Organizar los Estados en función del territorio es un anacronismo. Que la organización social esté condicionada por montañas y ríos, fronteras naturales y artificiales, valles y costas es una obscenidad burda. Que los hombres tengamos que adaptarnos a los accidentes del paisaje, a la contingencia territorial, es un atentado a la inteligencia.
Ya que los seres humanos presumimos de inteligentes, tendríamos que demostrarlo. Tenemos que encontrar soluciones para que el territorio, el espacio físico, no condicione nuestra organización social.
Lo que propongo es una organización social estratificada, en la que puedan convivir múltiples estados diferentes en el mismo territorio. Una organización que tendría una representación gráfica parecida a las curvas isobaras a 5.000 metros superpuestas a las que marcan los mismos niveles de altitud y las de pluviometría.
Los estados se formarían por conjuntos de personas con una concepción afín del Estado. ¿Por qué tiene que ser aconfesional un Estado cuando hay tantas personas que quisieran que fuera confesional? ¿Por qué tienen que estar prohibidas las drogas si hay tantas persona que quieren que se legalicen? ¿Por qué pagar impuestos bajos cuando hay tantas personas que quieren pagar impuestos altos? ¿Por qué hacer la sanidad pública o privada para todos, o la educación pública o privada, o subvencionar el cine, o soportar un gobierno que no gestiona de acuerdo con nuestra ideología y criterio? ¿Por qué tiene que haber normas para todos iguales, si las normas pueden ser diferentes?
Los Estados podrían estar formados por grupos de gentes suficientemente numerosos como para que les fuera rentable organizarse como sociedad. En la actualidad hay territorios grandes y pequeños y la cantidad de población no determina su riqueza por cabeza ni su bienestar.
No soy tan burro como para no darme cuenta de las dificultades. Es imposible compartir una carretera si unos circulan por la izquierda y otros por la derecha. Un mínimo de reglas comunes para compartir el territorio tienen que existir y no tengo ni idea de cómo pueden establecerse en esta organización aterritorial que propongo.
Los problemas son muchas. ¿A quién pertenecen los bienes naturales? ¿Cómo organizamos y pagamos las infraestructuras? ¿Cómo se organiza la policía para saber quiénes pertenecen a un Estado y no a otro? ¿Es obligatorio para todo el mundo inscribirse en un Estado?
Preveo que una de las objeciones inmediatas que presentarían muchas personas es el reparto de la riqueza, el Estado solidario y cuestiones por el estilo. Si los ricos pudieran asociarse con los ricos, ¿Quién pagaría impuestos en los Estados de los pobres y cómo se repartiría la riqueza?
La objeción quizá sea sensata, pero quizá no. En la actualidad, los noruegos, con sus riquezas naturales, no comparten sus bienes y riquezas con los ciudadanos de Gambia. La organización territorial puede ser tan desequilibrada como la organización por voluntades, con un matiz: En un Estado aterritorial avanzado una persona que viva en Gambia podría adscribirse al Estado de personas que vivan mayoritariamente en Europa o Estados Unidos.
Los estados podrían tener, por qué no, una extensión que no estuviera limitada por continentes. Las curvas isobaras de cada Estado cruzarían las fronteras sin inmutarse y podrían tener islas unipersonales en diferentes territorios.
Las preguntas son muchas. No tengo respuestas para la mayoría. Tengo varias ideas, pero es pronto para empezar a debatir respuestas.
Lo primero que tendría sentido es debatir si vale la pena esforzarse por pensar en una organización social diferente, en la que no tengamos que compartir normas que no nos satisfacen.
Estas ensoñaciones son algo complejas, al estilo de una novela de Saramago. El problema de crear estados en función de las afinidades es que, con el nivel de disgregación que se vive hoy en día en España, se acabarían creando millones de estados.
@1 Tantos como personas, me temo.
La república independiente de mi casa.
