Km77 y para ser más exactos, su arrinconado pero acogedor foro de discusión, fueron grandes responsables de que me decidiera a comprar este coche. El momento decisivo fue a finales de marzo pasado y mi generación preferida del Serie 3 llegó a mis manos casi cuando cumplía dos años de mudarme al país en el que vivo (México).
Y fue en la versión que quería: un 330i, no quería ni un 320 ni un 325, quería el 330i. Si era con el facelift, mejor. También quería que fuera Coupé y manual, pero en aquí esa combinación es casi imposible de hallar, así que terminé con un sedán 2003 equipado con caja Steptronic, paquete M en suspensión, carrocería y accesorios interiores como asientos, unas molduras imitación fibra de carbono o volante y algunas opciones que considero interesantes incluso hoy día, como los airbags laterales traseros (para un total de ocho) o las luces de xenón en medias, que a muchos les llamará la atención porque no tienen lavafaros (temas de homologación).
Llevo algo más de medio año con el auto y apenas cumplirá 4,000 kilómetros de recorrido conmigo debido a que por mi oficio suelo moverme en otros vehículos prestados o a veces paso mucho tiempo fuera de la ciudad; pero cuando he podido, disfruto al máximo este devaluado BMW con 12 años encima, 108,000 kilómetros, altos costos de mantenimiento, confiabilidad discutible al lado de muchos japoneses similares y generador de muchas sonrisas a pesar de todo.
Hablo de sonrisas no solo por cómo se ve (amo que se mantenga relativamente compacto comparado a sus herederos o sus rines “Style 68”) sino por cómo se maneja.
Conducción
El alma es el motor, el famoso M54 B30 aspirado con 231 caballos y 300 Nm de torque, en su momento objeto de muchas opiniones positivas y que hoy palidece al lado de tantas plantas turbocargadas que arrasan en entrega de par y con consumos iguales o menores en la práctica, pero claro… no puedo ponerme a compararlo con exponentes modernos y me limito a disfrutar de su encantadora elasticidad a lo largo del tacómetro, ese característico sonido con su toque agudo y la genial respuesta en altas que se nota más a nivel del mar.
Algo clave al compararlo con equivalentes modernos como un 328i o un 335i (F30) es lo progresivo y gradual que resulta en su entrega de fuerza pues es muy difícil hacer que funcione el control de tracción o estabilidad al arrancar con agresividad o al abusar el acelerador a la salida de una curva.
La Steptronic de cinco marchas sufre por tener relaciones largas (y eso que según la hoja de opciones de esta unidad se pidió la caja “recortada”) que a ratos pueden resentir la recuperación, pero su funcionamiento sigue siendo suave entre cambios, intuitivo aún sin llevarlo en “Sport” al necesitar una reducción súbita o al retener sola en bajadas y, además, obedece con suficiente inmediatez si queremos utilizar el modo manual. Al comienzo no era muy fanático de haber comprado el 330i con esta transmisión automática, pero el horrendo tráfico en la Ciudad de México a veces quiere darme la razón.
El buen complemento al motor es una suspensión que sí, es bastante dura comparada a los BMW modernos. El paquete M hace que sea más bajo y rígido, lo que se siente en ciudad claramente (más cuando los cauchos/bujes están en su última etapa de vida) entre tanto bache, pero en carretera, más en vías mexicanas con límites de velocidad muy “relativos”, compensa del todo con un balanceo y cabeceo apenas perceptible y reacciones ante desniveles o irregularidades que transmiten total confianza (nada de rebotes inesperados o que se descoloque con facilidad). Si llegamos a cruzarnos con un salto repentino en un camino rápido y a plena carga, la única reacción será el testigo del DSC titilando.
Todo lo mencionado se junta a una dirección hidráulica de una asistencia fija dura en parado y maniobras urbanas, pero en su punto al ir a un ritmo mayor, logrando que se trace con gusto y con muy poco subviraje, si bien no es la más rápida y en autopistas con poco mantenimiento o calles en mal estado tiende a seguir mucho grietas o a desviarse si las ruedas de cada lado no se encuentran en el mismo nivel.
Otro aspecto que valoro muchísimo son los frenos y su sensación. Por un lado, considero que no se fatigan tan fácil, lo que me sorprende pues algunos BMW más recientes han adquirido fama de todo lo contrario. Por otro lado, el tacto me parece excelente al no ser de esos pedales que casi con tocarlos ya “clavan” el coche. Por el contrario, reacciona con mucha más linealidad, hay una dureza muy agradable para ayudarnos a modular mejor la parada y el recorrido tampoco se alarga en exceso. Además, el ABS está muy bien calibrado y no entra con facilidad.
