En la entrega de los premios de las 24 horas Ford, Mari Paz, un encanto de camarera que me dio litros y mas litros de agua durante las 24 Horas Ford, me preguntó en qué posición habíamos quedado.
— Hemos quedado los novenos.
— Y quién ha ganado?
— La Fundación Gomaespuma.
— !Pero esos ya ganaron el año pasado!
— Sí, son unos abusones.
,
— Pues tendrían que compartir porque compartir…
— Es ganar. ¡Claro que sí. Compartir es ganar!
Y le puse la mano en forma de «choca esos cinco» y los chocó.
¡Compartir es ganar! Decidí titular así, con este titular trabajado entre Mari Paz y yo. (Gracias Mari Paz por ser tan amable, darme tanta agua a cualquier hora, y por sonreír cuando me acercaba a por más)
En las 24 Horas Ford compartimos tiempo, más de 24 Horas, todos los participantes, compartimos emociones y ganas. También compartimos premios, porque todas las fundaciones seleccionadas reciben una buena cantidad de dinero sólo por participar, dinero que deben destinar a un proyecto concreto bien especificado.
En los equipos compartimos responsabilidad. De nada sirve esforzarse mucho e intentar hacerlo muy bien si para algún miembro del equipo todo el único afán es pasarlo bien mientras conduce, gastar sin medida y mentir al coordinador del equipo con el consumo que estás haciendo. Entre otras cosas porque al final se descubre. Fastidias a todo el equipo y a la ONG. En fin. Absurdo.
Este año participábamos diez equipos, todos con Ford Focus 1.0 Ecoboost de 125 caballos. En nuestro equipo, el de la Fundación Lydia Cacho, empezamos despacio, con Cristina Almeida de embajadora, que se portó divinamente con todos, con el equipo y con el coche, aunque lo suyo no sea ir rápido. «¡Pero qué deprisa van!» dijo al bajar del coche. ¡Claro que sí, Cristina! ¡A dónde se creerán que van!
Tras ella se subió Ramón Arangüena, nuestro segundo embajador, que también lo hizo muy bien, y después todo el equipo. Todos los hicimos medianamente bien, en la medida de nuestras posibilidades, y uno lo hizo rematadamente mal, a propósito, a saber por qué.
El relevo que más disfruté fue el último, el único que hice completo de día y en el que fui más despacio. Cuando subí al coche quedaban cincuenta minutos de carrera y hacía ya media hora que el indicador de autonomía marcaba cero.
Salí dispuesto a quedarme tirado en una curva en cualquier momento, pero también salí dispuesto a conducir lo mejor posible para que no me adelantara el único coche que nos podía adelantar y para llegar hasta la meta. Por intentarlo que no fuera.
Daba las vueltas en unos 2′ 55″ con un consumo medio de unos 7,0 litros cada 100 km, de ordenador. Prácticamente todo el Jarama en sexta velocidad, muy despacio en la recta, todo lo rápido posible en las curvas pero sin frenar el coche con la dirección. De madrugada di las vueltas en 2′ 38″ con un consumo de ordenador de 9,8 litros. El consumo incrementa con mucha mayor rapidez que la velocidad. Un 15% más de velocidad supone un incremento de consumo del 30%, con este coche y en el circuito del Jarama entre 70 y 80 km/h de velocidad media por vuelta.
Finalmente crucé la meta, a mi ritmito, feliz de llegar. Conduje casi una hora con muchísimo calor, feliz por bailar en cada curva con dod dedos en el volante para sentir bien la dirección, con tiempos prácticamente idénticos salvo cuando me tenía que apartar para que me doblaran o cuando tenía que acelerar para que el que me doblaba no me pillara en medio de la curva. Fui feliz, intentando ver bajar el consumo que me habían pasado de los dos relevos anteriores vuelta a vuelta. Empecé con el ordenador en 8,2 y terminé con 7,7 l/100km. Lo bajé 5 décimas, pero hice poco más de la mitad de kilómetros de los que habían hecho antes ellos para ese consumo. Dejar correr el coche, frenar con mucha suavidad para colocar el coche cuando conviniera, no acelerar a la salida de las curvas… Placer.
