Tengo la ligera impresión de que a alguno de ustedes les revienta que hayamos puesto entre los blogs de km77.com un blog llamado consultorio sentimental. Ya lo siento. Mi intención no era molestar a nadie, sino ayudar. Se me ocurre que a quien le reviente le escriba a la Doctora y le pregunte por qué le revienta. Bueno, es sólo una idea, no tienen por qué hacerme caso.
Yo nunca he recurrido a la doctora para solventar mis cuitas. Tengo la ventaja de que puedo recurrir a ustedes, que son tan generosos o más. Hoy tengo un problema casi sentimental. Es casi sentimental porque lo vengo arrastrando desde hace cientos de años, casi miles. Y me duele en el hemisferio norte y en la mano izquierda.
Mi problema, para concretar, es que no sé qué hacer con las toallas. Llego a los hoteles de lujo y me encuentro con un derroche de toallas. Yo que, de por mí, soy austero, me encuentro con este derroche de tela, de trapo, de rizo rizado de algodón, y me atoro. ¿Qué puedo hacer con esto, doctora, y doctores? ¿Qué puedo hacer con estos dos trapos tan similares y a la vez tan distintos? ¿Por qué me ponen dos piezas de tela diferentes en el secamanos? ¿Qué hago con ellas? En casa nunca pido una segunda toalla. ¿Por qué me la sirven en los hoteles?
Doctora, séqueme mis dudas. Con la toalla que quiera.
Para que se haga cargo real del problema, para que no se crea que es otro quien le escribe, le muestro las toallas. Para que vea que no me lo invento. Mire, las toallas. Me las presentan así:
Las saco del toallero para que las vea mejor:
Estas son las tollas para las manos y la cara, supongo yo, (¿Cuál para las manos y cuál para la cara si es que esa es la distinción?) que me he encontrado en el baño del Hotel Quinta do Lago, ubicado en Almancil, Algarve, Portugal.
Ayúdenme doctores. Doctora, tenga compasión de mí, que no le enseño la cama, pero es grande y me toca dormir solo. Pero no quiero abusar y no le hablo de eso.
¿Para qué se utiliza cada una de estas toallas?
Muchas gracias.
Un lector mojado.
Sr. Moltó, la toalla de «rizo» convencional es para las manos. La lisa y más suave es para la cara, y se aplica sin frotar, únicamente presionándola ligeramente contra el rostro.
Seguro que algún otro lector, o más probablemente lectora, le da información más precisa. Como primera aproximación la mía espero que el resulte útil.
Al trapo, no creo, Javier, que haya quien le reviente que se haya puesto una sección inesperada e improbable. Lo que pasa es que hay muchas cosas de ella que ofrecen indicios razonables de duda sobre su veracidad.
Soy dado al pensamiento crítico y por eso, le ofrezco los elementos de duda que pudieran manejar aquellos que dice, pudieran estar contrariados con la sección, sin que ello presuponga que los comparta.
1.- Pretensión de la sección.- A algunos pudiera parecerles extranjera la temática, pero no menos extranjeros serían el cine, el arte o la matemática para aquellos que consideren esto -que no lo es- un spin off de una página de motor. Por ello, descartamos la extrañeza de la temática.
Podríamos considerar entonces que la extrañeza se deba a que, bien se comente de cine, de matemática o de otra cosa, ninguna tiene un carácter de consultorio; y siendo uno, no quedan claros cuáles son los criterios de selección, ni se sabe si sólo reciben respuesta aquellas que son publicadas, ni se sabe si reciben respuesta algunas que no son publicadas, ni se conoce si uno puede optar por recibir contestación a su problema sin que se airee el mismo a los cuatro vientos.
2.- Profesional con pseudónimo.- Si fuese cierto que quien conduce la sección es una profesional de la terapia, no se ve -dirían los descontentos- por qué parapetarse tras un alias, pues ello podría significar
a) No existe tal profesional terapeuta y por ello no puede firmar con su nombre porque, de hacerlo, afirmaría estar en posesión de una titulación que no posee.
b) Existe y no quiere asumir responsabilidad legal por las consecuencias de su consejo.
c) Se trata de un divertimento para plantear consultas fingidas para encender un debate interesante sobre los temas del interés del autor escondido.
3.- Descontento con la intervención.- En materia de mecánica y matemática, las cosas son más claras, aún así, opinables; en materia de cine y arte, el componente de subjetividad es muy elevado; pero en materia de vivencias, sexo y emociones, la subjetividad es la única nota. Parecería que se eliminan sistemáticamente aquellos mensajes ofensivos -se entiende- malsonantes -se entiende- más también algunos mensajes críticos con el consejo, el aconsejado o el aconsejante, pareciendo que sólo cabe una adhesión formal a lo manifestado lo que puede parecer excesivamente intrusivo por aquellos que buscan entregar tanta diversión como reciben del lugar.
