Presentación
Estamos ante un gran desconocido, un coche que pasa desapercibido por donde va. Sin faldones, sin dobles salidas, con la apariencia de un dci de 85cv. Es posiblemente, junto con su contemporáneo Opel astra 2.0t 5p, el mejor ejemplo de “ Lobo con piel de cordero” del mercado en su época.
Exterior
Con lo dicho en la presentación nos hacemos a la idea de que no estamos ante un coche digamos, atractivo o con línea marcadamente deportiva. Renault decidió dar un pequeño lavado de cara en el 2006 afinando el frontal y color de faros traseros. Pero, aún así, no es un dechado de belleza. Las llantas radiadas de 16” denotan el acabado superior “Privilege” y sólo las insignias laterales de los modelos de la marca francesa, en este caso 2.0T, nos insinúan su mecánica sobrealimentada. Por lo demás, nada nuevo bajo el sol; todos conocemos su figura vanguardista y controvertida.
Interior
En el interior nos rodea cuero mixto beige por doquier y buena apariencia. Las gomas blandas abundan por la parte superior del salpicadero y en las zonas más escondidas algunos plásticos duros desentonan el buen acabado general. Como el exterior, el interior es muy burgués, con una larga y poco deportiva palanca de cambios y el llamativo freno de mano tipo avión como notas predominantes. Los ajustes del salpicadero y mandos son sólo correctos, sin llegar a la solidez de rivales germánicos; (ya hablaremos más adelante de los ruidos parásitos).
En cuanto a la habitabilidad es uno de esos coches muy bien aprovechado; buen espacio delante y suficiente detrás para que cuatro personas viajen confortablemente, y es que estamos ante un coche sobre todo cómodo. Eso sí, se echa de menos unos asientos delanteros con más dureza y agarre lateral.
Existen muchos huecos por todo el habitáculo y una enorme guantera que lo convierten en un compacto con marcado carácter familiar. El maletero está en la media de la competencia (350l). Las enormes puertas resultan muy pesadas y el tamaño dificulta la salida en aparcamientos angostos. Éstas son origen con permiso de los elevalunas, de casi la totalidad de ruidos parásitos; Ruidos que salen a relucir sobretodo en carreteras secundarias de mal estado.
El equipamiento de serie es muy completo destacando la funcional tarjeta manos libres, sensor de lluvia y luces, retrovisor electrocrómico, esp, regulador- limitador de velocidad, cargador de cds…y sin olvidarnos sus 8 airbags de serie, con los dos innovadores airbags de banqueta en los asientos delanteros.
Motor
Nos encontramos con la misma base mecánica del deportivo RS 225cv pero aquí con 165 cv. Sí, menos potencia, pero en proporción, incluso más utilizable. Y es que es un motor impresionante; baja de 8s en el 0-100 y marca los 1000 m en escasos 28s. Cifras de escándalo dada la índole burguesa del modelo. No es raro en este coche ver la cara de incredulidad cuando mantienes el tipo en carriles de aceleración a berlinas con motores de mucho más de 200cv.
Es un motor algo áspero en frío pero suave en marcha y sobre todo contundente cuando se le exige. Sin casi retardo , empieza a empujar con consistencia a partir de 2000 rpm, por debajo de 1800 rpm es un motor al uso, no merece la pena estirar a más de 5500 rpm pero tampoco dejarlo caer de 1500 rpm. El desarrollo de los cambios están perfectamente escalonados y las recuperaciones en marchas largas son muy buenas. Excelente una tercera marcha haciendo 80-120 en escasos 5s; sí, cifras muy próximas al motor TFSI de 200cv de Audi A3, Golf Gti etc… ¿Secreto? La cifra de par: 270 nm. Con estos datos, 1290 kg, y dando en banco unos 175 cv os podéis imaginar la fuerza disponible.
Su velocidad punta de 220km/h, se puede conseguir, y mantener en casi cualquier caso, siempre y cuando la carretera, el trafico y el “país” lo permitan.
Una pega, corta inyección demasiado rápido justo a 6000rpm. Es tan alegre subiendo de vueltas que puede dar más de un susto en adelantamientos fulgurantes. No estaría de más un chivato sonoro al aproximarse al corte pero claro, eso le va más al deportivo RS. También en negativo el tacto de la palanca de cambio; muy blanda y con recorridos largos. Por lo menos las inserciones son precisas y sin problemas en conducción dinámica.
La suspensión es la misma de modelos menos potentes, únicamente aumenta el grosor de las estabilizadoras. El bastidor por lo tanto se queda corto para tal potencial y las suspensiones son demasiado burguesas y blandas; a esto se une un ESP muy intrusivo en carreteras en mal estado o húmedas (se activa automáticamente a 50km/h).
Los cuatro frenos de disco aunque de medidas humildes cumplen su cometido a la perfección con distancias de frenado buenas, lógicamente en conducción extrema se fatigan pronto pero no rodaremos mucho en circuitos con este coche.
En el apartado del consumo le daremos un notable alto, casi imposible ver dos cifras en el ordenador (con error por defecto). A velocidades legales se mantiene siempre por debajo de 7L/100km y sobre 10L en recorrido urbano. Practicando una conducción económica (no tediosa) he llegado a recorrer más de 1000 km con un deposito ( media de 5,3 l/100km reales). Sí, casi consumos de diesel.
En el tema averías únicamente el cambio del soporte motor hace meses. Poca cosa en 10 años y casi 160000km. Tocaremos madera.
Conclusión
Un coche “todo motor” a un precio, que en su época se situaba en la barrera de los 20000 euros. Frugal en consumos, nervioso en conducción deportiva y comodísimo en el día a día…
La próxima vez que veas un Megane 2006, observa los indicativos laterales; si ves 2.0T apúntate un tanto, estás ante el que, para mi, es el Jekyll y Hyde de los compactos de la pasada década.