En otros apartados, destaco la calidad de iluminación de las luces tanto medias (HID) como altas (halógenas), pues dan mucha tranquilidad de noche. Me agrada que siendo un auto tan viejo, tenga sistemas como la iluminación de una zona adicional de los pilotos en caso de hacer una frenada intempestiva.
Por dentro
Queda por comentar la cabina, con una mezcla típica de BMW en donde juntan materiales de muy buena calidad y durabilidad con otros económicos, delicados e impropios de algo que nuevo le costó a su primer dueño 56,000 dólares. No es el más práctico tampoco… mi billetera no cabe en la consola central y siempre va en el bolsillo de la puerta. La guantera no es grande y tampoco es que me importe mucho, aunque compensa un compartimento profundo a la izquierda del volante. Y eso sí, el reposabrazos trasero tiene sendos portabebidas extraíbles y un cajón.
Está muy bien que paneles de las puertas y salpicadero están del todo mullidos y no presentan desgastes por la luz o agrietamientos, pero en la consola central, sobre los portavasos o las tapas de los portaobjetos, la superficie es muy fácil de rayar. Adicionalmente, el tejido negro del techo es una suave tela (opción “antracita”) que se despega de limpiar con un poco más de agresividad, en especial las dos líneas que cubren los airbags de tubo… en cada lavada tengo que estar pendiente de que no las dañen. Lo otro es que los trozos plásticos que gradúan las salidas de aire se sueltan con un leve exceso de fuerza, los soportes de las ventanillas son débiles y las palanquitas para graduar la hora o buscar en los menús “secretos” de los instrumentos son muy frágiles.
La postura de manejo es buena pero desde entonces ya han mejorado. Puedo ir sentado bajo, con las piernas no tan flexionadas y con un volante a la correcta distancia, aunque podría salir más en profundidad. Los asientos de adelante cuentan con apoyo lumbar, cabeceras de inclinación graduable además de la altura y extensión de la banca para darle mejor apoyo longitudinal a las piernas. Pese a tantos años, los cojines conservan un excelente soporte en viajes largos. El cuero no se conserva mal y solo hay un par de peladuras en el volante y en uno de los cojines laterales por la acción de entrar y salir.
Alguna particularidad ergonómica a ratos me despista, como los botones de los vidrios al centro o que los botones para apagar el DSC, mejorar la calidad del sonido de los parlantes harman/kardon o subir y bajar la persiana trasera, se encuentren uno al lado del otro sin aparente orden lógico.
Atrás es mejor para dos personas por el prominente túnel y además no sobra mucho lugar para las piernas, sin pecar de incómodo ni mucho menos. Eso sí, aclaro que solo he viajado en dichas plazas una vez. Si hablamos del maletero, da para el equipaje de cuatro si nos ponemos creativos… extraño mi anterior Honda Jazz en ese sentido pues los respaldos no son abatibles.
Y poco más me queda por comentar de este coche, una suerte de sueño alcanzable hecho realidad que espero, si la vida me lo permite, conservar por muchos años. Y gracias a todos los que se tomaron el tiempo de llegar hasta acá, pues amo hacer textos detallados y no precisamente cortos.
Desde que lo compré no es poco lo que le he invertido en mantenimiento y, de memoria, se le ha cambiado lo siguiente:
-Nuevo airbag del pasajero por llamado a revisión (gratuito)
-Arreglo del DSC por encendido del testigo. Cuando se le descarga la batería vuelve a desprogramarse. Se le sustituyó un sensor del ABS.
-Un soporte de la ventanilla del conductor
-Poleas y correas del alternador y el A/C.
-Cambio total del sistema de refrigeración incluyendo fanclutch, ventilador, radiador con su respectivo soporte, tanque de refrigerante y termostato. Eso porque el fanclutch se bloqueó por desgaste, hizo explotar el ventilador y fue toda una masacre que hasta el capó dañó.
Me ha gustado mucho leer la prueba, el coche tiene una pinta estupenda y espero que le dure muchos años. A poder ser, sin tener que cambiar muchas piezas más 🙂
Me encantan algunos detalles de esta serie, y más de esta unidad en concreto: el techo negro, los asientos deportivos, y el mando Steptronic con el accionamiento manual en el sentido correcto (empujar para reducir y tirar para subir, como el carril 3ª/4ª de un coche manual). Y personalmente creo que es el Serie 3 con un diseño más agradable (junto con el E36), por que luego se perdieron en la E90; afortunadamente vuelven al buen camino con la generación actual.
¿Cómo de relativos son los límites de velocidad en México?