Este mensaje creo que ya está siendo muy largo, y desde luego no tengo por qué compartir las ideas que se recogen en su cuerpo, pero creo que serían muy parecidas a las que tendrían aquellos a los que se refiere como descontentos por la sección.
Yo le animo a que siga contándonos lo que le parezca y como le parezca, que para eso está en su casa. Y sé que lo hará pese al parecer de quien se ponga por delante, prerrogativa de anfitrión.
Chimpón.
JM
Una para los altos, y otra para los bajos (pónganse las comillas donde quieran).
Yo exigiría hoteles de una toalla por contrato cuando le ofrezcan ir a la siguiente prueba, que desparrame en tiempos de crisis, pero donde vamos a ir a parar, dos toallas solo para las manos y la cara, ¡no me quiero imaginar cuantas para el resto del cuerpo!
Me ha recordado a:
Estimada señora de la limpieza:
Por favor no vuelva a dejar más de esos jaboncillos en mi cuarto de baño. Tengo mi propia pastilla de jabón de tamaño normal y no utilizo estos jaboncillos. Por favor, llévese los seis jaboncillos que están junto al grifo del lavabo y los otros tres en la jabonera de la ducha, solo sirven para molestar.
Muy agradecido,
S.. Berman
Estimado cliente:
No soy la señora de la limpieza que atiende su habitación habitualmente, hoy es su día de fiesta y mañana ella podrá atenderle.
Sin embargo, siguiendo sus instrucciones he retirado los 6 jaboncillos de su lavabo y los otros 3 de la jabonera de la ducha y los he puesto encima del aparatito de toallitas kleenex por si cambia de opinión. Así que solo observará los 3 jaboncillos que he dejado hoy siguiendo las ordenes del jefe de servicio del hotel. Espero que sea satisfactorio para usted.
Kathy, señora de la limpieza de apoyo.
Estimada señora de la limpieza:
Espero que sea mi señora de la limpieza habitual, parece ser que Kathy no le comunicó mi nota referente a los jaboncillos. Cuando regresé a mi habitación me encontré que había usted añadido 3 jaboncillos al estante de debajodel botiquín. Voy a estar 20 días en el hotel y no necesito para nada esos 6 jaboncillos del estante, me molestan cuando me afeito o me lavo los dientes, por favor lléveselos de ahí.
S. Berman
Estimado Sr. Berman:
El pasado miércoles fue mi día libre, por lo que la doncella suplente dejó los tres jaboncillos como mandan los jefes de servicio del hotel que se haga a diario. He recogido los 6 jaboncillos del estante y que al parecer le molestaban en su aseo personal y los he puesto en la jabonera de la ducha donde había una pastilla de jabón que al parecer le pertenece.
Esa pastilla la he guardado en el botiquín por la falta de espacio en la jabonera. No he movido los 3 jaboncillos que habitualmente se guardan en el botiquín para el caso de entrada de un nuevo cliente en la habitación y que al parecer a usted no le molestan. Por favor dígame si puedo serle de alguna otra ayuda.
Su doncella habitual, Dotty
Querido Sr. Berman:
El gerente, Sr. Kensendder, me ha informado esta mañana de que usted llamó la pasada noche y dijo que no estaba satisfecho con la atención del servicio de limpieza de habitaciones. Le hemos asignado una nueva doncella y espero que acepte nuestras disculpas por cualquier molestia.
Si desea presentar cualquier otra queja me gustaría poder atenderle personalmente. Llame a la extensión 1108 de 8:00 a 17.00 y le atenderé muy gustosamente.
Gracias.
Elaine Carmen
Recepción
Estimada Srta. Carmen:
Me es imposible ponerme en contacto con usted por teléfono porque tengo que abandonar el hotel cada mañana a las 7:30 por cuestiones de negocios y no regreso hasta las 19:00 horas más o menos. Por ese motivo llamé al Sr.Kensendder ayer noche. Usted ya había terminado su jornada laboral.
Tan solo solicité del Sr. Kensendder si podía hacer algo con mi problema de jaboncillos. La nueva doncella que han asignado a mi habitación ha debido de pensar que acabo de llegar al Hotel y por ello ha dejado 3 jaboncillos en el botiquín de mi habitación y los otros 3 que diariamente reparten por cada habitación. En 5 días llevo
Amontonados 24 jaboncillos. ¿Por qué me hacen esto?
