El artículo que escribí hace unos días sobre el abaratamiento del despido ha recibido más atención y respuestas de las que preví. El debate que se ha producido es de mucha calidad y les animo a continuarlo.
Como me parece un asunto muy relevante para el buen funcionamiento de la economía de nuestro país, voy a dedicar más artículos a este asunto.
pgonzalezs, en el quinto comentario, plantea la primera duda. «No entiendo por qué el precio del despido sería el motivo de la elevadísima tasa de desempleo en España» y me insta a que cuantifique: «¿qué peso le atribuye el precio del despido en la tasa de desempleo? ¿Puede establecer alguna relación causal entre el bajo costo de despido y la baja tasa de desempleo en los países?».
Más adelante Altro71 reclama «esos datos que demuestren la injerencia de las indemnizaciones por despido en el aumento de la tasa por desempleo».
Lo primero que tengo claro es que no puedo demostrar nada. Demostrar requiere un método científico imposible para mí y creo que para cualquiera en este asunto. Son demasiados los factores que influyen en la tasa de paro como para que haya forma de demostrar que una medida cambia un entorno. En la realidad es imposible de mantener el caeteris paribus que tanto se utiliza en la economía teórica.
No, no puedo demostrar nada. Ni lo pretendo. Pero me intriga el planteamiento de pgonzalezs y de altro71. A mí se me ocurre preguntarme todo lo contrario que a ellos.
En España llevamos muchos años con una indemnización por despido mucho más alta que la mayoría de los países de nuestro entorno económico y llevamos también muchos años con una tasa de paro muy superior a la de los países de nuestro entorno económico. Si estamos de acuerdo con esta afirmación (si alguien la desmiente, me retracto de todo lo dicho) ¿No es lógico plantearse que la elevada indemnización por despido puede ser perjudicial para la economía de nuestro país y por tanto una de las causas para el elevado desempleo?
Si miramos cifras comparadas de desempleo, por ejemplo las que publica la OCDE, inmediatamente se aprecia que el desempleo en España es mucho más elevado que el de los países de nuestro entorno, tanto en épocas de bonanza económica como en periodos de crisis. Incluso en momento de elevadísimo crecimiento económico, como el de la reciente burbuja, la tasa de paro en España es muy superior a la de la mayoría de economías occidentales.
Estoy seguro de que la elevada indemnización por despido no es la única causa, pero (salvo la educación y la justicia) a mi juicio las otras causas están impregnadas del mismo vicio que la indemnización por despido. Son medidas protectoras de sectores productivos, que limitan la libre competencia, causan privilegios y atornillan la flexibilidad de la economía.
En mi visión de la economía, la única forma de generar empleo es la generación de riqueza. La competitividad es el motor del empleo y no al contrario. El empleo se genera por la necesidad de ofertar a nuevas demandas, que reclaman los productos y servicios más competitivos (en calidad y precio) que se ofrecen en el mercado.
Para ofrecer estos productos y servicios, tenemos que poner los medios de producción en manos de las personas que mayor rendimiento puedan obtener de ellos en cada momento. (Ya veremos cómo protege el Estado a los menos desfavorecidos para trabajar, pero esa es otra cuestión. Lo que está claro es que la única forma para que podamos proteger a más gente es tener mayor riqueza y la mayor riqueza sólo se obtiene con el mejor rendimiento de los bienes de producción).
En la economía actual (todavía más que en la economía de hace dos décadas) es necesario competir con los países de nuestro entorno para exportar (el déficit exterior español da miedo) y si no exportamos el consumo interno se va al garete antes o después. Para exportar, las empresas tienen que poder utilizar los recursos productivos con la máxima eficiencia y para lograrlo tienen que tener flexibilidad para colocar en cada puesto a la persona más adecuada en cada momento. Este es el motivo principal por el que yo creo que una indemnización elevada por despido resta competitividad a una economía y por ello es incapaz de dar ocupación a un elevado porcentaje de los ciudadanos.
Es cierto que este sistema obliga a una esfuerzo continuado de todos para trabajar mejor y producir más. Y puedo estar de acuerdo en que no es cómodo vivir así y que muchas personas prefieren menor tensión laboral y menor esfuerzo. Muy bien. Pero debemos tener claro que vivimos en la realidad que vivimos y que si no somos nosotros los que nos esforzamos habrá otro que nos quitará una parte del mercado y que al final no seremos capaces de generar valor añadido y por tanto nuestro trabajo dejará de tener sentido e iremos al paro.