En el muro, vuelta tras vuelta, estaban los patronos de la Fundación Lydia Cacho animando. Algunos coches se empezaban a parar. Al número 3, cuando peleaba por ganar, lo vi dar volantazos desesperadamente en la recta para intentar que llegara algo de gasolina al motor. Se quedó. El 8 también. Alguno más. Otros me adelantaban como exhalaciones por cualquier lugar. En una ocasión me pasó uno por fuera y otro por dentro. Yo intentaba dejarles sitio a todos, pero no podía desaparecer. Iban, de promedio, por los tiempos que me contaban, unos 15 km/h más rápido que yo. En las curvas pasábamos a velocidad parecida, pero en las rectas me levantaban el sombrero.
Se cumplió la hora, crucé la meta, pero no había bandera. Di otra vuelta más, a mi ritmito. Ni un tirón del coche. El depósito parecía infinito. No tenía a nadie por delante para adelantar. Los que iban por delante ya se habían quedado parados. No me servía de nada correr más, porque no iba a dar tantas vueltas como ellos por mucho que corriera. A rebufo del viento, hasta cruzar la meta.
Llegó la bandera de cuadros. Toqué el claxon al pasar por el box como si hubiéramos ganado. En el muro, el equipo y los patronos de la fundación. Al bajar del coche, todos contentos. Quedamos los penúltimos, pero cruzamos la meta, que es muy gratificante. Besos y abrazos y felicidad. Otro año lo volveremos a intentar.
Ya lo decía Mari Paz. Compartir es ganar y, para ganar, hay que compartir. En esta ocasión lo que había que compartir era combustible. Gastar un 50% más del que te corresponde durante tus turnos es… En fin. (Pa matarlo). ¿Saben por qué se lo cuento? Porque compartir es ganar 🙂
Pero hombre, expláyese, dé nombres… no se quede a medias tintas, que se le ve con ganas… póngale nombre al traidor!!!! ;o)
Bueno, 9.000 euros, en los tiempos que corren, tambien es un importante donativo, asi que me parece un buen premio, y una iniciativa por parte de Ford muy encomiable, seguramente las demas marcas de automoviles tambien tengan sus departamentos de responsabilidad social coorporativa, pero no les luce tanto.
Me queda la duda de saber por que cree que el integrante de su equipo lo hizo mal a proposito, se le ve dolido.
Me uno a la propuesta de @1 y @2. No tire la piedra y esconda la mano. Diga el nombre del «elemento» que se dedicó a quemar combustible sin compasión. No nos deje así hombre…
1) quin, no hace falta. No es conocido.
2) svexup. Me duele. No me duele la posición final, ni el dinero para la fundación. Los nueve mil euros son maravillosos, pero mucho más que el dinero lo que es maravilloso es la posibilidad de participar. Acabé la prueba feliz por unas 24 Horas excelentes, rodeado de amigos y después de haber cruzado la meta.
En nuestro equipo ninguno éramos un figura. Hay muchos periodistas que conducen muy bien. Ganar es muy difícil. No basta con que haya uno muy bueno. El truco para ganar está en que el conjunto sea todo bueno y que no haya nadie que falle estrepitosamente. Nosotros no teníamos ninguna oportunidad de quedar entre los cinco primeros me parece a mí. di vueltas al circuito con varios participantes antes de empezar, en el asiento de atrás y fui consciente de que nuestras limitaciones. ¿Y qué? Aun así, si cada uno lo hace muy bien para sus posibilidades, las oportunidades aparecen.
Pero, una cosa es tener pocas oportunidades de quedar bien y otra hacerlo mal a sabiendas. Este participante de nuestro equipo rodaba siempre alrededor de 2′ 25″, con una vuelta rápida de 2′ 22″. Eso era entre 10 y 15 segundos más rápido que yo. Lo grave no era eso, sino que mentía en las cifras de consumo que conseguía: Decía que según el ordenador del coche consumía 10,4 litros cada 100 kilómetros a esa velocidad.
Yo me lo creí, porque no veía ningún motivo para que nos engañara. No había rodado nunca con este coche en las 24 Horas y no había hecho ningún relevo. Si él decía que 10,4 litros, yo no tenía ningún motivo para dudar. Me sorprendía que las cifras que daba vuelta a vuelta no eran coherentes, porque cambiaban décimas de una vuelta a otra: 10,3; 10,5; 10,2 y cuando ya llevas varias vueltas no es normal que el consumo cambie tanto si conduces de forma ordenada, pero cabía la posibilidad de que hiciera cosas extrañas… yo qué sé.
Hasta que me subí yo, el último de todos los componentes de mi equipo. Probé a rodar en 2’35» y el consumo se situaba alrededor de los 11 litros cada 100 kilómetros. Pensé que estaba conduciendo muy mal. Me fui centrando, probando diferentes cosas. Nada funcionaba bien. Empecé a probar demasiado, demasiados cambios, no conseguía consumos ni mínimamente parecidos. Me estaba volviendo loco.
