Poco a poco Madrid se queda sin empedrado en las calles. Las calles adoquinadas desaparecen, sustituidas por el feo asfalto. Ya solo quedan retales. Un paso de cebra por aquí, una calle entera por allá.
La calidad del empedrado de Madrid es muy mala. Baches profundos y piedra deslizante, que en moto es un martirio y un peligro. En coche, el inconveniente es menor. Hace poco mostraba la calidad del empedrado de Los Campos Elíseos, en la primera foto de este artículo. Ni siquiera en París es tan confortable como el asfalto, pero las calles adoquinadas de París son novecientas mil veces más lisas que las de Madrid (incluso en comparación con las asfaltadas) y con un agarre cien veces superior.
Entiendo que arreglar una calle adoquinada es caro. Entiendo que estamos en crisis y que el Ayuntamiento de Madrid tiene una deuda disparatada. Probablemente ese sea el principal motivo para sustituir los adoquines por asfalto.
Sin embargo, Madrid es una ciudad turística. El centro de Madrid resultaría más bello con calles adoquinadas, con esa imagen que ayuda a recrear la historia. En la zona por donde transcurre Fortunata y Jacinta nunca debería haber llegado el asfalto. Los nombres de las calles no pegan con este material moderno, feo y tosco.
Esa es la diferencia entre inversión y gasto. Destinar dinero a cuidar el empedrado de las calles de Madrid es inversión. Sustituir los adoquines por asfalto es puro gasto. Quizá estemos endeudados en este Ayuntamiento nuestro. Pero para pagar las deudas hay que invertir y mejorar. El futuro se construye con inversiones, no con gastos recurrentes.
Recuerdo cuando sustituyeron el retal de adoquines que había en el Paseo del Prado. Al pasar sobre ellos los coches sonaban a tartana. No era agradable, porque no era un empedrado bien nivelado, pero era un tramo corto, imprescindible, de color rojizo, delante del Jardín Botánico y del Museo del Prado. Ahora es de feo asfalto negro.
Hace unos días, los operarios han sustituido los adoquines que había en la unión entre la calle Imperial y la calle de Toledo, a 100 metros de la Plaza Mayor. Hoy mismo están quitando los adoquines de la esquina de Tintoreros, a un paso del desaguisado anterior.
Un alcalde de una ciudad como Madrid debe ser un hombre sensible. No entiendo que permita estas tropelías. Son retales de adoquines. No puede costar tanto dinero tenerlos cuidados. Estoy convencido de que con una buena inversión, creando un soporte adecuado, los adoquines pueden durar décadas sin que se formen estas ondulaciones que hay en la actualidad. Cuidar los retales que tenemos y coserlos a pedazos, para que la zona antigua de Madrid esté cada vez más cuidada y bonita.
Si tuviera tiempo llamaría al Ayuntamiento y me enteraría de si han hecho algún estudio económico que justifique la sustitución. Pero no tengo tiempo. Quizá alguno de ustedes tenga tiempo de hacerlo. Quizá todos los ciudadanos de Madrid tendríamos que llamar para preguntarlo. Les dejo que llamen y que digan que son periodistas de km77.com. O de donde quieran. Los ciudadanos tendríamos que poder disponer de esa información sin esfuerzo.
A continuación les muestro fotos de algunos retales de empedrado que quedan en Madrid, de algunas obras en marcha para eliminarlos y de sustituciones recientes.
Plaza de las Provincias. Delante del Ministerio de Asuntos Exteriores, que queda a la derecha de la foto. Empedrado descuidado, resbaladizo y ondulado. En el otro extremo de la calle las ondulaciones son mucho mayores. Se ven en la foto siguiente.
Este es el otro extremo de la zona empedrada. El Ministerio queda a la izquierda. Las ondulaciones del adoquinado son enormes. En moto de rueda pequeña son un peligro y un martirio.
