Les presento la prueba del Mazda 323f, el coche que conduzco habitualmente desde que obtuve el carné hace tres años. Se trata de un compacto de cinco puertas y 4,2 metros de longitud equipado con un motor turbo-diesel de dos litros de cilindrada y en acabado Exclusive (el más alto de gama). Ésta unidad pertenece a la generación que se vendió desde 1995 hasta 2001, año en el que sufrió una renovación con el cometido de alargar la vida comercial del producto hasta la llegada del Mazda 3 en 2004. Curiosamente, con este Mazda 323f la marca abandonó la silueta cupé con la que había comercializado el modelo hasta entonces, dando paso a la carrocería de compacto convencional que ha permanecido hasta la actualidad.
Diseño exterior e interior
A pesar de su tamaño, la alargada línea de las ventanillas y el estrecho pilar C provocan el efecto visual de encontrarnos ante un coche con carrocería familiar, más grande de lo que en realidad es (o al menos eso es lo que me sugieren todos los que opinan sobre su estética). Como detalles diferenciadores del acabado Exclusive en el exterior nos encontramos con los faros antiniebla, los retrovisores y los tiradores de las puertas del color de la carrocería y las llantas de aluminio pulido de quince pulgadas (todos ellos elementos de serie). En el interior nos reciben una tapicería con un estampado muy de los noventa y un ambiente sobrio donde predomina el color negro. Hay pocos detalles que den vistosidad al interior, entre ellos, los tiradores interiores de las puertas cromados (los pedales que se observan en las fotografías son un accesorio). El salpicadero y la instrumentación presentan un diseño sencillo, esta última con la iluminación verde, reforzando la imagen seria del interior.
Habitáculo y equipamiento
El interior está repleto de plásticos duros y lisos, a excepción de la moldura que hay justo encima de la guantera, siendo el único plástico acolchado del habitáculo. A pesar de ello, los materiales no tienen un tacto desagradable y han aguantado el paso del tiempo (12 años) en muy buen estado. Sorprende el buen ajuste de todas las piezas que componen el salpicadero, ya que no presentan holguras ni desajustes y dan sensación de solidez al conjunto. Falla en algunos detalles como que ningún hueco para guardar objetos tiene fondo antideslizante, los parasoles no tienen iluminación ni los botones de los elevalunas tampoco y, si os fijáis en la fotografía de los pedales, se ven las entrañas del coche e incluso puedes meter el brazo por dentro a ambos lados de la consola por el hueco que queda al descubierto. Desconozco cómo de corrientes eran estos defectos de calidad entre sus rivales, pero cosas como estas se echan en cara incluso a utilitarios hoy en día. En cuanto a la iluminación del habitáculo, disponemos de un único plafón de luces, situado en medio del techo, con luces de lectura para los pasajeros traseros. La guantera y el maletero también están iluminados.
Los asientos ofrecen una sujeción lateral suficiente, aunque a los menos corpulentos puede parecerles que la parte alta del respaldo es algo ancha y recoge poco la espalda. El mullido es algo blando en la parte central tanto del respaldo como de la banqueta, y puede resultar algo incómodo en viajes de más de una hora. La banqueta tiene una longitud correcta y la regulación longitudinal del asiento es amplia. La regulación en altura sólo cambia la posición de la parte de la banqueta más cercana al respaldo, que pivota sobre el otro extremo de la banqueta. El volante se regula solamente en altura y, aunque es de plástico, tiene un tacto agradable. No es del todo fácil encontrar una postura de conducción cómoda para todas las personas. Yo, que mido 1,85 metros, debo llevar las piernas bastante flexionadas si regulo el asiento para llegar al volante con comodidad. Esto me deja las rodillas demasiado cerca del propio volante y del salpicadero. Supongo que las personas de menor estatura no tendrán el mismo problema.
Una virtud que me sorprendió de este coche es su gran versatilidad y practicidad. El asiento del pasajero puede reclinarse dejándolo totalmente plano, lo que es muy útil para transportar objetos largos o si queremos usar el asiento como mesa, puesto que por detrás está recubierto de una plancha lisa de plástico. Además, los asientos traseros pueden desplazarse hacia delante para ganar maletero y sus respaldos pueden reclinarse hacia atrás cual sillón de relax por si queremos acomodarnos en la parte de atrás. Por último, si queremos conseguir un fondo plano (obviando el escalón que dejan los asientos al abatirlos) podemos levantar la banqueta de los asientos traseros, sacar los reposacabezas a los respaldos y abatirlos. Otro detalle práctico es la presencia de perchas en las agarraderas de las plazas traseras.