Irónicamente, el pensamiento único impuesto por las denominadas élites busca la confrontación y la división de la plebe. Si logramos vencer esta insidiosa programación derivada de la dialectica hegeliana (tesis o partidarios X + antítesis o partidarios Y = Síntesis o dividir para vencer), con la infinidad de prejuicios asociados, su utopía sería mucho más sencilla de llevar a la práctica. Al menos con las variaciones necesarias.
Dónde pondría Vd. su ayuntamiento?
Hola jose,
Tengo dos respuestas:
1) Los dejaría donde están, sólo para lo que fueran necesarios. Los ayuntamientos pueden ser totalmente independientes del Estado. Un Estado puede ser aterritorial. Un ayuntamiento es imposible que lo sea como su propio nombre indica
2) No tengo ni idea, pero me alegro de que me haga esa pregunta. pensemos en ello. 🙂
Rage Rover, le agradezco su piropo. Lo que he planteado aquí no tiene categoría ni de propuesta. Es una idea que me ronda la cabeza que me parece interesante debatir, por ejemplo en los términos en los que usted lo hace.
En mi concepción de lo que me parece imprescindible para una organización mejor, es imprescindible que un elemento físico nos imponga límites para asociarnos con quien queramos en la organización social. El hombre debería poder construir Estados P2P. En mi concepción ideal, cada hombre debería poder pertenecer a varios Estados diferentes. No tiene ningún sentido limitarlo.
Ricardo Botín y será para tanto?? Supongo que podría crearse Estados Unipersonales. ¿Serían necesarias uniones estatales?
Un amigo mío, @retiario en twitter, me escribe lo siguiente:
«La Era del Diamante, Neal Stephenson. Los filos o tribus que describe se parecen mucho a eso: estados de afiliación voluntaria.»
Por si les interesa
En una organización de tan libre adscripción como propone, ¿para qué hace falta un Estado? ¿Cree que la organización territorial se debe a una inteligencia insuficiente?
¿Qué ocurre con los bienes de las personas? Si un vecino quiere vender a otro una caja de limones pero pertenecen a Estados diferentes, ¿deberán hacer una transacción internacional? ¿Permitirán los Estados esa compraventa sin trincar pasta de algún impuesto? Y si su vecino pertenece a un Estado diferente al suyo y se cuela en su huerto para coger unos limones , ¿es un casus belli?
¿Qué ocurre si un Estado-isobara rechaza la libre adscripción de determinados seres humanos? Por el motivo que sea. Si Borrasca Del Norte es un Estado rico gracias al esfuerzo de sus ciudadanos y empieza a recibir peticiones de adscripción de todos los demás ciudadanos del mundo, que quieren beneficiarse de esa riqueza sin haber contribuido con igual esfuerzo, ¿estará obligado a aceptarlos?
Lo que propone ya existe, en cierto modo… Un ejemplo es la Soberana Orden Militar de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, llamada Orden de Malta para abreviar. Naturalemente no es de libre adscripción y no cumple todos los requisitos que menciona. Para llevar a cabo lo que propone necesitamos una economía totalmente basada en la energía, para lo cual hay que alcanzar un nivel de civilización tipo I según la escala de Kardashev. Esta civilización es capaz de aprovechar de forma eficiente todos los recursos energéticos del planeta, lo cual requiere dejar a un lado muchas diferencias culturales. Concretamente requiere la disolución total del nacionalismo, sería el fin de los Estados Nación del tratado de Westfalia, paradigma en el que aun hoy nos encontramos.
Hola Mavier Joltó,
Primero, corrija los errores de género [concordacia sujeto/verbo/objeto], y luego hablamos, chato.
😛
ambassador. Tiene usted razón. Estaba muy mal escrito este artículo. Eso me pasa por publicar un borrador antiguo, que tenía almacenado desde hace no sé cuántos meses, sin echarle un vistazo. Estaba muy mal escrito. Lo he repasado pero llevo muchas horas trabajando y estoy cansado. Mañana por la mañana le echo un vistazo y lo corrijo de nuevo. Gracias.
