Calle de Santa Engracia, Madrid. Domingo 19 de agosto de 2018. Entre Ríos Rosas y la Glorieta de Cuatro Caminos. Alrededor de las dos de la mañana de la noche del sábado al domingo.
Circulo por el carril de la izquierda con un Mercedes SLK de finales de los años 90, descapotado, saboreando el aire fresco de la noche madrileña. A mi altura, por el carril de la derecha, circula otro coche. En el carril central, un tercer coche, toca el claxon y hace luces. Quiere adelantarnos pero los carriles de Santa Engracia deben de parecerle estrechos, o debe debe de parecerle que el espacio que queda entre los dos coches es muy justo, o el otro coche o yo vamos poco pegados a nuestras orillas. En fin, que no cabe o le parece que no cabe o, en todo caso, se queja.
Para facilitarle la maniobra levanto el pie del acelerador ligeramente y me pego unos centímetros más a la izquierda. Unos pocos centímetros, cinco a lo sumo, porque ya voy muy cerca de los coches aparcados a mi izquierda, que no están perfectamente alineados y por tanto no permiten ir pegadísimo. Pero, como levanto el pie y el coche que circula por la derecha sigue a la misma velocidad a la que iba, rápidamente queda espacio para que el coche que circula por el carril central pueda adelantarme de forma desahogada.
Inmediatamente después de adelantarme, se pone delante de mí, en mi carril. Me parece normal, porque lo que quiere es separarse del coche que circula por la derecha para adelantarle también a él. Me parece innecesario hacerlo tan cerca de mi coche, apenas medio metro, pero no me preocupo. Hasta que de pronto frena. No muy fuerte, pero frena sin ningún motivo. Yo también freno, si bien me acerco a él, porque no me lo espero o más bien porque no acabo de creerme que esté frenando. Pienso que querrá girar a la izquierda, para bajar por Bravo Murillo (hay una raqueta, para girar). Pero no. Vuelve a frenar un poco más. Ya vamos muy despacio. No hace falta frenar tanto para girar. Tampoco lleva puesto el intermitente. La única luz que parpadea en su coche es una de las dos luces de su matrícula. Freno más, pero ya vamos muy cerca y creo que lo rozo ligerísimamente. No estoy seguro pero freno más. No entiendo qué ocurre. Por delante no lleva a nadie. Todo es muy rápido. Él frena hasta que detiene el coche. Yo, lógicamente, que estoy pegadísimo a él, también paro. Su coche queda a poco más de 20 centímetros del mío. Miro su paragolpes posterior, iluminado por mis luces y mucho más alto que el morro del SLK que conduzco yo. Perfectamente a mi vista. En la zona en la que puedo haberle tocado yo no se ve nada de nada. El morro del SLK es muy bajo en comparación con su paragolpes trasero.
Del coche desciende un hombre muy joven, vestido de negro, cabeza semirrapada.
—¡Me has dado porque te ha dado la gana!
—No le he hecho nada a su coche.
—¡Me has dado porque te ha dado la gana! —repite.
—No le he hecho nada a su coche —repito yo también.
—Pues, para empezar, me vas a pagar la luz de la matrícula —dice, sin mirar a su coche, sin mirar si tiene algo o no. Sabe prefectamente que la bombilla derecha de su matrícula hace mal contacto, o lo que sea, porque parpadea.
—La matrícula de su coche está mucho más alta que el morro de mi coche —y repito —Yo a su coche no le he hecho nada.
—Vamos a hacer un parte —me dice mientras va hacia su coche.
Sé que es un prejuicio, pero este hombre jovencísimo que ha frenado delante de mí, con un coche relativamente caro, con la cabeza semirrapada y vestido de negro me da miedo. No voy a hacer ningún parte amistoso con él. Primero porque no le he hecho nada a su coche. Segundo, porque no sé cuáles son sus intenciones. Igual que se inventa que le he estropeado la luz de la matrícula, igual que me pita y me hace luces para adelantarme y luego me cierra el paso y me frena, igual que ha provocado este incidente, puede querer que me baje del coche para que se suba otra persona y se lleve el coche que conduzco, o para atracarme o para saber qué. No me fío. Además voy con un coche descapotado y soy vulnerable. No quiero hacer ningún parte amistoso con él. Primero, porque todo lo ha provocado él intencionadamente. Y, segundo, porque no me fío de sus intenciones.
Mientras él se da la vuelta hacia su coche, supongo que para coger los papeles del seguro o a saber para qué, pongo la marcha atrás en el cambio automático del SLK y luego pongo la D para seguir hacia Cuatro Caminos. Él se sube a su coche y me sigue. En el semáforo de Cuatro Caminos veo por el retrovisor que hace una foto de la matrícula de mi coche. En ese momento advierto que no va solo en el coche. En el asiento de la derecha viaja una mujer, que también parece muy joven.
Cuando se pone verde, sigo mi camino por la calle Bravo Murillo hacia Plaza de Castilla. Entre Estrecho y Tetuán (Dos paradas de metro de la calle Bravo Murillo), veo las luces de un coche de policía. Sigo por mi carril, hasta que confirmo que vienen a por mí. Por esa calle pasan continuamente coches de policía por la noche. No pensé que por una «bombilla de matrícula» alguien llamara a la policía. También, y aquí hay que tener en cuenta mi prejuicio, pensé que este hombre joven nunca avisaría a la policía, porque tal como actuó conmigo sospeché que preferiría no tener contacto con ellos. Estaba equivocado.