Por lo que respecta al espacio disponible atrás para los pasajeros, en una de las fotos se puede ver el espacio que queda para las rodillas para una persona de 1,75 metros después de regular el asiento delantero para un conductor de 1,85 metros. El espacio para la cabeza atrás es algo justo para las personas más altas debido a la pequeña caída del techo, y la anchura para tres ocupantes es insuficiente para viajar con comodidad (sobre todo a la altura de los hombros). El maletero tiene 330 litros (un tamaño en la media del segmento) y sus formas son aprovechables.
El equipamiento de seguridad en este acabado está formado por cuatro airbags y el ABS. Como carencias a destacar encontramos la falta de un tercer reposacabezas trasero y la presencia de frenos de tambor en el eje trasero. En cuanto al equipamiento de confort, son de serie el aire acondicionado, el cierre centralizado, los elevalunas eléctricos delanteros con función automática para el del conductor, el ajuste en altura de los cinturones de seguridad delanteros y del asiento del conductor, la dirección asistida y poco más. Mi unidad lleva la preinstalación de radio, y encima del espacio de la radio hay un hueco para depositar objetos y un reloj digital (en las unidades que equipan la radio de fábrica desaparece el reloj y el hueco portaobjetos).
Mecánica y conducción
El motor que equipa mi Mazda 323f es un 2.0 litros diesel con 16 válvulas y turbo, que entrega una potencia de 90 CV y desarrolla un par máximo de 220 Nm a 1.800 rpm. Según datos oficiales, alcanza una velocidad máxima de 178 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 12,2 segundos. Son cifras corrientes para un coche de esta potencia y peso. En conducción urbana, el motor no resulta agradable porque tiene muy poca fuerza a bajo régimen y le cuesta salir desde parado (y si tenemos el aire acondicionado encendido tenemos que estar muy pendientes de los pedales para que no haga el amago de calarse), además de que resulta muy difícil que no se produzcan tirones al circular en marchas cortas al mínimo gesto con el pie del acelerador. La entrega de potencia es poco lineal: por debajo de 1.900 rpm el motor tiene muy poca respuesta y, a partir de ahí, el motor empieza a empujar con fuerza entregando la potencia de forma brusca (supongo que por la entrada del turbo en acción), fuerza que se mantiene hasta pasadas las 4.000 rpm. Por ello, comparativamente es más agradable de utilizar en vías rápidas. Los 90 CV de potencia son suficientes para mantener la velocidad máxima permitida en autopistas sin necesidad de reducir marchas incluso cuando hay pendientes prolongadas.
El motor no destaca por su suavidad de funcionamiento y su silencio de marcha, sino más bien al contrario. El traqueteo del motor a baja velocidad se aprecia con mucha claridad desde el habitáculo, sobre todo con el motor frio. En ciudad, es un motor ruidoso y que transmite bastantes vibraciones al volante y al cambio de marchas, y algo menos al asiento. En vías rápidas, el ruido proveniente del motor se suaviza una vez ha alcanzado la temperatura óptima y a velocidad sostenida. Es a partir de 130 km/h de marcador cuando el ruido del motor y el aerodinámico se vuelven algo molestos en viajes largos.
El cambio de marchas es de cinco velocidades y tiene un tacto que no me acaba de convencer. Parece como si los recorridos de la palanca no estuvieran definidos con claridad. No me refiero con ello a que sea fácil equivocarse de marcha, pero tiene un guiado poco preciso que no permite cambiar de marchas con rapidez.
Me gusta mucho más el tacto de la dirección. Es directa, está poco asistida y transmite mucha información, para lo bueno y para lo malo. Para lo bueno porque sabes en todo momento si los neumáticos pierden adherencia y, para lo malo, porque no filtra las irregularidades del asfalto, que se transmiten constantemente al volante en forma de pequeños movimientos parásito. Me ha parecido que la estabilidad lineal del coche no es muy elevada, porque hay que ir haciendo pequeñas correcciones con el volante constantemente para mantener la trayectoria. También me ha parecido que el coche es sensible al viento lateral.
