Por fin, en España, el machismo, el feminismo, la relación social entre mujeres y hombres, la relación particular entre hombres y mujeres, ha entrado en campaña electoral. Era necesario desde hace mucho tiempo y será necesario durante mucho tiempo más.
Hace un mes asistí a unas jornadas denominadas «Tratamiento informativo de la violencia machista» en las que tuve la suerte de conocer y escuchar a la profesora Juana Gallego.
Juana Gallego dijo en estas jornadas que las víctimas de la violencia machista son las víctimas inherentes a toda revolución. Todas las revoluciones conllevan víctimas y la revolución silenciosa de las mujeres por equiparar su posición social a la de los hombres arrastra todos los días una riada de asesinatos para impedir que las mujeres salgan del caparazón que las oprime y que construimos entre todos, también entre las propias mujeres. (No es una cuestión de derechos, o no sólo de derechos. Es cuestión de actitudes, de confianza, de discriminaciones taimadas, invisibles, dolorosas, empobrecedoras, inasibles por el derecho).
Yo me siento feminista. Estoy convencido de que para todos los miembros de la sociedad es infinitamente más rico tener relaciones con personas que se sienten fuertes que con personas que se sienten débiles, tener relaciones con personas independientes (mentalmente, económicamente, físicamente) que con personas dependientes. Necesitamos todos mujeres libres, libres para utilizar su cuerpo como les plazca, libres para utilizar su tiempo como les plazca, libres para utilizar su mente como les plazca, su espacio, su creatividad, su desprecio y su consentimiento. No es no. Todo. Libres. Tan libres como me siento yo.
Las mujeres llevan una larga tradición de lucha por la igualdad. Sostengo que a los hombres nos perjudica también la desigualdad, la discriminación generada por ese machismo que llevamos dentro y que hemos mamado hombres y mujeres y sobre el que tenemos que estar vigilantes, porque nos perjudica a todos.
En este contexto de revolución silenciosa, con víctimas que podríamos considerar heroínas de esta revolución, como creo recordar que las llamó Juana Gallego, el partido político «Ciudadanos» presenta en su programa electoral la siguiente propuesta: «En cuanto a la ley contra la violencia de género, en Ciudadanos pensamos que debe ser modificada para acabar con la asimetría penal por cuestión de sexo y la ineficacia de la propia ley«.
Esta propuesta, mal presentada por Marta Rivera de la Cruz en el debate a nueve de TVE, ha generado un sinfín de críticas. Marta Rivera de la Cruz dijo, para justificar esta propuesta que “Es tan grave que un hijo vea cómo su padre mata a su madre que el que vea cómo su madre mata a su padre”. La asimetría penal no está prevista para delitos graves, en los que las penas son idénticas para hombres y mujeres, sino para lo que se consideran delitos leves, (coacciones o amenazas). Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, afirma que la anterior legislación «enfrentaba a las mujeres denunciantes a auténticos calvarios judiciales«.
Ante la avalancha de reacciones contrarias a la propuesta de «Ciudadanos», Albert Rivera, el candidato a presidente del gobierno de su partido, afirmó: «No se entendió bien nuestro contenido, nosotros lo que proponemos es que no solo sea un agravante penal cuando un hombre maltrata a una mujer, sino que tiene que existir siempre cuando hay violencia entre una pareja, ya sea en casos homosexuales o de mujer a hombre«.
La explicación de Albert Rivera tampoco es afortunada. Primero porque dice que no se entendió bien. ¿Cómo sabe él que no se entendió bien? (Esa suficiencia…) Para beneficio de todos, necesitamos defender las ideas con argumentos y no con excusas sobre la capacidad de entendimiento de unos o de explicación de los otros. No da argumentos. Pero además insiste en «violencia» sin precisar que la ley «asimétrica» actual sólo se refiere a delitos leves.
Yo no tengo claro si estoy a favor o en contra de la propuesta de Ciudadanos. Cuando uno lee el programa electoral de «Ciudadanos», constata (a partir de la página 196) su compromiso firme por conseguir la igualdad social entre mujeres y hombres. Todavía no he leído todos los programas, pero no creo que haya un programa más comprometido que el suyo por la igualdad de Derechos y por la igualdad social entre mujeres, hombres y cualquier tipo de opción sexual.
Me gustaría que explicaran por qué creen que la ley que proponen ellos va a ser más eficaz que la actual para impedir la violencia machista y también cómo miden la ineficacia de la ley actual. ¿Ineficacia para qué?
Dicho esto, la propuesta de Ciudadanos no me parece machista. Su propuesta promueve una igualdad absoluta que es deseable. La cuestión, entiendo yo, radica en si es necesaria y útil para la mayoría una asimetría transitoria, lo que yo denomino una suerte de discriminación positiva.
A mí la discriminación positiva me repatea. Me parece que las mujeres no necesitan ningún tipo de ayudas, no necesitan que las tratemos como seres débiles, porque no lo son. La discriminación positiva es discriminación. Y, sin embargo, tengo dudas de si una discriminación positiva transitoria puede ayudar a que nos acostumbremos como sociedad a la presencia de las mujeres en puestos directivos, en la toma de decisiones, porque las mujeres no son débiles intrínsecamente, pero lo son por el tratamiento recibido socialmente desde hace siglos y siglos.
Soy incapaz de entender qué ventajas tiene para las mujeres una «asimetría penal» una «tutela judicial» expresa. No estoy seguro de que nos beneficie a nadie. Endurecer la penas para quienes cometan estas faltas leves me parece muy sensato, especialmente si con ese endurecimiento se facilitan los trámites judiciales de las víctimas.
Sin embargo, también entiendo que se considere a las mujeres «en general» como un ser «menos fuerte que el hombre» en el interior de sus casas y que «en general» las coacciones y amenazas interpuestas por una mujer son más justificables que las que interponga un hombre. ¿Cuántas de esas acciones no serán reacción a otras imposiciones? Imposible de saber por mí.
Un debate sosegado sobre este asunto sería beneficioso para que esta «revolución silenciosa» nos beneficiara a todos antes que después. A mí me parece que es una de las revoluciones pendientes más acuciantes para el ser humano.
Mientras avanzamos en ella, pido a los hombres que nos fijemos en lo que decimos, en los estereotipos que mantenemos, en los prejuicios que soportamos. La frase con la que titulo este artículo es una de ellas. La oí ayer a un locutor de radio en antena. Parece inofensiva. Incluso parece todo lo contrario. Parece que «empodera» a las mujeres (Me gusta tan poco lo de «empoderar». Mi relación con el poder siempre es mala).
Hay pocas frases más machistas y rancias que decir eso de «en casa quien manda es mi mujer». O cualquiera de las miles de variantes. Esa frase no dice nada bueno de quien la pronuncia. Si lo piensas de verdad, pregúntate por qué ocurre y si quieres que sea así o no. Si sólo lo dices por hacerte el gracioso, ahórranoslo. No es un imperativo. Es una necesidad.
El fin no justifica los medios. El medio es una legislación discriminatoria por género, mas claro agua.
Algunas preguntas que me hago para ese debate sosegado:
¿Cuál fue el último año en que se publicó la cifra de hombres asesinados por sus parejas mujeres y en qué porcentaje se diferenció de las mujeres asesinadas por sus parejas hombres en el mismo año?
¿La media de diferencia entre ambas cifras en la última década en la que se publicaron ambos datos?
Yo entiendo que la ley actual es injusta. Los que queremos igualdad queremos las mismas consecuencias para los mismos actos. Sin distinción de sexo. En ese sentido no estoy de acuerdo con las críticas que se han hecho a esas declaraciones.
Por ejemplo, yo estaría de acuerdo con pena de cárcel de qué se yo… 35 años de no salir de la cárcel ni un día para un maltratador o una maltratadora. Sí, sí ya sé que se supone que la cárcel está para rehabilitar al que va contra la ley y tal y tal… pero es que tampoco estoy muy de acuerdo con eso.
Sin embargo, he oído menos críticas a que Íñigo Errejón no le afee la conducta a un amigo suyo llamado Hugo Ortiz, conocido como Costa que en una canción llamada «Labios tatuados» tenga «versos» con claro desprecio y violencia hacia las mujeres.
