El pasado 24 de julio, aprovechando que disponíamos de una unidad de Audi e-tron y otra de Jaguar I-PACE, realizamos una prueba comparativa entre estos modelos y nuestro Tesla Model 3. Sabemos que no son coches directamente comparables, pues el Jaguar y el Audi tienen una carrocería mucho más voluminosa y una masa mayor. Nuestro Tesla Model pesa 1922 kg, el Jaguar I-PACE pesa 2208 kg y el Audi e-tron, 2565 kg. Aun así, fue una buena oportunidad para reforzar nuestras impresiones de conducción de cada vehículo y, sobre todo, para constatar, bajo condiciones idénticas, los consumos y las diferencias entre sus progresos de carga en varias instalaciones de recarga.
Decidimos conducir desde Madrid (el punto de encuentro fue el circuito del Jarama, concretamente) hasta el cargador ultrarrápido de 350 kW que la empresa Ibil ha instalado recientemente en Lopidana (Álava), con la excusa de probarlo. Por el momento, es el único en funcionamiento en España que puede alcanzar una potencia tan alta en un puesto de carga. Nuestra idea inicial fue utilizarlo para recargar los tres vehículos y después deshacer el recorrido hasta Madrid.
El circuito del Jarama y el cargador de Ibil de Lopidana están separados por una distancia de 330 kilómetros. Si hubiéramos salido con las baterías llenas y conducido a una velocidad baja, los tres coches hubieran alcanzado el destino sin necesidad de parar a recargar. Sin embargo, la realidad de los eléctricos es, muchas veces, bien distinta. Primero, porque salir con una batería totalmente cargada desde un punto acordado es complicado, a menos que este sea un cargador (y los cargadores, de momento, no abundan). Además, como ya mostramos en esta entrada del blog, lo normal es que la potencia de carga disminuya mucho a medida que la batería va llenándose de energía (la progresión varía en cada modelo), por lo que suele ser necesario invertir mucho tiempo para llenarla del todo; hacer esto, habitualmente, no merece la pena desde un punto de vista meramente logístico.
Por tanto, la opción más razonable para llegar a nuestro destino había de incluir una parada intermedia. El punto elegido fue el cargador de 50 kW de potencia que la empresa Easycharger tiene en el Area de Servicio Tudanca, en la salida 153 de la A-1 (por el momento no hay muchas opciones alternativas). Con el Model 3 podríamos haber hecho una recarga mucho más rápida en el «supercargador» de Burgos, pero como nuestra intención era establecer una comparación directa entre los tres vehículos, también lo cargamos en las instalaciones de Easycharger. Los tres coches alcanzaron una potencia máxima de recarga cercana a 50 kW y los desenchufamos una vez consideramos que tenían suficiente energía almacenada para llegar a Lopidana. Solo el Jaguar nos dio ciertos problemas porque el proceso de comunicación entre el cargador y el vehículo no se realizó de forma automática, sino que tuvimos que contactar con Easycharger para que lo hicieran manualmente.
A lo largo de todo el recorrido entre Madrid y Lopidana, circulamos a la misma velocidad (de entre 120 y 130 km/h de marcador), con el climatizador en modo automático a 22 ºC y utilizando el modo de conducción Relax en el Tesla y Comfort en el Jaguar y el Audi. Siempre dejamos una distancia suficiente entre coches como para que la turbulencia creada por el precedente no afectara al consumo del que circulaba detrás. Con el objetivo de igualar aún más las condiciones, los conductores rotamos de coche tras la parada en el cargador de Easycharger y modificamos dos veces el orden de la caravana para que cada coche ocupara todas posiciones durante un tiempo similar.
Tras los 330 km de recorrido, el Tesla Model 3 fue, por enorme diferencia, el que menos consumió. De los otros dos, el Jaguar salió peor parado. A continuación aparecen los consumos por orden creciente.
