Con el carnet recién sacado siempre me preguntaba por qué los coches potentes, deportivos, caros, bonitos, los que me apetecía conducir, los llevaban siempre los viejos. Por qué esos coches con los que yo sentía que sería feliz, estaban siempre en manos de otros que no iban a sacarle tanto partido como yo.
Cuando era joven siempre me parecía que quien tenía un coche caro lo tenía para presumir, para ligar con jóvenes, no para conducirlo, no para disfrutar en cada curva. Cuando era joven, asociaba los coches deportivos en manos de señores mayores a las cadenas de oro bien visibles, a la horterada. Ahora me doy cuenta de que cualquier día yo me las pongo, me subo en un coche de esos y me dedico a vivir todo un fin de semana, tan bien acompañado como voy en cualquier coche y me planto delante de miles de carreteras para aburrir.
Ahora me doy cuenta de que no es cuestión de edad. Me gustan los deportivos y disfruto conduciéndolos. De que tener el doble y el triple de años de la edad en la que uno se saca el carnet no es impedimento para disfrutarlos.
Algunos días oigo a los más jóvenes de la redacción decidir las edades de posibles conductores para establecer el precio de un hipotético seguro para el coche que hemos probado. Pensamos en estereotipos. Los deportivos para los jóvenes, las berlinas para los mayores, los monovolúmenes para personas de edad media con hijos pequeños.
Yo me compraría ahora el mismo tipo de coches que deseaba cuando tenía 18 años. Envejecer, llegar a los 50, no modifica el deseo. Un señor mayor, como yo, se compraría un deportivo descapotable de 500 CV con el mismo gusto que se lo compraría con 18 años. El paso del tiempo no hace que de pronto nos gusten coches pesadotes de dos toneladas, motores Diesel de 75 caballos de potencia y carrocerías aburridas.
Es posible que con 50 tampoco los podamos comprar. Son sólo unos pocos quienes pueden. Igual que como pasaba a los 20.
De joven, un coche, cualquier coche, es un tesoro para escaparse rebosante de excitación el primer fin de semana por fin con tu pareja. Por primera vez te vas solo con ella, a dormir a saber dónde. Por fin solos, con el corazón apretado contra la espalda. Cualquier coche es el mejor coche ese día. Y siempre.
Un coche que mimas porque te mima. Al que cuidas porque te cuida. Que te lleva con la chica por la que das la vida a recorrer una provincia nueva un fin de semana frío de invierno. Ella, tú y el coche. El que sea. El tuyo o de alquiler. El que te lleva con ella, que va dormida a tu lado, mientras conduces y la miras de reojo.
Pues si que le ha marcado el roce con el SLS! 😀
ahora mas en serio, tiene toda la razón. Pero las marcas tambien esteriotipan sus productos, no solo la propia sociedad.
Sí, Exeo, lo tenía escrito hace tiempo. Lo he publicado ahora después de conducir el SLS. Porque viene a cuento.
Si que viene a cuento D. Javier.
Creo que jamás me podré comprar los coches que me gustan, porque me gustan casi todos. Aunque tuviera todo el dinero del mundo, no me compraría los que me gustan. Quizás sea porque los que trabajamos en pruebas de coches, ya sea en ensayos técnicos como es mi caso o de prensa en el caso de D. Javier, etc, tenemos la posibilidad de probar casi todo lo que sale con ruedas y eso para mi es mas que suficiente. Y en este caso, la necesidad de compra de un vehículo pierde toda la pasión que debería tener y pasa a convertirse el algo muy cerebral, compro lo que necesito. Pero cada vez que pruebo un coche nuevo, si este es excepcional, siento la misma emoción que cuando tenía 18 años y conduje mi primer coche, lo disfruto muchísimo. En cambio cuando pruebo un coche normal, lo siento como un medio de transporte mas, no existe ni emoción. Solo es parte del trabajo. Me siento un privilegiado.
