Siete por ocho

Aprendí las tablas de multiplicar de carrerilla con nueve años. Cuarto curso. Me sentaba en clase en la fila de mesas situadas al lado de las ventanas. El edificio era antiguo, con techos y ventanales altos. A mi izquierda la pared, las ventanas, el patio del colegio y el mar por detrás de la ciudad. […]