En ocasiones, como si no tuviera suficiente, me pongo a pensar qué decisiones estratégicas tomaría si fuera el responsable de una marca cualquiera. Toyota, por ejemplo, o el Grupo Volkswagen, o Hyundai y Kia. O las marcas americanas. Ford, que está bien implantada en Europa, pero no está fuerte. O Renault y el Grupo PSA, en Francia.
Las próximas dos décadas van a ser claves en la transformación de la industria del automóvil. Los fabricantes tienen que acertar con sus estrategias de producto, de alianzas, técnicas y comerciales. No hay muchos elementos de juicio que permitan tomar decisiones correctas. Y, sin embargo, son estas decisiones las que determinarán el futuro de cada empresa.
¿Cómo pelearán las marcas por su segmento de mercado en el futuro? ¿Podemos entender el segmento de mercado como lo hemos entendido hasta ahora? Muchas dicen que pasarán de vender coches a vender servicios de movilidad, pero eso aparte de una declaración bonita significa poco más. ¿Es cierto que su negocio principal cambiará? ¿Qué van a hacer las marcas con sus negocios de siempre? ¿Cómo conservarán su volumen de facturación o cómo reducirán sus estructuras? ¿Qué va a hacer cada marca para diferenciarse? Tenemos poca idea de cuáles son sus planes. Es lo normal.
En los últimos días han aparecido informaciones y cábalas sobre el Grupo Volkswagen que, aparentemente, quiere reposicionar sus marcas. Lo que hemos conocido es una nimiedad frente a lo que se tiene que estar cociendo por dentro. Nada de lo que digo a continuación tiene por qué corresponderse con la realidad. De momento, parece que no son más que sondeos de mercado y conjeturas. El capo Diess apunta a que Skoda puede «regresar» a un posicionamiento de marca de menor valor añadido para competir directamente contra Dacia y otras marcas de menor precio. En los últimos años Skoda ha sido una marca muy rentable.
Dentro del mismo grupo, Hildegard Wortmann, la nueva responsable de ventas y marketing de Audi, dice que Audi tiene que rejuvenecer. Volkswagen y Seat, aparentemente, se van a quedar donde están. Con Volkswagen como coche popular de calidad y Seat como marca «emocional», con Cupra en un escalón por encima, en la emoción, supongo yo.
Lo que me sorprende de todas estas cábalas y afirmaciones, de toda este reposicionamiento de marcas, es que me suena a un discurso demasiado oído y probablemente con poco calado.
Es posible que en las marcas tengan claro qué significa «emoción» y «rejuvenecimiento» cuando el coche sea autónomo, pero en cualquier caso parecen conceptos diferentes a lo que hoy entendemos por ellos.
Yo no tengo ni idea de qué haría si estuviera al mando de una empresa del sector automovilístico. Son paquidermos enormes, que necesitan muchos miles de millones de euros de ingresos para mantener su nivel de inversiones, que no pueden parar sus fábricas porque si las paran todo se desmorona y que se enfrentan a unas ciudades congestionadas, a un mundo con menos capacidad para consumir energía y a una sociedad asustada por el cambio climático.
Los coches, el interior de los coches, pero también el exterior puede cambiar profundamente en los próximos años. En las ciudades hacen falta coches más pequeños. En las carreteras coches más grandes, más aerodinámicos y ligeros. Quizá coches que se puedan acoplar unos a otros, que viajen a horas predefinidas para organizar los atascos en fines de semana y puentes, sin conductor, sin volante y sin pedales, trenes rodantes por carreteras. Gestión de datos para ordenar el tumulto y libertad en destino para garantizar la felicidad.
