El derecho a conducir no figura específicamente en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. No parece necesario, igual que no figura el Derecho a caminar.
Sin embargo, en Arabia Saudí, las mujeres tienen prohibido conducir. Si quieren desplazarse en coche, necesitan un hombre que las lleve, sea chófer de pago u hombre de la familia.
Yo pienso que el machismo y, en general, cualquier forma de discriminación de las mujeres, nos perjudica casi tanto a los hombres como a las mujeres. Estoy convencido de que las relaciones personales que enriquecen, son las que se trenzan de igual a igual. Con el machismo, los hombres perdemos mucho.
En el caso de Arabia, el perjuicio para ambos es evidente. Tanto hombres como mujeres pierden libertad. La mujer porque no puede moverse libremente y el hombre porque tiene que atender las necesidades de otra persona sin más motivo que una ley anacrónica.
Me he enterado por la CNN de que una chica de 24 años, Areej Khan, que estudia diseño en Estados Unidos, ha iniciado una campaña en internet para discutir y si es posible reconsiderar esta prohibición. Su campaña que está presente en Youtube, Flickr y Facebook tiene un componente de diseño, ya que las opiniones pueden escribirse sobre los típicos bocadillos de tebeo, diseñados por Areej Khan, que se pueden descargar en Flickr.
Para defender la libertad de conducir no hace falta ser muy profundo. Es así de sencillo.
Me parece bárbaro que impidan a sus mujeres conducir. Y que las dilapiden. Y que crucifiquen cristianos que van a llevarles otro cuento redentor distinto del local. Por eso no viviría en esos países. Quizá yo tenga opción y ellas no, qué le vamos a hacer.
A mí me parece una barbaridad, pero no me creo portador de los valores universales; mientras a mí me dejen vivir con el marco de convivencia que me parece razonable, no me creo con autoridad moral para decirle a nadie cómo debe vivir.
La civilización existe como contraste a la barbarie, es por eso que debemos defender nuestra forma de vida, pero defenderla no es imponerla al que piense distinto.
Tolerancia sí, si toleran mi forma de vida. Ninguna, si pretenden suplantar mis libertades con sus yugos.
Fin de ideas inconexas,
Concido con usted que la libertad de conducir es casi un derecho, pero respecto las cuestiones culturales de pueblos tan distintos como Arabia, o lo que esté aun mas al oriente, son temas que no creo tan simples.
Alguien que no esté acostumbrado a nuestra cultura tendra como una practica barbárica que las mujeres deban depilarse las piernas, o usar incomodisimos zapatos de tacos ó que a las niñas se les mande a agujerear las orejas; me dirá usted que estas son costumbres y no leyes, aunque yo le responderé que no hay tal diferencia si son una practica tan habitual como lo son.
Las culturas son el conocimiento de un pueblo, y solo pueden y deben ser modificadas desde el seno mismo del mismo pueblo, por ello es que me permito desconfiar cuando un cambio es impulsado desde afuera, aunque sea ex-mienbro de la sociedad quien lo impulsa.
Para finalizar, alcanza con recordar que la gran mayoria de intentos de «occidentalizar» pueblos originarios en africa o asi han terminado en el fracaso o en tragedia.
Saludos.
El que haya hecho ese cartel debería aprender a hablar inglés correctamente.
Por lo demás, creo que todo el mundo debe tener derecho a todo siempre que respete a los demás.