Estoy convencido de que una reducción de la indemnización por despido no tendría un efecto mágico inmediato en nuestra economía. Los efectos sólo se verían a largo plazo, por lo menos 15 o 20 años.
La protección social a los menos favorecidos por la vida sólo es posible en economías ricas, con un alto índice de empleo. Los que tenemos más posibilidades de trabajar y esforzarnos, los jóvenes con buena salud y las personas con formación, tenemos que esforzarnos más y perder parte de nuestros privilegios si queremos pagar las pensiones de los jubilados y subsidios para las personas con limitaciones serias para acceder al mercado de trabajo. La voluntad de la protección social o de la justicia social (para quien la tenga) sólo es posible si somos competitivos y si quienes tenemos mejores posibilidades de competir perdemos una buena parte de nuestros privilegios. El déficit público español actual es insostenible. O vamos con cuidado o romperemos la estabilidad necesaria para mantener una moneda única en la zona Euro. Las consecuencias de la falta de competitividad de la economía española pueden ser muy graves si no ponemos soluciones a esta incapacidad histórica de generar empleo.
Se me quedan muchas cosa por decir, pero ya es demasiado largo. Escribiré más. Faltan respuestas a muchas de las cuestiones planteadas. La pregunta de pgonzalezs requería de mucho espacio. Mañana volveré sobre ello.
Buenas noches,
Ya que varias personas solicitan que las opiniones que expone Javier sean demostrables con datos, creo de mucho interés adjuntar el enlace del informe del Banco de España sobre el mercado laboral, ineficiencias y diferencias con el resto de paises europeos (que son muchas) en solo 20 páginas.
Desde mi punto de vista es necesario una reforma profunda porque hay mucho que cambiar y reducirlo solo a abaratar o no el despido me parece muy simplista, sesgado y manipulador (así los políticos no hacen nada, sean del partido que sea). Si generamos el doble de paro que cualquier país europeo será por algo que hacemos mal. Es curioso que en esto no sale nadie diciendo que tenemos que ser como Europa…
http://www.bde.es/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/InformesBoletinesRevistas/BoletinEconomico/09/Jul/Ficheros/art3.pdf
Gracias Híbrido.
Buenos días,
Sin duda alguna el camino que lleva España en los últimos 2-3 ejercicios no es bueno, eso creo que es incuestionable por nuestro creciente diferencial en magnitudes macroeconómicas con el resto de países desarrollados, ya sean europeos o del resto del mundo.
España posee problemas estructurales más allá del mercado laboral que no hacen ser poco competitivos frente al resto de economías de nuestros competidores. En un mercado global como el que vivimos, o somos competitivos, o perderemos posiciones paulatinamente. En el terreno de la competitividad está el apartado I+D (que somos de los atrasados), el apartado productivos, etc…. pero, sin duda alguna, los costes laborales forman parte de dicha competitividad por eso, entre otras razones, muchos países han decidido ir a China y los países del Este para montar sus fábricas y reducir de este modo alguno de sus costes, los más directos, los de la mano de obra.
En esta línea, las indemnizaciones forman parte de los costes laborales, hecho este que se hace más plausible en épocas de crisis donde los despidos aumentan (en España 1,369 MM de personas en la última tasa interanual) y, por tanto, las empresas deben cumplir la ley e indemnizar a sus trabajadores.
Sin duda alguna la solución no es eliminar o reducir las indemnizaciones, pero creo que se trata de una medida que puede aliviar a corto plazo la situación y ayudar a algunos empresarios a contratar con «más alegría» una vez se disipen los nubarrones que existen actualmente a nivel nacional y mundial.
En fin, se trata de tan solo mi opinión, tomadla como tal, como bien decíais en Economía no hay análisis 100% correctos o incorrectos, sino hipótesis y, en el mejor de los casos, la experiencia de situaciones pasadas, cosa que desgracidamente no existe de una situación como la actual en España, al menos de modo de un modo tan plausible.
Un placer compartir opiniones con vosotros.