La emoción puede consistir en no sufrir atascos o en ver una peli en el coche en una gran pantalla. ¿Tendrá algo que ver la emoción con el agarre, la estabilidad, la capacidad de frenada y el paso por curva? Cuando la recién llegada y única mujer presente en el consejo de dirección de Audi dice que que pretende rejuvenecer la marca, no está hablando de hoy para mañana. ¿Rejuvenecer la marca implica también enfocar el producto de otra manera o se trata únicamente de la comunicación? Si se refiere al producto y lo plantea ahora, ese rejuvenecimiento completo no puede llegar al mercado antes de 10 años. ¿Cómo será el mercado dentro de 10 años? ¿Qué papel tendrá el coche autónomo y compartido en esas fechas? Los jóvenes de hoy quizá ya no sean jóvenes dentro de 10 años.
Me encantaría tener un debate permanente sobre estrategia y enfoque de las marcas. Sobre empresa y mercado. Un foro de discusión permanente. El futuro de este sector es apasionante y la incertidumbre e incógnitas que lo rodean se acercan peligrosamente al infinito.
Pensé que habría muchos comentarios sobre esto y veo que nadie dice nada.
Snif. 🙂
Es que plantea usted unos temas… Allá va mi paja mental.
Para mí se mezclan distintas cosas.
Una es el posicionamiento, de una marca en general. Otra, la labor comercial (que en teoría deberían ir de la mano… pero diría que no siempre es así). Y otra son las decisiones estratégicas al más alto nivel, que incluyen lo anterior y muchas más cosas. El futuro del automóvil por decirlo en corto.
Para mí hay un par de temas claros en esto último.
Por un lado, los últimos avances tecnológicos y las modas (pasajeras o no). La introducción de energías alternativas, el vehículo autónomo y compartido, los servicios de movilidad… Todos ellos, tienen ahora un peso específico pequeño, y el que tendrán en el futuro yo no lo sé. Pero en general para este tipo de asuntos, la mentalidad «del de arriba» suele ser «no podemos no estar». Así que estarán, de boquilla o de verdad. Si están de boquilla y finalmente el tema explota… pues les pillará en bragas. Si van en cabeza se quedarán con la parte del león. Y si los temas no terminan de explotar, o aparece algo alternativo que sí lo hace, pues ese factor desaparecerá sin más.
Lo que está claro es que para todos ellos, siguen haciendo falta los vehículos, y por tanto su fabricación.
El otro aspecto para mí clave, tiene dos caras y ambos son muy de fondo del negocio… y van ligados hasta cierto punto.
Primero la sostenibilidad. Se producen 100 millones de vehículos al año, y se nos pide que no los mantengamos durante 20 años. Es decir, que tengamos siempre vehículos modernos. Claramente no es sostenible. 100 millones de vehículos tirados a la basura digamos dentro de 15 años, es una burrada.
Segundo la comoditización. Seguiremos estando unos cuantos para los que la emoción es una cosa… pero creo que cada vez más personas ven el vehículo como un instrumentos más. Una lavadora. Querremos más envoltorio y mas entertainment, y menos coste, y lo demás me da igual. En ese entorno, la discusión es más profunda que ir a fabricar Dacias, por poner un ejemplo. Hay que ser mucho más drásticos en la modularización, estandarización, etc. no sólo dentro de una marca, o un grupo, si no en todo el sector. Quiero que el conector de carga de los VE sea único. Quiero el cascarón de Tesla con el motor de un Tata. Es posible que en el futuro Apple/Microsoft/Amazon venda coches, porque sea quien tenga más avanzado el sistema de conducción autónomo, y puedas configurar tu vehículo a gusto con motor X carrocería Y.
Estos dos últimos puntos nos llevan a decisiones, creo, muy de fondo, en cuanto a la fabricabilidad y posterior mantenimiento/reaprovechamiento/reciclaje.
Y hasta aquí la ida de pelota del día.
Hola, Javier. No creo que debas entristecerte por la baja participación en este debate que propones, ya que desde mi punto de vista, las tendencias en los mercados están lo suficientemente claras, como para que apenas exista polémica al respecto.
Las computadoras y las telecomunicaciones, tendrán cada vez más relevancia en el automóvil (y en el entorno doméstico, laboral, educativo, sanitario,…), ya sea como simple entretenimiento, o como asistentes a la conducción, o incluso, para permitir el teletrabajo.