Enhorabuena, tiene vd. un coche que me encanta, esa combinación de color, pilotos y llantas es especialmente afortunada, y ese interior es el ideal en ese modelo. Además leer su crónica es un placer, como casi todo lo que lleva sello mexicano. Me sumo a la pregunta de Clint Eastwood, y le hago otra:¿Como anda de consumo en esas rutas con límite de velocidad «relativo»?
Precioso este modelo!
Ese motor es una delicia, mi suegro lo tiene en un Z4 3.0i del 2004 y empuja que da gusto. Lo mejor de todo es el sonido que produce, sencillamente maravilloso, y para lo que anda, tampoco consume mucho. Le he sacado medias de 7,7 a ritmos legales (100-120), prácticamente lo mismo que mi Astra H 1.6 de 105 CV, y sobra decir que la satisfacción entre conducir uno y otro no tiene comparación.
Saludos.
Manuel, un placer leerle probando su coche.
Un verdadero placer leer su post. Disfrute de su coche y por favor, no deje de pasarse por aquí (o por acá) más a menudo, para seguir deleitándonos con su estilo ameno y preciso. Ustedes enriquecen nuestra lengua común, y me encanta que así sea.
Saludos cordiales.
Hola estimados, olvidé poner el consumo pero, hoy por hoy, promedia unos dramáticos 16,6 l/100 debido a que mis cortos trayectos urbanos duramente superan los 25 km/h, pero en carretera y a ritmos no precisamente bajos el mejor registro que le he visto es de 11,9. A velocidades constantes (100-120) es fácil verlo en los 9-10.
También olvidé mencionar que cuando se le cambiaron las poleas y correas del alternador y el A/C también sustituyeron un soporte del motor.
Empiezo a sospechar que en México también se «reparan»
los odómetros.
Y por cierto. …56.000 $ son muchos para un 330i en aquel año.
Más bien por debajo de 40.000. Y le garantizo algún extra más.
@8 los odómetros se trucan de manera masiva también en Alemania, aquí se estima que más de medio millón de coches al año (http://www.autobild.de/artikel/tachomanipulation-1600275.html – en alemán). Ocurre en todas partes, y usted no sabe si ese BMW en concreto se lo han hecho o no.
Si Manuel está contengo con su coche (¿y quién no lo estaría, si es uno de los que más hemos deseado muchos?), déjele disfrutarlo, ¿no? 🙂
@8
Espero que Manuel disfrute de su coche diga yo lo que diga.
Lo que no voy a hacer es engañar a nadie.
Se «reparan» en Alemania desde siempre. Pero no ellos, que dejan esas porquerías para el lumpen de turcos, italianos, portugueses y españoles entre otras florecillas.
Los rectos alemanes no hacen esas cosas.
Sencillamente es la base del boyante mercado de segunda mano.
Fíjese que no deja de ser curiosa su reacción (deje de tocar los…), pues así funciona el mercado.
Yo quiero un BMW, pero no puedo permitírmelo, lo compro usado y disfruto de sus 90.000 kms.
Casualmente el 95% de los vehículos adquiridos en ese canal son una fuente inagotable de averías impropias de su kilometráje.
Aún así el usuario creerá que los comentarios como el mio son producto de la envidia cochina, pues él encontró la «ganga» y yo no supe hacerlo.
Más claro no puedo decírselo.
El comentario 10 es para @9 Clint Eastwood.
Perdón.
«Los rectos alemanes no hacen esas cosas» no ellos son más de trucar homologación de emisiones.
Hola José,
Por supuesto que aquí reparan odómetros, de hecho sería más difícil determinar dónde no lo hacen.
En el caso de mi coche tenía toda su carpeta de servicios, los tiempos y el aspecto cuadraban con el número de kilómetros (la revisión fue profunda) y la verdad es que su anterior propietario es una persona de fiar. Los fallos que me han salido, que más que fallos también son temas de mantenimiento (o falta de), son MUY comunes en los E46, que siendo buenos coches, no son ningún ejemplo de durabilidad y hay que conocerle sus delicadezas para evitar sorpresas. Yo ya venía algo informado al comienzo pero a «golpes» me ha tocado conocer otros componentes que hay que cuidar más que el promedio, refiriéndome especialmente al sistema de refrigeración (el maldito fanclutch de las cajas automáticas). Por suerte hay foros de sobra para empaparse del tema.
Sobre el precio, es el que aparece en la factura original, aunque en mi país de origen (Colombia), eran aún más caros que en México y aún más caros que en Estados Unidos. Yo llegué aprovechando la depreciación y con la insensatez de estar dispuesto a mantenerlo.
Saludos,
Nada que objetar.
Disfrútelo.