El coche de la Policía Nacional se pone a mi altura y me indica que me detenga a la derecha. Como hay carril bus en la zona, espero a que termine el separador del carril para apartarme bien y no molestar. La policía detiene su coche detrás del mío.
—Saque la llave del contacto y póngala encima del salpicadero.
Glups.
Obedezco. Me he detenido voluntariamente ante sus indicaciones. He parado en un lugar que he considerado lo más seguro y lo menos molesto posible. He dejado sitio para que aparquen detrás de mí. Yo saco las llaves del contacto y las pongo encima del salpicadero y hago lo que ustedes me digan. Pero, ¿Qué ocurre esta noche tranquila de agosto? ¿Alguien está tirando los dados equivocados?
—Iba usted muy rápido. ¿Por qué iba usted tan rápido?
—Yo no iba nada rápido. Eso no es cierto.
—Sí iba usted muy rápido. Hemos tenido que ponernos a 90 para cogerlo.
No le pregunto que cuánta distancia ha tenido que recortar para alcanzarme. Pero sé que no iba nada rápido. Su presunción de certeza es equivocada.
—Sí, sí. Iba usted muy rápido. No le paramos por eso. Pero iba usted muy rápido.
—Eso no es cierto. No iba rápido.
—Un conductor nos ha pedido que intervengamos porque dice que usted ha golpeado su coche por detrás y se ha marchado sin rellenar el parte amistoso.
—Es posible que le haya dado, pero no le he hecho nada a su coche. Si le he dado, ha sido de forma imperceptible.
—¿Reconoce que le ha dado?
—Sí, es posible que sí. Pero ha sido tan flojo que no le he hecho ni un rasguño —Igual que no miento en que no iba rápido, no miento en que es posible que le haya dado. No tengo la certeza absoluta, porque si le he dado ha sido con un impacto menor que los miles de impactos que hay en aparcamiento. Pero es verdad que los dos coches han llegado a estar muy juntos y es posible que lo haya rozado.
—Él dice que le ha estropeado la luz de la matrícula.
—Sí, lo sé. Pero es imposible que yo le haya estropeado la luz de la matrícula.
—¿Y usted cómo lo sabe?
—Porque lo he visto. Él ya la tenía estropeada. Y por más motivos. ¿Ha visto a qué altura está su matrícula? Además, si le he dado ha sido tan flojo, que es imposible que le haya roto nada en la matrícula. ¿Ha mirado su paragolpes? ¿Tiene algún golpe?
— Sí lo hemos mirado. Su paragolpes no tiene ningún golpe.
¿Cómo le explico al policía que me dedico a esto de los coches? ¿Cómo le explico al policía que hace menos de un mes vi en Bulgaria, en Sofía, un coche que tenía las luces de la matrícula tuneadas y que funcionaban de forma intermitente y que lo primero que he pensado cuando he visto el culo de este coche delante de mí, en mis narices, mientras me frenaba, era en esa luz que parpadeaba y que me ha recordado al coche de Bulgaria? De hecho, por un instante he pensado si estaría tuneada, a la vez que frenaba y que pensaba «¡Qué hace este!». No, no le voy a explicar que mi trabajo es fijarme en los coches y que estas cosas me ocurren sin querer.
—¿Ha bebido usted?
Dudo en la respuesta. Por un momento pienso en contestarle «Sí, agua». Pero me doy cuenta de que no es una respuesta adecuada. Rápidamente le digo «No», pero creo que nota que titubeo.
—Y por qué no quiere hacer un parte amistoso. ¿No se da cuenta de que es una tontería, de que no merece la pena nada de esto por una bombilla de la matrícula?
—Sí, me doy cuenta. Pero es mentira. Yo no lo he estropeado la bombilla de la matrícula a este hombre. Me niego a que mi seguro le pague la matrícula que yo no le he estropeado.
—Lo que dice usted es incongruente —me espeta uno de los dos policías que desde el principio es el más chulesco de los dos. Lleva la cabeza completamente rapada y me trata con un aire acusatorio, que roza continuamente la mala educación. El otro, el que lleva barba, en cambio, mantiene un trato normal.
—¿Por qué es incongruente?
—Porque lo es. Usted ha bebido.
—¿De dónde saca que yo he bebido?
—Porque tiene la boca seca y los ojos vidriosos.
Es verdad que tengo la boca seca. Y no sé cómo tengo los ojos. Voy en un coche descapotado. Corre el aire y me da en los ojos. Pero, además, hay un hombre que se comporta de forma extrañísima, al que he intentado ayudar de la mejor forma que he sabido para que me adelantara por la calle Santa Engracia y que luego me cierra y me hace frenar bruscamente, sin ninguna necesidad. Provoca un contacto no sé exactamente por qué. No puede ser todo eso por una bombilla. Y luego viene la policía y me hace depositar las llaves de mi coche encima del salpicadero, me trata de forma chulesca y me acusa de haber bebido. Pues claro que tengo la boca seca.
—Pues sí, tengo la boca seca. Eso es cierto. Pero no he bebido. Hágame la prueba del alcohol, por favor.