Saludos
Igual que creo que los subsidios a sectores son malos porque perpetúan y promueven una situación de ineficiencia, tampoco creo en la desigualdad judicial entre mujeres y hombres. Porque donde hay una ventaja o una desigualdad, inevitablemente se generan malos usos de la misma, como por ejemplo las denuncias falsas o el uso de la custodia con fines económicos. Soy muy partidario de la custodia compartida. Eso sí es igualdad.
Claro, claro.
Yo también soy feminista. Por eso acabo de comprarle una vitro nueva a mi mujer.
Y oiga, le han quedado unas lentejas estupendas. De chuparse los dedos.
Decir que uno se siente orgullos de ser feminista me parece igual de lamentable que jactarse de ser machista, y en cierto sentido me alerta sobre la catadura moral de cierto individuo/a. Jamás he creído en la discriminación positiva, de hecho es un «término» que va totalmente en contra de la igualdad que quieren conseguir las mujeres. Desgraciadamente hoy en día el «buenismo» que impregna esta sociedad, repelente en muchos casos, y que trata al ciudadano como un auténtico inútil, te señala como una oveja negra si no estás con la onda que proponen los medios.
Puede que sea un tipo anticuado, pero para mi un asesino es un asesino, sea mujer, hombre, negro, blanco, amarillo, haya nacido en España o en la China. Desgraciadamente parece que aquellos que abogan por la igualdad no piensan así… Curioso y al mismo tiempo incoherente, ¿verdad?
Saludos.
Me ha hecho gracia lo de «La cuestión, entiendo yo, radica en si es necesaria y útil para la mayoría una asimetría transitoria, lo que yo denomino una suerte de discriminación positiva.»
Lo de transitoria por desgracia no se lo cree nadie. Porque lo que la gente no ve es que una media de unos 60-70 asesinatos de mujeres en un país de 46 millones y medio de habitantes está, por muy frívolo que suene, en el mínimo estadístico. Lo que traducido quiere decir que ya puedes imponer las penas asimétricas y positivamente discriminantes que quieras, que esa cifra se va quedar en ese mínimo estadístico. Súmale 20, réstale 30. Sencillamente es imposible controlar a tanta gente, da igual las penas que impongas. No llegarás nunca a «0 víctimas».
Es decir, se hizo la LIVG a sabiendas de que esa cifra no iba a variar. Se ha querido situar a la mujer en un plano de superioridad legal para facilitarle aún más la obtención de la custodia en los divorcios. Para eso es exactamente para lo que sirve la LIVG. Ni sirve para salvar a nadie ni para proteger a nadie.
Y si Ciudadanos ha abierto la veda es porque saben que mucha gente empieza a estar más que harta de que por definición traten como presuntos maltratadores a unos y a otras como seres de luz incapaces de todo mal.
Con todo el respeto señor Moltó, cada vez que veo el termino «violencia machista» pierdo todo el respeto hacia la persona que lo usa. Yo no me considero machista, pero si lo fuese, me tocaria las gonadas sobremanera que me metieran en el saco de maltratador. Llamelo usted violencia de genero, violencia hacia las mujeres, o como le de la gana. Creo que es español es un idioma lo suficencetemente completo como para no necesitar hacer esto.
De lo demas ya comentamos luego, que tengo lio.
Suscribo lo dicho por #6 CSR.
La sociedad actual NO ESTÁ discriminando en absoluto a la mujer.
Y desde luego, el número de mujeres asesinadas por sus parejas no es ya estadísticamente, significativo. Podría ser similar al número de hijos asesinados por sus padres. O de ancianos asesinados por sus hijos. O de jefes asesinados por sus empleados. O de trabajadores asesinados por compañeros de trabajo… etc.
Decir que uno está en contra de la discriminación contra las mujeres, en España, es como decir que uno está contra la discriminación de los zurdos. O de los que tienen el pelo rubio. Oiga, mire, ¿discriminación a la mujer? ¿De qué me está hablando?
Como ya no hay discriminación, ya no hay motivo para ser feminista.
Todo lo demás, es aire frito.
Quizá debería buscarse otro colectivo a quien salvar con su maravillosa conciencia de ser humano estupendo.
Le sugiero el colectivo de los tipos con patillas largas.
Hágase usted patilla-larguista… Ese colectivo olvidado por todos. ¿Cuándo tendremos peines para patillas? ¿champús de patillas? ¿laca para patillas? Esta sociedad cortopatillista, está discriminando a los patilludos.
Sin animo de crear polémica, ni de iniciar un debate estéril, solo quiero apuntar que eso de que la sociedad no discrimina a las mujeres es muy relativo. Solo hace falta cojer unaa muestra de 50 personas de ambos sexos, no necesariamente hombres, y hacer una encuesta. Ya verán como hay unos cuantos que defienden y aplican comportamientos sexistas. Tampoco somos México, pero algo hay aún.
Añado que no hay que mirar las victimas mortales, sino todos los casos de malos tratos para dimensionar correctamente el problema. Y hay una pauta de género que no se puede negar, y la brecha sería mas amplia sin la ley actual.
Por último, no puedo evitar esbozar una sonrisa cada vez que sale un tema de estos en este blog. Es como si el mundo fuese un lugar donde las feminazis y los gayers tuviesen un poder omnímodo al que unos pocos hombres de bien intentasen mantener a raya para garantizar que el mundo no se acabe mañana.
Por cierto, deben conocer ustedes a unas mujeres malísimas de esas que dan el primer beso pensando ya en como se van a quedar con sus posesiones. O eligen muy mal o es que salvo la madre y la hermana son todas pérfidas arpías.
No estoy de acuerdo con la afirmación de Juana Gallego sobre la relación entre violencia y «la revolución silenciosa de las mujeres por equiparar su posición social a la de los hombres».
No es fácil hallar estadísticas sobre la relación entre violencia y nivel socioeconómico (cuando menos, curioso), pero basta ver los informativos para darse cuenta que buena parte de los casos ocurren en entornos socioeconómicos deprimidos. Vamos, que los que pegan a las mujeres son por lo general gañanes con poca o nula conciencia social o política.
Respecto a las medidas políticas para frenar el fenómeno, es a mi juicio imposible. Hay cosas que no se pueden evitar políticamente, ni promulgando leyes, ni con campañas informativas ni endureciendo las penas, y ésta es una de ellas.
Es más, las campañas informativas y la publicidad que se da a este fenómeno en los medios de comunicación tiene probablemente un negativo efecto ejemplarizante.
@Valmhö
«Por cierto, deben conocer ustedes a unas mujeres malísimas de esas que dan el primer beso pensando ya en como se van a quedar con sus posesiones. O eligen muy mal o es que salvo la madre y la hermana son todas pérfidas arpías.»
Eso es falaz. El problema es que ellas pueden hacerlo muy fácilmente, nosotros aún quisíendolo lo tendríamos prácticamente imposible.
Su argumento tendría sentido si a nivel legal y judicial existiese igualdad, pero no la hay. Hoy en día y no sólo en España sino en la mayoría de países desarrollados, el doble rasero a favor de ellas es tal que prácticamente se puede decir que las mujeres tienen los divorcios a la carta.
Este artículo es de 2010, pero no creo que la situación haya cambiado mucho.
Lo dejo para la reflexión.
http://www.elconfidencial.com/sociedad/2010-04-24/nadie-habla-de-los-30-hombres-que-murieron-a-manos-de-sus-mujeres-el-ano-pasado_395936/
En todos estos años que llevamos con la ley de violencia de género, sólo muy recientemente he alcanzado a entender parte de su significado. Viene a ser como el racismo: a la pena que conlleva la agresión, se añade un agravante por el componente de racismo. Esto quiere decir que si le pegas a una paliza a un caucásico tienes una pena, pero si se la pegas a un africano hay agravante por el componente racista de la agresión. Al parecer, con la violencia de género es igual, hay agravante porque se supone que hay un desprecio del hombre a la mujer al pegar la paliza. Eso es lo que yo he entendido, que no significa que esté en lo cierto. Sin embargo, sigo sin entender porqué no aplica al contrario (señora feminista que violenta a su marido porque lo desprecia por ser hombre), y nadie parece ser capaz de explicarlo.