En cuanto al comportamiento en curva, la suspensión permite que la carrocería balancee un poco, pero el coche sigue fielmente la trayectoria marcada por el volante. A pesar de que permita ciertas oscilaciones a la carrocería, no se trata de una suspensión blanda y cómoda. No es una suspensión seca, porque no transmite golpes al habitáculo al pasar por baches, badenes o guardias tumbados, pero es incómoda porque deja notar cualquier irregularidad que puedas encontrar en el asfalto. Puedes notar en el asiento todo lo que la suspensión se va encontrando según avanzas, por pequeño que sea (piedrecitas, pequeños bultos u ondulaciones en la carretera, juntas de dilatación, tapas de alcantarilla, etc.). Aún así, el coche transmite seguridad al trazar las curvas gracias a su comportamiento noble y predecible.
El consumo medio homologado del modelo en cuestión es de 5,1 l/100 km. He medido el consumo real varias veces llenando el depósito y recorriendo todo lo que diera de sí hasta el próximo llenado y he obtenido un consumo medio global de 5,8 l/100 km, circulando la mayoría del tiempo a la velocidad legal permitida en cada tipo de vía. Mis trayectos habituales transcurren más por ciudad que por carretera, así que alguien que haga más carretera puede conseguir sin mucha dificultad igualar el consumo medio homologado.
Por último os hablaré de mi experiencia con la fiabilidad mecánica del Mazda 323f. En los 175.000 kilómetros que ha recorrido el coche, ha sufrido dos averías importantes. A los 150.000 kilómetros se averió el alternador y lo lleve a un servicio técnico oficial para que lo sustituyeran. Le montaron uno remanufacturado por 484€, que al cabo de poco más de 10.000 kilómetros se averió también. A los 157.000 kilómetros el coche empezó a fallar al arrancar: en algunas ocasiones, cuando le daba al contacto, la luz de los calentadores diesel empezaba a parpadear en vez de quedarse fija unos segundos y luego apagarse. Cuando eso ocurría, el coche no arrancaba. Resultó ser un problema con la bomba de inyección, la cual tuvieron que desmontar y mandar a reparar. La reparación me costó 533€ y me dijeron que habían tenido que cambiar todos los componentes electrónicos de la bomba porque fallaban. Y hasta ahora eso es todo (y esperemos que así siga).
Sergi
Excelente artículo. Muy bien redactado. Enhorabuena.
Me resulta curioso comparar el motor de este Mazda con el Dci 90cv de Renault: ambos tienen la misma potencia (90cv) y mismo par motor (220 Nm), pero una cilindrada muy diferente (medio litro de diferencia). Otro ejemplo del progreso de la tecnología.
175000 kilómetros es muy poco para un coche con 12 años. Todavía le queda mucha vida, sobre todo viendo el magnífico aspecto que presenta.
Cuando vi la primera foto del reportaje me pareció claramente una versión familiar, pero luego según iba leyendo la descripción que usted realiza del modelo ya no lo parecía tanto. Hay algo en su diseño que engaña a la vista. Quizás esas ventanilla tras el pilar C.
Saludos.
Dos como éste tuve yo, uno 1.3 75cv de 1998 (recién salido, la versión más básica) y el 2.0 130cv del 2002; la misma carrocería, mismo interior, pero muy distinto carácter… las fotos lo demuestran, un coche con 12 años y su interior está como el primer día, y no ha perdido actualidad (entre otras cosas por no ser muy llamativo en su día, pero eso suele pasarle a todos los japos). Todavía me arrepiento de no haberme quedado con el 2.0, grandes alegrías me daba, sin problemas de ningún tipo (excepto el consumo de gasolina, pero la culpa era más de mi pie derecho que del pobre 323)…
La tapicería es muy Almodovar 😉 Tienes el coche estupendo, le queda vida a ese Mazda.