—Pues haga el parte amistoso.
En ese momento decido poner fin a este absurdo y abro la puerta del coche para hacer ir a hacer el parte amistoso.
—¡No se mueva! ¿A dónde va?
—A hacer el parte amistoso. ¿No me dice usted que haga el parte amistoso?
—No se mueva. Yo no le digo nada. Va a venir la Policía Municipal y haga lo que ellos le digan que tiene que hacer.
Pienso en preguntarle por las incongruencias, pero me callo.
Transcurre más de media hora entre que me han parado y que llega la Policía Municipal. Todo por la bombilla de una luz de matrícula (que yo pensaba que era una excusa para algo más, para robarme a mí o para robarme el coche, pero parece que no). A pesar de que me repatea hacer un parte amistoso, y decir una mentira, como ahora me «protege» la Policía Nacional accedo a hacerlo. Pero «ahora» no me lo permiten. Tenemos que esperar a la Policía Municipal. Una pareja de la Policía Nacional y su coche patrulla llevan más de 30 minutos parados. ¿Qué coste tiene eso? Vamos a poner fin a esta situación. Ni el paragolpes del coche delantero ni el mío tienen ningún rasguño. ¿Qué hacemos aquí parados?
El hombre del coche «contrario» baja del coche y se impacienta. Reclama que venga la Policía Municipal, pero la Policía Municipal, por suerte para el universo, estará trabajando en asuntos más importantes. No he mirado el reloj y no sé cuánto tiempo ha transcurrido, pero por fin llegan. El Policía Nacional que había sido continuamente más agresivo viene a despedirse.
—Nosotros no hemos visto nada. No somos testigos de nada. Sólo le hemos detenido porque un conductor nos ha pedido que interviniéramos. Haga lo que le digan los policías municipales.
—De acuerdo. Siento que hayan tenido que estar tanto tiempo aquí parados sin hacer nada.
—Más lo siento yo. Tenemos cosas mucho más importantes que hacer.
Los policías municipales me tratan con menos agresividad. Me preguntan qué ha ocurrido. Se lo vuelvo a explicar. Me piden la documentación del coche. El recibo de haber pagado el seguro. Miran el paragolpes del «contrario». Miran mi paragolpes. Me aseguran que el paragolpes del coche contrario tiene un rasguño. (La Policía Nacional decía que no. Yo no me acerequé a verlo. Desde mi asiento e iluminado por mis luces no me lo pareció, pero todo es posible)
—¿Dónde? ¿A qué altura estaba el rasguño? Fíjense en la diferencia de altura de los paragolpes, por favor.
—Yo no soy perito —me responde el policía — Si ese rasguño está causado o no por su coche lo tiene que decidir el perito de la aseguradora.
Media hora de dos polícias nacionales, media hora de dos policías municipales (que se demoran mucho con su atestado), por lo menos una hora mía y otra hora de las dos personas jóvenes por una maldita bombilla de matrícula que ya parpadeaba de antes. Muchas horas perdidas, sin motivo alguno.
Desconozco cuáles eran las intenciones del conductor del coche que ha provocado este incidente. ¿Estaba molesto porque yo circulaba por el carril izquierdo? A mí me molesta mucho que en autopista o autovía alguien circule por el carril izquierdo cuando hay espacio en los otros carriles. En calles urbanas llenas de semáforos no suelo tenerlo en cuenta. No creo que haya sido eso lo que le haya molestado. En cualquier caso, hice todo lo posible para facilitarle el adelantamiento, como hago casi siempre. No tenía intención de molestarle.
¿Qué pudo molestarle? ¿Que el coche que conducía yo, un hombre viejo, fuera bonito y descapotable? Pues es posible. Pero él tenía un buen coche. Mucho más moderno que el SLK de 1998 que conducía yo. No era descapotable, pero… No creo que el coche sea el origen, pero no soy capaz de entender cuál ha podido ser el origen.
Mi miedo inicial a que se tratara de una estratagema para robarme supongo que queda anulado cuando fue él mismo quien recurrió a la Policía Nacional. En más de una ocasión estuve tentado de preguntar a los policías nacionales si habían revisado sus antecedentes, pero me callé. Supongo que alguien que recurre a la Policía Nacional no es sospechoso.
En fin. Un incidente muy extraño. Espero que los peritos de la compañía de seguros dediquen un poco de tiempo más para examinar bien los posibles rasguños. Yo no descarto haber rozado el coche de este hombre y de haber arañado su paragolpes. Tengo serias dudas. De lo que sí estoy seguro es de que no he sido yo quien ha estropeado su bombilla de la matrícula. Y el conductor joven también está seguro de eso. Lo sabe perfectamente. Espero que los peritos, aunque sea una miseria lo que cueste la bombilla, se nieguen a aceptar esa responsabilidad. Ya puestos a perder tiempo, llevo mi coche a donde quieran para enfrentar la altura de mi paragolpes delantero con el paragolpes posterior del «contrario».
Me da igual que sea mucho o poco dinero. Lo que no soy capaz de aceptar es la mentira y ese comportamiento de conductor extorsionador.
Independientemente de todo lo anterior, me intriga saber los motivos por los que alguien se puede comportar como este conductor joven. No soy capaz de explicármelo.