Tengo la sensación de que mucha gente no entiende esta ley, pero la acepta de buen grado porque se supone que es «progresista», y ponerla en duda es ser un «retrógrado machista». Sin embargo como decía, nunca he visto a nadie hacer el esfuerzo de explicar bien porqué la ley funciona así y resulta deseable que continúe de esa forma. Por favor señores políticos, dejen de tratarnos como estúpidos. Queremos explicaciones pormenorizadas de porqué toman sus decisiones, quiero poder decidir si estoy de acuerdo o no con total conocimiento.
Bufff, me ha tocado la fibra sensible.
Por un lado: el concepto clásico de feminismo deriva de la lucha de la mujer por superar la desigualdad arrastrada desde tiempo inmemorial (derecho al sufragio, a la escolarización, a la libertad sexual, a no depender de su marido, etc.)
Por otro lado: en los países del arco mediterráneo, no hay nada más definitivo que algo temporal (la subida del IVA del Sr. Rajoy, ¿por ejemplo?). Estamos en uno de los países con índice más bajo de mortalidad de mujeres por violencia de género (anualmente unas 50 mujeres, de un total de 25 millones; me sale un 2 por millón, lo cual es una cantidad ínfima incluso comparado con nuestro entorno norteño).
La ineficacia de la ley actual, Sr. Moltó, deriva de que:
– se genera un número insondable de denuncias (cada una de las cuales genera un ingreso para las arcas del Estado a través de fondos europeos), creando un «mar de denuncias» en las que se pierde la pista a los casos en los que se debería actuar con prontitud.
– se genera una desigualdad de modo que, ante un mismo hecho punible (¿martillazos en la cabeza del cónyuge le parece bien?), puede haber un detenido y una víctima (hombre agresor, mujer víctima) o dos detenidos y una víctima (mujer agresora, hombre víctima). Esto que digo ha pasado hace menos de un mes: discusión nocturna de pareja, el hombre se fue a cama y, mientras dormía, recibió martillazos en la cabeza por parte de su mujer quien, además, le privó de realizar llamada telefónica de socorro (le retuvo el teléfono móvil; el hombre se salvó dando tales gritos que los vecinos avisaron a la Policía). Resultado: mujer detenida y hombre hospitalizado bajo arresto.
– Enfoca el problema de forma que se desprotege a otras víctimas: hijos, padres, suegros, maridos. Manda huevos, una ley cuyo objetivo es luchar para proteger la vida en el entorno familiar, y sólo protege a las mujeres cónyuges. Un caso cercano: una suegra intentó matar a la mujer de su hijo (con testigos, parte de lesiones, etc.) durante el trámite de divorcio. ¿Protegió la LIVG a la esposa? NO, porque fue agredida por su suegra, no por su cónyuge. Cómo mola la LIVG.
Un detalle: no es que la ley actual sólo se refiera a delitos leves, sino que diferencia la categorización del hecho (tócate los ovarios) en función no del hecho, sino de lo que haya en la entrepierna del que comete la agresión (sea verbal, física, etc.). ¿Usted se imagina que un robo fuera menos robo si lo perpetrara un hombre que si lo perpetrara una mujer? Pues eso pasa en España, pero al revés: si una mujer denuncia a su pareja por cruzarle la cara, el hombre pasa la noche en el calabozo (el fin de semana entero si es viernes y no pide Habeas Corpus) por presunta comisión de delito mientras espera declarar ante un juez; si un hombre denuncia a su mujer por lo mismo, la Policía Nacional se presenta y les toma declaración por una presunta falta, de forma que la mujer duerme en casita. Caso en el que el hombre, si es inteligente, inmediatamente cometerá abandono de hogar y se irá a vivir esa misma noche con un amigo para evitar una «denuncia búmerang» por la cual él dará con sus huesos en el calabozo y que será juzgada más rápidamente pues, para los casos de denuncias por parte de mujeres (las cubiertas por la LIVG), habrá juzgados específicos que serán mucho más ágiles que los que tratarán la denuncia de su marido.
Otro enfoque desde el que esta ley «igualitaria» mejoraría la protección de las féminas es el de la desesperación: una vez desprovistas del arma de repetición (presentación de denuncias continuadamente, sin fundamento muchas veces, pero que generan un gasto en avogado y procurador inasumible para muchos hombres desahuciados), las mujeres que se aprovechan de la LIVG tendrían que moderarse ante el riesgo de sufrir una escalada de violencia legal (denuncias a porrillo) por parte de su pareja o ex-pareja, intentando volver a la cordura. Así, dichos maridos o ex-maridos no se verían abocados a la quasi-mendicidad (desprovistos de su vivienda habitual y teniendo que pagar por una vivienda y una manuteción de los niños) y no cometerían locuras. Nada se dice en España de un problema gravísimo: en España, se suicidan el doble de hombres que de mujeres. Y se suicidan muchísimos: unas 3600 personas en 2014 (+13% respecto a 2013), 75% de ellos hombres. Es casi tan locura quitarse la vida uno mismo como quitársela a su ex-pareja (Dios mío, es que ni me lo imagino, qué horror) porque esa persona, otrora el amor de su vida, te lleva a la más absoluta desesperación.
También los hay que desaparecen del país, sin más. Es complicado, pero también hay quien lo hace.
En mi entorno, conozco no menos de 4 divorcios cercanos en los que ha habido casos de maltrato en ambas direcciones (hombre a mujer y mujer a hombre, en algún caso he presenciado el maltrato).
Que existe desigualdad actualmente es un hecho. Una desigualdad derivada de una legislación absolutamente desequilibrada hacia la protección legal de la mujer mediante la desprotección legal del hombre dentro de la pareja. Eso, amigos míos, es UNA ABERRACIÓN.
Que existe una cater
@9, Valmhö: si quiere, le puedo citar dos casos de mujeres casadas con marineros (de altura, de los que ganaban «pasta de verdad») hijos del armador: en cuanto la empresa del armador fue a pique (mala gestión económica), pidieron divorcio, una por las buenas (vio que no tenía dónde rascar) y otra por las malas. Por las malas, quiere decir una denuncia por violencia de género, otra por desfalco (qué curioso: fue ella la que levantó decenas de miles de euros de la cuenta común antes del divorcio y no los declaró en el juicio) y otra por, atención, violación de los tres hijos menores en un parque público, un domingo, a las 5 de la tarde. Im-presionante, que diría Jesulín. Sí, señor Valmhö, hay mujeres malísimas. Y, contra ellas, la LIVG no protege a una parte de la pareja. Curiosamente, el hombre. No digo que ese hombre sea un santo, no sé qué ha podido pasar; pero sí sé que no se viola a la vez a tres niños en un parque público, delante de otras familias, un domingo por la tarde. Ese hombre tiene el juicio esta semana.
Un dato que se me acaba de ocurrir como indicador y del cual no conozco los valores: sería interesante saber cuántos divorcios han tenido por medio una denuncia de violencia conyugal o hacia los hijos antes y después de la entrada en vigor de la LIVG.
Y otro: el % de denuncias desestimadas (porque demostrar denuncia falsa es complicadísimo) por violencia de género.
Otro enfoque más es el del acceso de las mujeres a cargos directivos, puestos de responsabilidad, etc. Las famosas «cuotas». Vamos a ver. Olvidándonos de la entrepierna, ¿por qué el 99,5 % de los españoles no puede acceder a un puesto directivo o de responsabilidad? Porque no tiene el enchufe, porque no pertenece a esa otra «casta», las élites sociales o burguesas que controlan el dinero y que, a base de favores, colocan a los «suyos» (hombres o mujeres) en los puestos directivos. Aún no hace muchos años salió a la palestra el caso de las «300 familias catalanas» que dominan industrial, económica y políticamente Cataluña. No veo que haya manifestaciones de mujeres contra esas 300 familias, sino que se manifiestan porque intentan llegar a puestos no controlados por hombres, sino por familias que designaron a hombres (que en su mayoría rondan los 50-70 años; otra época, otra sociedad, otros valores…) para ocupar esos puestos. Pero resulta que es la sociedad actual la que tiene que aguantar esas peticiones. Aún no he visto a esas mujeres que piden la paridad en Congreso, Senado, cargos de relevancia, etc. que sea aplicada en entornos mayoritariamente ocupados por féminas como la enfermería (sería llamativo ver enfermeras en el paro viéndose superadas por varones con peor expediente y experiencia sólo por el hecho de ser mujeres y haber alcanzado un 60% de mujeres en el sector, tasa muy superior a día de hoy) o, por ejemplo, las presentadoras de informativos de televisión.