Saludos
Hola a todos. Soy el autor del artículo. Gracias a todos los que habéis leído la prueba y a los que habéis comentado. He decidido escribir este comentario porque quería dejar clara mi opinión sobre el coche. Cuando redacté la prueba pensé en incluir una conclusión para resumir mi impresión del vehículo, pero no lo hice para que no resultara demasiado extensa. Releyendo el artículo me he dado cuenta de que quizá sea necesario que lo haga ya que, aunque nombro los aspectos positivos, me extiendo más en explicar los negativos, y no quiero que parezca que no estoy contento con el coche. Dicho esto, aquí os dejo mis conclusiones:
Aspectos positivos destacados:
– Tacto de la dirección.
– Estabilidad en curva.
– Buen ajuste y resistencia al paso del tiempo de los plásticos del salpicadero.
– Gran versatilidad y espacio para las piernas.
– Consumo contenido.
Aspectos negativos destacados:
– Suspensión que no filtra adecuadamente las irregularidades del asfalto.
– Motor ruidoso a cualquier régimen.
– Falta de fuerza a bajas vueltas.
Finalmente, decir que mi valoración general del vehículo es positiva. A pesar de los inconvenientes mencionados, estoy contento con él porque no ha dado más problemas que las dos averías de las que hablo en el artículo, consume relativamente poco, el motor tiene buena respuesta en vías rápidas y el interior y la pintura se conservan en muy buen estado.
Buen Articulo!
Este en Colombia es una excelente opción de segunda mano, acá la CCA lo ensambló en Bogotá hasta el 2008 con motores de gasolina 1.3 16V y 1.6 16V… Me gusta por ser confiable y por ser pequeño pero son demasiado caros porque para darles una referencia a mismo año un Astra 4P 1.8 16V superequipado vale menos que los «Allegro» que es el nombre que recibe esa generación del 323 en Colombia…
Saludos!
Buen análisis.
Yo tuve ese mismo coche (incluso en el mismo color) pero con motor 1.5 16V gasolina.
Como has dicho el interior presenta plásticos duros, pero en los 10 años y más de 200.000km que le hice al coche nunca tuve un solo grillo o un desajuste. Tan solo esos plásticos inferiores a los pies deslucían el buen trabajo del resto del salpicadero.
Sobre la dirección comparto también lo dicho, es muy directa y transmite muy bien cómo está pisando el coche. Para mí no es ningún inconveniente, puesto que habiendo cogido otros coches (Ibiza 1.2 system porsche, Megane coupé 2.0 16V, Peugeot 306 y algún Golf) me gustaba mucho más esa sensación de saber qué pasaba entre las ruedas y el asfalto a otros tactos que me aislaban y transmitían una tremenda inseguridad por esa sensación de ir ‘flotando’.
El cambio, en mi caso el del motor gasolina, sí era preciso y con recorridos muy definidos. Nada que ver con el Ibiza o con el Megane coupé, mucho más imprecisos y lentos de utilizar.
En cuanto al motor, en mi caso un 1.5 16V gasolina de 88CV, si bien no era la panacea (me quedé con las ganas de haber cogido el 1.8 de 115CV) el motor movía bien el coche, con la potencia suficiente para adelantar en carreteras secundarias saliendo en 3ª y estirando sin problemas el motor hasta la zona roja.
Fiable y muy robusto, tan solo tuve problemas por las bobinas (tuve que cambiarlas tras fallar una con más de 100.000km), un sensor del airbag que se jodió y (curiosamente) el alternador. Aunque en mi caso me acerqué a un desguace, ya que el modelo era de lo más habitual, compré uno por 60€ y me lo montaron por otros 30€ en un taller conocido, resistiendo el recambio hasta que lo entregué en la casa cuando me compré un Mazda 5.
Creo que llegué a hacerle unos 215-220.000km al coche, con el embrague original, y lo entregué funcionando sin problema en la casa. Incluso me arrepentí más adelante de no haberme quedado con él para tenerlo como 2º coche, puesto que como me decía el propio Jefe de Taller: ‘este motor es para toda la vida, te cansarás antes del coche que tener una avería del motor’.