Paso de cebra situado delante de la puerta del Ministerio. Descuidado, pero mucho más bonito que cualquier paso de cebra pintado sobre el asfalto. Dónde va a parar. Al fondo, un grupo de cubanos que llevan reclamando casi 60 días acampados delante del Ministerio.
Este es el detalle de la reivindicación de los cubanos. No tiene nada que ver con el empedrado, pero todos los ciudadanos del mundo que luchan contra las dictaduras tienen mi cariño.
Aquí termina la calle Imperial y comienza la calle de Toledo. Hasta hace un par de semanas era una zona empedrada y bacheada. Ahora está recién asfaltada, pero tampoco está lisa. ¿No hay solución para que tapas y alcantarillas enrasen con la superficie del asfalto? El mismo día que acaba el asfaltado ya hay baches. ¿No hay posibilidad de hacerlo mejor? La experiencia dice que debe ser difícil. En Madrid, después de cada reasfaltado, tapas y alcantarillas forman hondonadas considerables.
Aquí comienza la calle de Toledo para los coches. A la espalda, está la zona peatonal que lleva en cien metros a la plaza Mayor. Desde este punto, todo tieso como dicen los madrileños se llegaba a Toledo. Ahora no es tan tieso. El primer callejoncito que se adivina a la derecha desemboca en Puerta Cerrada y a continuación está la Cava Baja.
En esta zona los nombres de las calles son así. Botoneras, Tintoreros. Nada que ver con el asfalto. Oficios de hace varios siglos. En cualquier momento se aparece Juanito Santa Cruz, o a su padre Don Baldomero del brazo de Barbarita. Se habían enriquecido honradamente en el comercio de paños.
Y aquí, en calle de tan insigne nombre, Tintoreros, esquina calle de Toledo, los obreros martillo neumático en mano acaban de hacerle un siete al tapiz. Están terminando de arramblar el empedrado.
Aquí ya han terminado de quitar.
La zona no está cuidada. Los cables de luz o teléfono están al descubierto por debajo del cartel de la calle de Tintoreros y aquí el armatoste del aire acondicionado tapa el cartel antiguo y manchado de Cuchilleros. Esta zona de Madrid tendría que estar cuidada como esos pueblos andaluces en los que todo parece recién limpiado.
La calle de Cuchilleros está toda empedrada.
Termina en esta esquina y nace en la calle Mayor, a unos 200 metros de donde está tomada esta foto. La calle de Cuchilleros tiene curvas, porque bordea la plaza Mayor. El arco de Cuchilleros está más o menos en la mitad de esta calle y también el ahora famoso Mercado de San Miguel, arriba de todo, casi en la esquina con la calle Mayor.
La puerta cerrada y la parabólica, abierta. (La situación de la parabólica se ve en la foto anterior)
Otro retal de adoquines, en Puerta Cerrada.
En la calle San Justo, el adoquín y el cuidado es de otra calidad.
Yo no soy madrileño, pero adoro Madrid. Madrid no es, por suerte, París. No es una ciudad falsa, museística, cliché ni chic. No es un continuo juego de perspectivas forzadas, edificios monumentales, rincones encantadores, preciosos y limpios. Madrid es una ciudad viva, burbujeante, sucia y, hasta cierto punto, un poco putilla*. Creo que ese desaliño castizo de calles despeinadas y mal empredadas es parte de su código genético, en el que la mezcla corre por sus calles como por las venas de sus habitantes porque ¿quien puñetas es madrileño de verdad?
Madrid con un empredado perfecto, à la parisién, con unas fachadas limpias y sin toneladas de aparatos y trastos sería una impostura y no sé si hasta un fraude. Yo no la querría.
Otra ventaja del empedrado es su capacidad para regular la velocidad del tráfico, incomparablemente mejor que un (o mil) resaltos.
Si desaparece el empedrado, ¿a quien le echamos la culpa?
Buff Q, me gusta lo que dice. No hace falta que el centro de Madrid sea como París, pero tampoco es necesario que sea como un suburbio de Detroit.