La actuación de la policía es la que menos me extraña, la verdad. Tu cometiste el error de dar como posible que le hubieras rozado; mejor dicho, te perdió tu sentido de la honestidad y la justicia (ay ay ay ay). Que la sinceridad hay que controlarla Javier jajaja.
Pero que un tío que lleva un buen coche organice todo ese sarao por una luz de matrícula, me resulta muy extraño, la verdad. No tengo tanta imaginación para suponer nada salvo que fuera una especie de juego de dos niños pijos/gilipollas que no saben que hacer a ciertas horas de la noche.
¿Le hicieron control de alcoholemia/drogas al otro conductor? Sería mi primera sospecha, aunque fuera él mismo el que llamara a la policia.
Motivo…¿descapotable?….
Es un poco desconcertante lo que le ha pasado con el otro conductor. Que la policía le haya tratado así no me parece extraño, al margen de que un agente le cayese mal, porque para ellos vd. chocó con otro coche y se dio a la fuga. No son adivinos como para conocer la secuencia de los hechos, solo conocían la versión del otro conductor y que vd., en efecto se había dado a la fuga por los motivos que fuesen.
Se que a toro pasado es muy fácil decir esto, pero creo que es vd. quien debería haber llamado a la policía. Y si quiere, mientras llama a la policía, le da al botoncito de capotar el SLK y así esta protegido. Y si cuando cuelgue pone el movil a grabarlo todo mejor aún.
Por mi experiencia la compañía de seguro dará por hecho que le golpeó usted. No habrá investigación ninguna. Su seguro le reparará el parachoques y la luz y a sus bonificaciones le cargarán un siniestro.
Si no es así prometo irme a su seguro.
Y en cuanto a la clave del incidente, para mi, está en «persona mayor educada y correcta que circula confiadamente sin molestar ni meterse con nadie»
Eso excita a los depredadores jóvenes a demostrar su poderío ante los demás, la chica que iba con él, y ante si mismo.
Y eso es así sin o con uniforme.
En fin, me ha salido mi vena psicológica.
Un saludo….. y olvide pronto el incidente.
…eso le pasa por no salir armado… 😉
No es infrecuente que un conductor provoque un accidente deliberadamente para dar un parte al seguro y reparar algún golpe menor.
En su caso, un señor mayor con un Mercedes parece la víctima propicia para ello. Se le suponen recursos y una buena cobertura de seguro.
Lo raro es que sea por una bombilla. Y, más raro aún, que dé parte a la Policía Nacional.
Luego, supongo que la PN se atiene a la denuncia del otro conductor: usted es un señor que ha causado un accidente y se ha dado a la fuga.
Aclare eso.
Quizá lo suyo hubiera sido que usted hubiera tomado la matrícula y denunciado al chico. Es posible incluso que el incidente esté grabado. Pero claro, como es lógico, y ante una situación inesperada, no se le pasa por la cabeza. Él chico cuenta con la ventaja de que para él la situación no es inesperada.
No le envidio sus minutos en los que el mundo parece del revés. Lo que me parece tremendo es pensar en qué sociedades vivimos, donde esos minutos son posibles. Al final, acabaremos todos con una cámara de esas que lo graban todo por si acaso. Porque hoy la palabra, el honor, la verdad, ya no valen nada y sólo nos podemos servir de las evidencias.
Hola Belén. Mentir se me da mal. Podía haber dicho que no estaba seguro de si nos habíamos tocado o no, pero eso, aunque sea cierto, es increible.
Clint Eastwood. Lo desconozco, yo esperé dentro del coche sin moverme hasta el final, cuando un policía municipal me dijo que fuera a recoger la documentación a su coche. Pero no creo que hicieran nada. Si a mí no me hicieron ninguna prueba, supongo que al otro tampoco.
Txema. Si me dices hombre guapo y joven y alto y rico en un descapotable, entiendoq ue pueda dar envidia. ¿Pero yo, que apenas sobresalgo por la línea de flotación del coche? Me cuesta de creer 🙂
Es cierto Valmhö. PEro llamar a la policía implica esperar muchísimo en la calle. He llamado a la policía en varias ocasiones. En una, tras perseguir a unos ladrones que habían robado un teléfono de una mesa en un bar. De retener a la mujer que había cogido físacamente el teléfono. Sus compañeros no vienieron a ayudarla. Estaba con la mujer retenida y la dueña del teléfono al lado. Después de 90 minutos de espera, la dueña del teléfono se marchó. Una extranjera desesperada.
¿De verdad voy a llamar a la policía?
Si cierro la capota del coche muestro que tengo miedo. Si quieren hacerme daño, y muestro que tengo miedo, y ven que llamo por teléfono, me van a hacer más daño. Yo no sé si el hombre este va solo o hay más coches que van con él.
No se me ocurrió llamar a la policía. No se me ocurre nunca.
Cuando entraron a robar en mi casa llamé a la policía. Tardaron 48 horas en venir. Ellos mismos me dijeron que no tenía sentido buscar huellas dactilares porque había pasado demasiado tiempo.
Edjmar. Es posible que sea como usted dice. Intentaré contarles la resolución del caso. Pero cabe la posibilidad de que el seguro me trate con deferencia sólo por haber escrito esto públicamente, y porque lo lean unas cuantas miles de personas. Así que no daré datos de mi seguro, porque no tengo la seguridad de que me traten exactamente igual que al resto de asegurados. No quiero llevar a nadie a engaño.
