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Realizamos la revisión de los 30 000 kilómetros

El Clio que compramos el mes de abril debería haber alcanzado los 30 000 km, la cifra de la primera revisión, a mediados de julio según nuestros planes (o a mediados de agosto, contando el mes que el coche estuvo parado en el taller). Estamos haciendo menos kilómetros de los previstos y hasta el pasado 9 de octubre no hemos llegado a esa cifra. Es imposible no enterarse de que el coche tiene que pasar la revisión porque en el cuadro de instrumentos aparece un aviso desde que restan 1500 kilómetros para alcanzar los 30 000 km.

Desde que faltan 1500 km, aparece un mensaje avisando al conductor de que se aproxima el momento de hacer la revisión

El lunes 7 de octubre realizamos una llamada al concesionario oficial de Renault, Mezquita Motor situado en el polígono industrial La Tordecilla, calle Juan de la Cierva S/N, en la ciudad de Córdoba.  Al segundo intento pudimos conversar con el taller. Amablemente nos preguntaron por el día y la hora a la que deseábamos realizar la revisión, y la matrícula del vehículo. No pidieron ningún dato más.

Cuando restaba un kilómetro para llegar a los 30 000, de camino a Córdoba, se iluminó el testigo que hay en el cuadro de instrumentos que advierte de una avería. Es una luz roja que, circulando de noche, resultaba tan molesta que tuvimos que cubrir esa zona. La pantalla del cuadro de instrumentos recuerda que hay que «REALIZAR REVISIÓN». La luz no se apagó en ningún momento.

Luz de aviso y mensaje en el cuadro

Antes de iniciar el viaje al taller, realizamos una pequeña comprobación del estado de los neumáticos, de los discos y pastillas de freno, así como del líquido refrigerante, que estaba por debajo del mínimo. También llenamos el depósito del líquido limpiacristales hasta la señal del máximo. Además, antes de entrar en el taller bajamos 0,6 bares la presión de la rueda delantera derecha, dejándola a 1,8 en lugar de a 2,4.

Llegamos al concesionario a las 8.25 de la mañana, unos diez minutos más tarde de la hora que teníamos concertada. Accedimos por la puerta del taller y preguntamos en recepción. Una mujer muy amable nos indicó que para las revisiones teníamos que atravesar la nave principal (muy limpia y ordenada) y llegar al taller de mecánica rápida.

En esa zona del taller donde se hace la mecánica rápida (Renault Express) había dos personas trabajando. Tras los buenos días y una espera de 7 minutos, nos atendieron (nosotros llegábamos 10 minutos tarde sobre la hora asignada, su retraso podría ser culpa del nuestro). El mecánico nos indicó que si les proporcionábamos una dirección de email nos harían un descuento de 40 € en la revisión (en esta web están las bases de la promoción). Nos pidió que pasásemos a la zona del concesionario, donde otra persona tomó  nuestros datos e imprimió un cupón que dimos al mecánico.

A las 9:10 de la mañana recogieron el mando del coche, nos pidieron los papeles y presentaron el presupuesto. El precio total de la operación era de 118 €, con el descuento de 40 € incluido.  Desde que llegamos hasta que firmamos el presupuesto pasaron 45 minutos. Puede ser que tardaran más porque les dijimos que nos quedaríamos allí, pero nos parece un espera excesiva. Nos ofrecieron la posibilidad de llevarnos a algún punto de la ciudad sin sobreprecio.

El descuento de 40 € no nos lo pudieron aplicar porque la promoción era solo para particulares. El precio final de la revisión fue finalmente 135 € , de los cuales 101 € pertenecen a la revisión y cambio de aceite (Elf Evolution 5W40) y 34 € al filtro del habitáculo. En la factura se indica que nos han realizado un descuento de 39 € (sin ese descuento, habríamos pagado 174 €).