Respecto a la morfología de los vehículos, a corto y medio plazo, ocurre algo parecido. Los SUV «deportivos» (X4, GLC coupé, Q3 Sportback, X2, Q2, CHR, CX30, CX3, Juke, Puma, Arkana. Formentor…), con una altura total y altura libre al suelo cada vez menores, serán el segmento dominante, y más rentable. Mientras que los turismos convencionales, con una apariencia más «SUV» (C4 Cactus, C3, XCeed,… ), o más «deportiva» (508, 208, Corsa,…), seguirán perdiendo cuota de mercado, aunque sea más lentamente, gracias a estos cambios estéticos.
En lo que respecta a motorizaciones, la transición tampoco creo que deje lugar a muchas dudas: los microhíbridos y los híbridos serán los que primero dominen el mercado; después vendrán los híbridos enchufables; y finalmente los eléctricos. El ritmo de los cambios dependerá de la evolución tecnológica de las baterías eléctricas, por supuesto.
Echándole un poco de imaginación, y viendo a cada vez más jóvenes, y no tan jóvenes, circulando en patinete eléctrico, no me extrañaría que en un futuro no muy lejano, los triciclos y cuadriciclos eléctricos (Twizy, Minimó,…) invadan la mayor parte de las vías. Evidentemente, esto último ya no lo veo tan claro como lo expuesto anteriormente.
Un saludo muy cordial… y ¡mucho ánimo!
Flexibilidad.
Todo evoluciona muy rápidamente. Tanto la tecnología como los gustos de los consumidores. Hacer una gran inversión en una tecnología tiene inconvenientes, que no salga bien la apuesta, y pocos beneficios ya que si va bien los demás te copiarán sin gran inversión.
También creo que son y serán tiempos interesantes para seguirlos atentos desde la barrera. Espero que a las compañías europeas les salga bien la jugada. Nos jugamos mucho.
Leo esta página y este blog desde hace 20 años y nunca, más que una vez para pedir consejo para la compra de un coche, escribí un post. Vivo en Alemania desde hace unos años y desde aquí se dejan ver los cambios importantes que se van a dar en la política y la industria en los años siguientes. El tema es apasionante y lleno de incertidumbres, que me intrigan enormemente. En este país, cada vez se habla más de bicicletas, de transporte público, de vaciar las ciudades y liberar los espacios a los peatones. Se habla de trenes, de limitar los diésel, los Suvs y los vuelos internos, de la crisis climática. Yo, apasionado de este mundo desde la infancia vendí en los últimos 12 meses mi coche y mi moto y me compré una bicicleta. Cada vez más el automóvil es solo un aparato que lleva de A a B. Y de camino al trabajo me pregunto con frecuencia qué pensarán de todo esto los de km77… En el fondo para ellos es su trabajo. Para mi solo un entretenimiento. En cualquier caso parece que soplan vientos de cambio.
Soy de los que piensan que el ser humano tiene la gran capacidad de imaginar un futuro y que luego se haga realidad. Si imaginamos un mundo lleno de coches eléctricos, compartidos, y autónomos, pasará. Eso es lo que imagino yo y muchos en la industria, y eso es lo que va a pasar. Es difícil dar previsiones de plazos, pues los cambios radicales no son buenos. Todo tiene que acomodarse al nuevo y futuro escenario imaginado, muy poco a poco, y siempre garantizando una convivencia en armonía entre lo viejo y lo nuevo. ¿Caerá algún gran grupo del sector automovilístico actual y surgirán nuevos «players» que dominarán el mercado? Puede ser, igual que cayó Kodak por no saber adaptarse al futuro digital. ¿Veremos fusiones de grandes grupos igual que las estamos viendo en el sector bancario? También puede ser. Todo es posible. Lo que está claro es que el car sharing va a aumentar mucho, muchísimo, sobre todo en grandes ciudades. En Los Ángeles ya es un sector a tener en cuenta, con unas previsiones de crecimiento nada despreciables para los próximos años, igual que en China.