Finalmente, con motivo de este mensaje suyo, Sr. Moltó, hice un experimento y solté en la oficina un «miren lo que dice un amigo mío: en casa, quien manda, es mi mujer». Eso llevó a una serie de asentimientos «sufridos» por parte de los varones (en plan «cuánta razón tiene ese hombre» y una serie de asentimientos de obviedad por parte de las féminas (en plan «por supuesto, faltaría más»). Fíjense a dónde hemos llegado. No valoramos que se haga algo porque sea lo mejor para la casa, o para los hijos, o por que sea un acuerdo por consenso; lo valoramos porque quien manda es la mujer. ¿Eso es igualdad? Démosle la vuelta: «en mi casa se hace lo que manda mi marido». ¿Qué reacciones obtendríamos en ese caso?
Un saludo
Me entristecen sus comentarios. Hablan de enfrentamiento.
No sé qué relaciones tienen ustedes con las mujeres, pero yo nunca en mi vida las he vivido como enfrentamiento. Y he tendido muchas relaciones distintas con muchas mujeres distintas. Relaciones de todo tipo. He compartido viajes, he compartido camas, he compartido pisos, he compartido dineros, he compartido vidas, he compartido cocinas y también he compartido amores. Con muchas mujeres diferentes. Nunca he tenido enfrentamientos.
Mujeres que me han enseñado cientos de cosas, mujeres independientes que me han ayudado a vivir mejor, a querer mejor, a amar mejor. Compañeras en la vida que me han hecho feliz y que cuanto más independientes y libres son más capaces son de enseñarme y ayudarme y de pedir ayuda y de aprender.
No entiendo nada de lo que me hablan ustedes. Y me parece desolador.
Los asesinatos no son un termómetro para medir la riqueza de relaciones, la igualdad, la libertad. Los asesinatos, en los dos sentidos, son un síntoma de que algo muy grave sucede. ¿Cómo es posible que alguien considere inevitable los asesinatos? ¿Inevitables por qué?
Son un síntoma de lo que se respira en la calle, en las empresas y en este blog. Son un síntoma de que existe enfrentamiento.
Ibuprofeno600. A mí tampoco me gusta el término violencia machista ni asesinato machista. Pero me gustan menos violencia o asesinato de género o sexista. Utilizo machista porque creo que ha habido y sigue habiendo una opresión legal, cultural y social de los hombres hacia las mujeres. Violencia sexista y violencia de género no hacen hincapié en el sentido de esa opresión.
No necesito que respete nada. Yo no pido respeto para lo que escribo. Me gusta que se machaque lo que digo yo y lo que dice cualquiera, que se triture, para que ayude a pensar.
He debatido muchas veces sobre cuál sería el término adecuado con diferentes periodistas, hombres y mujeres. Ninguno me convence. Si propone uno y lo argumenta, se lo agradezco.
Señor Moltó.
A mi lo que me entristece es leer argumentos sobre cómo un ser humano justifica la discriminación positiva, me da igual que sea hacia la mujer o hacia el hombre. Por supuesto que he tenido relaciones con mujeres, como todo hijo de vecino, pero al igual que con un amigo, puedes dar con una buena persona, maja, regular o directamente insufrible. ¿Qué más da el género? ¿Por qué se esfuerzan tanto en ensalzar un género en detrimento de otro? ¿Acaso no queremos igualdad?
Mire, deje de darle vueltas, es mucho más sencillo que todo lo que se pregunta. El término adecuado que busca es «violencia», punto. Ni violencia de género, ni machista, ni feminista, ni nada. Violencia a secas. Hasta que la sociedad no entienda que un asesino es igual de asesino siendo hombre que mujer, seguiremos en esa espiral demagógica que tanto está calando en cierto sectores de la población, cuales borregos siguen a su pastor.
Saludos.
creeping. Yo quiero igualdad. Igualdad en beneficio de todos. ¿Usted está convencido de que existe actualmente? Si está convencido de que existe igualdad, efectivamente no tiene que hacer nada.
Yo estoy convencido de que no hay igualdad y me parece necesario y bueno para todos que exista. Después de tantos siglos de desigualdad, la discriminación positiva y otras medidas, pueden ser un medio adecuado para equilibrar la balanza con mayor celeridad. A mí también me causa dudas la discriminación positiva. Lo que no me causa dudas es que en la actualidad hay desigualdad social entre hombres y mujeres.
Prefiero tomar medidas equivocadas y corregirlas si se demuestran equivocadas a no hacer nada y que todo siga igual.
Usted dice: «Ensalzar un género en detrimento de otro». Aparte de la gracia que me pueda hacer lo de «género», que eso es una cuestión particular y que por eso no utilizo lo de género, ¿Por qué motivo es en detrimento de otro?
Tratamos de llegar a un equilibrio y durante muchos siglos la balanza ha estado inclinada a favor de los hombres. es innegable. Yo creo que todavía lo está, aunque hay muchos hombres que se muestran molestos por el auge de las mujeres. Bien.
Es posible que la balanza se llegue a desequilibrar hacia el otro lado ocasionalmente. ¿Tan difícil es de soportar y de entender que para restaurar el equilibrio de un péndulo es prácticamente imposible pasar del positivo al cero sin rozar el negativo?
¿Tan grave es que los hombres suframos ocasionalmente un poco de lo que han sufrido las mujeres durante siglos? Es lógico que haya desequilibrios a su favor. Absolutamente lógico si de verdad queremos la igualdad. ¿O es que sólo puede haber desequilibrios en favor de los hombres?
Señor Moltó.
Por supuesto que no hay igualdad, pero no me parece que haya que conseguirla a cosar de «matar» al otro género. ¿Queremos igualdad? Sí. Entonces, TODOS iguales, con mismos derechos y deberes, tanto hombres como mujeres. A mi la discriminación no me causa ninguna duda, es un despropósito con el que hemos de tragar si no queremos ser vapuleados socialmente.
Usted mismo me reconoce que durante muchos años la balanza ha estado inclinada hacia el lado de los hombres, y supongo que le parece mal. ¿Por qué repetir lo mismo pero hacia el otro género? ¿Por qué no corregirlo de una vez por todas sin «joder» al otro género? Que se haya hecho mal durante siglos, no implica que ahora haya que cometer el mismo error pero hacia el otro género.
Me entristece mucho su útlimo párrafo, sinceramente. ¿Me lo está diciendo en serio? ¿Quiere que un género «sufra» un poco. Oiga, mire,¡súfralo usted! Yo no quiero que lo sufra ninguna mujer, ni ningún hombre, faltaría más.
Yo no quiero desequilibrios, el problema es que usted sí.
Saludos.
Creeping. No entiendo su última pregunta. Me dice que por supuesto que no hay igualdad. entiendo que quiere decir que el grupo que sufre más es el de las mujeres. Si eso es así, ¿cómo explica esa pregunta? A pesar de la discriminación positiva sigue sin haber igualdad.
¿Cómo puede ser que haya alguien matado al género que sigue disfrutando de posición predominante? No le entiendo.
Señor Moltó, puede indicarme por favor en que áreas no existe todavía la igualdad entre hombres y mujeres hoy en día en un país desarrollado cualquiera?
Gracias.
Sr. Moltó.
Es muy sencillo. Según usted, la discriminación positiva tiene que aumentar hasta que desborde por el otro lado, y yo no lo veo así. Parece ser que como la mujer ha estado «jodida» cientos de años, ¿ahora nos tiene que tocar a nosotros? Porque ese parece el razonamiento final de los que abogan por la discriminación positiva.
