Qué lástima, me entró la crisis de los 40 con unos cuantos años de antelación, y sentí la necesidad de pasar de conducir un coche “de padre” a un deportivo para hacer el niñato por ahí.
Bueno, eso es lo que dicen mis amigos, que por supuesto no tienen ni idea de coches. Es cierto que los dos últimos que he tenido eran berlinas grandes y pesadas, pero hacía tiempo que rumiaba la idea de comprar un coche más pequeño y deportivo, un juguetito para salir a la sierra y recordarme a mí mismo que conducir es algo más que aguantar atascos, encontrar aparcamiento y sufrir conductores inoperantes. Se puso a tiro un Honda Prelude 2.2 VTEC de 1994 a buen precio, en un estado mecánico decente y, cosa complicada de encontrar, apenas tuneado. Así acabó en mi cochera.
Allá en la época en la que Honda era Honda y tenía coches deportivos en su gama, el Prelude era el coupé medio, por encima del CRX y por debajo del Accord y Legend coupés (mejor no menciono el NSX que eso es otra cosa). Hubo cinco generaciones entre 1978 y 2001, y éste pertenece a la cuarta (1992-1996). Para mí es el más bonito, y supuso un salto cualitativo en prestaciones y sofisticación frente a su antecesor. En España hubo dos motores: el 2.3 de 160 CV y el 2.2, de menor cilindrada, pero con la famosa distribución variable VTEC, rindiendo 185 CV. Ambas versiones llevaban 4WS, es decir, dirección a las cuatro ruedas con control electrónico.
Estéticamente, bueno, sobre gustos…he escuchado comentarios de todo tipo, desde que es precioso, hasta tachándolo de macarra. A mí me gusta, mucho, especialmente la trasera, con unos pilotos que siempre me recordaron al Jaguar XJS (lejanamente…). Llama la atención, que no es algo muy de mi agrado, se ve anchote y bajito, con el centro de gravedad bastante bajo.
Si abrimos la puerta ya nos llamará la atención el interior: asientos deportivos con la típica tapicería de mal gusto de los coches japoneses de los años noventa, y un salpicadero de diseño poco usual. Hay una tira de plástico negro que va de una esquina a otra y no se ven los instrumentos. Nos sentamos de la forma más digna posible y vemos que la posición al volante es, simplemente, perfecta. El volante de piel es gordito, la palanca de cambios está en el sitio justo al igual que los pedales, y a pesar de que no hemos arrancado aún, el coche ya nos va pidiendo carretera. Lástima que la ergonomía se acabe ahí porque los botones de antinieblas, luces de warning, etc…están desperdigados por el interior. Además la mayoría de ellos no cuentan con iluminación nocturna. La guantera es de risa pero hay un pequeño cofre entre los asientos delanteros bastante apañado.
Yo mido 1,78 metros aproximadamente y voy bastante cómodo, como corresponde a un coche diseñado con el mercado USA en mente. Los asientos traseros son cómodos para niños pequeños o para adultos sin piernas; para el resto son inútiles. El maletero es más o menos aceptable, y se puede abatir una de las mitades del respaldo trasero (la otra no porque alberga la centralita del 4WS).
Arrancamos el cuatro cilindros, justo después de ver como de la tira de plástico negro del salpicadero ha aparecido milagrosamente unos cuantos instrumentos (digitales unos, electro luminiscentes á la Lexus otros). El sonido es el típico japo, corrientito, podríamos estar montados en un Corolla. Los mandos son igual de típicos: suaves pero firmes, con embrague y cambio muy bien conjuntados. Hay que ser un troglodita para dar tirones al cambiar de marcha en este coche.
En ciudad el coche es benigno en su forma de ser, la dirección muy ligera, todo en plan easy going, pero la rapidísima respuesta al acelerador y ver la alegría al subir de vueltas nos hace ver que no, no estamos montados en ese Corolla, y las ganas de salir a carretera son cada vez mayores. El techo solar deja una apertura no muy grande pero aporta luminosidad a un interior oscuro.