Imagino un escenario metropolitano lleno de coches compartidos eléctricos autónomos, en el que los nacidos hoy ya no tendrán ni carnet de conducir, porque no hará falta. Sólo un pequeño porcentaje de la población se resistirá a que el coche le lleve, igual que hoy en día muy pocos se resisten a tener teléfono móvil.
Lo que realmente no acabo de clarificar, es de qué manera el sistema evolucionará para poder seguir generando los mismos ingresos que el sistema actual (combustible, mantenimiento). El gasto por familia deberá mantenerse, lo cual, irremediablemente nos llevará a un sistema de pago mensual con diferentes tipos de tarifas (las planas, las más caras) por uso de esa red compartida de vehículos eléctricos. El sistema capitalista actual está basado en un crecimiento continuo: crecimiento de ingresos, evolución en tecnología, etc, y el crecimiento de ingresos choca de frente con el poco gasto de energía y mantenimiento que tiene un vehículo eléctrico. Por eso será necesario evolucionar a un sistema compartido que garantice unos ingresos recurrentes mes a mes, independientemente de si el usuario ha utilizado el servicio 100 veces o ninguna.
Por otra parte, y ya metidos en la parte emocional de la conducción, desaparecerá el «¿Te gusta conducir?». Quien quiera disfrutar deberá hacerlo en circuito, y será un servicio más de entretenimiento. Y un bebé nacido hoy, dentro de 20 años no le encontrará ninguna ventaja a ser él el conductor. Al contrario, mientras el coche te lleve podrás seguir enganchado a la tecnología: consultar internet, ver series, películas, chatear con tus amigos… trabajar.
Ese es el futuro que yo imagino, y que, espero vivir para verlo 😉
Se impondrán las baterías de ion sodio o las de electrolito sólido? . Quien tendrá a punto la tecnología para escalarlas y reducir los costes? Por qué Toyota hasta ahora no creyó en el eléctrico puro? Se impondrá el hidrógeno como anuncia China y volverá a coger con el pie cambiado a Volkswagen? . Se animará el gobierno alemán (como parte de las soluciones a la crisis climática) a promover el hidrógeno a sabiendas de que con ello le da la puntilla a la empresa más grande del país de la que dependen el 10% de los puestos de trabajo directa o indirectamente? No olvidemos que la primera fuerza política en Alemania en las encuestas son los verdes, con un discurso potente contra la industria automovilística y su excesivo poder. Se impondrá el límite de velocidad en las autopistas alemanas como símbolo del final de un modelo de movilidad anticuado y no sostenible?
Estoy seguro que muchos de ustedes que lo leen tienen respuestas a todo esto. En cuanto a una pregunta interesante que hacía Jordi, si el modelo de industria cambia, y por lo tanto sus beneficios y estrategias, habrá otros «players» que saldrán ganando. A mi alrededor, en mis círculos de amistades, cada vez se ve más feo tener coche. Es hortera y de mal gusto tener un coche grande y potente e ir a 200 por hora en la autopista a Hamburgo. Y saben quien está ganando? Los fabricantes de cocinas… El nuevo símbolo de estatus. Encimeras de materiales compuestos, extractores sin campana, cuchillos de lujo… En fin creo de verdad que como decían los que protestaban delante de la feria de Frankfurt: «no se trata de un cambio en el modo de propulsión de los vehículos, si no de un cambio en la forma de entender la movilidad».
@Jap Si le interesan las tecnologías alternativas para baterías, échele un vistazo a la siguiente video-demo (https://www.youtube.com/watch?v=cmk_8lDkue0) y luego me cuenta. Un saludo cordial
Interesante tema…
Déjenme ustedes compartir mi visión actual (que no futura)
En apenas tres años he pasado de tener un compacto turbo diésel y un mono volumen turbo diésel a un compacto gasolina y a un suv híbrido enchufable cons instalación de punto de carga en garaje comunitario. Y en el último año me he dado de alta en dos plataformas de car sharing (una de motos y otra de coches) y todo esto a mis 45 primaveras.
