por Javier Moltó | 29 Abr 2018 | Teletransporte |
Imaginemos que la mujer de 18 años hubiera dicho libremente y con ganas: «Sí, quiero sexo con vosotros cinco y quiero hacerlo en este rellano inmundo». Imaginemos que lo hubiera dicho sin coacción ninguna, sin intimidación de ningún tipo. Imaginemos que a ella le apetecía enormemente tener sexo con ellos cinco y que entró la primera al rellano. Pues a pesar de ese consentimiento previo, lo que ocurrió en ese rellano seguiría siendo una violación.
por Javier Moltó | 28 Abr 2018 | Teletransporte |
¿La mujer-chica de Navarra, tomó la iniciativa en algún momento, se desnudó ella, la desnudó alguien a ella con un mínimo de sensualidad, desnudó ella a alguien, acarició a alguien, jugó con alguien, alguien la acarició a ella, dio ella alguna señal, aunque fuera mínima, de que quería participar en ese acto múltiple? En la sentencia no aparece, desde luego. ¿Hace falta algún indicio más para darse cuenta de que no hay ningún tipo de contrato entre las partes? Para mí ese comportamiento de la chica es un grito desesperado de «No quiero».
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