus imperios…desde el punto de vista laboral…
Surgió la Revolución Industrial denunciando unas jornadas de trabajo abusivas…ya hace unos siglos…y sin embargo estas jornadas abusivas se siguen realizando el países asiáticos y otros…pero de esto no se habla…y la Revolución Industrial quedó como un lavado de cara a nivel mundial…
Por muchos libros y leyes, el magnate hace lo que le da la real gana…siempre ha sido así y será…porque tienen el poder del sistema…cómo se ha demostrado últimamente a nivel mundial….encerrando a la gente el tiempo que les ha dado la gana…y destruyendo la Naturaleza a su antojo para conseguir más riquezas…
Está todo diseñado, y por muchos siglos que pasen y puedan cambiar los magnates, lo que no cambia es el ansia de poder de dominación sobre los demás…y por muchas justificaciones que busquen utilizando los medios a su antojo, los únicos culpables de la destrucción del planeta son ellos…
Ellos ya se encargan de sus súbditos hagan lo que ellos quieren y les obedezcan incondicionalmente…
El calendario es importante o no lo es…todo depende del tiempo que va a tener el explotado para descansar…
Hay y han habido muchos calendarios…maya, chino, babilonio…pero estoy seguro que siempre han tenido que ser aprobados por los poderosos de la época…para conseguir sus fines…
Y si quieren adelantar la hora o atrasarla pues lo hacen….y sus súbditos obedecen…y ahora y para un futuro será peor…porque han demostrado su poder a nivel mundial…que se vayan preparando las nuevas generaciones porque van a sufrir las nuevas pruebas de castigo de este mundo globalizado…
Käfer,
No vengo a decir eso. Pero olvídese de lo que digo yo. Piense en cómo buscaría usted soluciones a los cuellos de botella que generan los fines de semana y los turnos todos iguales. Y las aulas llenas durante seis horas y vacías durante 18 (o las que sean) y las oficinas y las carreteras, y los puntos de carga de coches eléctricos, y los hoteles y… De lo que se trata es de mejorar la eficiencia de la organización social y a mí me parece que hay mucho por explorar.
Es muy posible que las soluciones que yo propongo sean una majadería. Eso es lo de menos. Lo interesante para la mayoría es que solucionesmos esta ineficiencia y que no nos resistamos a los cambios por principio, sino que pensemos cómo organizarnos mejor y colaborar para conseguirlo, porque si lo conseguimos será en beneficio de la mayoría.
Yo hablo de que en las grandes ciudades nos dividamos en tres grupos y que tengamos tres fines de semana correlativos. Y también digo que no hay ningún motivo para que las semanas sean de siete días. (energético dice que sí, pero a mi juicio ni siquiera es necesario que todas las divisiones tengan los mismos días, al igual que ocurre con los meses. Podemos compartimentar como nos dé la gana. El sol y la tierra seguirán girando como hasta ahora y eso no obliga a que todas las semanas sean de 7 días, porque ni siquiera un año se divide en un número exacto de semanas. Pero eso también da igual. ¿Por qué no vamos a poder hacer divisiones de 6, 7 ,8 y 9 días correlativas (6,6,7,7,8,8,9,9 y no lo tomen al pie de la letra, que puede ser cualquier otra combinación que después de pensarla bien nos parezca la más eficiente) y vuelta a empezar?
El decalaje alemán es una posibilidad, pero españa no es alemania. En españa las grandes ciudades representan un porcentaje mucho más elevado de población que en Alemania. Aquí los cuellos de botella y los atascos se producen por zonas de grandes ciudades. En alemania los atascos están más repartidos por el territorio.
Tendríamos que conseguir que cada día fueran al colegio un 33% menos de alumnos, o un 25% menos de alumnos, pero que no dejaran de ir alumnos a los colegios ningún día de la vida, que no hubiera días de colegios llenos y días de colegios vacíos. Y para eso es necesario reorganizar los horarios y los calendarios.
energético. Usted dice que no llevamos siglos y siglos. Se lo compro. Lo que no le compro es su argumentación de que es más eficiente adaptar la vida a las condiciones naturales. ¿Qué significa eso? Que si hacemos divisiones de 6, 7, 8 y 9 días (por poner un ejemplo) para oranizar nuestras agendas perderemos la adptación a las condiciones naturales. Tan arbitraria es la semana de 7 días que que no existan semanas y organizarnos únicamente por meses. La división de 7 en 7 días con cinco laborables para todos y dos festivos festivos no será casual, pero es absolutamente arbitraria. ¿La condición natural obliga a que todas las divisiones sean iguales? Esta división es arbitraria, estamos acostumbrados a ella,nos acomodamos y nos da pereza cambiarla. A mi juicio, cambiarla, con el esfuerzo que requiera, permitiría mejorar mucho la calidad de vida. Pero para ello tenemos que despojarnos de esta condición de rebaño de hacer todos lo mismo siempre. somo suna sociedad rebaño y eso también es condición natural. Pero quizá convendría despojarnos de un poco de naturaleza para sser más civilizados.