Si me dicen esto hace apenas 5 años me hubiera entrado la risa floja…
Sr. Moltó, nos pide usted pensar a 20 años vista y a mi me da vértigo. Actualmente no me da nada de pereza coger car sharing en cuidad. Si este tema sigue mejorando y llegando a más sitios posiblemente NO renueve ese coche cuando toque jubilarlo y me moveré en ciudad solo con este sistema …pero solo pensar en viajar en un coche que no sea el mío, sin saber si estado de mantenimiento me da pesadillas.
Que ese coche compartido se mueva a gas a electricidad o a pedales… la verdad no que creo que marque ninguna diferencia
Si me preguntan mi opinión… estoy encantado con el suv híbrido enchufable. El motor no se arranca entre semana. Con la autonomía eléctrica hago el día a día. No creo que sea el futuro pero si claramente el presente a corto plazo mientras las tecnologías evolucionan y ver si se tira por el puro eléctrico (más avanzado actualmente) o la pila de hidrógeno (rara avis y sin estructura de distribución )
Saludos!
Hola, buenas tardes. Gracias a todos por participar y por aportar ideas y peguntas. Es un asunto tan apasionante que me sorprendía que no dijeran nada.
Hidrógeno o baterías; propiedad individual o compartida; rentabilidad, cash-flow e inversiones, tiempos y zona de carga de vehículos eléctricos, modelos de negocio…
En este contexto, la pasión y el placer de conducir son asuntos marginales. La cuestión radica en cómo hacemos el negocio sostenible, cómo somos capaces de mantener las inversiones, qué tenemos que pagar los ususarios y cómo solventamos los cuellos de botella si compartimos coche. Y cómo solucionamos las largas esperas frente a los puertos de carga en fines de semana y fechas pico.
Tendremos tiempo para hablar de todo esto.
Gracias
Leyendo su antepenúltimo párrafo no he podido evitar sonreír al ver cómo estaba usted describiendo… el ferrocarril. Pero sin ruedas ni carriles metálicos, con lo cual se trataría de una modalidad de peor rendimiento (aunque más flexible para los usuarios, vale).
@11, Pelícano. El tren si, pero este te lleva hasta la puerta de tu casa. Se desconecta de la caravana en la salida que toca y con su batería hace las ultimas millas (last miles, que dirían los americanos). Una gran diferencia con el expreso e incluso con el AVE ¿no cree?
Así es Pelícano. Yo imagino las carreteras del futuro, en horas punta, como una sucesión de coches enganchados.
Antes de salir uno mirará en qué «slot» hay hueco. Cuando haya un hueco, te darán acceso. Si la ocupación es baja, la infraestructura te permitirá conducir. Si la ocupación es alta, para garantizar la máxima eficiencia, tendrás que ir encajonado en tu «slot».
Es posible que no sea así, pero no veo muchos motivos para que sea de otra forma en horas de alta demanda.
El proceso de enganche de un nuevo coche a una caravana compacta que ya está en circulación, así como el abandono de la misma al llegar a la salida que nos corresponde, por no hablar del cambio de carril, parecen procesos complejos que deberían estar automatizados para que no fueran caóticos ni frenaran demasiado el avance de la caravana. No soy capaz de imaginármelo.
En 1982, Ridley Scott trató de imaginar el futuro a 37 años vista. La acción transcurre en 2019.
Ni se acercó. No hay coches voladores. No hay replicantes. No hay colonias espaciales.
Sin embargo, no imaginó internet, ni imaginó que la gente llevaba computadoras en el bolsillo y caminaría leyendolas. Ni imaginó cuanta gente se movería en patinentes eléctricos…
Plantearse el futuro es muy divertido, pero solemos proyectar lo que ya conocemos, dotándole de alguna prestación más.
Conocemos los coches… pues en el futuro, habrá coches. Pero que vuelen.
Ya sabemos que hay autómatas… pues en el futuro, estos autómatas se parecerán mucho a las personas.