Benditos y envidiados, D. Javier y D. Exeo, que cada vez que entran a un coche tienen el privilegio de ajustar asiento, volante y espejos retrovisores. Hay otros que metemos la llave en el contacto ya sin mirar….
Ayer vi un hombre en Madrid bajarse de un Audi RS4 que… en fin, nadie diría -por su aspecto, complexión, edad…- que lo hubiera exprimido mucho.
Prejuicios míos? O quizá era prestado, quién sabe.
Hace año y medio conocí a un hombre de unos 65 años que tenía un 599 GTB. Por los comentarios que hacía sobre el coche me imaginé que no había ido «fuerte» nunca. Por otro lado, estoy seguro que muchos de mis amigos creerían lo mismo si ven a Walter Rörhl subiéndose a un Carrera GT…
Creo que la pasión por los coches y la conducción no es algo que dependa de la edad. Yo coleccionaba cromos de Autopista con 8 añitos y seguro que cuando tenga 60 me encantará arrancar un día tras otro mi deportivo descapotable de 500 CV 🙂
Saludos.
Estimados lectores,
Creo sinceramente que os equivocáis.
Recuerdo de mi carrera las conversaciones sobre cine. Un amigo, tras ver una película, comenzaba a hacer una crítica mordaz, despiadada, sin contemplación ni miramiento. Yo, en cambio, decía únicamente que me había gustado, que me había transportado a ese mundo de fantasía para el que están concebidas las películas.
Un coche, un buen coche, es lo mismo. Hay medios de transporte y hay automóviles para disfrutar. No es necesario tener 500 caballos e ir con la melena al viento para sentir el hormigueo propio de conducir, de disfrutar del volante. No es necesario estrujar un motor, exprimir un chasis, tratar de llegar al límite físico propio y del coche, para saber que gusta conducir, para sentir ese hormigueo propio del amor, para sentirse libre y ser uno con el medio.
Espero sinceramente continuar teniendo esa sensación de unidad con el paso de los años, pues disfruto plenamente de mi coche, de los que he alquilado en viajes, de los que he probado en cursos y de los que he exprimido en circuitos.
No soy profesional del asfalto. Ojalá. Siento una gran admiración por todos aquellos que os definís como profesionales o probadores de coches. Lo único que puedo decir, como aquella vez en la carrera, es que me gusta el cine. Me gusta conducir un coche. Sea el que sea. No tiene que ser único para sacar esa sensación que sólo aquél que ama el volante puede sentir. Esa sensación no la da un automóvil. Esa sensación reside en uno mismo.
Gracias por esta preciosa entrada, Sr. Moltó
Me ha hecho recordar aquel viaje a Santillana con mi flamante OPEL CORSA 1.7D VIVA del 96, comprado seminuevo, con la que ahora es mi mujer, bajando el puerto del Escudo en Burgos con una niebla brutal y yo con menos de un año de carné, con más miedo que vergüenza…, de como paramos al cruzar el Ebro, efectivamente, si, ese día, mi corsa, era el mejor coche del mundo.
Es un placer leerle cuando se pone profundo….
PD: yo con 20 ( es la edad a la que me saqué el carné), sólo quería un deportivo de 500 cv, en un circuito y con todas las protecciones del mundo, por que sabía que en la calle me cargaba el coche y yo…… pues eso. Desconfianza que se dice. Y es que yo leía el Motor 16 desde los 16 años ( perdón por mentar a la competencia)
Ya se lo dije una vez: tiene usted un trabajo privilegiado. Usted y, por lo que veo, algunos de sus comentaristas. Alégrense.
A veces me preguntan por mi coche preferido y siempre contesto lo mismo: Lo que yo quiero es un garaje con 7 plazas y poder decidir cada mañana cuál me pongo 🙂
¿Qué tienen los coches que despiertan pasiones? Probablemente nada, sólo atesoran historias como bien dice. Me ha encantado la entrada.