En autovía el coche no va mal, la estabilidad direccional es muy buena y hay pocos ruidos aerodinámicos; el problema viene del ruido de rodadura, común a muchos coches japoneses de la misma época, especialmente Honda, y que resulta molesto. Los desarrollos del cambio son cortos, apenas 30 Km./h a 1000 rpm en 5ª, así que mejor ir acostumbrándose a cruceros de 4000-4500 rpm. A velocidades legales o ligeramente por encima el consumo está muy bien (no es un TDI, pero algo menos de 8,5 litros/100 kms a unos 130 Km./h para un coche de hace 20 años es una cifra muy razonable). La climatización cumple su función sin alardes. De todas formas, sin ser un martirio, no es un coche que se encuentre en su salsa en las autovías. Mejor cogemos la siguiente salida.
Y nos metemos en carretera convencional…aquí sí que el coche está a gusto. Éste es su sitio. Jugar con el cambio, la fantástica respuesta del motor, ver cómo sube de vueltas, lo precisa y agradable que es ahora la dirección…y la puesta a punto de la suspensión es muy, muy buena. El coche es poco morrón, apenas balancea (ya vemos las ventajas del bajo centro de gravedad) y sigue con mucha fidelidad la trayectoria que marques. No tienes que pelearte con él para meterlo en una curva, todo lo contrario, casi se puede decir que adivina tus intenciones de forma telepática. Y lo mejor es que esto no se obtiene a base de suspensiones duras: la amortiguación es cómoda, te permite ir ligero por carreteras en estado regular sin que se te nuble la visión o sin tener que parar a recoger tornillos sueltos. En cuanto a frenos, los he visto mejores, ciertamente, pero tampoco se fatigan en exceso.
Se habla mucho del mito de los motores VTEC, del “VTEC kickin´in yo” y demás. En el Prelude 2.2 el cambio de leva en la distribución se hace a unas 5200 rpm. El sonido del motor cambia, sube de volumen, se hace más agudo y notas una patada apreciable. Es adictivo ese cambio de carácter del motor y ver como la aguja del cuentarrevoluciones se dispara hasta las siete mil y pico. Probablemente una berlina familiar TDI de 160 ó 170 CV sea igual de rápida en términos absolutos y desde luego sus prestaciones son más asequibles, pero ¿será igual de divertido de conducir que este viejo coupé japonés? No lo creo…
Mención aparte para la dirección a las cuatro ruedas, 4WS. En principio, y dado que el concepto no se ha difundido demasiado, podría parecer el típico gadget de fabricante japonés. Pues no, tiene su utilidad. A poca velocidad las ruedas traseras giran en dirección contraria a las delanteras, reducen el radio de giro, y se nota. A velocidades más altas giran en el mismo sentido, y ayudan a meter el coche en la curva. En curvas cerradas puedes sentir como que “se va de atrás”, pero es totalmente engañoso, el coche agarra perfectamente, y se reduce el subviraje.
Ya más en frío, después de lo bien que nos lo hemos pasado, empezamos a pensar en lo razonable que es conducir un coche de hace 20 años. Hablamos de fiabilidad, seguridad y coste de mantenimiento. Bien, apenas llevo tres meses con él, así que lo sigo teniendo “en observación”, pero el coche tiene fama de ser fiable, al igual que el sistema VTEC. ¿La dirección 4WS? tampoco ha sido especialmente problemática. ¿Acabado interior? Pues los plásticos son corrientuchos y vulgares, con poca presencia y eso que llaman “calidad percibida”, pero la precisión en el montaje es tal que, 195.000 kms y 20 años después, no hay un solo grillo. ¿Seguridad? Bueno, tiene ABS, doble airbag y, lo que es mejor, una agilidad y comportamiento en carretera sobresalientes. En cuanto al mantenimiento, los consumos son contenidos, aunque sensibles a meternos en la “zona VTEC”, los motores serie H de Honda tienen cierta costumbre de consumir aceite y los recambios originales podrían ser más baratos. Lo bueno es que no hace falta comprar muchos.
En definitiva, puede que me haya entrado la crisis de los 40 prematuramente. Puede que tenga pinta de niñato conduciéndolo. Pero este viejuno coupé japo me pone una sonrisa en los labios, y el que ríe el último, ríe mejor.