Ya hemos llegado a la luna… pues en el futuro, llegaremos a otros planetas.
La imagen que me resulta más entrañable es la de una portada del «popular mechanichs» del año de la catapún, en la que saldría un cartero repartiendo el correo… con una mochila voladora. Un método ultrarápido para el enviar correo… un cartero que deja las cartas en el buzón… ¡pero el cartero vuela!
Pues al tratar de imaginar ahora el futuro, corremos el mismo riesgo de querer proyectar lo que ya conocemos, sin cambiar el enfoque.
Sobre el futuro… sabemos poco sobre él, pero lo poco que sabemos nos apunta a que la movilida será:
Tecnológica.
Eficiente.
Barata.
Puestos a imaginar… habrá mucho más trabajo a distancia, servicios de proximidad y menos concentración en zonas concretas para hacer actividades industriales.
El futuro será urbano. Lo de la España Vaciada se da en todos los países, y es inevitable. Seguirá habiendo entorno rural, pero la gran mayoría de la población vivirá en entornos urbanos.
Habrá mucha más robotización, que hará necesarios menos transportes.
Ejemplo: un puerto de contenedores puede requerir 50 estibadores manejando grúas, vehículos, etc.
Un puerto de contenedores robotizado (en China ya hay uno, y funciona muy bien), requiere 9 personas para el mismo trabajo.
La actividad portuaria, industrial, logistica, requiere menos personas… por tanto, hay menos traslados de personas hasta puntos concretos donde se concentra la actividad.
Las personas trabajarán más en servicios que estarán distribuidos, y tendrán como actividad la propia comunidad, por lo que en el futuro, muchos más trabajadores irán caminando, en patinete, o en vehículos personales similares hasta el trabajo, que apenas se situará a menos de UNA LEGUA.
(me gusta el concepto de LEGUA, porque es la distancia que una persona puede recorrer caminando en una hora). Sólo que al ir en bici o patinente, serán menos de 30 minutos.
También habrán pequeños micro-buses eléctricos de conducción autónoma. Vehículos de hasta 10 plazas, incluso para viajar de pie, o apoyados, sin conductor, que hará que esa LEGUA se pueda recorrer en apenas 10 minutos.
Es decir, no cambiará un tipo de transporte por otro (coche normal, a coche eléctrico, y autónomo, sino que probablemente la tecnología permitirá un cambio a otro modelo menos intensivo en energía y recursos, porque requiera perder menos tiempo y energía en trasladarse de un sitio a otro.
En el siglo XX, el sector del automóvil era el sector más importante y apasionante. Fue la máquina que cambió el mundo.
Pero en el futuro, el sector del automóvil será un sector de «utilities». Darán servicio como lo da una lavadora, o lo da una máquina de bricolaje. Pero la pasión por el automóvil decaerá.
Seguirá habiendo apasionados, igual que ahora hay apasionados por la equitación y por el bricolaje. Pero será otra cosa.
Hola a todos de nuevo, en este hilo.
Joaquín, estoy seguro de que esos procesos estarán automatizados. Ni siquiera estoy seguro que se produzcan enganches físicos, aunque quizá facilitaran la cuestión. Lo desconozco. Es una suposición para las horas punta. Me gustará ver dentro de 20 años, cerca de mis 80, cuál es la realidad. Quizá no difiera en mucho a la actual.
energético. Me gusta lo que dice. Adivinar el futuro es muy difícil. Pero no queda más remediio que intentarlo para, por ejemplo, intentar enfocar correctamente un negocio.
Lo que sí me extrañaría que ocurriera es que los puestos de trabajo estén a una legua. Hace 150 años, los puestos de trabajo los puestos de trabajo estaban a una legua. con la irrupción del automóvil, poco a poco, las grandes oficinas y fábricas se han desplazado fuera de los núcleos urbanos y las personas no han elegido un puesto de trabajo u otro en función de su localización, porque llegamos a pensar que eso dejaría de ser un problema.
autobuses de rocogida, transporte urbano y sobre todo vehículo particular han propidiados atascos por las calzadas que conducen a esas zonas. Desmontar la actual estructura urbanísitica probablemente lleve más tiempo del que me queda por vivir.