Mire, yo no quiero para mi el mal que han padecido otros, sino que prefiero el bien de todos.
Su úlima línea no acabo de entenderla.
Saludos.
CSR. Hay muchos campos en los que no existe, en España por ejemplo. Como decía en el artículo, en muchos de ellos que el derecho no puede corregir. Conceptos culturales y prejuicios sociales a patadas.
Un ejemplo especialmente doloroso es la brecha salarial. Pero hay más ejemplos. La ordenación profesional. ¿Cuántos hombres conoce usted que se ganen el sueldo como «mujer de la limpieza»? La propia denominación es repugnante ¿Y cuántas mujeres?
Miles de ejemplos de los denominados micromachismos. No nos damos ni cuenta miles de veces del tratamiento vejatorio que infligimos a las mujeres. Yo lo percibo a diario.
creeping. yo no he dicho que la discriminación positiva tiene que aumentar. No tengo ni idea de si tiene que aumentar, de si se tiene que reducirse o de si tiene que mantenerse. Lo que digo es que hay que tomar medidas para alcanzar el equilibrio, que no existe.
Usted habla del mal que han padecido otros. El tiempo verbal está mal empleado. Si fuera cuestión del pasado el debate se habría acabado. el mal lo siguen padeciendo.
La última frase une el inicio de su comentario anterior en el que habla de que no cree que haya que alcanzar el equilibrio a costa de «matar» a los hombres. Y digo que me resulta extraño que hayamos «matado» a los hombres si reconoce que todavía tenemos una posición predominante.
Sr. Moltó.
El problema de la desigualdad no se va a solucionar a base de leyes que sobre protegen a un colectivo en contra del otro, sino de educación y concienciación de la sociedad. Y esto no va a ocurrir de la noche a la mañana. De igual manera que nuestras madres no podían votar y ahora lo vemos como algo totalmente lógico y normal. Según usted, por ley el voto de la mujer debería valer por 2, 3 o «n» al veces, para así compensar el daño hecho anteriormente, lo que es algo cuanto menos «gracioso».
Mire, yo rondo los 40 años y desde que tengo uso de razón mis padres me educaron en total igualdad. ¡¡Esa es la solución y no otra!! De nada sirve sobre proteger a la mujer, si un hombre en concreto se ha criado viendo maltratos a diario, y considerándolos como algo «normal».
Y le repito, a base de legislación discriminatoria, lo único que se consigue es precisamente lo contrario, perjudicar al inocente. Que no le quepa la menor duda que el «asesino» lo va a seguir siendo.
Saludos.
Sr. Moltó, creo que tiene usted un concepto de lo que debería ser la igualdad que está basado en preceptos erróneos (creo). Déjeme explicarle.
Usted, como mucha gente hoy en día, utiliza el siguiente razonamiento: todos somos iguales. En base a eso, usted piensa en los ejemplos que me ha dado, o sea ¿cómo es posible que los hombres en promedio ganen menos? O ¿cómo es posible que haya tantas mujeres en tareas de limpieza?
La respuesta es muy sencilla pero difícil de digerir. Usted nos comenta que ha estado con y conocido a muchas mujeres a lo largo de su vida. Y habrá visto de todo, estoy seguro de ello. Pero también habrá advertido que las mujeres, de base (quédese con el «de base») son muy, muy, muy diferentes a nosotros.
Su manera de pensar, priorizar, sentir, decir, hacer las cosas es extremadamente distinta de la nuestra. Hoy en día todos somos conscientes del fenómeno de la evolución de las especies. Si vale para animales o plantas, por ponerlo un poco basto, también vale para nosotros. Y dicho dimorfismo sexual no se limita sólo al aspecto físico sino que incluye el mental.
El feminismo se afana en propagar la teoría de la tabula rasa según la cual las diferencias de actitud se explican sólo en base al «constructo social». Es decir, nacemos «en blanco» y según nos influye el entorno vamos moldeando cómo somos. Esto último es muy cierto, pero cuidado, sólo en parte. No somos ni de lejos un lienzo en blanco, sino que tenemos mucho, mucho de base. Los hombres han sido cazadores y guerreros durante el 99% de la evolución de la especie. Las mujeres en ese tiempo han sido cuidadoras y supervivientes sociales.
Olvídese del entorno en el que vivimos hoy. Eso a nivel genético no existe. Lo que no se puede pretender es que personas con 15 veces más testosterona vayan a tener un comportamiento de base (aquí viene) igual que quien tiene el cuerpo hasta arriba de estrógenos.
Cada persona tiene una personalidad final distinta de la otra. Nadie es igual. Pero de base, los hombres tienden a ser de una manera y las mujeres de otra.
Ser cazador y guerrero implica la creación, manejo y mejora constante de armas y herramientas. Usted sabe positivamente que en km77 la mayor parte de los trabajadores serán hombres cuanto más trate directamente su trabajo el asunto de los automóviles. ¿Cuántos probadores de coches tiene usted que sean mujeres?
¿Está usted discriminando al sexo femenino por ello? No. Simplemente por cada mujer que le gusten los coches tiene usted a cientos, miles de hombres que sí les gustan. Es absurdo plantearse una «paridad» de probadoras de coches.
Ahora extienda esta explicación a otros ámbitos. Piense en todo lo que usted usa a diario. Prácticamente todo lo que se imagina, idea, crea, inventa, diseña, transporta, mantiene, repara, mejora, descubre, etc. es hecho por hombres. Incluso hoy en día que hace décadas que las mujeres pueden estudiar y trabajar en lo que quieren, la realidad sigue siendo tozuda.
¿Alguien les impide hacer algo más? No. Hay que entender que, simplemente, no les interesa. La mujer tiende al trabajo sencillo, repetitivo y rutinario. Son hiperpragmáticas y conservadoras. Pásese por cualquier oficina y lo verá. Secretarias, administrativas, recursos humanos… están llenos de mujeres.
En cambio mire los trabajos complicados, difíciles, arriesgados, duros, en definitiva: los trabajos relevantes, los que de verdad son claves para la productividad. Prácticamente todo hombres. ¿Por qué? Porque la naturaleza del hombre es curiosa, quiere investigar, experimentar, ver cosas, probar, sentir que domina, que tiene habilidades y destrezas.
Por eso mismo el hombre de promedio cobra más. No hay brecha salarial, señor Moltó. Los sueldos van en función del puesto de trabajo y las mujeres sistemáticamente escogen lo sencillo. Obviamente cobran menos.
Sólo faltaría.
Habla de brecha salarial. Tiene datos? Pero datos reales, no me diga que Pdr Snchz dice que es un 30% menos.
Ordenación profesional? Me entra la risa. Señor de la limpieza he tenido uno, pero limpiaba mal y le olia el sobaco cosa mala. Ahora tengo una mujer que tambien limpia mal, pero un poco mejor. Cuantas desatascadoras de pozos negros (poceras) conoce usted? Porcentaje de mujeres mineras? Que no le digo que fregar escaleras sea divertido, pero trabajos penosos hay muchos y son mayoria los hombres que se dejan la salud (y la vida) en ellos.
Yo trabajo en una empresa de ingenieria, y es cierto que le porcentaje de hombres es mayor que el de mujeres. Logico, en la universidad tambien era asi. Si me dice que la empresa debe contratar mujeres hasta equilibrar la balanza, le dire que dice usted tonterias. La empresa debe contratar siempre al candidato mas cualificado.
Como dice (mas o menos) creeping, si quiere combatir la desigualdad, eduque en que las mujeres estudien (si quieren) lo que les guste, y no se las condicione a estudiar tontadas o no estudiar porque total pa que, si te vas a quedar en casa cuando tengas hijos (y vas a depender economicamente de tu marido pa los restos). Eso es lo que hay que cambiar, y no las memeces que lee uno a diario. Que parece mentira, tanto preguntarse si de verdad contamina VW o no, y otras cosas parece que hay que creerselas a pies juntillas porque si no es uno un machista opresor.