Rafael Neira Márquez
Hola Rafael, enhorabuna por la adquisicion, y sobre todo, por lo entretenida que ha sido la prueba.
Siempre me ha gustado ese coche. Nunca me he tomado en serio su compra por la falta de practicidad de las plazas traseras. Pero me gusta como suena.
No entiendo como los japoneses han dejado de hacer coches así (Salvando el Toyobaru, que no me acaba de convencer)
Muy bonito el coche, y buena prueba. Que tengas suerte con él!
Tuve la oportunidad hace años de ir de acompañante en un par de ocasiones en un coche como tu actual adquisición, Rafael y aunque no puedo definir ni la motorización ni la generación de aquel coche en particular, muchos de tus comentarios y sensaciones me han refrescado la memoria y parecen coincidir con mi recuerdo. Explicaciones muy cercanas y conocimiento de estos coches y de la mecánica en general me sobrevienen al leerte. Buena prueba y mejor vehículo. Parece mentira lo bien que parece haber llevado el paso del tiempo esta unidad en aspecto interior según la foto (la radio y el bluetooth sobre todo)
Que todas las crisis de los 40 sean como esa… Cuánto pisapedales se ve en Boxster o similares, en lugar de elegir un coche como ese y disfrutarlo como usted. Enhorabuena.
Pregunta de curiosidad: ¿Cuánto pesa? ¿Qué medida de neumático y llanta lleva?
Un saludo.
J.
Gracias a todos por las respuestas.
El interior ha llevado muy bien el paso del tiempo, se nota que Honda no escogía malos materiales. La apariencia es un poco pobre pero, sorpresa, no hay forro de techo descolgado, ni la tela de los paneles de puertas despegada, ni botones pegajosos, y todas esas lindezas que se ven en demasiados coches con apenas 10 años de antigüedad.
El Prelude 4ª generación no era demasiado ligero para la época, unos 1290 kgs. La medida de neumáticos, de juguete en comparación con lo que se estila ahora: 205/55 R15. Pero aunque una llanta 16″ le hubiera sentado mejor estéticamente, con la 15″ no se le ve demasiado «canijo», y con esa anchura el limite de agarre es más que suficiente. Bueno, espero no matarme desubriéndolo.
Bonito.
Bien (muy bien) contado.
El motor 2.2 es un joya (otra) de Honda.
En cuanto a los pulsadores interiores sin luz, pruebe a sacarlos y comprobar que la bombillita que llevan dentro no esta fundida.
Es una idea, sin más.
EXCELENTE LA LAND ROVER DOS PUERTAS Y CUATRO PUERTAS, SOLO ESPERO PARA COMPRARMELA QUE LAS PUERTAS SE ABRAN COMO LAS DEL PAGANI HUAYRA, ES DECIR CON PUERTAS ESTILO ALAS DE GAVIOTA Y QUE LA SEA UNOS 30 CMS MAS LARGA PARA DAR MAS ESPACIO PARA ALOS PASAJEROS Y EL BAUL, Y SIN DUDA CON SISTEMA DE CAMARAS Y ASISTENCIA DE FRENOS ANTE OBSTACULOS LA ARIAN LA MAS LLAMATIVA Y DISEÑO EXTERIOR YA ES PERPECTO.
Hola Rafael, enhorabuena por el articulo, pues deberias sentirte orgulloso de tu redaccion, del coche en sí, y de ser capaz de atraparme si parar, hasta que lo he leído de un tirón.
Me gusta mucho el coche, y creo que no deberías sentirte como un niñato conduciendolo. De hecho, los que sabemos de coches, te veremos con envidia.
Un saludo y, de nuevo, enhorabuena.
Muy buen coche y muy buena prueba. Es una lastima que los fabricantes y en especial los japoneses ya no fabriquen coches para los amantes del motor a precios razonables como hacian en los 90. (que en mi opinion fue sin ninguna duda la mejor epoca de la automocion, junto con los 80)
Yo solo puedo decir una cosa, tengo un Prelude IV de 92 y….no me desare de el nunca, no soy capaz de describir el cariño que le he cogido al Prelude en estos 3 años que me ha acompañado y eso que mi coche de uso diario es un BMW mas nuevo y con mas caballos (tambien coupe), pero como el Prelude ninguno…
Muy poca gente entiende las sensaciones que ofrece un «japo» de los antiguos, esa sensacion de euforia provocada por un coche que pide a gritos subir de vueltas, esa sensacion de satisfaccion que se siente al cambiar de marcha…las sensaciones son imposibles de describir con palabras.