Estoy de acuerdo con usted. Un Madrid de cuento perdería encanto. Pero el centro de Madrid todo asfaltado y con parabólicas y aires acondicionados tampoco es atractivo.
El adoquín es caro. Es cara la piedra, la base que lleva es más compleja que la asfáltica, su colocación lleva más tiempo y debe ser realizada por colocadores especializados, y por lo general, a pesar de haberlo colocado con sumo mimo suele requerir de un mantenimiento superior ya que la rigidez de la piedra soporta peor el paso del tráfico, sobre todo del pesado, que el bituminoso, mucho más flexible.
Como en todo, hay calidades, y las prisas y la falta de presupuesto ha hecho que los adoquinados de los últimos años sean lamentables, ya que no se respetan espesores de capas, compactación de subbases, etc.
En aceras ningún ayuntamiento quiere adoquinados, ya que las denuncias por tobillos torcidos están a la orden del día.
En resumen, los adoquinados están destinados a desaparecer, por muy bonitos que sean. Al menos, mientras las decisiones sigan siendo tomadas por políticos, ya que el adoquín no es rentable, al menos a efectos constructivos y de mantenimiento.
En algunos países se las gastan así:
http://www.youtube.com/watch?v=pjV-XF0DVfM
http://www.youtube.com/watch?v=3vH619oYslA&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=SJT3X4weECE&feature=related
Sr. Moltó. Tenemos medidas diferentes sobre lo que es o no atractivo. Estoy seguro de que las ordenanzas prohiben expresamente la presencia de esos aparatos en las fachadas (deberían estar en las azoteas o los patios). Ocurre en la mayoría de ciudades españolas, incluso en Valencia. También estoy seguro de que hay una ordenanza de rotulación para los comercios, con una serie de medidas, colores e incluso tipografías, como en Salamanca.
Este tipo de ordenanzas tan bien pensadas están condenadas al fracaso porque las ciudades son entes orgánicos, caóticos y humanos. Madrid, especialmente. Si nos fijamos en el Madrid llamado de los Austrias, veremos que, al cabo, lo que nos ha llegado es un un conjunto malsano de callejas que en su día no estaban ni siquiera empredadas sino cubiertas con una capa de tierra batida y grava. El empredado es un falso histórico, muy bonito pero no deja de ser una fotografía de un tiempo decimonónico concreto. No podemos pedirle a una ciudad que se detenga en el albor del siglo XX. ¿Por qué? Por la misma regla de tres, no deberíamos permitir que se instalaran faroles distintos al modelo isabelino o que se construyeran edificios en los centros urbanos cuyo ornamento no estuviera acorde con el entorno. No. Yo no reglamentaría más allá de respetar una cierta volumetría, más que nada por cuestiones salubres. Lo más importante de los cascos históricos es que viva gente en ellos. Que haya niños. No que se conviertan en una galería comercial, consagrada por las mañanas a la oficina, por las tardes al comercio y por la noches a la juerga. Eso sólo se consigue creando centros históricos habitables. Y, con la calor que hace en Madrid, si a uno sólo le ponen trabas para ponerse el aire acondicionado, terminara yéndose a vivir a un adosado con parcelita en Rivas y sus hijos, si los tiene, no corretearán por la Plaza Mayor, salvo algunos domingos por la mañana. Estoy de acuerdo con su idea de orden. Yo, personalmente, pondría el aparato en la azotea. Qué narices, de hecho, lo tengo en la azotea, es una cuestión básica de estética. Pero prefiero un aparato en la fachada y una persona en el edificio que un edificio en ruinas. Es mucho mejor educar en estética que ordenarla por decreto. Pero este país prefiere que olvidemos a Ovidio.
Respecto al adoquinado, yo creo que simplemente se ha perdido el oficio. Ya no se sabe poner adoquines de la misma manera que ya no es posible, salvo en algún museo, escuchar un rollo de pianola. A mi el asfalto no me parece feo per se. Me parece más feo el sonido de un coche traqueteando sobre los adoquines.