F. Eso me pasa por salir. Como en casa leyendo, en ningún lado 🙂
Pragmático. Eso es lo raro. Es imposible que lo hiciera por una bombilla que parpadeaba. No soy capaz de entender por qué lo hizo.
Efectivamente, como le cuento a Valmhö, no se me pasó por la cabeza llamar a la policía. La idea que da usted tampoco se me había ocurrido. Sería maravilloso que estuviera grabado. No serviría para nada, pero me encantaría verlo por si me da alguna pista para entenderlo.
Pienso que , como ya se apunta, quiso forzar el toque para que le repararan el coche con cargo al seguro de un tercero.
Me gustaría ver ese paragolpes… Seguro que tenía más daño previo del que usted vio, Javier. O bien estaba pintado de forma defectuosa, o algo así.
Circulas incorrectamente por el carril izquierdo teniendo los derechos libre, obligas a otro conductor a hacer un adelantamiento entre dos coches por circular incorrectamente, por lo que dices en el texto, no informas a la policía del adelantamiento y los frenazos del coche de delante, te dicen que le has golpeado y huyes de la escena del incidente y te extraña que la policía te dé el alto.
No entiendo ná
Art.33 del Reglamento General de Circulación
Puedes circular por el que más te convenga…
Hola Trifasik, es posible lo que usted dice. Yo no me bajé del coche, por lo que no pude verlo de tan cerca. Desde mi sitio, el paragolpes parecía impoluto, perfectamente pintado y sin un rasguño.
Lo siento mucho, pero lo que no entiendo es que llegara usted a contactar al coche de delante, no hay excusa.
En primer lugar por distancia de seguridad, si, por muy despacio que fuera, y en segundo lugar porque ante un macarra de esos que pegan frenazos para obligarnos a reducir lo que hay es que cambiar de carril y pirarse. Esa gente no trae nada bueno, usted mismo sospechaba de sus intenciones, lo que me extraña es que entrara al trapo. En otra ocasión puede que no se quede en un chorrada, puede que le atraquen o -lo que es mucho peor- que le peguen un paliza.
Yo conozco un caso muy parecido y el que estaba en su lugar acabó en coma unas semanas tras un puñetazo sin mediar palabra.
Cuídese.
EJ25MT5. ¿Por qué dice que yo sospechaba de sus intenciones?
Yo no sospechaba absolutamente nada. Me cerró el paso y frenó. En ningún momento estuvo a más de medio metro de mí. Es cierto que si yo hubiera estado alerta quizá hubiera podido cambiar de carril y largarme. Pero me pilló totalmente desprevenido.
Si hoy se repite la situación estaría alerta. Pero no se me ocurrió en ningún momento que este hombre fuera a hacer lo que hizo. Es verdad que yo podría haber frenado más si me hubiera dado cuenta de que el hombre iba a hacer lo que hizo. Pero ni se me pasó por la cabeza. No entendía nada.
Seguramente soy mucho peor que usted conduciendo. No supe hacerlo mejor, creo que, principalmente, porque no entendía qué estaba haciendo ese hombre. Fue todo muy rápido. Cuando entendí que lo que quería era que le diera por detrás ya estábamos los dos parados.
Vamos a ver, parece que está claro que ese tipo estaba molesto con ud., seguramente porque consideró que ud. conducía de forma negligente y obstaculizándole de alguna forma. Pero estoy con EJ25MT5, desde que él le pone el coche a escasos centímetros para ponerse delante y empieza a frenar ud debíó cambiar de carril y alejarse de allí, o bien activar el warning y quedarse parado hasta que se alejara él.
Pero ya que no lo hizo, sí que hizo bien largándose sin esperar más. Pero nuevamente hizo mal no explicando toda la secuencia a los policías y negando que le hubiera alcanzado por detrás (no entiendo como se puede dar a alguien y no estar seguro, jamás me ha sucedido, no digo que no sea posible me parece raro) y eso no tiene nada que ver con mentir, simplemente con proporcionar a los agentes la información que explique su proceder y no acusarse a sí mismo cuando realmente ni ud mismo está seguro. O sea, si ud de verdad no está seguro, a los agentes les ha de decir que no le tocó, lo contrario es tirar piedras contra su tejado. Como le ha dicho otro interviniente su seguro no va a investigar nada, porque la cosa es de poca monta y no les renta el esfuerzo.
Desde luego preguntándose por las motivaciones del otro -sobre las que no puede sino especular- en lugar de preguntarse el porqué de su indolencia y pasotismo a la hora de defender sus intereses, no sacará las conclusiones adecuadas para no volver a hacer el pardillo.
Cuídese Sr. Moltó, tiene ud. el perfil del bulto sospechoso habitual. 🙂
Corporativismo.
Saludos
17. Toda la pinta.
Sr. Moltó, de verdad estaba ud. en perfectas condiciones sicofísicas?
» Y, segundo, porque no me fío de sus intenciones.»
Disculpe Javier, usted no sospechaba cuando se detuvo, lo hizo cuando se volvió a subir al coche, ahí lleva razón.
«Seguramente soy mucho peor que usted conduciendo.» Todo es posible, pero lo dudo mucho Javier.