S. Berman
Estimado Sr. Berman:
Su doncella Kathy ha recibido ordenes de dejar de repartir jabón en su habitación y de llevarse todos los jaboncillos. Si podemos serle de más ayuda llame a la extensión 1108 de 8:00 a 17.00 y le atenderé muy gustosamente. Gracias.
Elaine Carmen
Recepción
Estimado Sr. Kensedder.
Mi pastilla de jabón – tamaño normal – ha desaparecido, se han llevado todas las pastillas de jabón de mi habitación incluyendo la mía.
Ayer noche llegue tarde y tuve que llamar al botones, que regresó con 4 botecitos de champú y un bote grande de gel de baño
S. Berman
Estimado Sr. Berman,
He informado a la recepcionista, Elaine Carmen, de su problema con el jabón. Sinceramente no puedo imaginar el motivo de su problema ya que todas las doncellas tienen órdenes estrictas de repartir diariamente 3 jaboncillos por habitación. He cursado las ordenes necesarias a fin de resolver su problema. Por favor acepte mis más sinceras disculpas por las molestias ocasionadas.
Martin L. Kensedder
Gerente
Estimada Srta. Carmen:
¿Quien demonios ha dejado 54 jaboncillos en mi habitación? Esto es lo que me encontré anoche al llegar a mi habitación, no quiero para nada 54 jaboncillos. Tan sólo quiero mi maldita pastilla de jabón tamaño normal, corriente y moliente. Le ruego que me la devuelvan.
S. Berman
Estimado Sr. Berman
Usted se quejó de demasiado jabón en su habitación y por ello mandé que lo retirasen todo. Entonces usted se quejó al Sr. Kensendder de que todo su jabón había desaparecido y personalmente me ocupé de restituirle los 24 jaboncillos que habían sido retirados y los tres que le corresponden diariamente. No sé nada de un jabón tamaño normal, en este Hotel no se usa ese tipo de jabón porque resultaría demasiado derroche, aparte de ser antihigiénico que los clientes compartan pastilla. A cambio, le dejé 3 botecitos de gel de ducha que he dejado en su botiquín. Al parecer, Kathy la doncella, no sabía que había llevado personalmente los 27 jaboncillos y ella también le llevó a la habitación otros 24 jaboncillos y los 3 que le corresponden diariamente. Espero que no tenga más motivo de ulterior queja.
Elaine Carmen
Recepción
Estimada Srta. Carmen:
Le remito esta breve nota para ponerle al día de mi actual inventario jabonero. Al día de hoy tengo en mi poder: En el estante del baño: 18 jaboncillos en 4 montoncitos de 4 y un montoncito de 2. Encima del aparato de toallitas kleenex: 11 jaboncillos en 2 montoncitos de 4 y un montoncito de 3. En el estante del armario ropero: 3 botecitos de gel de baño, 1montoncito de 4 jaboncillos y 3 botecitos de champú. Dentro del botiquín: 12 jaboncillos en tres montones de 4. En la jabonera de la ducha: 6 jaboncillos quasi convertidos en sopa de jabón. En la esquina noroeste de la bañera: Un bote de gel de baño a medio usar. En la esquina noreste de la bañera: 6 jaboncillos en dos montones de 3. Por favor pida a Kathy cuando limpie mi habitación que procure quitar el polvo a los montoncitos de jabón y que los deje bien ordenados.
Dígale también que si los apila en montones de más de 4 tienen cierta tendencia a caerse.
¿Podría sugerir que los futuros aprovisionamientos de jabón se almacenaran en el marco de la ventana? A mi humilde parecer es un sitio ideal y todavía sin usar.
Una cosa más, he comprado otra pastilla de jabón de tamaño normal que deposito a diario en la caja fuerte del hotel.
Hasta los mismísimos cojones,
S. Berman
@5
JEJEJEJEJEJE
JUAJUAJUAJUAJUA
JAJAJAJAJAJAJA
Desopilante.
Tronchante.
@5 Real como la vida misma, hilarious!
Por contrario de lo que pudiera parecer, a mi el consultorio me parece una buena idea desde un punto de vista empresarial. Básicamente es la versión blog de los talk shows televisivos tipo «cuéntaselo a Asun» con tertulianos opinalotodo de párrafo largo, o sea, nosotros. Que las historias sean ciertas o no es completamente indiferente.
La cuestión es mantener bajo control las respuestas de los lectores. A mi modo de ver, pretender una resonancia posmoderno-progre en todas las aportaciones es indeseable e imposible. Si sale un mecánico con vástagos gays o una universitaria cachondona, pues sale, y se tiene que acostumbrar a que la pongan a parir. Pretender que todo el mundo haga la misma reflexión sobre las bondades de la poligamia no es realista ni bueno para su blog y sus visitas.