En mi caso tambien puedo decir que le tengo montada una suspension Bilstein B8 con muelles Eibach y llanta 17 de 225, el coche con esa configuracion no hay quien lo despegue del asfalto y acentua las sensaciones del 4ws llevado al limite en un 200%.
Un saludo Rafael, y si lees esto, ojala hayas disfrutado y disfrutes de tu coche tanto como lo hago yo.
preguntaba cuando corta la correa de distribucion (regulando) torcera las valvulas?? y se podra cambiar la correa.
Hola Cesar, por lo que tengo visto en algunos foros, tanto el H22 como el H23 son motores que suelen doblar válvulas si se rompe la correa, pero tampoco te lo puedo asegurar ya que a mi (toco madera) no me ha pasado.
Un saludo.
Rafael… Eres un crack… Disfruta del coche… Un saludo
Hola, mi chico tiene uno, el 2.2 y es tal como lo describes, un vicio en la carretera. Color verde, original, sin tunear. Comodisimo para viajar en los asientos delanteros, no tanto en los traseros pero en fin. Mi chico mide 2.05 cm, y el Prelude, es el unico coche donde se ve realmente bien para conducirlo. Es una pasada la estabilidad, el ronroneo, perdon, rugido del motor q atrae las miradas de pequeños y mayores, a veces con envidia… Decir q el se encarga de su mantenimiento, es un mecanico de primera aunque no ejerza como tal, puede presumir de q no va al taller ni de visita. Anda para que yo lo pruebe, y yo le digo q no, q me da miedo, y me dice q si no le piso no corre, y q no se va a desbocar, como yo digo. y yo le digo q no, q me da miedo porque me va a gustar llevarlo y despues no podra sacarme del volante ni con agua caliente. Es una pasada nuestro Honda Prelude. Espero q nuestros nietos, lleguen a verlo. Y aun no tenemos hijos….
Virgen Santa
@15 es broma, verdad?
Vaya, hacía tiempo que no me pasaba por aquí…
El Prelude no tuvo mucha suerte en mis manos, la verdad. Se me ocurrió que, como la correa de distribución tenía ya casi cinco años (aunque apenas 50.000 kms), era buena idea cambiarla. Y lo llevé a un mecánico jubilado de mi barrio que anteriormente había realizado bien otras reparaciones en coches de mi familia. Pues la cagó. Caló mal la correa de los árboles contrarrotantes y además la tensó en exceso. El coche salió de su taller con una vibración, una resonancia desagradables. El «mecánico» aseguraba que lo había hecho correctamente. Repasó su faena y me lo confirmó. El coche era conducible pero sonaba mal y vibraba. Este no era mi Prelude.
Poco después, tras pasar por las manos de otro mecánico, que supuestamente había sido Jefe de Taller de un S.O. Honda (¡Ja!) sin mejora, vendí el coche a un amigo muy manitas. En una tarde montó la correa de los contrarrotantes como dios manda y la tensó como debía, y el Prelude volvió a ser el que era. Ahora es feliz allá por Asturias (el coche y mi amigo).
Lección aprendida: no llevar el coche a mecánicos cutres.
Enhirabuena yo me he hecho con uno, un Milano Red, VTEC también, un MY95 (ya tuve otro igual pero MY93).
De serie, al día de mantenimiento y con solo 85.0000 kms bien documentados. Lo he dejado ademas como nuevo tras pintarlo como Dios manda.
Es un GT ’90 precioso, lleno de innnovaciones como el 4WS.
No es como mi otro S2000 claro. Es un coche GT de gentleman, precioso su diseño.
Y lo mejor, el motor, una joya que empuja bien desde abajo (raro en los Honda) gracias a ser un H22 y al llegar al VTEC… Explosiona! Suena más grave y empuja con decisión.
Una pasada. Ya quedan muy pocos.
Este se quedará en casa mucho tiempo.