Al bajar del coche pregunté a amigos de otros equipos. Todos me decían que esas cifras que daba nuestro participante eran imposibles. Pero el hombre se volvió a subir y volvió a ir muy rápido y a decir consumos imposibles para mí. ¿Por qué va a mentir me preguntaba yo? Si quiere ir rápido que vaya, nadie le va a bajar del coche, pero que no mienta, pensaba yo, porque va a volver loco al coordinador del equipo y a todo el resto. (Creo que algún participante más empezó a mentir, para no sentir que hacía el ridículo. Lo comprendo. El coordinador, por ejemplo, pensaba que yo era un patán. Estaba claro. Pero ya soy muy mayor y no voy a mentir sólo para que se crea que soy mejor que el otro o casi tan bueno)
Por fin, a las seis de la mañana, debido a problemas con los turnos que tuvimos en el equipo (un participante se mareó y decidió no hacer más turnos), me tocó conducir justo después que este participante tramposo.
Nuestra consigna era no poner el marcador a cero, para que el siguiente participante viera la cifra, se la diera al coordinador y entonces reseteara.
Cuando me subí yo al coche, miré el marcador inmediatamente. Este hombre había reseteado hacía 1,5 kilómetros, más o menos en el punto más alto del circuito (había borrado todos sus datos anteriores) y en esos 1,5 kilómetros, que incluían dos bajadas y una sola subida, que incluían además toda la deceleración para entrar en boxes, el indicador ponía 12,5 litros cada 100 km. Ni siquiera en tan poca distancia había sido capaz de disimular y de dejar un consumo acorde con los datos que transmitía.
Me encabroné. Salí acelerando sin cuidado del box y di dos vueltas completas al ritmo de este hombre. La primera no contaba porque era la salida del box, pero el consumo estaba en 15,0 litros a los cien al pasar por meta. Al acabar la segunda vuelta, que la hice en 2′ 24″ el consumo estaba en 14,5 litros cada cien kilómetros. Se lo dije al coordinador. «No me parece posible gastar menos de 13,5 litros a este ritmo y me temo que él está gastando más (visto el dato del 12,5 en sólo 1,5 kilómetros casi todos en bajada). Está mintiendo. No tenemos ni idea de cuánto está gastando.»
El coordinador se enfadó conmigo cuando le di el dato de 14,5 litros. Después de estas dos vueltas rápidas me puse a conducir a 2′ 38″ a un consumo inferior a los 10 litros cada 100 kilómetros. A esa hora ya sabía que no teníamos nada que hacer. Ir rápido hace que los neumáticos se desgasten mucho, que haya que cambiarlos pronto, que el coche vaya peor… no beneficia a nadie.
En esta prueba hay muchas ilusiones en juego. Las ilusiones de los participantes por hacerlo bien, por consumir poco, por intentar ganar cada posición, la ilusión de las ONGs, la ilusión de los organizadores. Pero uno se puede encontrar con un tipo al que le importa una escarcha todos los demás, un tipo capaz de mentir y de dar luego consejos de cómo hay que conducir para gastar poco, capaz de gastar los neumáticos y el combustible sin ton ni son, en una prueba que premia la conducción eficiente en el circuito del Jarama…
¿Por qué creo que el integrante de mi equipo lo hizo mal a propósito? No tengo ni la más remota idea. No soy su padre para reñirle. No soy quién para decirle nada. Él sabía perfectamente lo que estaba haciendo.
Uno de los motivos por los que lo cuento es por la sorpresa de que estas cosas puedan pasar. ¿Qué motivos pueden llevar a una persona aparentemente adulta a hacer cosas de este tipo? No tengo ni idea.
¿Me duele? Sí. Me duele saber que hay especímenes de la especie humana como este, que les importa un cero las ilusiones y el esfuerzo de los demás. Y me duele por encima de todo que no me dejara disfrutar de las 24 Horas con toda la intensidad con la que las disfruto siempre. La intensidad que te hace participar en el equipo, que te hace trabajar para que cada uno de los miembros del equipo gane una décima de consumo, para que cada instante sea mágico. Con un ser así, la magia se desvanece.
Aun así, las 24 Horas son una prueba especial. Salvo los agobios durante la noche, las dudas y las preguntas sin respuesta, el conjunto de las 24 horas ha sido maravilloso, por muchísimos motivos. Estoy feliz de haber participado y de cada uno de los momentos vividos. Los iré contando.