Que siga abierto, sin censura y que haya tortas. Y si no le gusta, retirelo.
Hola JotaEme y jandefield,
Únicamente hemos borrado mensajes que entendíamos que pudieran resultar insultantes o dolorosos para la persona que pide ayuda. No hemos borrado nunca ningún mensaje que critique la respuesta de la doctora. Yo he borrado los que me parecían ataques hirientes a las personas que escriben. Los seguiré borrando, con mi criterio. Acepto todo tipo de críticas a las ideas y a nuestra forma de hacer las cosas. No aceptaré ataques a las personas por ser como son o por vivir lo que viven.
BAjo el seudónimo de Doctora R. Love, que atiende el consultorio, hay una doctora licenciada en medicina, que aprobó el MIR, que cursó la especialidad de psiquiatría y que ejerce actualmente en Madrid. Que no quiera firmar con su nombre es una cuestión personal. No lo necesita para su trabajo, no necesita hacerse publicidad y prefiere no dar su nombre. Se pueden creer lo que les digo o pueden no creérselo. Que se lo crean o no, no modifica la realidad.
Yo no sé si las cartas que recibimos son de situaciones reales o inventadas. No puedo saberlo. No sé quiénes las escriben, no puedo verificar su veracidad. Algunas cartas las respondemos sin publicar, porque consideramos que es mejor no publicarlas.
Yo no sé si el consultorio tiene futuro o no tiene futuro. No sé si la Doctora R. Love seguirá queriendo escribir, si los lectores y lectoras querrán seguir escribiendo, si los lectores querrán seguir leyendo.
No sé si las preguntas que recibamos nos resultarán interesantes a una mayoría o si perderán interés y tampoco sé si las respuestas mantendrán el tono actual o se irán adaptando a un lenguaje y un público determinado. Todos los que escribimos en estos blogs hemos modificado nuestra forma de escribir paulatinamente, en mayor o menor grado. No sé si ocurrirá lo mismo con la Doctora Love o no.
Trifasik, esa explicación que usted me da me la dio mi madre hace muchos años, pero sigo sin creérmela (Me la creo, pero no la entiendo, quiero decir). No entiendo en qué supera el trapo liso a la toalla para secar la cara.
Alicia, gracias por hacerme reír. Yo me llevo mi pastilla de jabón a los hoteles. y cuando se me acaba, cojo otra de otro hotel y me la sigo llevando de aquí para allá. Me hace sufrir utilizar la pastilla de jabón solo una vez. En la foto, detrás de las toallas, se ve la caja con la pastilla de jabón dentro. Ahí se ha quedado. Así ahorran los hoteles. Lo que me pregunto es cuánto más gastarán los aviones por el incremento de peso que supone mi pastilla de jabón 🙂 No sé qué es más eficiente energéticamente, si llevarme una pastilla de aquí para allá o utilizar la que hay en los hoteles. Con esta tensión no se puede vivir.
Del consultorio… ni fú, ni fa. No sé por qué habría de moletarle a nadie. Se lee, si gusta se hace uno suscriptor; que no gusta, no se vuelve a leer y punto.
Y ahora al tema interesante, el de las toallas. Me llama la atención que Javier Moltó no haga mención a los cartelitos que uno encuentra en el 90% de los hoteles que, bajo el pretexto de contribuir a la conservación del planeta, (en mi opinión, con la única finalidad de ahorrar costes) apelan a la conciencia medioambiental de cada uno y piden que dejemos en sus toalleros las toallas que vayamos a volver a usar y pongamos en el suelo o en el interior de la bañera las que desamos que sustituyan por toallas frescas.
Pues bien, la experiencia me ha demostrado que, salvo que uno deje la toalla que no utiliza completamente sin tocar en la misma posición en la que se la ha encontrado, da igual dejarla colgada, doblada o lo que sea. Irremediablemente el personal del limpieza la retirará y la sustituirá por otra. He llegado a plantearme dejar una nota al estilo: «He utilizado la toalla una única vez. Seguiré utilizándola», pero nunca he llegado a hacerlo. Bien por pereza o bien porque siempre me viene a la cabeza la correspondencia entre el hotel y el Sr. Berman…
Y yo me pregunto, ¿serán conscientes aquellos que deciden poblar los cuartos de baños de cartelitos que todas sus planes de reducir la colada se vienen al traste por el personal de limpieza?
Una servidora, que viene de familia de clase media-baja, pensaba que lo de las dos toallas lo hacían pensando en las mujeres: una para secarse manos y cara y otra para el pelo. Así que la respuesta de Trifasik me ha hecho aprender algo nuevo. Gracias!