Nunca había ido en un coche que cambiara de carril él solo en carretera abierta al tráfico. Hasta ahora, mi máxima experiencia en un coche que toma decisiones en carretera abierta había sido en un Volkswagen Passat de serie, con sistema de control de crucero adaptativo y también con sistema que mantiene el carril. En ese Passat, en una autopista, incluso en curva, detrás de otro vehículo, el coche frenaba y se mantenía en el carril de forma autónoma durante unos diez segundos. En el último vídeo de esta entrada del blog conté esa experiencia.

En aquel texto decía: «En el siguiente vídeo el coche llega a conducir solo durante segundos en un lugar con tráfico abundante. Yo no muevo el volante ni toco los pedales y el coche pasa por curvas y frena y acelera de forma autónoma. El único requisito para poder hacerlo es no querer cambiar de carril»

BMW Serie 5. Frontal

Este es el coche que me dio una vuelta. Conducía él.

La gran diferencia con el coche en el que he conducido ahora es que este BMW cambia de carril. No es un coche homologado, no es un coche que pueda utilizarse por carretera abierta por un particular. En BMW deben tener permisos especiales para hacerlo y, claro está, un conductor preparado para actuar en cualquier momento.

BMW Serie 5. Posterior, pilotos

Cuando me subí a este prototipo no recordaba lo que había escrito aquí, no había escrito que el único requisito es no querer cambiar de carril. Pero precisamente por ese motivo, apenas me sorprendió que el coche funcionara solo. Estoy acostumbrado a ir detrás de un coche cualquiera y que el propio coche frene y acelere en función de las condiciones de tráfico. no estoy acostumbrado a que el coche gire solo en las curvas, porque no lo hace normalmente, pero sí lo hace cuando se acerca a la línea intermitente. Cuando frena y acelera y se mantiene dentro del carril, no hay duda de lo que hace: el coche conduce solo.

Equipos de medición y de toma de datos situados tras el parabrisas

El coche estaba equipado con varios elementos de medida y de captación de imágenes. De todo lo que aparece en la foto nos aseguraron que sólo se utilizaba la cámara de video

La diferencia es que este BMW tiene iniciativa. No conduce de forma defensiva, detrás de otro vehículo y entre unas líneas del carril de una autopista, sino que toma decisiones autónomas en función del tráfico que le rodea, pone el intermitente él solito y se lanza a adelantar. Yo estaba tan pancho al lado de mi conductor con las manos levantadas. Me recordaba a mí cuando me dejo llevar.

Conductor realizando el adelantamiento sin manos

Estaba tan pancho hasta que por primera vez en mi vida (qué buenas son las primeras veces) he visto (o me lo he imaginado) que la palanca del intermitente se desplazaba hacia abajo, que empezaba a sonar el intermitente y que el coche aceleraba y se cambiaba de carril.

Pantalla con vista del adelantamiento

La imagen aparece en la pantalla desde un punto de vista cenital. El coche blanco es el coche de conducción automatizada

Para poder hacer estas cosas de forma autónoma, el coche tiene información exacta del trazado y de la forma de la autopista. BMW no utiliza un mapa de un suministrador externo para este «navegador», sino que perfila y dibuja los detalles de la autopista con su propia toma de datos.

Información exacta del trazado por autopista

Los coches que aparecen en la imagen concuerdan con la realidad del tráfico que circunda el coche

Además del trazado y los detalles del recorrido, el coche tiene que conocer su posición con precisión. Para ello, además de un GPS que se conecta a diez satélites, dispone de un módem para conectarse por telefonía, mediante un sistema que permite mejorar la precisión de su posición «en el mundo».

Pantalla de información del sistema de conducción altamente automatizada

Una vez el coche está localizado en el punto exacto de esa autopista que el coche tiene memorizada, ya «sólo» queda conocer el tráfico que le rodea y otros imprevistos como obras, accidentes u otros imprevistos.

El coche que nos ha conducido, según el ingeniero que nos ha llevado, Georg Tanzmeister, utilizaba únicamente los siguientes dispositivos físicos para formarse una idea del entorno: una cámara hacia adelante, un radar y un láser también hacia adelante, un radar y un láser hacia detrás y un láser y un sensor de ultrasonidos a los costados.

Radar, cámara y laser frontal

Radar, situado a la izquierda de la imagen, y cámara láser, a la derecha

Radar y laser posteriores

Cámara láser y radar situados en la parte posterior. El radar va camuflado tras el paragolpes

Otra de las características del coche es que visualmente difiere muy poco de un coche «normal». Los radares y los láser están a la vista porque se trata de un prototipo, pero no lleva grandes elementos ni transmisores imposibles de integrar en el coche.

Cámara láser y ultrasonidos situados en los costados

Cámara láser y sensor de ultrasonidos (apenas visible, sobre el cromado) situados en los costados

 

Sensor de ultrasonidos

(Me subí al coche tan feliz con mi cámara de vídeo, dispuesto a mostrarles en directo la experiencia, pero no pudo ser. Sólo me autorizaron a tomar fotografías. Una lástima. Me hubiera gustado que pudieran vivir conmigo el momento en el que el intermitente se pone solo y el coche emprende el camino hacia el carril de al lado, a la aventura)