No se ponga en plan víctima que no me va a dar pena, deje a los macarras y aún cuando lleve razón aléjese de ellos, llámeme que ya me encargo yo de ellos :-p
Yo llevo mordiéndome la lengua para no decir lo que ha dicho 17, pero no me la muerdo más: ¿Se ha planteado Ud. si el mozo del coche podía ser «compañero» de los que vinieron después en el otro coche? Lo digo porque me llama mucho la atención la rapidez del tipo en llamarles, la rapidez de los otros en acudir y toda la secuencia que sigue.
Toda la descripción que hace apesta a exactamente eso y, desgraciadamente, conozco a una persona que pertenece a otro cuerpo y, en su territorio, se dedicaba a hacer ese tipo de cosas hasta que llegó un suboficial nuevo al edificio de residencia y le puso firme (literalmente).
Saludos
Jaime
Javier, es la 1ª vez que le tuteo. Corporativismo espero que no. La última vez que me pasó algo remotamente parecido un Policía Nacional (veterano) y tras un rato largo en comisaría con denuncia de por medio me dijo, «si, probablemente un Fiat Punto de color gris metalizado claro».
Se conocen todos, los macarrillas de la calle que le hubieran soplado 100 pavos acojonandolo para que pagara el arreglo del golpe, «que me lo hace un colega barato».
Y también se conocen los de «no me toques los cojones que el viejo no te ha hecho ni un rasguño en el coche y llevamos aquí media hora»
No sea pardillo que ya tiene edad. Si le vuelve a ocurrir algo similar, coche cerrado y ya que huye, huya derechito a la 1ª comisaria que encuentre, y a poner la denuncia de primero.
Jaime, si usted no hubiera dejado de morderse la lengua habría acabado diciéndolo yo…
En un par de incidentes en casi 40 años llamé a los municipales, lo primero q preguntan es si hay heridos. No? Pues rellenen los partes. Nosotros no podemos ir…
Y este llama a la policia nacional porque alguien le golpeó por atrás el parachoques y se largó?
Y la policia nacional manda una patrulla al instante?
Y la policia nacional después de ver que el parachoques del que los llamo está intacto llama a los municipales para q le hagan la prueba de alcolemia ….¡al conductor del otro coche!
En fin, blanco y en botella.
Javier,
Le ánimo a que saque un informe de Tráfico del vehículo contrario, tendrá la matrícula en el parte. Y consulte por Internet. Muy probablemente sea compañero.
Del mismo modo, le ánimo a que denuncie los hechos en comisaría.
Un saludo
Hola, buenos días.
Gracias por sus comentarios. Tienen razón. Me voy a tomar en serio investigar lo que ocurrió.
Lastra, es posible no estar seguro si le has dado o no. No es la primera vez que me ocurre. Seguro que a usted también le ha pasado al salir de un aparcamiento alguna vez. De pronto su coche no avanza más marcha atrás porque está tocando con algo (un pivote en el suelo u otro coche, o lo que sea. Se ha acercado tan despacio que el momento de contacto es imperceptible.
Cuando yo corría carreras de turismos, hace muchos años, en los rebufos, a veces empujabas al coche de delante para marcar mejores tiempos. No sabias exactamente cuándo te estabas tocando y cuándo no, porque la velocidad era exactamente la misma en los dos coches.
En esta ocasión yo no noté ningún contacto. Pero es verdad que el morro de mi coche llegó a estar muy cerca de su paragolpes trasero. ¿Le di? No soy capaz de decir ni que sí ni que no. El chaval joven asegura que le di. Buff. Qué difícil saberlo. Es posible que lo rozara imperceptiblemente. No tengo ni idea.
Si estuviera seguro, tanto del sí como del no, lo diría. Qué más me da. Pero no tengo la certeza. Si hubiera alguna marca mínima en el paragolpes tendríamos un dato.
Lo cierto es que el chaval ni miró el paragolpes, ni la matrícula. Como sabía que su luz parpadeaba dijo inmediatamente que iba a pagársela. Sigo sin entender por qué provocó esta situación tan extraña. (Quizá porque el paragolpes estuviera mal pintado, como dice Trifasik. Ni idea)
A ver si la aseguradora me ayuda a descubrir datos. Yo no tengo ni un dato del otro. Me parecía todo tan absurdo que ni le tomé la matrícula. A ver si llega el parte de la Policía Municipal a mi compañía de seguros y me ayudan a investigar.
Muchas gracias
EJ25MT5,
¿Conducir peor que usted es ponerse en plan víctima? No entiendo nada. ¿Cuál es el problema de conducir peor que usted? Yo conduzco como conduzco, mejor que muchos y peor que muchos. No veo que conducir bien tenga que ser gratificante. Es algo así como «caminar bien» o «comer bien» o «ver bien».
Por cierto. Seguro que usted es bueno en esto de «encargarse de ellos». Yo soy muy malo. ¿Le apetece? SAbe de la historia exactamente lo mismo que yo.
Por cierto. He leído varios comentarios en los que afirman que yo no le conté los detalles a la policía nacional ni a la urbana. Se los conté exactamente igual que los he contado a quí. No sé de dónde sacan que no se los conté.
Javier,
Investigue cuanto antes, ya que estoy seguro que además va recibir una multa de 200 € por huir de la escena del accidente.