Tengo la duda de si ese no será uno de los grandes errores del siglo XX y primeras décadas del XXI: la organización de las ciudades y sus entornos laborales.
Tenemos desafíos apasionantes. Espero que no patinemos tanto como Ridley Scott (que en su ficción no patinó nada).
La incorporación y el desacople de las caravanas de automóviles del futuro podría ser algo así como el enganche y desenganche de los vagoncitos de los teleféricos de las estaciones de esquí, que siempre me han parecido mágicos. Pero funcionan bien.
Hola Javier.
Me encanta encontrarme hoy esto (aunque lo escribiste hace ya unos meses, así es el presente continuo de Internet), porque precisamente anoche andaba dándole vueltas a aquello de la emoción y el placer de la conducción.
Así que, ya que de cuestiones técnicas es mejor que no hable por lo mucho que ignoro, vengo aquí a echar mis 50 céntimos sobre la pasión o el desapasionamiento. Seré lo más breve que pueda:
Como dice Corsario por arriba, coincido en que los coches cada vez son más herramientas y menos «objetos de deseo», aunque nada más sea porque la tasa de coches por 1000 habitantes ha crecido muchísimo en el último medio siglo y por tanto más gente (no sólo las personas «iniciadas») se desplazan en coche y se incorporan al universo del automóvil. Pero en términos de implicación con el coche, de conexión con el hecho de moverse, no veo que eso tenga que ser un problema.
Como ya te comenté (largo y farragoso) en una ocasión, creo que el concepto de «emoción» le ha hecho bastante daño al automóvil en las últimas 3 o 4 décadas. Ahora que han pasado unos meses creo que voy entendiendo mejor lo que entonces era una idea difusa. Especialmente a partir de principios de los años 90 las narrativas, lenguajes de diseño, campañas de publicidad etc. de las marcas se han dedicado a explotar la idea de que el coche consiste en una experiencia emocional. Creo que esto no necesita ejemplos, seguro que nos vienen a la cabeza docenas.
La cuestión no es que esté mal una aproximación emotiva al automóvil. La cuestión es que las marcas, por un lado, con su maquinaria de propaganda han dado una definición concreta a esa «experiencia emocional» (precisión en la conducción, respuesta del motor, sonidos complejos…) y por otro han explotado comercialmente (y simbólicamente) esa idea hasta el absurdo, extendiéndola a todos los rangos del mercado y repitiéndola en su comunicación, lenguaje de diseño, publicidad etc.
Dicho de otra manera, las marcas han decidido tratar a todo el público como si fuese el «núcleo duro» de los iniciados, en lugar de ofrecer relatos más amplias y diversas de lo que significa «disfrutar de un coche». Precisamente por eso creo que mucha de la gente que usa sus coches como herramientas puede participar de la idea de disfrute del automóvil, solo que en unas coordenadas diferentes que quizá se mueven más que el campo de la «usabilidad» (UX decimos ahora) y menos en el de las emociones de conducción o sensoriales.
Creo que en las décadas de los 60 y 70 del siglo XX, que es donde se construyó el grueso de la mitología del automóvil en la cultura popular, la «experiencia emocional» de muchos coches era bastante pobre. Malos frenos, direcciones imprecisas, motores poco potentes y poco fiables, escasa comodidad… sin embargo para mucha gente la idea de viajar transformó la manera de ver el mundo. Lo que ofrecían aquellos coches era la capacidad de moverse, y transportar a las familias al trabajo, a ver a otros familiares o a conocer otros lugares. En pocas palabras, aquellos coches no te proporcionaban la «experiencia emocional», sino que eran la herramienta para que tú consiguieras esa «experiencia» de la manera que prefirieses.