En fin, svexup. Eso le pasa por preguntar 🙂
Debería nombrarle para que sienta vergüenza aunque la responsabilidad de que hiciera lo que hizo es compartida entre quien lo hace y quien con desatino y mal criterio le llama a filas.
To the César la ensalada.
JM
@4
Filiación completa del tramposo.
Señor Moltó, sigo estando de acuerdo con el 100% de los que hemos comentado en este post, en que sin una filiación completa del tramposo, nos deja sin lo jugoso del tema.
Y si mañana alguien consulta la compra de su futuro coche en una publicación del motor en la que publique este señor (si se da el caso de que sea periodista del motor) y le engaña tambien con los consumos???
Le perjudicará el no haber podido identificarle a tiempo y todo será por su culpa!!!!!. ;o)
Las compras equivocadas de hordas de personas se verán afectadas por su decisión, y usted purgará su pecado en el infierno de los periodistas… Imagínese la eternidad entera sufriendo ese castigo!!! ;op
No nos puede hacer eso.
Saque su vena «paparazzo» y culmine su obra.
Suyo afectisimo.
Quin, buen intento 🙂 No es periodista. Ni banquero.
Que sea o no persona famosa, no le exime de ser una persona presuntamente mentirosa, falsa e irresponable.
A mi si me gustaría saber quien es, ya que de la misma forma que salen a la luz casos de corrupción de políticos, empresarios, sindicalistas o miembros de la casa real, quizás ese elemento, fanático del hipo-miller, es un cliente, proveedor o conocido mio, con el cual me cuidaría mucho de seguir haciendo tratos con él.
Si tiene algún reparo y para evitar problemas, publique simplemente la lista de los miembros de su equipo y los consumos medios de cada uno.
Nosotros ya sacaremos nuestra propia conclusión.
Con la cantidad de lectores de su sección que incluso pagaríamos por estar allí, apoyando su proyecto y hay gente que lo sabotea desde dentro.
Ráfagas, GTO.
Juguemos al «quien es quien» 🙂
¿Lleva gafas de sol?
No entiendo el mensaje. Han convocado a un equipo, y citado a una persona de entre el equipo que ha engañado y dificultado que el conjunto en favor de la Fundación Pachón de fines bien dispersos esa -o como se llame- se haga con un premio.
En vez de silenciar u omitir el hecho, lo cita pero sólo parcialmente,
– para que el aludido sepa que podría haberle citado y le deba una, o qué sé yo
– para justificar el pésimo resultado
– porque informamos parcialmente porque siempre nos gusta contar toda la verdad (?)
– porque es un directivo de una anunciante, quita, quita, que somos independientes pero de boquilla
– porque aquí se hacen las cosas como a mí me da la gana
– todas las anteriores
Hola,
Sus comentarios son muy graciosos.
No pongo el nombre porque es absolutamente irrelevante. Es un completo desconocido para todo el mundo.
Ayer una mujer, en la calle Serrano de Madrid, giró hacia la drecha, sin mirar bien por el retrovisor y no se dio cuenta de que yo iba con la moto por su derecha y atravesó su coche delante de mi moto. no me quedó más remedio que chocar contra el costado derecho de su coche y caerme al suelo con la moto, para dolor de mi tobillo izquierdo.
ella y su acompañante se bajaron a gritos culpándome de no sé qué, de ir como un loco, de ir por el carril bus, de adelantar por la derecha, de ir por allí para chocar contra ellas… en fin, yo ue sé.
¿tiene sentido que dé el nombre de esta conductora desconocida aquí? No. Pues lo mismo.
Les podría engañar. Les podría decir que se llama Juan Gualberto Nogués y ustedes se quedarían tan satisfechos. ¿A que sí?
Pues no. No se llama Juan Gualberto Nogués. Pero se parece 🙂
Venga, voy a hacer mi apuesta:
El ínclito personaje es el señor mayor que está en cuclillas apoyando su hombro en la aleta del lado del conductor (la que queda a la derecha de la imagen) del Ford Focus.
Ahí lo dejo. :o)
P.D si no funciona ni con estas, me rindo…
D. Javier, no sé porqué se mete con el bueno de José . Le gusta correr y no puede evitarlo.
Usted lo cuenta como si fuera un chiste de Eugenio…Ese tío que se sube en un coche y pisa a fondo. Póngale nombre, informe verazmente, sea atrevido cómo super López :-p
EJ25MT5,
¿Cómo sabe usted que se llama José? Ya sólo le queda adivinar el apellido.