Como no entendíamos estas cuentas hemos llamado para que nos aclaren el tema del descuento. Resulta que existen dos tipos de revisiones, una básica de 135 €  (101 € del aceite y su filtro + 34 € del filtro del habitáculo) y otra llamada «Revisión Renault» por 158 €, que a la «básica» añade  un control de 35 puntos y la limpieza exterior del vehículo —gratuita—. A nosotros nos ofrecieron inicialmente la más cara porque con el descuento de 40 € resultaba más barata que la básica. Al final, como no pudieron aplicarnos el descuento de 40 € (porque la factura era a una empresa, no a un particular), nos cobraron la revisión «básica» (135 €). Lo de los 39 € que aparece como descuento, es un descuento ya incluido en los precios que aparecen en la Web de Renault.

A las 10:15 sacaron el vehículo del taller para llevarlo a un lavadero automático que hay en el propio taller. Que sepamos, ésta es la segunda vez que nuestro Clio es lavado en un túnel automático, ya se empiezan a ver las primeras marcas en la pintura.  Poco después, pasamos por la recepción y, tras explicarnos la factura, realizamos el pago.

 

Tras lavarlo, aparcaron el Clio en la recepción, lejos de la vista de las dos personas encargadas de cobrar e informar al cliente, en un lugar accesible por gente ajena al concesionario. Lo dejaron con el mando de arranque en su interior.

En la entrega nos informaron de que la próxima revisión sería a los 60 000 kilómetros, que tendríamos que cambiar el filtro del aire y revisar muy bien el estado de las pastillas de freno. Como acción de una campaña promocional, nos regalaron una bolsa de compra de Dacia.

Bolsa de regalo

El trato personal fue bueno, con amabilidad en la mayoría de los casos. Respecto a la revisión, consideramos que el trabajo realizado fue correcto aunque hay algunos aspectos que nos parecen mejorables. Los explicamos a continuación:

1.- En el taller pusieron un plástico para cubrir el asiento y un papel para no manchar las alfombrillas, sin embargo no cubrieron el volante.  De los seis vehículos que había en la zona de mecánica rápida solo uno tenía ese plástico. Sin embargo, en la zona de recepción de vehículos (donde aparcamos en un primer lugar) vimos cómo a dos vehículos les ponían el protector en el volante.

2.-  A pesar de preguntarles si estaba todo correcto, no nos informaron de que tuvieron que rellenar el líquido del refrigerante. Nosotros sabíamos que estaba por debajo del mínimo. El líquido refrigerante nuevo es distinto al que traía el coche, al menos su color (es verde en vez de amarillo).

Tuvieron que rellenar el líquido refrigerante porque estaba por debajo del mínimo.

3. Tampoco nos informaron de que había un neumático mucho más bajo de presión que el resto. En nuestro caso era porque lo habíamos desinflado intencionadamente, pero podría haber sido una señal de un pinchazo u otro defecto. Consideramos que procede una revisión del mismo o, por lo menos, ponerlo en conocimiento del propietario. Pusieron una presión de 2,6 bar en las ruedas delanteras. La presión recomendada por Renault para una utilización normal es de 2,4. Las traseras tenían la presión correcta, 2,1 bar.

4. No nos apuntaron la revisión en el manual del vehículo. Tener este apartado al día no nos supone ningún beneficio salvo a la hora de vender el automóvil. La persona que nos atendió en la recepción  nos dijo muy amablemente que ellos no abrían las guanteras de los clientes y que sentía no habernos sellado el libro. Tras dárselo nosotros, lo hizo.

La revisión la realizamos el jueves 10 de octubre. Hoy lunes 14, hemos recibido una llamada del taller para preguntarnos sobre su servicio y nos han realizado tres preguntas:

1. ¿Recomendaría el taller a un amigo? Las opciones de respuesta eran «completamente recomendable», «recomendable» o «en absoluto».

2. ¿Están satisfechos con el servicio? Las opciones de respuesta han sido «muy satisfechos», «satisfechos» o «nada satisfechos». Hemos respondido que sí estábamos satisfechos pero también hemos indicado nuestro descontento por alguna de las deficiencias.

3. ¿Ha tenido que volver al taller por el mismo problema? Hemos indicado que fuimos por una revisión, no por una avería. Entonces nos han dicho que la encuesta había terminado y la interlocutora se ha despedido cordialmente.

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