Hombre, algunos estereotipos sí que funcionan en la mayoría de las ocasiones. Si no necesitas mucho espacio, ¿para qué quieres un monovolumen? (Por ejemplo, yo).
Ay, aún recuerdo mis primeros viajes con el Atos de mi hermana. Cuánto cariño le tenía yo a ese coche. ¡Y lo que corría el condenado!
Por cierto, mi coche aún está «sin estrenar»…
Hola.
Niego la mayor.
Veo una contradicción en los términos.
Con 18 años el deportivo está bien, pero lo que nos apasiona es viajar con la chica.
Un deportivo, sin chica es una cosa, con la chica es el cielo. El deportivo se acaba, donde comienza el entrañable opel corsa… y la chica.
En el ruidoso SLS, todos pasariamos buenos ratos.
Ahora pregunto: Quien prefiere (con 18-20 años) un verano entero con SLS y sin chica-s?
Con los años el entorno suele cambiar y nuestra propia manera de verlo tambien.
Aparcar el cochazo a la puerta de la disco o al lado de la terraza de moda, empieza a ser aburrido. La componente «deslumbrar» (a la chica claro) ha perdido sentido.
Mi mujer no quiere subir a mi coupe y mi hijo no ve nada desde sus profundos asientos, así que me compraré algo alto, porque aquella chica del corsa es la madre de mi hijo, y quiere ir alta y tranquila, por no hablar del ruido.
Mi hijo celebra poder contarme este y aquel coche que ahora ve y preguntarme de què marca es y cuando se cansa se duerme y su madre tambien. Y yo disfruto de un equipo de sonido fantástico y un climatizador de 20 zonas (o más).
Discrepo profundamente de Vd. en esta ocasión.
Para mi no tiene sentido un vehículo en el que no pueda disfrutar de los mios, sencillamente no quiero.
Así que mi conclusión es clara: El coche da igual.
Como se nota Sr Moltó que está soltero y no tiene descendencia a su cargo.
Me imagino que a la gran mayoria de los que por aquí pasamos (a excepción quizas de emprendeitor), nos encantan los coches de línea espectacular, potentes y con alma. Y nuestro gusto interno poco habrá variado desde la adolescencia hasta la edad que tenga cada uno.
El problema es que esa chica por la que da usted y yo la vida, que la transportamos cual reina de nuestros ojos por las carreteras de un mundo de goce y frenesí, ha cambiado ha medida que pasan los años. De primeras, el tema de los coches no le provoca tanto como un buen bolso, zapatos o una casa con jardín o ático-duplex. Si además sumamos las variables denominadas¨hijos¨ que pueden ser uno, dos o en casos más excepcionales tres, salvo que se disponga de la renta de un controlador aereo de contrato antiguo o la de ex-presidentes del gobierno reconvertidos a consejeros, los sueños de disponer de una flota de coches adaptados a la vida familiar y personal de cada uno, se diluyen cuando uno pone al dia la libreta y analiza los gastos (muuuchos) con los ingresos, nomina(s).
Cuentele a su pareja que le deje darse el capricho, no ya de un coche deportivo moderno, sino de un clásico barato, como un SM (12,000€) o un Porsche 911 de los ’80 (20,000€).
Después de que durante toda la noche, le pongan la cabeza a reventar sobre gastos de colegio, ropa niños, modernización cocina, cambio a casa más grande o la famosa frase ¨es que yo encima, no me gasto nada, ni en cremas¨ ya verá como todo motor que comience por V6, V8, V12,o la mera mención a cuero connolly, madera nogal, baquets, relación cerrada, carburador doble cuerpo, direción no asistida, formarán únicamente parte de sus anhelos y sueños.
Lo que pasa es que cuando uno tiene ya cierta edad, con hijos adultos y dispone de una confortable situación económica, quizás se puede dar el capricho, pero ya no se disfruta igual, por que con 60 años meterse en un SLS es un suplició aunque se disfrute conduciéndolo.
Ráfagas, GTO.
