En Citroën han decidido cambiar, explorar, luchar, buscar la diferencia, tener una nueva imagen, convencer a sus clientes en nuevos puestos del mercado global. La crisis de la economía europea, la crisis de consumo y la generada por el exceso de consumo, la probable imposibilidad de crecer infinitamente en un mundo finito nos obliga a todos a replantearnos nuestra posición en el mercado. No obliga a los que somos demanda y nos obliga a los que somos oferta. Todos somos parte de los dos lados.
En Citroën han decidido apostar, han asumido que no pueden hacer siempre más el mismo tipo de coches que han hecho durante las últimas décadas, que el éxito de su oferta en los últimos años no se mantiene, que crecimientos pasados no significan crecimientos futuros, que el mundo económico es hostil y el del transporte del automóvil quizá más. Que hay que tomar riesgos. Olvidarse de la comodidad. Apostar.
Las personas y las empresas que arriesgan, que se esfuerzan por «redescrubrir«, en sus propias palabras, tienen todo mi cariño y apoyo emocional e intelectual, por pequeño que sea. Lo fastidiado de la competencia es que no basta con arriesgar y esforzarse. También hay que hacerlo mejor que los otros que arriesgan y se esfuerzan.
Digo esto porque los «redescubrimientos» que propone Citroën pueden resultar sugerentes, pero también se enfrentan a grandes dificultades. Como todas las marcas, acertar con el equilibrio entre encanto, pasión, utilidad y precio, para conseguir vender más que los competidores, es muy difícil en un mercado inestable y a la baja en algún continente.
Cuento todo esto porque el reto al que se enfrenta Citroën es de envergadura. Antes de la rueda de prensa, la directora de comunicación de España nos dijo a los periodistas que íbamos a asistir a un día histórico para la marca. Más que el día en que presentan sus nuevas propuestas, lo que es histórico para una marca es cada vez que se replantean su posicionamiento en el mercado y deciden un cambio de estrategia por encontrar un lugar que les permita obtener mejores resultados económicos y de ventas.
Les copio unas frases, en cursiva, de la nota de prensa que Citroën ha suministrado a los periodistas. Se las copio para que puedan leer exactamente lo que dice Citroën, por si les sirve para hacerse una idea del camino que quieren seguir a partir de ahora. Yo, además, hago comentarios, por si ayudan.
La nota de prensa se titula:
«Citroën Cactus: el nuevo paradigma»
Frases:
«El Citroën Cactus, más que un concept-car es una anticipación [conceptual y de diseño] de los futuros modelos de la marca [excepto los DS]» (Los corchetes son siempre míos. )
«Este modelo se desprende de todo lo superfluo, de lo accesorio» (Hablan de modelo, pero se refieren al prototipo. El modelo, que se denominará «Citroën C4 Cactus», llegará al mercado en febrero del año que viene y todavía no se conoce ni su precio ni su equipamiento, por lo que no sabemos qué será todo lo superfluo y accesorio de lo que se desprenderá. ¿Se venden el resto de coches Citroën con elementos superfluos y accesorios que no estarán en el C4 Cactus?)
«El Citroën Cactus destaca por su diseño puro y funcional, con apuestas de estilo radicales enfocadas hacia una mayor eficiencia, un aligeramiento de peso y mayor aerodinamismo» (Esta frase se podría leer en la carpeta de prensa de cualquier modelo de cualquier marca)
«[Nuestro enfoque radical se basa en] una reflexión de fondo: ¿Cuáles son las nuevas expectativas de los automovilistas? ¿Qué prestaciones cuentan realmente? Este ejercicio ha llevado a los ingenieros y diseñadores a alterar los códigos y a plantear los problemas de una forma diferente para explorar nuevas soluciones. Se ha llegado a un desmarque pragmático en el que se prescinde de lo superfluo y se da más valor a todo lo que contribuye el bienestar del automovilista»
«Quedarse con lo esencial y optimizarlo todo para alcanzar una forma de perfección natural es la estrategia que hay detrás de este concept-car. [Esta idea] ha permitido a los diseñadores olvidar códigos automovilísticos tradicionales para explorar soluciones ingeniosas que aportan grandes ventajas«.
Tras la lectura de estas líneas es imposible, al menos para mí, formarme una idea de qué pretende la nueva Citroën. Sin embargo, por lo que he entendido tras la rueda de prensa, la explicación de los detalles del coche y durante una larga conversación con uno de los diseñadores, Frédéric Duvernier, la idea que tiene Citroën no debe ser muy diferente a la de hacer el coche con el mismo concepto y estilo que los muebles y muchos de los productos de IKEA.
Una versión particular de «menos es más», que permita reducir el peso y el coste de fabricación de los coches, que resulte elegante, que permita tener un coche atractivo. Sencillo y que a la vez resulte chic. Frédéric Duvernier me decía que en parte es regresar al Citroën Tiburón, al DS original, «con líneas limpias y sencillas, sin elementos superfluos».