Hay una cosa que siempre me sorprende: ¿por qué la gente dice de algo que «no es bueno» cuando realmente es lamentable, horrible y catastrófico? Dejémonos de paños calientes de una santa vez, que no ganamos nada usando eufemismos.
Un saludo
Interesantes las reflexiones de Oscar, pero me gustaría matizar lo último que comenta: «…en Economía no hay análisis 100% correctos o incorrectos…la experiencia de situaciones pasadas, cosa que desgracidamente no existe de una situación como la actual en España, al menos de modo de un modo tan plausible»
Completamente cierto pero sí tenemos experiencias pasadas: la crisis post 1992 dejó el nivel de paro en el 24 %, época en que se empezó a intentar flexibilizar el mercado laboral pero que se ha quedado a medias. Incluso en momentos de bonanza el paro en España ha sido 5 puntos superior al resto de Europa, que es cuando se habría tenido que hacer los mayores cambios (como en Alemania y Austria)
Otra diferencia fundamental con nuestros vecinos europeos que no conviene olvidar es el tipo de empleos que tenemos. La economía española depende un alto porcentaje de la construcción y del turismo. El primero ha caído en picado y el segundo se ha resentido en gran medida por la disminución de turistas, que además gastan menos.
Es decir, tenemos en el paro a una gran cantidad de gente que, salvo excepciones, tienen un nivel de estudios inferior a la media europea. Sin olvidar al colectivo de inmigrantes que trabajaban en estos sectores que llevaban viviendo ya unos años aquí y también cuentan a la hora recibir ayudas económicas.
Si estos trabajadores en paro no consiguen reciclarse o mejorar sus capacidades profesionales de manera que puedan suponer una ventaja competitiva para nuestras empresas, por mucho que se pongan parches y remiendos a la actual situación (por ejemplo el Plan E), mal futuro o de peor de lo que ya está, nos espera.
Saludos cordiales,
James Marshall.
Y en cambio luego tenemos a los ingenieros y otros profesionales de alta cualificación recibiendo salarios ridículos, con lo cual se les está dando a entender que aquí sobran. ¿Resultado? Se van a crear riqueza a otros países.
Gracias por cumplir sus promesas, Sr. Moltó.
Quisiera aclara antes de nada que yo no le insté a nada ¿eh? Se lo pedí educadamente (espero), y dejándolo a su buena voluntad. Que luego la gente cree que yo voy instando a diestro y siniestro cuando, en realidad y en las distancias cortas, soy un ser encantador.
Mi interés no era necesariamente una demostración con datos de la influencia del precio del despido en la tasa de paro, sino un razonamiento de una eventual relación causa-efecto entre ambos factores. Ya sé que esto que voy a decir es una obviedad, y que usted ya lo sabe, pero la coexistencia de dos factores no implica una relación causal entre ellos, por larga que sea esa coexistencia. Poniéndonos extremos, el hecho de que la temperatura media en España sea superior a la de Noruega no explica (al menos directamente) que los noruegos tengan menos problemas para encontrar empleo.
La relación causal entre el precio de despido y el paro me resulta dudosa porque supondría que un empresario preferiría renunciar a la probabilidad del beneficio que le aportaría aumentar su actividad mediante un nuevo empleado ante el riesgo (relativamente remoto) de tener que despedir a ese empleado antes de que la productividad de éste hubiese amortizado el precio de su despido. Es decir, que usted (perdone que me lleve esto al terreno personal), a pesar que km.77 va muy bien y de que un periodista más le vendría de perras para aumentar sus ingresos publicitarios, preferiría no contratar a ese periodista, por la eventualidad de tener que despedirlo. ¿Le ha pasado alguna vez eso? ¿Se ha enfrentado alguna a vez a costos de despido tan elevados que, posteriormente, ha decidido no contratar a alguien por ese motivo? Sobre todo teniendo en cuenta que durante el período de prueba se puede despedir gratuitamente.
Ya sé que la coyuntura económica puede empeorar y que un empresario (usted mismamente), tras un período de generación de empleo y buenos resultados, podría necesitar despedir a alguien. Si decide despedir «al nuevo», los costos de despido serán bajos. Si decide despedir «al veterano», su costo de despido será elevado, pero muy probablemente menor al beneficio generado durante sus largos años de servicio.
Lo que he hecho hasta aquí es explicar mis reparos intuitivos al abaratamiento del despido. Estoy totalmente abierto a cambiar de opinión.