¿Acaso no podríamos trabajar 3 días unos periodos, 7 días otros, 6 el siguiente, 2, y luego 7 otra vez con cadencia o sin cadencia? ¿Y lo mismo para las clases de nuestros hijos?
Sé que lo que digo es una estupidez. No tiene ningún sentido porque los humanos tenemos una resistencia atávica a cambiar las costumbres que mamamos desde pequeños. Y buscamos mil excusas para ni pensar en la posibilidad de cambiar algo para mejorarlo. Si funciona, no lo toques, solemos decir. ¿Y cómo sabes si funciona si no pruebas y asumes riesgos para ver si podría funcionar mejor?
A mí ya me queda poco en el convento. Pero ustedes, que tienen hijos, tendrían que pensar en soluciones para un mundo superpoblado, para ciudades enormes que polarizan un país. Quizá lo que yo digo no tiene sentido. De acuerdo.
Eso no significa que quedarnos tal como estamos lo tenga.
Daniel, ¿Por qué cree que cambiar la organización obliga a que tengamos menos días de ocio con los amigos y con las personas queridas? Eso es mirar con anteojeras, me parece a mí. Cuando hablo de cambiar la organización no es para una persona aislada en el mundo, sino para organizarnos por grupos y que en cada grupo esté el mayor número de personas querida posible.
A mi juicio, un buen cambio de organización nos permitiría disfrutar a todos mucho más. se trata de conseguir una reorganización inteligente, bien medida, mejorable continuamente y no un sistema estancado como el actual, en elq ue pueden darse casos como el suyo, que no parecen muy deseables.
Organizarse con inteligencia (que también es una condición natural que permite gestionar en beneficio de quienes la utilizan otras condiciones naturales como el ciclo de la tierra y el sol) tiene el objetivo de generar beneficios para la mayoría y no perjuicios.
La actual organización de siete días con unos fijos laborables y otros fijos festivos, no me parece nada inteligente. Quizá no consigamos diseñar ninguna mejor, pero me cuesta creer que no seamos capaces de mejorarla.
14. Pues porque cada trabajo tiene su organización. Cada familia tiene su organización. Y si algo reorganiza todo y a todos es la jornada laboral que de una forma u otra es la misma o muy similar para todos. Poner a todo de acuerdo según grupos es discriminatorio y absurdo. Personalmente salvo un ejemplo muy concreto no le veo ninguna ventaja. Dígame cómo se disfruta más. Cómo mi familia disfrutaría mejor el puente que tenemos ahora. Póngame ejemplos. Con varias familia trabajadora y dos niños. Y alomejor le doy la razón. Saludos
…y todo esto lo plantea un señor que vive en Madrid y tiene atascos el domingo la tarde. Vaya por dios. Váyase a Segovia y coja el Avant para ir a la oficina: sus fines de semana,
otras muchas cosas, mejoraran
Daniel, Exactamente de eso hablo, de que si utilizamos la inteligencia quizá podamos cambiar las organizaciones de los trabajos y de las familias en beneficio de todos. Exactamente ese es el principal problema que veo, que la jornada laboral sea la misma o muy similar para todos.
No entiendo cuál es la discriminación. Es muy posible que me pierda algo en lo que pienso y que lo que digo sea absurdo. Explíquénmelo, por favor, porque los veo a todos de acuerdo. Debe de haber alguna razón evidente que no me explican por obvia y que yo me pierdo.
¿Su familia no disfrutaría más si cuando sus hijos fueran a los parques estuvieran menos llenos? ¿no disfrutaría más si cuando paseara por el campo estuviera menos lleno? ¿Si cuando fuera a coger un tren fuera menos caro, o cuando reservara un hotel fuera menos caro, porque no hubiera cuellos de botella dificilísimos de gestionar?
El puente que tenemos ahora lo podríamos tener cada mes, si dividimos los horarios de otra manera y si dividimos a la sociedad en grupos para que cada uno de los grupos disfrute los puentes en periodos diferentes. Podríamos coger puentes de cuatro días y después trabajar ocho días seguidos, por ejemplo. descansar dos y otros ocho días.
Los trenes y los aviones estarían menos saturados unos días y menos vacíos otros, lo mismo para los hoteles, las carreteras, los parques. Somos suficiente cantidad de personas en un país como para agruparnos de forma diferente. Todos con los mismos días libres y laborables, pero contrapeados, para utilizar mejor los recursos.
No me parece fácil de gestionar y llevaría un tiempo de aprendizaje y requeriría mejora continua, pero permitiría a la vez incrementar el bienestar de los ciudadanos y la utilización de los recursos.