Si me insisten un poco más lo escribo seguro, que soy un fácil.
Mi tercer turno de conducción fue a las ocho de la mañana, después de dormir en casa (y quedarme encerrado en el ascensor), y mi cuarto y último fue a eso de las tres y, aunque quedaban dos horas para finalizar, yo ya dejé para mi sorpresa el contador a cero o casi cero de gasolina.
Agradezco que todos en el equipo -comenzando por Miguel- me hablaran de que había habido pequeños e incomprensibles errores en el cálculo del combustible y agradezco que no se comentara el nombre de ningún individuo en ese momento. También me alegro ahora de que se sepa con certeza que alguien no jugó limpio.
Pero ante todo quiero decir aquí que Javier Moltó es tan profesional que consiguió el reto de cumplir las 24 horas de conducción sin acabar tirado en la cuneta, que para muchos, que no conocían esta prueba, significaba algo así como no abandonar y no rendirse nunca.
Anda lea bien mi mensaje anterior, no vaya a ser que encuentre todo aquello que dice va a escribir.
David Ayala, periodista miembro del equipo ganador, habla de 10,7 litros a un ritmo de entre 2´35, 2´40. Son cifras parecidas a las que usted nos da, así qué o tenían a un super piloto, o a un mentiroso. Usted debería decir el nombre, aunque no sea famoso. Hay gente que no cree en este tipo de obras sociales y no gasta ni un minuto de su tiempo en ellas. Es lícito. Cada uno puede hacer lo que quiera con su tiempo. Hay otros, que si creen en estas fundaciones y en la labor que realizan y ponen todo su empeño en ayudar. Luego están los del tercer grupo, que aun importándoles un huevo este tipo de eventos, participan para darse publicidad si son famosos, o para divertirse a costa de otros. Si este elemento, pertenece al tercer grupo, hay que dar su nombre, para que no se salga con la suya, aunque sólo sea por afearle el gesto. Es un poco como esos que participan en la carrera que organizan los de «Ponle freno», cómo si les importara la seguridad vial y luego uno se entera que pertenecen al grupo de impresentables que se sacó el carnet en la «famosa» autoescuela de Cuenca.
Muchas gracias Ramón.
Soy tan profesional como todos los que condujimos lo mejor que sabíamos.
Me lo pasé muy bien esa última hora bajando y bajando el consumo en ese coche que era una sauna. ¡Me gusta el calor!
¡El año que viene, más!
Lo que más me inquieta de todo es que la prueba ha pasado a un segundo plano, a la gente solo le gusta comentar si es fulanito o menganito… no entiendo nada, parece ¡Sálvame!
Enhorabuena por llegar a la meta, 24 horas son muchas horas con pilotos muy diferentes y amateurs, es todo un logro.
@12.- Ah; pues ahora queremos saber quiénes le lastimaron el tobillo mientras usted conducía una moto.
Diga, diga.
JM
Yo tampoco daría el nombre (ya lo ha dado Mr. Subaru por ahí arriba), pondría una flecha roja sobre su cara en la foto de la entrada 🙂
Themis tiene razón, es una pena acabar hablando del tipo ese pudiendo hablar de lo divertida que es esta prueba. Yo tuve la fortuna de participar hace unos cuantos años y la disfruté muchísimo: la organización de Ford estupenda, el ambiente genial, dormir en la carpa de las azafatas (un sacrificio, lo sé, pero la vida es dura, que le vamos a hacer), conducir con más calor y humedad que en una sauna y no ser consciente por lo bien que te lo estás pasando, conducir de Noche en el Jarama, reirte con los compañeros del equipo, reirte de los compañeros del equipo…y las caras de felicidad de los integrantes de las distintas ONG cuando reciben su premio.
Pero hay una cosa que no entiendo…
En serio, no es por ser malo, en qué benefició usted a su equipo con:
«Me encabroné. Salí acelerando sin cuidado del box y di dos vueltas completas al ritmo de este hombre. La primera no contaba porque era la salida del box, pero el consumo estaba en 15,0 litros a los cien al pasar por meta. Al acabar la segunda vuelta, que la hice en 2′ 24″ el consumo estaba en 14,5 litros cada cien kilómetros. Se lo dije al coordinador. “No me parece posible gastar menos de 13,5 litros a este ritmo y me temo que él está gastando más (visto el dato del 12,5 en sólo 1,5 kilómetros casi todos en bajada). Está mintiendo. No tenemos ni idea de cuánto está gastando.”»