Patoaparato, algunos creemos que la vehemencia y la utilización de un lenguaje más emocional perjudica a la finalidad del argumento.
Si alguien dice que «esto es un escándalo» (por ejemplo) lo que está haciendo es poner en primer plano su propio estado emocional (la indignación que le causa determinada circunstancia), no la dimensión del problema. Lo que para usted es un escándalo para mí no tiene por qué serlo.
Que alguien intente imponerme su estado emocional me resulta desagradable y violento. Es probable que, por ello, decida no darle crédito ni hacerle caso.
Gracias a usted por su amabilidad Sr. pgonzalezs. Es verdad que no me ha instado. Yo sentía que me instaba, pero en realidad usted sólo lo pedía educadamente.
El razonamiento de la relación causa efecto no soy capaz de hacerlo. En cambio sí soy capaz de hacer un razonamiento causa efecto contrario. Una empresa no despide a personas que no le resultan rentables, no las despide porque tiene que pagarles una indemnización alta y al final las cuentas de la empresa no salen y tiene que hacer despidos masivos mediante un ERE o como sea. Pero ya es tarde, ha perdido mucha cuotra de meercado que es difícl de recuperar y al final destruye más empleo.
Los empleados no dan beneficio por sí mismos, salvo que ellos mismos o una estructura dada sepa qué hacer con su trabajo, cómo darle forma, cómo sacar rendimiento de su actividad. A km77.com un nuevo trabajador le puede sentar muy bien o le puede sentar muy mal si no supiéramos qué hacer con él o si sus capacidades no coinciden con lo que necesitamos.
El mercado cambia. Las habilidades de un trabajador, durante un periodo, pueden ser inútiles durante otro periodo en el que nos puede convenir más reconvertirlo o contratar a otra persona con otras habilidades. Si es un trabajador con alto rendimiento general, preferiré reconvertirlo porque me aseguro a un buen trabajador. Pero esa persona puede negarse a reconvertirse. Y tenemos un problema. Para mí no hay prioridad. Merece tanto trabajar una persona que está en el paro como alguien que lleva 10 años trabajando al lado de mi mesa. ¿Por qué no puedo permutarlos? ¿Por qué no puedo cambiar un trabajador con un sueldo X por otros varios? ¿Por qué uno de ellos tiene privilegios sobre los demás? (Con estas preguntas no pretendo establecer esa relación causal que me pide. Sólo mostrar mi incapacidad de entender la respuesta que da la sociedad españolas mediante la ley).
El argumento de que con menor indemnización por despido el trabajo es inestable, los bancos no dan préstamos y el consumo se reduce no se sostiene. No sucede en ningún país de nuestro entorno. En España el mercado está dividido artificialmente. Hay un grupo inestable y otro subido a una rama agarrado como un poseso con más miedo que nadie a que talen el árbol.
La coexistencia de dos factores no implica una relación causal entre ellos. Pero tampoco la impide. Yo no descarto que haya relación entre la temperatura media y el nivel de desempleo. no le doy demasiada importancia porque en el caso de que exista no puedo hacer nada. Y pienso además que la influencia es pequeña. Cuando mi instinto (¿puede ser otra cosa?) me dice que la interrelación es significativa le dedico más tiempo a pensar.
Gracias
@pgonzalezs
Estoy de acuerdo contigo en que un catastrofismo injustificado es absolutamente contraproducente.
Estoy convencido que, ante una catástrofe, no se deben poner paños calientes como si se tratara de un simple resfriado. O se ponen todos los medios a trabajar, o la gente muere. Y en lo que nos ocupa, similar. Sólo le puedo decir que un familiar mío trabaja en una oficina del paro y me comenta casos de quitar el sueño. Si fueran uno o dos, son desgracias aisladas. En la cantidad que este familiar me comenta, o se tienen muchas tablas o no se iría a casa después del trabajo.
En cuanto a dónde está el nivel en el que pasa a ser objetivamente un desastre, lo tenemos fácil: miremos a nuestra historia y miremos a nuestro entorno.