Perdone mi diatriba, durante años pertenecí a una asociación que pretendía cuidar el centro de mi ciudad y sé que mi postura es un poco rarita. Lo siento.
No tengo más remedio que aplaudir fervorosamente los dos escritos de Q.
Añadir a lo explicado por cupraboy que el subsuelo de Madrid es particularmente inestable por su composición, circunstancia que dificulta enormemente (y encarece muy muchísimo) que un pavimento no contínuo se mantenga en buen estado durante un tiempo razonable (el contínuo también, pero se nota menos).
Si se pasea por el barrio de las letras (Huertas, aledaños de MNCARS), verá otros tipos de pavimento, carísimos, eso sí.
Saludos. E.
Ahps, creo recordar que por Lavapiés queda bastante adoquinado, aunque hace unos cuatro años que no paseo por allí. Yo, francamente me alegré cuando en la calle de la casa de mi Abuela (donde nació mi Madre) sustituyeron el infame adoquín por algo razonable.
Me suena también que por la zona de Cascorro (donde nació mi Padre) y el rastro quedan calles adquinadas, con adoquín moderno. También hace años que no paseo por allí, así que no le garantizo que sigan, echaré un ojo al maps.
Me imagino que algún romántico del siglo XIX pensó en su momento que las calles de grava y tierra apisonada eran mucho más bonitas que las adoquinadas. Además, eran filtrantes (más o menos) y no requerían recogeaguas a los lados para evacuar la lluvia. Eso sí, del barro no se libraba nadie a poco que cayeran cuatro gotas, pero es innegable que eran de material barato y ecológicas. Y supongo que dentro de 100 años, cuando las calles sean de plexiglás nanotecnológico brillante, alguien echará de menos el asfalto.
El problema de las máquinas de aire acondicionado es que en las azoteas no suele haber sitio para ponerlas (tejados a dos aguas), que la azotea es de la comunidad de vecinos y alguno de ellos está siempre en contra de dejar ponerlas allí, que los tubos han de pasar por la fachada (otra zona común) y hay que montar un andamio homologado y caro para instalarlas (sólo las construcciones modernas, y no siempre disponen de pasos dentro del edificio para ellas) Los usuarios suelen ponerlas en su balcón o en su fachada, y dentro de la «línea de fechada». Muchas ordenanzas las prohíben por estética, u obligan a cubrirlas con una rejilla o algo así.
Comparto opiniones con Q, ¡¡salvo la preferencia de Q por Madrid frente a París!! Sacrbleu!
Me convencen sus exposiciones.
De todas formas, me gustaría conocer esos datos. ¿Caro? Qué significa caro? Quiero saberlo, quiero que el ayuntamiento, al que pagamos impuestos, nos cuente por qué toma las decisiones, nos lo explique y que podamos pensar alternativas si no nos convence.
Yo quiero adoquines si existe alguna posibilidad de amortizar la inversión y si son adoquines que no hacen la vida imposible a los ciudadanos. ¿Es posible? ¿cuánto cuesta?
En fin, supongo que eso lo verán los nietos de mis amigos. unos gestores de la cosa pública que informen y que justifiquen sus decisiones.
Sr. Moltó, había puesto un comentario con unos vídeos de máquinas de empedrar que me parecían interesantes, pero supongo que no está de acuerdo conmigo.
El adoquín sale (colocación, mortero y hormigón incluídos) sobre 50€/m2. El aglomerado, extendido y con sus correspondientes capas de base, sale sobre 15 €/m2.
Son precios del Noroeste de España, en Madrid será más caro. Además el precio varía mucho en función de la superficie total.
Bueno, ya se lo ha explicado cupraboy. El asfalto, X, el adoquín, dependiendo mucho de qué tipo y cómo se coloque, 3X-4X, la piedra, 8X-12X.