Se trata de un concepto viejo. El arquitecto austriaco Adolf Loos (1870-1933) dijo hace mucho que «el ornamento moderno solo es saludado con alegría por las personas incultas.”
En Citroën quieren prescindir de los adornos, hacer simples, chic y a buen precio los coches. No se me ocurre nada más parecido que IKEA, pero IKEA no incluye sólo diseño para tener buen precio, también implica una forma de venta de muebles diferente, una distribución diferente, un marketing diferente, un punto de encuentro diferente.
Cuando le he comentado la idea de IKEA a Frédéric Duvernier no le ha parecido descabellada. Aunque no me lo ha dicho, me ha dado la impresión de que es algo que tenían en la cabeza. Y le digo, «pero a diferencia de los muebles de IKEA, los coches no pueden tener fecha de caducidad«. Me contesta: “Exactamente. No. Por eso no vamos a utilizar materiales de baja calidad. Vamos a utilizar los mismos materiales que en todos los coches. Pero menos materiales” Los coches pesarán menos porque tendrán menos cantidad de material, pero materiales de buena calidad.
En la nota de prensa Citroën habla de «explorar soluciones ingeniosas que aportan grandes ventajas» y de que «al proponer una manera diferente de abordar el diseño, la arquitectura y las tecnologías, el Citroën Cactus ofrece una nueva visión del automóvil«.
Una de las soluuciones ingeniosas del Citroën Cactus y que también estarán en el modelo de producción es colocar el airbag del acompañante en el techo. El motivo de colocarlo en el techo es el de liberar espacio en el salpicadero y de aligerar peso. Frédéric Duvernier me ha hecho un dibujo de cómo es un salpicadero tradicional, con una barra transversal y un soporte en T y cómo es el salpicadero del Cactus, que prescinde de la barra transversal que va de extremo a extremo del salpicadero. No dudo del ingenio de la solución que han propuesto y de que permita ganar espacio y reducir peso, pero para nosotros, para los consumidores, hasta que no sepamos si ese nuevo salpicadero tiene más o menos grillos que los anteriores, aparece igual de bien ajustado y da un buen resultado en conjunto, las teóricas soluciones ingeniosas nos afectan poco. (El cuadrado de abajo es la puerta, «también muy sencilla» me ha dicho.) (Información e imágenes del coche en km77.com)
Por todo estos motivos, cuando el director general de la marca, Frédéric Banzet, me ha preguntado si me gustaba o no me gustaba el coche he sido un poco descortés con él. «Hasta que no sepa el precio no sé si me gusta o no». Yo sé que él se refería únicamente al diseño, pero yo no soy capaz de juzgar un coche por el diseño. No sé si un coche me gusta o no me gusta estéticamente. Al final le he dicho que sí, que el coche me gustaba, pero la clave de este coche no está en el diseño. La clave está en el diseño, que es la forma y el fondo, en la calidad de su equipamiento no superfluo y en su relación con el precio.
La industria del automóvil es como un paquidermo viejuno. Citroën acaba de lanzar el C4 Picasso. ¿El c4 Picasso es un coche con soluciones tecnológicas ingeniosas o no? ¿Forma parte de la nueva Citroën o no? ¿Cuántos elementos superfluos tiene?¿Durante cuántos años pueden convivir en el mercado dos Citroën distintas, si finalmente son realmente distintas?
Espero que la nueva apuesta de Citroën sea un éxito. Un éxito de verdad para los compradores, para que tengan la posibilidad de comprar coches con todos los elementos esenciales, a un precio competitivo y con un aspecto chic. Estoy ansioso por conocer el C4 Cactus, su equipamiento, sus precios y el resultado final de diseño de un coche producido en serie bajo este nuevo paradigma. Espero que sus productos tengan éxito porque tengo mucho cariño a muchas personas que trabajan en Citroën y quiero que su empresa vaya bien. Pero dicho esto, y eso lo sabemos todos, los desafíos que tiene para conseguir esta posición competitiva que buscan es bien difícil. Todos los fabricantes, lo planteen de la forma que lo planteen, buscan ese punto de equilibrio que seduzca al comprador.
Un coche de futuro tiene que ser también sostenible, ofrecer soluciones para una movilidad que cambia, para una utilización diferente del coche particular. Muchos desafíos que hay que afrontar. No sólo los tienen que afrontar los fabricantes. Los medios de comunicación del automóvil también tenemos que movernos. La forma tradicional de informar ya no sirve. Tenemos que correr riesgos, dejar posturas asentadas, adelantarnos a la demanda, generarla. Todo muy difícil.
Lo que nos cuenta Citroën puede ser muy bonito, pero de poco sirven las palabras. Todas estas ideas que intentan transmitir y que yo me empeño en explicar no son nada. Habrá que esperar a ver los productos reales, la calidad de su diseño, de su equipamiento, de sus soluciones y el precio al que lo venden. ¿Servirán las mismas pruebas que hacemos siempre para contarlo? Quizá no.