Hace unos meses Skoda lanzó un dossier de prensa en el que, en el titular o en el subtítulo decía que el nuevo Octavia era «más emotivo». Pensaba justo que el Octavia se ha ganado un prestigio con cualidades que, precisamente, tienen que ver poco con la «emotividad» y más bien con la «usabilidad». O más con el «coche herramienta» y menos con el «coche experiencia». Y que guay por el equipo de comunicación, pero no veo qué falta le hace al Octavia la emoción teniendo tantas virtudes.
Pues eso era mi reflexión. Más allá de las tecnologías y las energías, creo que las opciones que tiene el automóvil (tal y como lo conocemos) de sobrevivir al futuro pasan precisamente por que en su «cultura» gane peso la idea de herramienta, y que el componente emocional siga teniendo su lugar, pero asumiendo que es minoritario. Como, por otra parte, tengo la impresión de que sucede en cualquier otra industria de bienes de consumo.
Se conoce que lo de la brevedad no lo tengo muy trabajado. Gracias por tu artículo y la oportunidad para el debate igualmente.
Saludos
Lo que no me explico es cómo los fabricantes tradicionales de coches de motor de combustión siguen sacando modelos de gasolina y diésel y no cambian su rumbo ya ante el panorama que se avecina. No soy fan ni mucho menos de Tesla, pero les está quitando cuota de mercado cada día a fabricantes como Mercedes, Audi, BMW,….. O espabilan pero ya o veo muchos despidos y absorciones de grupos. A partir de 2023 no podrá circular ningún vehículo a motor de gasolina y diésel por el centro de las ciudades de España con más de 50.000 habitantes. No entiendo cómo siguen vendiendo en las fechas que estamos coches tanto de gama alta como de gama media y baja con la que se avecina. La depreciación de estos coches en 2 años va a ser bestial. No lo entiendo, de verdad.
Totalmente de acuerdo contigo Álvaro. Yo creo que las grandes marcas tradicionales van a centrarse en «colocar» híbridos enchufables. Pienso que en 2021 (o incluso antes de finales de este año) empezaremos a ver publicidad por todas partes de las bondades de los híbridos enchufables. Estas grandes marcas tradicionales siguen sin darse cuenta de que ese no es el futuro. Sólo piensan en evitar las multas por emisiones por la vía «fácil». Son grandes elefantes a los que cambiar el rumbo les cuesta muchísimo. Y mientras tanto Tesla seguirá vendiendo todo lo que pueda producir. Seguirá ampliando gigafactorías y su red de súper cargadores, cuando el resto son incapaces, ni siquiera todos unidos, de desplegar una red que pueda hacer la mínima competencia a Tesla.
No me extrañaría nada, si Tesla se convierte en líder indiscutible del sector del automóvil en unos años, que incluso el regulador europeo lo declarara con posición dominante en el mercado y lo obligara a compartir su red. Todo es posible. Ya veremos…
@20
«Lo que no me explico es cómo los fabricantes tradicionales de coches de motor de combustión siguen sacando modelos de gasolina y diésel»
Porque quieren seguir ganando dinero, y, creame, se gana mas dinero vendiendo en segmentos que copan el 98% de las ventas a nivel mundial que en otros que solo acaparan el 2% (siendo generosos).
El camino a seguir es otro en el tema de los eléctricos pero como siempre chocamos con lo mismo, lo intereses en este caso eléctricas y petroleras que no van a permitir ciertas cosas como los coches autosuficientes que no necesiten ser cargados. Siempre nos vienen con lo de «actualmente no hay tecnología para tal fin» eso no es cierto simplemente no lo permiten porque seria el fin para ellos y en definitiva son los que mandan esta más que comprobado Solo hay un camino posible en este tema y es el que he comentado antes cualquier otro o no es rentable o no es eficiente.
Aquí se habla de los híbridos enchufables que luego no enchufa nadie y lo digo porque lo se que además siguen consumiendo combustible fósil es simplemente una forma de camuflar el tema y además te ponen una etiqueta 0 cuando no es cierto siguen contaminando he incluso puedo decir que algunos más que el diésel que yo tengo. Este no es el camino