Hola a todos y ante todo decir que has detallado todo muy bien y has redactado todo de una forma correcta. Dicho esto he de decir que respeto tu opinión. Pero hasta enero del año pasado tuve exactamente el mismo coche, versión sedán. El coche no paró de darme alegrías y hay algo que me llamó la atención y es el consumo a mi el coche no superaba los 4,5l a los 100 haciendo una conducción de 130-140km/h y 50-50 ciudad carretera, de hecho el mejor consumo fue de 3,8. Mi coche el comportamiento del motor me parecía bastante interesante, ya que tenía fuerza a bajas y estiraba bastante para ser un diesel. Respecto a las vibraciones del motor y a su ruido jajaja. Y respecto a la suspensión era muy estable, el mío era también el Exclusive con suspensión deportiva de serie y según leí en reportajes de endurecimiento progresivo(cosa que notaba ya que soy mucho de pisarle y de puertos) y por último respecto a la aceleración la medí en varias ocasiones e incluso lo hizo otra persona y hacía 11.00s 0-100, algo que me sorprendió, ya que no tiene ninguna reprogramacion. Como dato de interés tenía 264000km sin ninguna avería e incluso con su batería de fábrica. Y el coche lo tiene ahora otro chico y sigue igual de bien.
Hola Juan José Flores, gracias por leer la prueba y por comentar. Me gustaría exponer, a modo de reflexión, algunos de los posibles motivos por los que creo que discrepamos de la valoración de algunas cualidades del coche.
Vamos con el primero de ellos y el más evidente: lo que el probador de coches transmite a sus lectores son sus impresiones (por definición subjetivas e irremediablemente influidas por la experiencia previa). A mi parecer, dos personas pueden emitir dos juicios de valor distintos sobre un mismo hecho sin que, por ello, una de las dos tenga más razón que la otra. Enlazando esto con el artículo, puede que, por mi juventud, esté más acostumbrado a los más refinados motores diésel modernos y por eso me parezca más ruidoso el motor en cuestión que a alguien que ha convivido con motores similares durante muchos más años que yo (no sé si es su caso, es tan solo un supuesto).
Segundo punto: no sale de fábrica ningún coche igual a otro al cien por cien. A pesar de que la fabricación de un vehículo sea llevada a cabo en una parte importante por robots de altísima precisión, no hay que obviar que, debido a lo largo y complejo del proceso, pueden existir tolerancias mínimas entre los componentes de unas unidades y otras del mismo modelo. A ello hay que sumar la intervención de la mano de obra humana en el proceso (más dada a errores e imperfecciones que los robots), obteniendo como resultado la posibilidad de que algún motor gire más fino que otro, que no tenga exactamente la misma especificación de potencia o que los plásticos del salpicadero no estén igual de bien ensamblados en una unidad que en otra. Por ello, puede suceder que un motor transmita ligeramente más vibraciones al interior del vehículo que otro aparentemente igual montado en el mismo modelo de coche (hablo, por supuesto, de diferencias casi imperceptibles al principio de la vida útil del vehículo pero que pueden acentuarse con el paso del tiempo y de los kilómetros). Por la misma razón, el consumo puede variar ligeramente de unas unidades a otras (aunque éste esté mucho más condicionado por el mantenimiento que realice el dueño al coche, su estilo de conducción y el tipo de recorridos que efectúe con él). Sobre el consumo, aclarar que, como ya dije en el artículo, mis recorridos son principalmente por ciudad (entre un 75 y 80 por ciento de los kilómetros recorridos). Eso, unido a que es el único coche en casa y lo coge más de una persona (lo cual eleva el consumo medio al llevarlo conductores con hábitos de conducción muy distintos), puede explicar la diferencia de consumo entre usted y yo. Añado que, de acuerdo con la base de datos de Spritmonitor (con 28 Mazda 323f censados con el mismo motor que el suyo y el mío), mi media de consumo se sitúa bastante cerca de la media de otros usuarios, mientras que usted ha conseguido consumos incluso por debajo del mínimo registrado en esa página. Ya ve que en esto de los consumos acaba siendo más decisivo el dueño que el modelo en sí (a juzgar por la enorme varianza de los consumos registrados en dicha página).
Por último, quiero aclarar que este coche ha pasado por las manos de dos personas más antes de llegar a mí, y que el trato que le hayan dado puede haber influido mucho en aspectos como el tacto de conducción y la fiabilidad mecánica. Por ejemplo, es probable que el tacto del cambio sea menos preciso y agradable que cuando lo llevaba su primer dueño, y también me han aparecido vibraciones molestas en el salpicadero desde que escribí el artículo; lo que no quiere decir que a otros dueños les suceda igual (de la misma forma que mi coche ha tenido averías que el suyo no).
