Capítulo IV. Jaén
Arjona, cuna de la dinastía Nazarí
Datos de Arjona
Superficie: 158,45 km²
Población: 5515 habitantes (2020)
Densidad: 35,73 hab./km²
Gentilicio: urgabonense o arjonero, -a
Arjona es una ciudad con nombre de apellido. En España hay prácticamente un 50% más de personas con el apellido Arjona que con el apellido Úbeda o Baeza. Sin embargo, la fama de Úbeda y Baeza supera con mucho a la de Arjona. Tanto es así, que en mi viaje por Jaén no hablo ni de Úbeda ni de Baeza, porque están en boca de todos. Sin embargo, Arjona, una población riquísima en historia y cuna del rey Alhamar, primer rey de la dinastía Nazarí, gracias a la cual tenemos la Alhambra de Granada, queda fuera de las guías de turismo.
Desconozco cómo se consigue que una ciudad adquiera fama y despierte la curiosidad de los visitantes. Supongo que el arte tiene mucho que ver. Y la historia. Aterricé en Arjona de casualidad, me llevé un baño de historia y todavía tengo dudas de si prefiero ir a una ciudad a que me cuenten miles de fechas y nombres o si prefiero leerlo desde casa.
En este viaje improvisado, en el que cada cruce es una aventura y una incógnita, nunca hubiera ido a Arjona si no llega a ser porque Encarni y Lorena, las dos mujeres que me cuidaron tan bien en el Balneario de Marmolejo, me hubieran recomendado encarecidamente la visita a Arjona. No sólo me la recomendaron, sino que me pusieron en contacto con Antonio Salas, director del Museo Arqueológico, que durante dos horas me dio varias lecciones de historia, mientras me mostraba diferentes lugares de la ciudad.
Todas las culturas han dejado huella
En el Museo Arqueológico de Arjona, según me dijo Antonio Salas, «tenemos elementos desde el paleolítico hasta nuestros días. Ininterrumpidamente. Lo que significa que Arjona, en la secuencia antrópica, que se llama, todas las culturas han dejado su huella.»
A mí, en esa huella de todas las culturas me interesan detalles que trascienden razas, religiones, reinados y fechas. Por ejemplo cómo conseguían agua los habitantes de Arjona, que en algunos períodos vivieron en su atalaya rodeados por hasta tres murallas. En la zona más alta de Arjona existe un aljibe almohade del siglo XII
– ¿El aljibe era para almacenar únicamente agua de lluvia?
– Sí, exclusivamente agua de lluvia. Toda el agua que caía en esta plaza se recogía en el aljibe.
– ¿Porque no había más agua aquí, no?
– Ese es un concepto muy erróneo que se tiene de Arjona. Prácticamente el 90% de las casas de Arjona tienen pozos de agua dulce. Aparte de tener el Guadalquivir muy cerca y gran cantidad de arroyos que hay por aquí, si algo ha tenido Arjona es estar elevada y tierras muy fértiles. Puede haber agua en una profundidad de 4 metros, tres metros… Arjona está plagada de cisternas romanas, aunque muchas de ellas desaparecieron porque se construyeron casas encima, pero la mayoría de casas tenían pozo. En el Museo Arqueológico (situado en la parte más elevada de la ciudad) tenemos un pozo.
Entiendo que el Guadalquivir pasa cerca, pero el agua no sube por arte de magia por una colina, salvo por capilaridad (que yo sepa, al menos) y entiendo que si es por capilaridad no se puede convertir en un pozo.
Así que la primera sorpresa que me llevo es que en una atalaya como Arjona, en una colina elevada 200 metros sobre la planicie, se consigue agua con pozos de 4 metros de profundidad. Tengo que enterarme de si ese fenómeno es generalizado o si es exclusivo de Arjona.
Soy arjonera y, aunque ya no resido allí, vivo orgullosa de haberme criado entre sus calles, de haber estudiado su historia movida por la curiosidad desde muy pequeña y por estudios universitarios de historia y arte, después. Ahora la visito cuando puedo y siento el placer de recorrer sus calles, sus plazas y la sorpresa por ir descubriendo nuevos detalles de su historia y arte. Mi enhorabuena al ayuntamiento, a Antonio Salas, a Eslava Galán y a todos los que de alguna manera contribuyen a que Arjona «se sienta».
Bonito pueblo con gran historia a sus espaldas.