Hola. Los estereotipos siempre son los demás, nosotros nunca nos vemos como tal, aunque en realidad en la mente de cada una de las personas que conoces, o con las que te cruzas por la calle, serás siempre encajonado bajo la etiqueta de un estereotipo.
Nunca entendí hace cosa de un año cuando estaba buscando un cabrio más o menos accesible pasarme por un concesionario VW para ver un Eos que alguien había vendido con menos de 2 años para comprarse un «melonvolumen» solamente porque iba a tener un hijo. Señores, que en los 70 éramos familias de 2 o 3 niños más el matrimonio metidos en un seat 850 y no teníamos demasiados problemas. Finalmente nos compramos un Peugeot 308CC y tenemos sitio de sobra para el niño, para sus cosas y, si queremos en verano, para llevar la capota quitada disfrutando del buen tiempo si lo hay.
Ah, por cierto, con la silla adecuada el niño no queda bajo y puede mirar lo que quiera por las ventanillas o directamente por la luna delantera.
Lo que hay que hacer es tratar de comprarse el coche que cada quien en cada ocasión se pueda permitir y lo demás es secundario. En ocasiones anteriores cuando buscaba coche siempre me planteaba la teórica practicidad para las posibles necesidades que tenía. En esta ocasión simplemente fui a saco, con el corazón y no con la cabeza, y desde luego practicidad tengo la misma que con una berlina, pero disfruto del coche que realmente apetecía dentro de mis posibilidades económicas.
A lo que sigo sin acostumbrarme es a llamar la atención, nunca creí que con un coche del montón podía pasarse tan poco desapercibido incluso sin ir descapotado. No sé que hará la gente que lleve deportivos de verdad como el SLS.
Un coche del montón???
Un coche que tiene un techo de chapa que se escamotea en menos de 30 segundos ?
Amigo mio el suyo no es un coche del montón…..
La practicidad de una berlina????
creo que tiene que revisar los términos «del montón» y «practicidad» los tiene erróneos
Jose, usted disculpe, pero por lo que he leído sí está de acuerdo conmigo. O yo con usted. Yo me refería exactamente a lo que usted dice. No sé si no me expresé bien o si usted no lo leyó bien. aunque diría que sí lo leyó bien, por lo bien que lo ha contado.
Juan, yo también lo paso mal al llamar la atención. Es muy incómodo.
Hola.
14, con coche del montón me refiero a que es un coche de marca generalista que sí, bajo mi punto de vista ha hecho un cc muy decente y con una calidad que no la imaginaba yo en Peugeot. Pero eso, que no deja de ser un peugeot como para llamar la atención del modo que lo hace. Por mucho que me guste mi coche, que es así, no me imaginé cuando lo compré que iba a llamar la atención de ese modo.
En cuanto a lo de la tracticidad de una berlina tipo del mercado, de eso tienen fama, a priori se supone que un coupe cabriolet tiene que ser un coche muy poco práctico para llevar a un niño y, al menos bajo nuestra experiencia no lo es, incluso he llegado a llevar el coche descapotado con el carrito metido en el maletero y perfectamente, oiga. Es verdad que si quieres quitar el carro del maletero no te queda otra que capotar.
A partir de los 40 largos, uno mira con desprecio su Renault Laguna, y mira con ojos anhelantes, o bien un deportivo, o bien un descapotable, o bien un todoterreno grande y chulo.
Antes de esa edad, a uno le da más o menos igual.
Es la pitopausia. Ya se le pasará.
Como otras veces que hace este tipo de reflexiones, creo, y estoy de acuerdo con Gonzalo del Cerro, en que la ilusión la lleva siempre uno mismo. Si te gusta conducir, aunque lleves un diesel atmosférico de hace quince años y 50 caballos, simpre encontrarás alguna situación en la que disfrutes: tomando una curva, en verano con las ventanillas bajadas.
Efectivamente, no es lo mismo conducir un coche con más de 500 caballos (ojalá algún día pueda disfrutar de ese tipo de sensaciones), pero si te gusta conducir, tan solo espera a que se te dibuje esa pequeña sonrisa en algún momento del día.