Para finalizar, decirle que valoro su opinión y que solo quería, con mi comentario, argumentar lo difícil que resulta que varias personas compartan la misma opinión sobre un mismo coche, sobretodo cuando se trata de coches usados, que se han visto afectados por muchos más factores que los coches recién salidos de fábrica que prueban los medios especializados.
Un saludo y gracias a todos los que os habéis tomado la molestia de comentar.
Yo tengo ese mismo coche y el mismo color pero con motor 1.5 16V gasolina. Lo tengo desde el año 2001 y estoy encantadísimo. 250000 KM, ni una sola avería y espero que me dure por muchos años mas.
El del taller la última vez que lo lleve a cambiar el aceite me dijo que me iba a hartar de coche.
Un saludo.
Casi ni recordaba esta generacion del mazda 323. Cuando pienso en el 323 pienso en el tipico «coupe» de 4 o 5 puertas con sus ventanillas sin marco. (y pensar que algunos fabricantes lo han puesto ahora de moda como si fuera el invento del siglo XXI…..)
Esta version esteticamente no me llama mucho, pero parece buen coche.
Buenas . Hasta la fecha el mejor coche relación calidad precio que he tenido. Tengo coches de mas de 100.000 euros y sé lo que digo. El que tenga un vehículo mazda 2.0 F de 90 cv no sabrá jamás lo que es una avería de motor (coincido con el jefe de taller que se lo dijo a alguien que lo entregó en la casa ) Creo que realmente gasta menos de 5 L con un mantenimiento y limpieza normal. De conducción es deportivo y es un utilitario que puede durar mucho, mucho tiempo. El mio supera con creces todos los km que han indicado los intervinientes en este chat y muere conmigo porque no lo vendo ni entrego a la casa por ningún otro coche.
Tengo el mismo en motor 1.8 gt mismo que monta el mx5 (miata) , y en 20 años de uso y mas de 200.000 kilometros no ha dado averia mecanica alguna , segun me entregaron el coche me llamaron para sustituir las bobinas en campaña ,solo cambio de aceite y filtros cada 12.000kilometros y listo, dos cambios de kit de distribucion a los 100.000 klms cada uno por precaucion segun pone manual y a correr, coche va muy fino sin altibajos y muy suave
sin ningun chirrido ni crujidos, he tenido en esos 20 años varios coches y este mazda no me lo quito de encima ni de broma el mantenimiento es irrisorio,
el unico punto debil son los amortiguadores del porton trasero que con el tiempo van cediendo , el embrague aun de fabrica.
en cuanto a chapa y pintura aun conserva la de serie, sin problema alguno de corrosion.
es un pedazo de coche para comprar de segunda mano y mucho mejor y mas fiable que las versiones nuevas del mazda 3 que salieron a posterior
el consumo lo veo justo, unos 6,5 – 7 litros de media cosa mormal en este tipo de coche
potencia y par de sobra ( ni turbos,ni dfp ni mierdas raras que hacen el mantenimiento mas costoso)
en fin el coche va como un reloj y creo que me jubile con el y termine por darselo a mi hija.
como decia el catalogo de mazda de la epoca es el coche que se compraria los ingenieros que diseñaron el mismo..
Tenemos uno igualito, turbo diesel y en ese mismo color!
Vehículo excelente. Lo hemos dejado parado para ahorrar para la correa de distribución, que ya le tocaba, y ahí se ha quedado por lo menos 5 años. Ahora ya no arranca, y no por la batería, que hay que cambiarla, sino por algún fallo extraño. También dieron problemas los calentadores, y se instaló un botón manual para calentarlos un tiempo «a ojo». Ahora con muchas ganas de recuperarlo, era un coche magnífico y muy económico. A ver si el mes que viene nos ponemos con el y solucionamos esas cosas para volverlo a la vida.
Tengo a día de hoy un 323f matriculado en Abril del 99.. duerme en garaje, y está que llama la atención!! No puedo mas que decir gracias a este japonés …..para mí extraordinario por encima de:470.000 kilómetros. En el año 2009 me dio la única avería hasta hoy 15/6 /20