Entre todos me han convencido de que el machismo ya no existe en España, que bien :p
@24 y @25 gracias por poner ejemplos estupendos del machismo que existe a día de hoy en la sociedad española. Me iba a poner a escribirlo pero lo han hecho ustedes tan bien, tan en primera persona que me han ahorrado el esfuerzo. Casi podría creerse uno que piensan ustedes lo que escriben.
Hace 120 años, como las mujeres eran «diferentes», no podían votar, ni expedirse un pasaporte a su nombre sin permiso del marido, ni divorciarse sin consentimiento de su pareja. Porque claro, las diferencias biogenéticas (que existen) iban a hacer que votasen en pleno ataque de histeria o se divorciasen por un «subidón de hormonas». (No como los hombres a los que, como todos sabemos, no se les conocen divorcios por motivos hormonales; con lo controladita que tienen todos la testosterona por aquí) Hoy, la sociedad ha entendido que, con independencia de las diferencias que haya, las mujeres deben tener derecho a todo eso.
Dentro de 50 años habrá quien entienda que la violencia de género (o machista o como les guste llamarla) era un problema jodido en pleno siglo XXI y a lo mejor habrá quien crea que la LIVG supuso un punto de inflexión para que las mujeres se abalanzasen sobre sus parejas e impusiesen una dictadura del feminariado.
Lo que tengo claro es que ustedes viven en un mundo diferente al mío: un mundo en el que las mujeres ganan lo mismo que los hombres, se les asignan los trabajos según sus capacidades y en el que viven enfrentadas a los machos permanentemente.
En una cosa tienen la razón, en este país estamos empeñados en arreglarlo todo legislando y esto no se arregla sólo con una ley o dos leyes. La demostración palpable del problemón que tenemos son la mayoría de los comentarios que se pueden leer más arriba.
Saludos
Jaime
@Valmhö
Machismo desgraciadamente hay mucho, y medidas disparatadas para combatirlo, también.
Saludos.
@27 Creo que confunde usted machismo con otra cosa. Que la realidad no sea lo que cree que le gustaría que fuera no significa que los demás seamos A o B. El mensajero no tiene la culpa.
La realidad es la que es y hemos evolucionado así. Nadie es mejor ni peor por definición y como usted bien dice, hace 120 años lo que quiera, pero 1) los que estamos vivos hoy no tenemos la culpa, 2) habría que ver hace 120 años si a ellas les hubiese convenido trabajar al nivel de esfuerzo que hacían los hombres y 3) ahora cada persona hace y deshace con su vida a su gusto y conveniencia y llega hasta donde puede.
Y no, las mujeres a estas alturas ya no tienen excusa. La que quiere llegar lejos, llega. La que no, no. Igual que los hombres.
Es como mínimo extraño creer que es mejor tratar a las mujeres a estas alturas como pobrecitas niñas indefensas que no dan para más. Las que ya llegan lejos sin necesidad de ayudas no se tomarían muy bien precisamente ese tipo de actitudes proteccionistas que a poco que se miren, suenan, fíjese usted, bastante machistas.
Jaime, aparte de faltar, puede usted rebatir, decirme en que me equivoco? Quien sabe, igual me convence. Que a veces parece que quien no tiene argumentos se limita a descalificar. Llamarme machista no le da automáticamente la razón.
@30 Mi intención no era faltar. Tampoco entiendo que el término «machista» sea entendido como ofensivo por alguien que presenta sesgos de género evidentes. Es como si yo me ofendo porque me llamen feminista.
Usted ha determinado que lo que hace que la señora de la limpieza limpie mejor que su ex señor de la limpieza es su género, no su formación, ni sus características psicofísicas o laborales. Lo ha hecho usted solo. Sin mi ayuda ni la de nadie. Eso es un sesgo machista. Fíjese bien que yo no niego que limpiase peor el uno que el otro pero usted ha decidido que la pertenencia a dos categorías sin correlación demostrable (personal de limpieza y sexo) tienen una correlación cerrada en base a UNA experiencia. La duda que me surge es: ¿Si ese señor de la limpieza hubiese sido un crack, hubiese concluído usted que «los hombres limpian mejor»?.
Yo jamás le obligaría a contratar mujeres para equilibrar ninguna balanza pero no creo que el «reparto de género» en carreras como la ingeniería (o el cine, o la medicina, tantas otras carreras que presentan sesgos de género muy acusados) sea casual ni producto del azar.
Sí le voy a dar la razón en algo. Esto se arregla con educación pero, para eso, hace falta que los educadores reconozcan que existe un problema.
Saludos
Jaime
Jaime, no. Que la señora que tengo ahora limpia mejor es un hecho. Digame donde digo yo que limpia mejor por ser mujer, porque me releo y no lo veo. Pone usted en mi boca palabras que yo no he dicho. Que hablamos de limpiar baños y fregar suelos, no es rocket science.
Voy a contar un hecho real. Unos dueños de una escuela infantil, en mi barrio. En un principio trabajando los dos cuidando niños, hombre y mujer.
Al final el dueño, con vocación de cuidar niños, ha tenido que dedicarse a la administración de dicha escuela porque corrió el rumor de que tocaba demasiado a los niños. Sin pruebas ni denuncias, los padres fueron desapuntando a sus hijos, no tuvo mas remedio que retirarse.
Los prejuicios afectan a ambos géneros, tengo mas ejemplos reales.
Hola creeping y CSR, les contesto a los dos a la vez.
CSR, el origen de todo esto, de mi artículo, del machismo, del feminismo, de lsa leyes que discriminan positivamente y negativamente, es que somos diferentes. Si no partiéramos de esa base, nada de lo escrito tendría sentido. Yo no hablo de igualdad física ni mental entre hombres y mujeres. No sé si somos diferentes, muy diferentes, muy muy diferentes o muy muy muy diferentes. Somos diferentes. Es una obviedad.
Porque somos diferentes, CSR y creeping, puede ser conveniente adaptar las leyes para ayudarnos unos a otros a que todos podamos sacar partido de nuestra idiosincrasia. De igual forma que quienes van en silla de ruedas y conducen pueden aparcar en zonas reservadas para ellos, en perjuicio de todos los demás, tenemos que crear leyes específicas que permitan que las mujeres puedan compatibilizar su carrera profesional y dar a luz los hijos que nos convienen a todos. Leyes específicas para las mujeres, que les benefician específicamente a ellas, y que nos benefician a todos.
Yo soy diferente de la persona que mide dos metros de altura. Yo podría fastidiarla y obligarla a ir siempre en el asiento trasero del coche mientras yo voy en el delantero, podría ser equitativo y repartir el tiempo al 50 por ciento o darme cuenta de que es más conveniente para la felicidad de los dos que ella vaya siempre o casi siempre delante y yo siempre o casi siempre detrás. Aunque la medida le afecte positivamente a la otra persona y me afecte negativamente a mí, en conjunto salimos ganando.
A mí me parece mucho más inteligente crear leyes que beneficien al conjunto aunque beneficien más a unos que a otros, que leyes perfectamente simétricas. No se trata de «tratarlas como pobrecitas niñas». Se trata de acomodar las leyes a las diferencias que ustedes citan.
Además de lo anterior, no puedo olvidarme del entorno en el que vivimos hoy. La civilización significa en buena parte superar mediante la razón los condicionantes genéticos. Las mujeres y los hombres somos diferentes. Sí. ¿No nos beneficia a todos buscar caminos para poder sacar el máximo partido de hombres y de mujeres para tener relaciones igualitarias que son las más enriquecedoras? Yo estoy convencido de que sí. No tenemos por qué estar de acuerdo. a mí me gustaría convencerles, porque estoy seguro de que nos beneficia a la mayoría. Pero no tienen ninguna obligación de convencerse. Yo creo que salimos todos perdiendo.
Ibuprofeno600. Son datos de Eurostat.
creeping. ¿Cuáles son las medidas disparatadas para combatirlo? ¿Podemos debatirla una por una? Me parece relevante.
Fernando M. Eso es una evidencia. Los prejuicios nos afectan a todos. Como decía alguno de ustedes eso se arregla con educación. Por supuesto que es un proceso largo. Larguísimo. Las mujeres llevan siglos luchando. No sé cuál es la primera mujer que luchó por la igualdad ante la ley de hombres y mujeres. Me gustaría saberlo. Sé que pasarán muchos años, sé que no lo veré, para que las relaciones sean entre iguales, diferentes sí, pero con relaciones igualitarias, que enriquecen mucho más.