Señor Moltó, como bien dijo mi profesor de filosofía, esto (la organización social, territorial, etc… y la democracia) no son un buen sistema de gobierno, pero son el menos malo.
Qué bien… otro despilfarro intelectual del señor moltó…
Pero… eso que propone no es nuevo, ya existía… Los hunos, los visigodos, etc. eran grupos humanos organizados entorno a una etnia o a un grupo de clanes, y no entorno a una zona geográfica.
En Suráfrica también estaban organizados así: blancos por un lado, negros por otro.
Idem en la Europa medieval: distintas etnias, conviviendo en ciudades medioevales (más que conviviendo, compartiendo ubicación geográfica, y organizandose matanzas y linchamientos multitudinarios de cuando en cuando).
De todos modos, yo creo que mucha gente vería mal que un moro se estuviera desangrando delante de un hospital en el que solo atendieran a «etnia aria de ideología nacionalsocialista», por ser un hospital financiado sólo por y para los habitantes de la «nación aria nacionalsocialista que viven por algunas zonas del continente europeo»
(ya ve usted… no compartirían mucho su idea de que la nación es un grupo de personas, y que no tiene tanta importancia la ubicación física, los ríos, montañas, etc…. la gente no entiende que un hospital de la nación aria, es para arios… si los habitantes de la «nación mora» quieren uno, que se lo monten por su cuenta).
Encuentro mucho más sencillo organizarse por zonas geográficas…. y quien no esté de acuerdo, siempre puede colonizar los múltiples asteroides que orbitan entre la Tierra y Marte, y desde allí, visitarnos cuando desee…
Antes de permitirse soñar con utopías, no viene mal conocer lo que uno tiene delante. La organización de los estados es una organización administrativa, no en función del territorio. Puede ocurrir, y es lógico entenderlo así, que una dificultad orográfica generaba un limite real en el cual era mas fácil basarse a la hora de ordenar administrativamente un territorio. Para poner una aduana, por ejemplo. Ademas, a que nivel esta hablando, Molto? A nivel europeo, español, de una comunidad autónoma, de una junta provincial, de un cabeza de partido, un ayuntamiento, un distrito, un barrio…
Saludos.
En realidad, a partir de un nivel determinado de renta, esto que usted propone ya existe. Hay deportistas, empresarios y rentistas que se «afilian» a aquellos países que le resultan más convenientes. (Por el clima, no sean malpensados)
También hay trabajadores que intentan hacer lo mismo y se afilian a otros paises buscando trabajo, ingresos, estabilidad o seguridad pero estos suelen tener menos suerte que los primeros. (Normalmente, les recibe Vengaya en el blog de al lado, mandoble toledano en ristre y al grito de «Santiago y cierra que hace frío»)
En este momento, sospecho que somos muchos los que, huyendo del panorama (y seguramente también huyendo de Vengaya) nos planteamos afiliarnos a países, a ser posible remotos, donde la gestión de la res pública no esté en manos de reses a secas.
Saludos.
Y los estados isobáricos ricos podrían organizar unos juegos del hambre en el que se mataran concursantes de los otros estados pobres, para gozo y disfrute del personal…
¡Ay amigo Javier! Con los recursos naturales hemos topado… La verdadera causa de todas las guerras habidas y por haber. Si quiere que éstas cesen, si quiere lograr una sociedad ideal como la de Star Trek en el S. XXIII, es necesario tener energía ilimitada y gratuita (o casi ilimitada y casi gratuita), ídem con alimentos y con materias primas.
El día que todos puedan tener lo que necesiten sin quitárselo al contrario, ese día en el que cualquier miembro de la sociedad tenga una verdadera igualdad de oportunidades, entonces será cuando alcancemos la utopía del bienestar.