¿quería averiguar cuánto realmente estaba consumiendo clavando los tiempo del mentiroso?
¿para qué? ¿de qué les servía saber que en lugar de 10,3; 10,5 etc que cantaba el mentiroso realmente estaba en 13,5-14,5? si ya tenían claro que mentía… ¿no hubiera sido mejor seguir con el desafío «a pesar» del mentiroso en lugar de averiguar en cuánto mentía?
Saludos
Luis, para llegar a la meta es imprescindible hacer bien los cálculos del consumo medio. Si te pasan mal los datos, el coordinador (Miguel) no puede dar órdenes precisas a los conductores en cada relevo. Si cree que llevamos menos consumo o más consumo del real, será imposible que dirija bien a cada conductor.
Averiguar el consumo aproximado en esos tres relevos era imprescindible para rehacer los cálculos. Si no sabes cuántos litros te quedan (y eso sólo lo sabes si sabes cuántos has gastado) estás muerto.
Desde las tres de la mañana ya tenía claro que íbamos a quedar los últimos. Se lo decía a todos. «Vamos a quedar en el puesto 11». Pero quería que por lo menos intentáramos llegar a meta y que el coche no se quedara tirado sin gasolina una hora antes del plazo, que hubiera sido muy feo para todos.
Esas dos vueltas también me sirvieron para despejar dudas sobre mi conducción. Después de darlas, empecé a conducir mucho mejor para ahorrar combustible.
Pero, efectivamente, dar vueltas a ese promedio de velocidad es un error. Incluso una. Es mucho mejor no darlas, pero en un mundo no ideal es necesario bucear en las cloacas del Estado
Voy a ayudar a poner un poco de luz en este asunto.
Aquí está la lista pública de los miembros del equipo de Lydia Cacho.
9-Fundación Lydia Cacho – BP – 529 vueltas – 9.000 euros
(Cristina Almeida, Ramón Arangüena, Arno Thierry Vogels, Miguel Ángel Rodríguez, Tato Suarez, José Eugenio López, Javier Moltó, Noemí Alonso, Francisco García, Miguel Ángel Fernández. Coordinador: Miguel Martín)
Simplemente hay que poner los consumos logrados por cada miembro y tendremos al presunto derrochador identificado.
Ráfagas, GTO.
¿Miguel Ángel Rodriguez es el portavoz del gobierno de Aznar que pillaron conduciendo con una tasa ligeramente elevada de alcohol? No lo identifico en la foto…
Podemos hacer una porra…
Venga yo apuesto por…
¡Javier Moltó! ji ji ji
Saludos!
@26,
Buena iniciativa.
Apuesto por Tomas Roson. En la foto
https://www.km77.com/revista/teletransporte/wp-content/files/2013/06/llegada.jpg
Se aprecia como Javier, claramente enfadado tras descubrir el pastel, le esta diciendo: «Te meto un meco que te reviento, payaso».
Creo que tiene razón, Slayer. La cara es de «me has engañao con los consumos, bandolero»
entonces el famoso sinvergüenza que se daba el gustazo es ese que tiene cara de sindicalista asaltamercadonas andaluz de la guitarrilla?. jopé
no te voy a decir que no, porque me dejas de piedra, pero…, hay cosas que no entiendo por tu parte.Tampoco soy famoso ni banquero, ni quiero serlo,bueno sí, estos dias en mi casa me pidieron autografos, y lo mas grande es que mis tres hijos/as me preguntaron cuanto gane para la ong lydia cacho, y que si les hacia falta mas dinero que me fuese otra vez a correr, pero si decirte que en cada curva y comunicacion con miguel, el gran «miguel»,intentaba hacerlo mejor o no empeorar, y esto no viene al caso, solo decirte que estoy anonadado, en serio y ha sido y creo que sera mi primera vez,…ah¡¡¡ y no soy el que crees, no os conocia a ninguno antes de este fabuloso desafio, pero si tengo que decir que por lo menos terminamos la ultima vuelta, gracias eso sí, a tu eficiente conducción, ya te lo dije en las escaleras, ¡¡ el mejor relevo¡¡, grande javier. Saludos, un abrazo desde ….
Lt:37.176783
L :-3.589933
Nuestros mas intrepidos e inteligentes cientificos han logrado poner a punto una maquina de subtitular imagenes. Y aqui esta la prueba cientifica que avala la teoria ya avanzada en @26,
http://www.memegenerator.es/imagenes/memes/0/4068679.jpg
Slayer,
🙂