Sr Moltó, dice usted:
«Porque somos diferentes, CSR y creeping, puede ser conveniente adaptar las leyes para ayudarnos unos a otros a que todos podamos sacar partido de nuestra idiosincrasia. De igual forma que quienes van en silla de ruedas y conducen pueden aparcar en zonas reservadas para ellos, en perjuicio de todos los demás, tenemos que crear leyes específicas que permitan que las mujeres puedan compatibilizar su carrera profesional y dar a luz los hijos que nos convienen a todos. Leyes específicas para las mujeres, que les benefician específicamente a ellas, y que nos benefician a todos.»
Está considerando a las mujeres menos capaces por naturaleza que los hombres para conseguir unos determinados objetivos? Ojo no vaya a ser que le consideren machista. Yo he tenido mucho ojo en distinguir entre aptitud y actitud, me he centrado totalmente en lo segundo. Hacer una comparación entre mujeres y discapacitados para justificar la discriminación positiva no sé si es lo más acertado.
Por otro lado, ¿considera que las mujeres tienen más derecho a ser madres que los hombres a ser padres? Las leyes específicas que usted dice para compatibilizar la vida laboral con la familiar con mayor facilidad se resumen en una simple regla: baja paternal/maternal de exactamente la misma duración para ambos sexos. Y se acabaría el problema usando la simetría que tan poco le gusta.
Para tener relaciones más igualitarias entre hombres y mujeres lo primero es aceptar no sólo el que existen diferencias entre ambos sexos, sino cuáles son. Y actuar en consecuencia. ¿Verdad que no vería normal poner cuotas para que haya un 50% de camioneras? Tampoco conseguiría usted un 50% de hombres trabajando en magisterio infantil, de enfermeros o de administrativos.
Fuerze usted a que las personas trabajen de x o y para poder pintar un cuadro de igualdad y tendrá una sociedad frustrada en extremo, con gente haciendo lo que no le gusta por tener que cumplir con la cuota. Y lo que es peor, apartando a la gente con talento de algo en lo que podrían destacar y llegar lejos porque otro (u otra) tiene que ocupar un puesto que debería ser suyo.
Dar un arsenal legal a la mujer heterosexual, poner una espada de damocles a los hombres heterosexuales e ignorar al resto, que es lo que hace la LIVG, no me termina de casar con la idea de «generar igualdad».
Más bien lo contrario.
Patoaparato, acabo de leer su mensaje. No lo había leído, era demasiado largo ayer por la noche y no tuve tiempo.
Desconozco todos los casos que cita. Desconozco su valor estadístico, pero sobre todo desconozco los detalles de cada caso. Es imposible, al menos para mí, enjuiciar casos diferentes sin leerme las sentencias completas, o enjuiciar detenciones sin conocer los hechos con detalle.
Hablo de leyes en general, de si es buena o es mala la discriminación positiva como concepto.
¿Que hay gente que intenta aprovecharse de las leyes? Por supuesto. Pero es así sea con discriminación positiva o negativa. ¿Cuánta gente conoce o ha oído que intenta defraudar a Hacienda?
Desconozco el detalle de cada ley. Me parece sensato que existan leyes que ayuden a las mujeres y leyes que ayuden a los hombres si es necesario. En la actualidad la discriminación pesa más sobre las mujeres y no me parece que nos beneficie a nadie que las mujeres estén discriminadas.
Yo no sé en su oficina. en mi casa nunca ha mandado la mujer, ni tampoco he mandado yo. algunas veces se ha impuesto su gusto o su apetencia y en otras la mía y en muchas cada uno ha hecho lo que le ha dado la gana, sin contar con el otro. Sólo falta que hubiera que hacer todo juntos. A veces ninguno de los dos está de acuerdo con el otro y dispuesto a actuar como dice el otro y se hacen cosas diferentes.
Si este no es su caso, será porque ustedes prefieren que mande su mujer o su marido a la alternativa. al final es una decisión suya, espero.
Lo que me habla de su oficina me suena a hace tras siglos. Ustedes sabrán por qué lo toleran. ¿Son dependientes de sus mujeres? ¿Sus mujeres les atan? ¿Se vuelven tontos y tontas al llegar a casa? No soy capaz de explicármelo.
CSR,
¿Por qué no va a ser acertado? ¿Qué tiene de malo ser discapacitado? ¿Qué tiene de malo ser mujer? ¿Y si fuera verdad que las mujeres fueran menos inteligentes que los hombres, o menos fuertes? ¿Íbamos a tener legitimidad para discriminarlas por ese motivo?
Estaba seguro de que su respuesta iría por ese lado. Pues claro que es acertado. Yo soy mucho menos dotado intelectualmente que infinidad de personas y si la sociedad tiene que asistirme debido a mi falta de capacidad intelectual ¿qué tiene de malo? Yo considero que es bueno para la sociedad apoyar y discriminar positivamente a todo aquel que lo necesite, por el motivo que sea.
Yo sé, perfectamente, que las mujeres no están menos dotadas intelectualmente que los hombres para infinidad de cosas. Es posible que para otras sí, igual de posible que los hombres estemos menos dotados intelectualmente que las mujeres para otra serie de cosas.
Si tuviéramos todas esas diferencias medidas y clasificadas y pudiéramos ayudarnos unos a otros en diferentes aspectos para vivir todos mejor ¿No sería mucho más inteligente que no hacerlo?
Eso es lo que yo defiendo. Y por supuesto que creo que las mujeres necesitan ayudas. Igual que los hombres. Todos necesitamos ayudas. Sería maravilloso saber medirlas para apoyarnos unos en otros continuamente, sea cuál sea nuestra discapacidad frente a la mayoría. Discapacitados somos todos.
Sr. Moltó.
El hecho de que seamos diferentes es nuestra forma de ser y actuar en la vida, no implica para que tengamos diferentes derechos, deberes y obligaciones. Imagínese usted que por el hecho de que la mujer es más débil físicamente que el hombre, pudiese pegar indiscriminadamente a su pareja de sexo contrario sin que legalmente tuviese ningún efecto. ¿Lo vería correcto?
Porque mire, puestos a ser diferentes, yo soy más canijo que mi mujer, y sospecho que si un día se cabrea conmigo, a lo mejor «me puede». ¿Tendríamos que legislar positivamente hacia los bajitos?
Saludos.
Moltó, suelta los datos de Eurostat UNADJUSTED!!! y se queda tan agusto. Eso solo lo puede hacer alguien que es tonto o malintencionado. Yo no le tomo a usted por tonto, devuelvame la cortesia.
Diferencia salarial «brecha» si lo prefiere, si hay. Pero ni de lejos la que nos quiere hacer creer. Vease el video del enlace, lo explican clarito: http://www.lasexta.com/programas/el-objetivo/prueba-verificacion/sanchez-segun-ine-mujeres-espana-cocobran-menos-que-varones-hacer-mismo-trabajo_2015113000004.html
@37 O consideramos a las mujeres personas adultas con todos los derechos y obligaciones o las consideramos adultescentes y las sacamos de la vida pública como antes.
Pero lo que no se puede hacer es lo de ahora: dar toda la libertad y que la responsabilidad sea de otros. Si se es adulto, se es adulto para todo, no sólo lo para lo que nos viene bien. Si empezamos a discriminar positivamente a todo el mundo por cualquier «tara» que alguien pueda tener, no acabamos nunca.
Porque no nos engañemos, esas discriminaciones positivas las iban a disfrutar todos menos los hombres blancos heterosexuales, que misteriosamente se quedarían igual.
No entiendo esa manía del «todos iguales y si no, se compensa». Oiga, en la vida real usted tiene unos talentos y unas taras y yo otros. Que me diga que a un discapacitado hay que ayudarle, me parece ético y justo. ¿Pero a una mujer por el hecho de serlo? No oiga no, ya son mayorcitas y tienen total libertad para hacer y deshacer con su vida a su antojo. Que espabilen como tenemos que hacer el resto.