Su querencia por las decisiones asamblearias ya nos la ha contado, pero sabe que no funcionan. La próxima vez que haya una exposición pública de un PERI presente las alegaciones pertinentes durante el periodo de exposición pública, cualquier ciudadano puede hacerlo, ni siquiera es necesario ser residente ni verse afectado.
También puede dirigir preguntas a las administraciones públicas, tienen la obligación de responderle (vg: ¿Ha considerado el ayuntamiento el posible retorno de inversión para la actividad económica de la zona en particular y de la ciudad en general de hacer tal gasto público en esto y lo otro?), lo que no le garantizo es que en la respuesta no le manden muy burocráticamente a esparragar, as usual :D.
Saludos. E.
Hola Iker,
El que no estaba de acuerdo con usted es el filtro antispam, que bloquea los mensajes cuando aparecen dos enlaces o más.
Usted me avisa y cuando veo el aviso los apruebo.
Gracias
Esporádico, el Estado, como los consejos de Administración de cualquier empresa, tiene que informar a sus accionistas-ciudadanos de por qué toma unas decisiones y no otras. no tiene nada que ver con decisiones asamblearias. tiene que ver exactamente con su último párrafo. Ni siquiera tiene que hacer falta que preguntemos. Para eso está la web, para publicarlo todo y que podamos encontrarlo. algún día eso llegará y los ciudadanos que quieran podrán estar informados sin impedimentos burocráticos.
Dentro de las cosas que sobresalen por su fealdad, sin duda hay una calle adoquinada y pintada para canalizar el trafico (sea cual sea el estado de la pintura).
Salud!
Volverán los empedrados…
No se si lo veremos pero volverán.
No es momento de románticismos, no hay un duro, pero es cuestión de tiempo que aparezca la asociación por la defensa del adoquín clásico.
Como las fachadas y los tejados, hay que respetar el entorno estético.
Es cuestión de tiempo que se llame bárbaros sin cultivar a quienes llevaron a término semejante tropelía.
Sería como sustituir los sillares del acueducto de Segovia por placas alveolares, o implementar ciclo diesel para coupe cabrio…
Quite quite por dios.
Se acercan tiempos de algaradas y motines.
Lógico que en la capital del reino vayan quitando los empedrados.
Javier. La Administración está para tomar decisiones, las mejores que puedan adoptar. Para ello cuentan -se les presume- con gente capacitada para ello y con un asesoramiento efectivo para tomar las decisiones que corresponda. Eso no significa que siempre acierten, ni que gusten a todos los administrados.
Para lo que no está, es para satisfacer la curiosidad de cualquier administrado ocioso que no se represente más que a sí mismo. Eso, si quiere, se lo busca en una comuna hippy, pero yo me niego a que a mí me cueste dinero tener a un funcionario ocupado durante un tiempo para darle satisfacción a su capricho.
Tiene usted unas ideas sobre lo que debe ser el Estado que son como de niño de primaria, para lo que le conviene, claro.
JM
Claro que sí, JM, ¿para qué queremos estar informados de las decisiones de nuestros políticos? Basta con tener fe.
Pues se lee el BOE. Amenísimo, ahí viene todo lo que un gobierno hace, lo que no vale es no leérselo e ir a que te lo cuente alguien.
JM
JotaEme, no sé qué tiene en contra de las ideas de los niños de primaria. Eso es un prejuicio. 🙂
En el BOe no aparecen los estudios y análisis que determinan cada decisión. Esos estudios existen, pero que no se publican. E internet hace fácil y barato que se publiquen.
Sin información no podemos evaluar. Y tenemos que evaluar cómo gestionan nuestros recursos. Hay que hacerlo mediante el sistema más barato y flexible posible, pero a mí me parece necesario.
Todo el dinero que gastan las administraciones en publicidad deberían emplearlo en informar. Ahorrarían mucho, no harían autopropaganda y los ciudadanos podríamos votar mejor.
Me parece imprescindible. Si a los niños de primaria también se lo parece, me alegro.
D. Javier, algo asi? http://www.aporta.es/web/guest/index