Javier, ese mismo planteamiento me le he hecho yo en otras ocasiones y la conclusión a la que he llegado es que, aunque teóricamente el planteamiento pueda tener su lógica, la imposibilidad de llevarlo a la práctica, por mucha inteligencia que le pongamos es lo que hace que llegue a salir del nivel de parida mental.
Lógicamente parece que las familias y grupos de amigos deberían tener todos el mismo horario y organización de días libres/trabajo, para que puedan compartir actividades juntos. Aquí entramos en una espiral que si aplicamos este planteamiento, al final llegamos a la conclusión de que solo es posible hacerlo con un horario y organización de días unificado para toda la ciudad (salvo trabajos especiales que requieren turnicidad).
Por ejemplo, una familia de 4 miembros (padre, madre, hijo en colegio e hija en instituto) tienen que compartir días libres. El padre trabaja en un taller de montaje de camiones en el que toda la plantilla tiene que trabajar junta porque si no no es posible realizar el trabajo ya que se requiere que trabaje la cuadrilla al completo sincronizada. La madre trabaja en un juzgado, que por lógica tiene que estar el juez, secretario, auxiliares, etc. todos al mismo tiempo. El hijo menor tiene que tener un grupo de compañeros estable durante el curso que comparten horario, al igual que la hija mayor. Cada compañero de los progenitores o cada compañero de los colegios traslada su situación a toda su familia respectivamente. Además, estos progenitores tienen a su vez su propia familia, amigos, etc. con los cuales quieren poder coincidir al menos unos días al mes.
Ahora nos surge otra situación: al padre, después de dedicarle un tiempo a unas oposiciones, le dan una plaza en un otro juzgado, al igual que su mujer. Pero resulta que los días de libranza/trabajo de su juzgado no coinciden con los de su mujer, con lo que le quedan algunas alternativas:
-Renuncia a su nuevo puesto de trabajo por incompatibilidad de horarios con el resto de su familia y amigos.
-Se resigna, pide el divorcio y busca una nueva familia y grupo de amigos del nuevo bloque social en el que está.
-La organización social ha previsto esto y se produce una reorganización de horarios debido al nuevo puesto adjudicado al padre, unificando los horarios de los dos juzgados. Este cambio, lógicamente, se traslada en cascada al resto de personas y grupos relacionados……..
Al final, la conclusión es que la única manera de organizarse de una forma más o menos sostenibles es que la mayoría de la población tenga unos horarios similares (mayoría de gente trabaja o estudia por la mañana o media tarde y libra sábados y domingos), y tan solo algunos servicios especiales (comercio, restauración, emergencias, cuidados), o en casos especiales se usen otros horarios, pero siempre intentando en esos casos que el personal tenga una cierta rotación para evitar «parias sociales» que son personas que no tendrían ningún tipo de interacción con el resto de la sociedad (o una interacción muy reducida).
En el primer párrafo de mi comentario anterior quería decir «NO llegue a pasar del nivel de parida mental».
Hola Nacho, es posible que sea así. Es posible que no haya alternativa. A mí que no llegue al nivel de parida mental me importa muy poco. Muchas veces, ls paridas mentales de unos sirven para que otros las elaboren y construyan ideas sobresalientes. no tengo ningún miedo a soltar paridas mentales.
Su conclusión, me parece precipitada. no veo en su mail una exposición de motivos que deriven en esa conclusión. Lo único que quiero decir con esto es que no hay problema. Ni yo le convenzo a usted ni usted me convence a mí.
Como la mayoría de la población está convencida de que esta idea que propongo no tiene ningún sentido para sus intereses, no veo que tenga sentido darle más vueltas. Quizá llegue alguien algún día que sea capaz de venderla muy bien o de encontrar el interruptor que permita convencer a muchos o quizá nunca cambie esta forma de organizarnos.
Ocurra lo que ocurra, no me preocupa nada. Si cambia a mejor, perfecto. Si lo mejor es lo que tenemos ahora, también perfecto.
Me ha encantado leerles.
Estoy muy de acuerdo en cambiar la forma en que trabajamos, descansamos o gestionamos el tiempo, pero no cambiaría las semanas, creo que es necesario ese orden al que estamos acostumbrados. Trabajemos o no es importante que el domingo sea domingo.
He trabajado en ciclos de 35 días, respetando festivos.
Los pros, desde mi punto de vista, es que me resulta más saludable cambiar de horarios para sueño y comidas 3 veces en 35 días que 4 ó 5 veces en 30 días. Eran turnos, claro.
Otro punto a favor es que podía gestionar el hogar, ser amo de casa, tiempo de calidad con hijos, cocina, bicicleta…
En contra claramente el aspecto social, momentos que pierdes y te distancian, compartir tiempo celebrando la vida une más que compartir obligaciones.
Estoy a favor de cambiar los días laborales como los conocemos, pero para fechas señaladas soy amigo de lo impepinable.