Un saludo
Cuando yo lo leí, pensé también en que el primer coche podría ser policía, y luego me pareció una idea estúpida. Pero leyendo los otros comentarios, también he llegado a la conclusión de que es lo más probable.
Es posible que la policía acudiera a pararle por «haber huido del accidente», pero su actitud hubiera sido otra y no se hubieran conformado con recriminarle que «haga el parte y ya está».
Ya que es usted periodista y además cabezota 🙂 le animo a que lo investigue y denuncie.
Clint Eastwood, ¿qué debería denunciar concretamente el sr. Moltó? ¿el corporativismo de la poli si es que eran todos compañeros? ¿que no le gustó el trato que le dieron como sujeto que huye del lugar de un accidente (preparado o casual)? ¿Que el del coche de delante le hizo una maniobra rara encaminada a que chocasen?
No se, a lo mejor me estoy perdiendo algo pero no lo acabo de ver.
Hola Javier, siento el disgusto.
La conduccion agresiva tambien es un delito, aunque es dificil de probar.
Respecto a la distancia de seguridad. Hace años que mantengo la distancia de seguridad cuando freno.
Yo antes y mucha gente cuando frena el delante, va reduciendo la distancia respecto a él.
Precisamente, cuando el coche de delante frena, es cuando mas probable es que se necesite la distancia de seguridad.
En caso de frenada de emergencia, es facil subvestimar la frenada del delantero.
E incluso él puede estar frenando menos de lo necesario y progresivamente frenar cada vez más. Eso puede hacer que el de detras vaya reduciendo su separacion y cuando tenga que frenar de verdad no tenga margen suficiente.
Por eso cuando el coche de delante frena, yo freno para que el espacio no se reduzca nada.
En caso de que frene mas repentinamente, tengo margen para frenar suficiente.
@28: que el otro conductor intentó provocar un accidente para conseguir una reparación gratuita. Es imposible saber que se tiene la bombilla fundida antes de ver los daños que ha causado el golpe (en este caso inexistente).
Seguramente no va a conseguir nada por ello, pero por dar mal que no quede.
Está claro que el otro conductor provocó el incidente. Deliberada o negligentemente. Pero, por desgracia, a menos que nuestra integridad física esté claramente en peligro; no podemos abandonar el lugar del accidente. Que ya sé que llamar accidente a lo que pasó es como llamar oceano a una gota de agua.
Yo personalmente habría intercambiado datos de seguro. Que igual los del contrario pudieran ser falsos. Y luego yo daría mi parte. Nada de parte amistoso. Cada cual que dé el suyo a su compañía y que se entiendan.
Lo que no haría es reconocer una culpa que no tengo. Y hacer muchas fotos ¿Pero huir? Si no hay riesgo claro, nunca jamás.
Aloha!
Siento lo ocurrido. Además me siento identificado porque siempre he llevado coches relativamente llamativos (pero sobre todo es curioso porque resultan ser un imán para los gilipollas, como las Urracas con las cosas brillantes) y de vez en cuando sufro las inclemencias de estos oligofrénicos que andan sueltos, sobre todo ahora que, al igual que Javier, me muevo en un descapotable.
Con el descapotable abierto ocurre, para este tipo de gente, que te conviertes en el conductor mas vulnerable de todos. En caso de abuso no tienes protección ninguna y, a diferencia de una moto, no tienes agilidad para salir de un apuro (es fácil bloquear el paso a un coche y muy difícil contener a una moto)
Con todo esto, pueden encadenarse una serie de sucesos y ocurrir lo que le ha pasado a Javier. De ir en un coche cerrado otro gallo hubiera cantado. Y de ir en un Hummer H3 seguramente el conductor de delante ni hubiera intentado nada. Nada que reprochar a Javier.
Solo animarle a seguir disfrutando de su magnifico coche y de compartir estas batallitas. A mi me ha ocurrido dos veces (las dos siendo un SEAT Leon de la primera generación…) de ponerse justo delante mio, accionar el agua de los limpias y luego acelerar para poner tierra de por medio. Hay que tener una deficiencia mental grave si piensan que a 120 el parabrisas no desvía por efecto del viento la poca agua que pueda llegarme y que yo no me mojo un pelo, pero en fin.
No obstante, la mas gorda fue el de un SUBNORMAL que con su Octavia de primera generación venia adelantando agresivamente por una autovía con tráfico denso pero fluido (izquierda, derecha, pegado siempre al de delante sin respetar distancias… de los intermitentes ni hablamos…) y al alcanzarme y rebasarme le reproché su actitud. Varios frenazos suyos intentando infructuosamente que le alcanzara para poco después esperarme parado en el cebreado de un carril de aceleración para sólo Dios sabe qué. No me hice el héroe, frené yo también parado en el arcén como 100 metros antes con los 4 intermitentes puesto, foto de la matricula del andoba tomada y con el 092 a punto de descolgar (el tío hasta abrió la puerta haciendo como que bajaba) Vale que no pasó nada, pero en ese momento el acojone es máximo por la situación de vulnerabilidad de este tipo de coches… y porque descerebrados hay en todas partes y como es como la loteria: te puede (te va) a tocar a tí.
Saludos!!
Siento su experiencia, tanto con el ‘chico joven’ (supongo que para evitar el eufemismo ‘cerebro a medio hacer’), como con la policía. Imagino que es difícil aunar tal acumulo de memos en torno a uno, pero mire, a usted le ha tocado.