Para finalizar: me hace gracia cuando se habla de que se ha tocado fondo, que hay brotes verdes, que peor no se puede estar… Y me hace gracia porque pienso en Felipe II, sobre cuyo Imperio no se ponía el sol, tuvo que declarar tres bancarrotas a lo largo de 40 años. Y, salvando las distancias (enormes), seguro que alguien le diría después de la primera bancarrota que la situación ya no podría ir a peor.
Un saludo
Patoaparato. Aquí no tenemos poder de decisión ni estamos en posición de solucionar nada, porque lo único que estamos haciendo es debatir. Caldear el ambiente con expresiones de emoción es contraproducente para el debate. A eso me refería.
Por otro lado, la urgencia no es cuestión de palabras sino de actos. La vehemencia es un recurso comprensible pero inútil o perjudicial en casi todos los casos.
#12 (Hoy he aprendido esto) Lo he aplicado a esto:
http://meneame.net/story/revision-los-60.000-km-golf#c-79
Mr. pgonzalezs:
No sé qué ha pasado. He leído todos los comentarios y no he visto nada tan vehemente. Lo dice por esto: ¿por qué la gente dice de algo que “no es bueno” cuando realmente es lamentable, horrible y catastrófico?
Mo estoy de acuerdo con patoaparato. ¿Por qué decimos que algo no es bueno cuando algo es malo? ¿Queda más suave? Los eufemismos sólo sirven para liar.
El uso de «lamentable, horrible y catastrófico» es aceptable a mi modo de ver no porque la situación actual lo sea, sino para poner énfasis en la utilización ¿inconsciente? de eufemismos (Yo los utilizo y me disgusta).
Mis palabras eran una reflexión sobre el comentario de Patoaparato, no un reproche ni a él ni a nadie en particular. El tono del debate me parece impecable. Yo tampoco soy amigo de los eufemismos. Son trampas para puritanos y gente con aviesas intenciones. Mi argumento defiende la neutralidad frente a la vehemencia, no el eufemismo frente a la realidad.
Mexplico. Pojemplo, Km77 hace pruebas de coches con un espíritu neutral, alejado del tono emocional de otras publicaciones, pero no por ello cae en el eufemismo.
Por experiencia sé que la credibilidad de alguien y las probabilidades de llevar a cabo un debate fructífero disminuyen vertiginosamente cuando nos dejamos llevar por la emoción y tiramos de diccionario de sinónimos.
Yo creo que, efectivamente, se puede decir que algo es bueno, malo, muy malo, pésimo, catastrófico o aberrante, por ejemplo. También creo que, llegado cierto punto, la palabra hablará más de nosotros y nuestras emociones que de la realidad. El debate adquiere entonces un tono que ya no me interesa.
Cuando hablo de ideas, las emociones de los demás me aburren mucho. Sobre todo en Internet.
A eso me refería.
«la palabra hablará más de nuestras emociones que de nuestras ideas» Eso es lo que debería decir en el penúltimo párrafo.
Sorry.
Comparto sus palabras, pgonzalezs. Efectivamente, mi comentario radicaba en que no llamar a las cosas por su nombre crea falsos sentimientos, tanto de desasosiego como de exceso de confianza. En este caso concreto, partía del comentario de Óscar haciéndolo extensivo a muchos otros ámbitos pero, al menos esa era mi intención, sin tildar a la situación del tema en cuestión como «lamentable, horrible y catastrófico».
Las exageraciones, tanto de un lado de la balanza como del otro, no aportan nada. Sólo engañan. Alcanzar el punto justo y objetivo no es fácil. No es bueno dejarse llevar por las emociones, se pierde objetividad. Y de ahí, precisamente, nace la necesidad de un buen uso del lenguaje.
Es un placer leer sus comentarios. Un saludo
Bueno, vuelvo a la carga con otro enlace de datos objetivos, esta vez del Eurostat con la evolución del paro desde agosto del 2008 hasta junio de 2009:
http://epp.eurostat.ec.europa.eu/tgm/table.do?tab=table&language=en&pcode=teilm020&tableSelection=1&plugin=1
Dificil no sentir rabia al ver que en Holanda el paro es del 3,4% (un incremento del 0,7% para todo el período), Francia un 9,5%, Alemania 7,7%, Italia sobre un 8%, etc. Pero también supongo que un porcentaje x del paro en España no es real por la economía sumergida y el cobro de subsidios de forma fraudulenta que todos alguna vez hemos oido.