Encuentro sólo una justificación económica en los argumentos que se utilizan para reducir la velocidad en autopista. «El petróleo lo compramos fuera de España y tenemos que reducir el déficit exterior».
Mis preguntas y respuestas sobre el asunto.
1) Si es beneficioso reducir la velocidad en 10 km/h para reducir el consumo de combustible en un 3%, será beneficioso aplicar el principio siempre que se cumpla. El consumo más bajo de la mayoría de los coches se sitúa entre los 70 y los 90 km/h (Depende de muchos factores y no es aplicable a todos los coches). Por debajo y por encima de esas velocidades el consumo por kilómetro recorrido es mayor en la mayoría de coches.
Quienes defenden la reducción de velocidad a cambio de la reducción de consumo, deberían defender que la velocidad máxima se sitúe entre 70 y 90 km/h.
2) Alemania, que tiene velocidad libre en alguna zona de sus autopistas, tiene superávit comercial y también importa el petróleo, como España. ¿Estará Angela Merkel pensando en obligar a los alemanes a correr más por sus autopistas para reducir el superávit comercial?
3) En la época de Felipe II, España, que era rica en lana, la exportaba a Europa sin manufacturar. Su déficit comercial era enorme (compensado en parte con oro de las Américas), entre otros muchos factores porque no añadía el valor de la manufactura. Gastar mucho petróleo puede ser rentable. Alemania lo demuestra. El problema no es consumir mucho o poco petróleo, sino gastarlo bien, de forma eficiente. Reducir la velocidad para ahorrar petróleo es como hacer jerséis con agujeros para ahorrar lana. No tiene por qué ser una medida eficiente.
4) Una forma de ahorrar combustible y no perder eficiencia es reducir la velocidad en las subidas e incrementarla en las bajadas. Subir a 110, llanear a 120 y bajar a 140 km/h es una buena forma de consumir menos y llegar a la vez. En España, un alto porcentaje de radares está puesto en las bajadas.
5) El tiempo y por tanto la velocidad tienen diferente valor en diferentes momentos. En ocasiones compensa viajar en avión, en coche, en tren o desplazarse a pie. En ocasiones las mercancías van en barco porque el tiempo no importa y en otras en avión porque el tiempo sí importa. El tiempo de las personas influye en la eficiencia de la economía de forma diferente en diferentes circunstancias. También montados en un coche.
6) La reducción de la velocidad es equivalente a una medida proteccionista, a un arancel. En EE.UU. con unos coches que no eran competitivos, que podían gastar en el año 73 más de 40 litros cada 100 kilómetros, redujeron la velocidad para limitar el déficit comercial. En lugar de mejorar la competitividad de su industria, pusieron leyes que minimizaban las desventajas de unos productos menos competitivos. El proteccionismo le sienta mal a la economía. La industria del automóvil americana lo ha pasado mal y sigue pasándolo mal en algunos casos. El proteccionismo enmascara los problemas, no los resuelve.
7) La economía es… como un toro. O como una vaca. O como un lince. O como una tortuga. Como un guepardo. Avestruz, hormiga, abeja. Su vida, en todos los casos, requiere de gestión económica y eficaz. Gestión de la energía y de la velocidad. La transformación eficaz de la energía requiere prioridades diferentes en circunstancias diferentes. En ocasiones es muy poco rentable ir a 200 km/h, pero en ocasiones es muy rentable. Que se lo digan al león y a la gacela (homenaje a Arriortúa).
8 ) Existen países más competitivos que España en los que también existen límites de velocidad bajos en autopista. Por supuesto. La economía depende de muchos factores. También la competitividad. En todas las economías existen factores que suman y que restan. En España, los que restan pesan mucho. No nos conviene potenciarlos.