Por favor, aunque solo sea para satisfacer nuestra curiosidad, cuéntenos lo que averigüe, o como acaba el tema.
Muchas gracias.
Leyéndolo, lo primero que he pensado es que la persona que frenó para provocar el golpe era un policía y llamó inmediatamente a sus «compañeros»,… algo que por otra parte es lo que debería haber hecho usted al verse en esa situación.
Como nada tiene sentido, diría que es lo más probable.
Por otra parte, se pueden extraer algunas lecciones:
1.- Nunca hay que irse de un siniestro. Lo que hay que hacer es llamar a la policía inmediatamente si crees que estás en peligro (robo, engaño,…) y percibes una actitud agresiva por parte del otro. Es SU trabajo atenderte. Y si después es una «falsa alarma», pues mejor.
2.- La policía a menudo es «profesional», pero otras veces no lo es y como actúa desde una posición de fuerza se muestra prepotente y chulesca. Incluso agresiva.
Hay que tener muchísimo cuidado en estos casos porque tienen presunción de veracidad y literalmente pueden denunciarte por lo que les venga en gana sin posibilidad ninguna de defensa por tu parte.
Por ejemplo exceso de velocidad. O conducción agresiva. O Resistencia/desacato a la autoridad… sobretodo si les das una mala contestación aunque sea como respuesta a una provocación. Hay que tener nervios de acero y contar hasta diez al tratar con un poli que actúa como el que describe.
El simple hecho de que anotara su matrícula tan rápida y eficazmente puede ser un indicativo de que se trata de un agente.
Una persona que no está acostumbrada a verse en situaciones de siniestro no se suele fijar en matrículas, ni reacciona inmediatamente. Lo normal es quedarse bloqueado porque un siniestro es una situación muy excepcional. No pasa «todos los días», no se está preparado para ello y se reacciona de forma inesperada.
Un policía sí que anota la matrícula porque es su trabajo de cada día hacerlo. Lo hacen instintivamente.
Otra cosa. En mi opinión habría que permitir colocar en los coches cámaras frontales y traseras como sucede en Rusia, modificando la ley de protección de datos para ello.
Si usted hubiera tenido un vídeo del incidente con una de estas cámaras no habría caso, porque se vería perfectamente la situación. Algunas son verdaderas «cajas negras» que monitorizan mediante GPS la velocidad instantánea del vehículo, aceleraciones y otros parámetros que en caso de accidente o siniestro son valiosísimos para esclarecer lo sucedido.
Desgraciadamente en España está prohibido por la LOPD, las grabaciones no valen como prueba, y encima la multa puede ser de órdago.
Sábado, 18:45, acabo de dar un largo paseo con el perro, Subo a mi coche y me dirijo a casa.
Estoy parado en un Stop en una travesía de núcleo rural limitada a 50 km/h. Veo hacía la izquierda, se ve una larga curva, a unos 150 metros diviso el techo de un coche, está dentro de la zona de 50 km/h y todavía no ha abordado el paso de peatones elevado que está delante de nuestro edificio de ayuntamiento, (paso elevado que no es posible superar a mas de 40 sin dejarse los bajos del coche).
Arranco y en unos 6 o 7 segundos me adelanta un Golf V o VI, estamos en una zona con su línea continua, un paso de peatones, la guardería infantil, algunas viviendas unifamiliares con salidas de garaje directamente a la travesía y un carril adosado para giro a izquierda, el mejor sitio para un adelantamiento.
Se me va la mano al claxon, sin violencia, simplemente como aviso.
El Golf se para en medio del carril con la doble intermitencia puesta, se baja un varón de menos de 30 años, pelo muy corto, barba corta muy bien arreglada, e incluso diría que para su edad muy agradablemente vestido.
He arrimado el coche en lo posible al bordillo, bajo la ventanilla, se lo que pasa, me lo ha dicho el cuerpo, y además estamos en el puñetero medio del carril. ¿Quién para en medio del carril tras hacer una cafrada? ¿un pirao?.
-“Acaba Vd. de saltarse un Stop”. El se ha parado exactamente a un metro de la puerta de mi coche y antes de abrir la boca ha revisado con la mirada todo el interior. Le falta la libreta y el bolígrafo en la mano. Habla con total tranquilidad, no es un pirao.
«Usted» ha dicho, acaba Usted de saltarse un Stop. Mas claro agua.
– De eso nada, acabas de adelantarme en una zona de 50 a mas velocidad, por encima del paso de peatones y me has dado un buen susto. Venías a la altura del ayuntamiento cuando yo arranque y no te he molestado en nada.
– Huele Vd. a alcohol, ¿quiere que llame a la Guardia Civil?.
¿Qué huelo a alcohol? – ¿Llamar a la Guardia Civil?. Pienso, «pero hijo, si has dejado el tricornio en el cuartel y eres de los que se lo quitan pero se les queda un aquel pegado». Subo la ventanilla se retira y se va.
Estaciono, en menos de un minuto llamó al cuartel del pueblo, “Nuestro horario de oficina es de 8 a 14, en caso de emergencia llame Vd. al 062, deje su mensaje después de la señal”. Y si deje mi mensaje, estoy esperando que me llamen.
País!