Escrito el miércoles 4 de marzo de 2015
John Kerry está en Montreux, una pequeña población suiza, a orillas del lago Lemán, para negociar con los iranies sobre su capacidad nuclear.
Kerry ha dormido, que yo sepa porque no lo he visto dormir, en el hotel Fairmont Le Montreux Palace, el mismo que he dormido yo y unos cuantos periodistas más, invitados por Honda, que estábamos estos días en Suiza para asistir al Salón del automóvil de Ginebra.
Nos enteramos el lunes de la llegada de Kerry por la procesión infinita de motos de policía que pasó por delante del hotel. Procesión de motos y de coches con aspecto de pocos amigos, con las ventanillas bajadas y señores asomados. Por un momento pensé que era la escolta de Dios, hasta que caí en la cuenta de que Dios, además de ser uno y trino, no tiene nada que temer. Si no era Dios, sólo podía ser John Kerry.
Desde que apareció, hemos tenido la puerta del hotel custodiada. Yo no lo he visto, pero algún colega sí coincidió ayer en la entrada cuando Kerry entraba o salía y, por lo que cuentan, entró en una ocasión a la vez que la jefa de prensa de Honda (Anna Boix) se estaba levantando de un asiento de la recepción. Por lo que me cuentan, a uno de los policías, metralleta en mano, se le tensaron hasta los músculos del hígado.
Esta mañana uno de los policías suizos que merodeaba alrededor del hotel me ha dado los buenos días en impecable francés. Debe de haber visto mi cara de extrañeza al ver a sujetos tirados debajo de los coches con linternas, entiendo que para conjurar el riesgo de colocación de explosivos. Mi cara de extrañeza se debía a que los coches han pasado la noche rodeados de policías que hacían guardia, por lo que ¿quién iba a haber puesto explosivos?
¿Desconfiaran los americanos de los policías suizos? ¿Será verdad que los escoltas americanos de Kerry no se fían de los policías suizos? No encuentro otra explicación, ya, pero si no se fían, ¿por qué los tienen de guardia? Esto de fiarse de la gente que te rodea, a estas alturas del escalafón, no debe resultar fácil. ¿Se fiará Kerry de sus escoltas? ¿De todos? ¿Le queda otro remedio? Qué complicado es eso de no fiarse de la policía que te rodea y que hace guardia toda la noche alrededor de tu coche. Esa policía que está delante cuando muestras claramente que no te fías de ellos.
Sea como sea esto de la confianza, el mayor perjudicado de esta cumbre negociadora he sido yo. No sé cuántas habitaciones habrán ocupado Kerry y su séquito, pero a consecuencias de su presencia, a mí me ha tocado dormir en la peor habitación del hotel. Un hotel que, presuntamente, tiene habitaciones amplias con buenas vistas sobre el lago. A mí, en cambio, me ha tocado dormir en la habitación 236, «la peor habitación del hotel», me ha confirmado esta mañana la recepcionista. No sólo porque fuera pequeña y estrecha. También porque las ventanas daban a un patio feo y a un tejado.
Eso no es todo. Como debe de ser una habitación que no se usa nunca, la calefacción no funcionaba y en Suiza, en esta época del año, hace más bien frío. Pedí que me cambiaran de habitación, pero no me hicieron caso.
Espero que a Kerry le hayan dado una habitación mejor que la mía. Supongo que él necesita estar de mejor humor que yo. Los coches no se enfadan cuando no les dirijo la palabra.
Y el baño de la habitación 236 del hotel Fairmont Le Montreux Palace, ¿que tal es? Echo de menos sus fotos de bañeras.. las añoro Señor Moltó.
Indignante que a uno le tengan que fastidiar y jorobar porque esté el Secretario de Estado, el papa o la Virgen María. En fin querido Javier, lamentablemente siempre han existido clases y clases… yo sin duda le hubiera dado la mejor habitación :D. Un saludo.
Y el baño de la habitación 236 del hotel Fairmont Le Montreux Palace… ¿que tal es? Echo de menos sus fotos de bañeras.. las añoro Señor Moltó.
Estimado Sr. Molto, me permito avisarle que se trata del lago Léman y no Lehman que este es el de los famosos hermanos mundialmente conocidos.
Desde luego si tiene que ir a Palexpo desde Montreux, el hotel de la gente de Honda le pilla un poco lejos. Tenga cuidado con los radares y haga preguntas incómodas a Anna Boix sobre los últimos acontecimientos de Montmeló.
Ráfagas, GTO.
GTO, mil gracias por el aviso. Hace bien en permitírselo. Le pido que se lo permita siempre. Es más, le pido que se lo tome como una obligación 🙂 (Eso se llama darle al que no tiene)
La Jefa de Prensa de Honda en España sabe más o menos lo mismo que nosotros de lo que ocurrió en Montmeló. Las preguntas incómodas hay que dirigírselas a otras personas, que puedan saber. Algunos se las hacen, pero por lo que leo nadie se cree sus respuestas.
POSERO. Muchas gracias. Publicaré fotos de bañeras. No publico más porque dudo de si es una fijación mía que no interesa a nadie. Su petición, tan bien planteada, me ha emocionado. Si usted las añora, publicaré fotos siempre que la bañera merezca la pena. De este hotel no hice foto de la bañera. No estaba de humor.
Gracias por su solidaridad Piriwito. Yo también me daría a mí la mejor habitación. O la segunda si estuviera usted en el mismo hotel.
A mis compañeros periodistas no les fastidiaron. Sólo me fastidiaron a mí. Intuyo que Kerry me tiene manía.
Desde luego, unos impresentables estos de Jonda. Pagarle a uno el viaje y la estancia en un hotel suizo para ir de gratis al salón, y terminar en el mismo hotel que el secretario de estado americano y durmiendo en la ex habitación del responsable de mantenimiento.
Y un segurata se puso nervioso cuando se levantó Anna Boix. ¡Acabáramos! Ya no hay decencia en el mundo. Sólo falta que diga que de madrugada vio a un gato negro merodeando por la zona o algo igual de terrible.
Si es que ya no hay untes como los de antes. A ver si el próximo año invita Range Rover o Mercedes o BMW y te llevan a un sitio como dios manda, sin políticos que molesten y con mucha calefacción y desayuno continental copioso, como sólo un buen unte merece.
Vrami2. Por eso juego. Por eso lo cuento y me mofo de mí. Para que tengan la información. Para que se puedan meter conmigo, con nosotros. Me gustaría cambiar este sistema de relaciones. No soy capaz. Lo cuento para que lo conozcan y para que puedan despreciarnos con conocimiento. 🙂