- Tesla Model 3: 15,8 kWh/100 km
- Audi e-tron: 25,4 kWh/100 km
- Jaguar I-PACE: 26,3 kWh/100 km
Fue en este punto cuando nuestro plan inicial se fue al traste, ya que el Tesla, con el que no hemos tenido problemas para cargar en prácticamente ninguna ocasión, no pudimos cargarlo en Lopidana. Al iniciar la carga desde la aplicación para móviles de Ibil, la pantalla del Model 3 mostró el mensaje «Iniciando carga», para solo unos instantes después pasar a mostrar «Carga detenida». Lo intentamos varias veces, siempre con el mismo resultado. Durante nuestra estancia en el cargador, le comentamos el problema a dos ingenieros de Ibil que se hallaban trabajando en el lugar. Pocos días después nos enviaron, muy amablemente, un informe en el que explicaban el motivo por el que la carga de nuestro Model 3 no se había podido llevar a cabo.
El problema estuvo causado por una laguna en la programación que garantiza la interoperabilidad entre el cargador y cada vehículo eléctrico. Según nos han informado, actualmente no hay un programa de certificación oficial del sistema de carga CCS. Por este motivo, organizaciones como CharIN organizan eventos con asiduidad en los que fabricantes de vehículos y de infraestructuras de recarga se reúnen para realizar pruebas y comprobar la compatibilidad de funcionamiento de sus productos. Sin embargo, este sistema no es infalible, como explico en el próximo párrafo, y puede dar lugar a situaciones indeseadas para el usuario.
Algunos días antes de realizar la prueba, instalamos en nuestro Model 3 una actualización de programación que incluía un aumento hasta los 200 kW de la potencia máxima de carga en instalaciones ajenas a Tesla (hay mucha información sobre todas las actualizaciones de programación del Model 3 en esta entrada del blog). Todo parece indicar que esa actualización hizo que el protocolo de comunicación que hasta entonces habían utilizado el cargador de Ibil y el Tesla Model 3 ya no fuera válido. Cuando acudimos, Ibil aún no había actualizado su programa para adaptarse a las nuevas características del Model 3, ya fuera por desconocimiento de la situación o por falta de tiempo. Al no ser un problema de solución inmediata, recargar el coche ese día fue imposible.
En la misma comunicación en que Ibil nos envió el informe con estos datos, nos confirmó que ya había desarrollado una nueva versión de su programa informático para solucionar el problema y que un Tesla Model 3 había cargado en sus instalaciones sin incidencias a una potencia máxima cercana a 150 kW. Según Ibil, en la industria del vehículo eléctrico se espera que entre finales de 2019 y principios de 2020 haya entidades oficiales certificadoras del sistema CCS que simplifiquen los procesos de comunicación entre coches y puntos de recarga y aseguren la compatibilidad.
Tras el incidente, dimos por concluida la prueba con nuestro Model 3. Por suerte, teníamos autonomía suficiente para llegar al «supercargador» de Rivabellosa, aún en Álava, donde recargamos la batería antes de seguir el camino de regreso a Madrid. Con el Audi y el Jaguar no tuvimos problemas en sus respectivas recargas en Lopidana y completamos la prueba tal y como habíamos planeado. Aprovechamos la potencia extraordinaria de la instalación de Ibil e hicimos recargas completas para comparar la evolución carga de cada uno. El Audi cargó considerablemente más rápido que el Jaguar porque su batería admitió una potencia de carga superior y además esta no decayó tanto como en el Jaguar a medida que la batería se iba llenando. Todos los detalles están en los apartados de Consumo y recarga de la prueba del Audi e-tron y de la prueba del Jaguar I-PACE.
Próximamente regresaremos a Lopidana con el Model 3 para comprobar el funcionamiento de la instalación de Ibil. Cuando lo hagamos, publicaremos una nueva entrada con los resultados de la recarga.
*Los precios de uso de los cargadores mencionados en el texto son los siguientes:
- Ibil Lopidana (350 kW): 0,5397 €/kWh
- Easycharger (50 kW): 0,30 €/kWh
- Red de «supercargadores» Tesla (150 kW): 0,29 €/kWh