Prácticamente al final de su vida comercial el Opel Astra G recibió la incorporación del propulsor CDTI de 80 CV. Se trataba del mismo motor de origen Isuzu que Opel había montado en varios modelos de la marca, pero convenientemente actualizado para cumplir la normativa Euro4 de emisiones.
A pesar de la ganancia de 5 CV respecto al anterior DTI, no es un motor prestacional, debido en gran parte a unos desarrollos del cambio muy largos. Las recuperaciones no son su punto fuerte, por lo que toca jugar más de lo habitual con el cambio, llevando el motor por encima de las 4000 rpm si queremos adelantar con solvencia.
Por el contrario el motor se desenvuelve muy bien en el ámbito urbano, sale bien desde parado y lo que es mejor, el aire acondicionado apenas merma las prestaciones. El carácter dócil del bloque se ve apoyado por unas cifras de consumo bajas, es sencillo conseguir medias de 6 litros en recorridos urbanos, y si tocamos un poco de autovía a velocidades legales, se puede bajar de 5 litros.
Las modestas prestaciones que eroga este motor no ponen en apuros el chasis del Astra. El comportamiento del conjunto es intachable, como es lógico apenas existen pérdidas de tracción, y la entrada en curva, aunque algo subviradora, es fácilmente corregible sin que la trasera pierda la compostura. A ello también ayuda la suspensión, más bien tirando a dura y que corta cualquier atisbo de balanceo de la carrocería. En zonas urbanas esta rigidez puede resultar algo molesta, y teniendo en cuenta el escaso carácter deportivo del coche, bien podría haberse optado por una suspensión más cómoda.
El acabado Club correspondía a la versión de acceso a de la gama, y cuya dotación de serie en materia de seguridad incluía 4 airbargs y pedales retráctiles. El resto de elementos como el aire acondicionado o la radio CD integrada hay que pagarlos aparte. La calidad y el tacto de los materiales se muestran mucho más convincentes que el equipamiento, con recubrimientos mullidos incluso en las zonas menos visibles del habitáculo. No se puede decir lo mismo del ajuste de las piezas, sobre todo en la consola central y en la guantera donde aparecen habitualmente los temidos “grillos”. La habitabilidad está en consonancia con sus contenidas dimensiones para tratarse de un compacto. Cuatro adultos pueden viajar cómodamente, pero eso sí, la anchura en los asientos traseros es insuficiente para un quinto a no ser que se trate de un niño. El maletero cubica casi 400 litros, una cifra muy respetable y que cobra mayor importancia cuando vemos que debajo guarda una rueda de repuesto de “verdad”.
En definitiva, este Opel Astra 1.7 CDTI es un coche cumplidor en todas las tareas, cuya principal pega desde el punto de vista mecánico es la de poseer unos desarrollos poco acordes a su potencia. Por el contrario su mantenimiento es muy asequible, y la calidad de los materiales interiores le aseguran un buen envejecimiento a nivel estético