– quiero que ser una mujer, y que me llaméis Loretta.
– ¿por qué?
– quiero tener hijos
– ¿quieres tener hijos?
– Es el derecho de todo hombre tener hijos, si quiere.
– Pero… ¡no puedes tener hijos!
– ¡No me oprimas!
– No te estoy oprimiendo, Stan. Es que ¡no tienes ovarios!. ¿Dónde vas a gestar al feto? ¿en una caja?
– snifff (sollozo).
…
– Está bien… nosotros, el Frente Popular de Judea, exigimos que se reconozca el derecho de todo hombre a tener hijos.
creeping, Ibuprofeno600, CSR. Muchas gracias por debatir. Ni ustedes me han convencido a mí ni yo a ustedes. Es igual de legítimo ser más o menos machista y más o menos feminista.
No voy a repetir argumentos. Me sorprende que tengan tan claro que la discriminación positiva va en detrimento de los hombres. A mí me parece que es todo lo contrario. Pero ni todas las mujeres son iguales ni todos los hombres lo somos.
Muchas gracias por el debate. La discrepancia es un factor imprescindible para la evolución.
Yo diría que es igual de erróneo ser machista que feminista.
Saludos
Sr. Moltó.
Aunque no hayamos acercado posturas, ha sido una discusión interesante. Ojalá en la «vida real» se pudiese hacer lo mismo.
Saludos.
Uf! Llego tarde a este interesante debate, pero igualmente diré la mía.
Querido Señor Moltó, como siempre ud parece vivir en los mundos de yuppi, o a lo mejor es que es ud mucho más inteligente que la media, porque claro, eso de haber compartido vivencias y momentos intimos con tantas y tan variadas mujeres puede ser el secreto de sus magníficas relaciones con el otro sexo, ya que los problemas suelen venir cuando se comparten techo y responsabilidades familiares de forma estable. Yo también tengo relación con muchas mujeres dentro de mi actividad laboral y me llevo de maravilla con todas, pero claro, no convivo con ellas, pequeño matiz que marca la diferencia.
De adolescente yo también fui feminista, hasta que me dí cuenta de que estaba haciendo el imbécil, ya que ellas no necesitan que nadie las defienda ni les otorgue condiciones más favorables para su desempeño en cualquier materia u oficio. Son perfectamente capaces de defenderse solitas y sus aptitudes perfectamente comparables a las de cualquier varón incluso en circunstancias de las que se tienen por extremas. Así que yo diría que declararse feminista es una forma de ser machista, como esos hombres que van por ahí susurrandoles lo mucho mas inteligentes que son con respecto al hombre, unos perfectos hipócritas que no se creen en absoluto lo que dicen.
La mal llamada violencia machista, que más bien suele ser violencia doméstica, tiene una casuistica muy diversa y lo de englobarla en el saco común del «machismo» ya es buena muestra de que hay un trasfondo ideológico tras dicha definición. En boca de gente de izquierdas además solo les falta decir que el machismo es de derechas, que no lo dicen, pero lo insinúan. La violencia en la pareja suele ir en ambas direcciones, salvo casos muy extremos de auténticos cafres sicópatas, y desde luego hecho de ser machista no prefigura al criminal. En el caso de lo que defiende el partido Ciudadanos, yo estaría de acuerdo en suprimir el agravante de «genero» y sustituirlo por el agravante «doméstico»; o sea, penalizar cualquier tipo de violencia o abuso dentro del ambito doméstico prevaliendose de la discreción que confiere la protección a mradas externas que representa la intimidad del hogar. Y esto afecta a la violencia del hombre sobre la mujer o sobre los hijos tanto como a la que ella pudiera ejercer igualmente sobre los hijos o personas mayores que estuvieran en inferioridad de condiciones frente a ella.
En cuanto a la mitificada «brecha salarial», el vídeo del programa de Ana Pastor es absolutamente esclarecedor: hay diferencia, pero no por hacer el mismo trabajo. Como siempre se ha dicho hay medias verdades, mentiras y estadísticas. A menudo estas últimas son peores que las mentiras, ya que dan una pátina de «verdad científica» a lo que no son sino patrañas y falsedades derivadas de comparar lo disimil como si fuera semejante.
Y no puedo acabar sin hacer mención a que siempre que se tratan estas cuestiones o similares hay algún interviniente que se escandaliza por que los demás vean «feminazis» por doquier y esta vez no ha sido excepción. Lo curioso es que Valmhö es el único que emplea la expresión entrecomillada, nadie más.
Saludos.
La discriminación es discriminación (tratar de distinta forma casos semejantes). La memez de la «positividad» o «negatividad» es sólo cuestión de punto de vista (si nos quedamos más contentos, podemos decir que lo de los autobuses yankis de los 50 era discriminación positiva hacia los blancos).
Por tanto, la cuestión es si está justificada o es necesaria una discriminación (que, inexcusablemente, tiene que ser transitoria). No seré yo quien niegue la posibilidad de usar una medida extrema para casos que lo requieran, pero en el que nos ocupa, ocurre que se viola algún principio más, como el de presunción de inocencia (cosa bastante más difícil de digerir).
Por otra parte, yo no estoy muy seguro de que se trate de una cuestión de sexo (o género, como lo llaman ahora). Es más una cuestión de poder (físico, económico…). Por eso las feministas se cuidan mucho de ocultar los datos de agresiones a menores, donde ya no está tan claro el enfoque de sexo (las últimas estadísticas que yo recuerdo -ahora me resulta imposible encontrar datos actualizados- indicaban que los menores varones sufrían más violencia de sus progenitores/as que las niñas y, aunque eran más «pegones» los padres, las madres tampoco se quedaban mancas a la hora de imponerse a las bravas a sus hijos/as).
En el código penal ya estaban previstas hace mucho agravantes genéricas para los casos de abuso de superioridad o de prevalimiento de fuerza física. Lo usual es que un varón tenga más fuerza física que una mujer (así que ya sería de aplicación tal agravante) pero no veo por qué en los casos que se dé la situación contraria haya que hacer como que no.
Hola señores:
Tengo una pregunta ¿oprime el Islam a las mujeres? En caso afirmativo ¿se debería tomar medidas o entra dentro de la libertad religiosa? Lo pregunto por que señor Moltó es ud más rojo que Carrilo y supongo que se le eriza el pelo con estas cuestiones.
Por cierto, Calvo Sotelo fue el primero en plantear la cuestión del voto femenino. ¿Saben quien se opuso?
Alfredo,
¿Ha leído el programa electoral de Ciudadanos? ¿Cree que en Ciudadanos son más rojos que Carrillo?
Respondo:
¿Oprime el Islam a las mujeres? No tengo ninguna duda de que lo hace
¿Se debería tomar medidas o entra dentro de la libertad religiosa? No sé si se refiere a España o a los países en los que el Estado es islamista. En España se toman medidas. En España no es legal oprimir a las mujeres como se hace en países en lo que la ley viene marcada por la religión islámica.
Es cierto que se me eriza el pelo cuando leo muchas de las prohibiciones a las que están sometidas las mujeres en los países islámicos. Es cierto. Desde hace muchos años me llaman rojo y facha con relativa frecuencia. Unos por unos motivos y otros por otros. Cuando en realidad soy más bien blanquito.
Cierto, yo le llamé rojo hace no mucho, ahora falta que le llegue a llamar facha, pero creo que me va a costar más tiempo 🙂
No creo que usted me llame facha nunca. Hasta ahí podíamos llegar 🙂
La discriminación positiva siempre termina siendo fuente de resentimiento, mala voluntad y violencia. Endurecer las penas siempre incrementa todos los tipos de violencia en una sociedad, aligerar las penas siempre disminuye la violencia de cualquier tipo. Los crímenes sólo disminuyen cuando disminuyen los intereses satisfechos por cometerlos. Por ejemplo, si los hombres dejaran de sentir atracción sexual por las mujeres, prácticamente desaparecerían las violaciones.
Feminismo =
– Si manda más el hombre y lo dices eres machista.
– Si manda más la mujer y lo dices eres machista.