De todas maneras, si te gusta conducir, yo creo que más que un coche con muchos caballos, están mejor otros, tales como Ariel Atom, KTM X-Bow, Caterham 7, etc… con una relación peso potencia casi insuperable y por supuesto mucho, mucho más baratos.
Lo de Juan va a traer cola, así que yo también pondré mi granito de arena. Creo que tiene una suerte increíble por tener esa mujer (quierala mucho), si es capaz de irse de viaje de fin de semana (ni me imagino las vacaciones de verano) con ese coche y el niño. No quiero parecer sexista, pero solo conozco a una mujer (mi hermana) capaz de hacer algo así.
Señor Moltó,
Si usted tiene problemas en llamar la atención, yo estoy encantado de ahorrarle el sufrimiento y echármelo a mis espaldas.
Me ofrezco voluntario para probar los coches que le acarreen tal suplicio de forma gratuita y, posteriormente, redactarle una crónica.
¿dónde debo dirigirle mi currículum?
Ha sido un gusto pasar por esta entrada y leer (muy corriendo) todo esto que han puesto.
A mí me gusta conducir y el conjunto de cosas y conceptos que giran alrededor de un coche. Ningún coche es perfecto y por otra parte todo coche llega a tener su su allá, mejor conducir alguno que nada, llegado el caso.
Hola de nuevo.
Creo que no he sido capaz de explicarme.
El título es «Coches para viejos» y termina diciendo «de joven un coche cualquier coche es un tesoro…».
Lo que quiero decir es que no existen coches que sean más o menos apetecibles en función de nuestra edad.
Lo ideal sería el garaje de 20 plazas y esos mismos 20 autos a elegir, es más yo le diría que no es lo mismo un 911 negro que un 911 amarillo…y que lo propio es tener un range v8 y un defender a la vez.
Yo soy de los que le habla al coche (y me contesta).
Pero dicho esto como declaración de amor infinito a estos cacharros que nos unen a los que aquí escribimos he de decir tambien que hay emociones que superan a las que produce el auto, y entonces este pasa aun segundo plano.
Con la edad lo que alteramos fundamentalmente es el orden de los factores, el producto sigue siendo el mismo. Las emociones al volante permanecen para los que nos gusta conducir, pero es imposible explicar a nadie qué se siente cuando te dan a tu hijo por primera vez y sin embargo todos hemos descrito a un amigo ( a veces hasta el sopor) cómo va este o aquel coche .
Cuando Vd. (Sr Moltó) dice «transmite cada cicatriz del asfalto» (más o menos) todos entendemos lo que siente, la jerga del volante nos es familiar y próxima tengamos la edad que tengamos. No sucede lo mismo con otras emociones, aquellas que solo el tiempo nos permite paladear.
No es paradójico? hablamos de lo inefable.
Pd-y que luego nos digan que aquí se habla poco de coches…
Hola a todos.
Pienso que el problema está en que cuando eres joven no tienes dinero para comprar lo que puedes llevar, y cuando eres mayor, si las cosas ha ido bien en la vida, no tienes reflejos para llevar o que puedes comprar.
Disfrutar, disfrutas siempre, si te gustan los coches, la pena es que no los puedes manejar igual. Pienso que en la vida debería haber una tendencia inversa, es decir, de joven poder tener lo que de mayor te compras, y de mayor, lo que ibas a tener de joven. Disfrutar vas a disfrutar lo mismo, pero además, podrás aprovechar mejor.
La vida está planteada al revés, jejejeje.
Hola a todos. Creo que la capacidad para disfrutar de un coche no tiene edad, pero nuestro bolsillo por lo normal evoluciona con el paso del tiempo. Quiza algunas personas adquieren miedos con el paso del tiempo, o quizas son mas conscientes de los riesgos, el caso es que quizas no se experimenten las cosas con la misma intensidad.