Capítulo III. Asturias
Las carreteras y el Kia Sorento PHEV
Datos del Kia Sorento PHEV
Capacidad total de la batería: 13,8 kWh
Número de plazas: 7
Potencia máxima: 265 CV
Consumo homologado: 1,6 l/100 km
Longitud: 4,81 m
Caja de cambios: Automática
Tracción: 4×4
Combustible: Gasolina
Todas las carreteras asturianas contienen algo mágico. Probablemente las tenga mitificadas por las crónicas de rallyes que leía de pequeño. Sea por el motivo que sea, todas ellas hacen que sienta una emoción especial. Incluso la autovía de entrada desde el sur, la A-66, a su paso por Pola de Lena, hace que algo se altere en mi cuerpo mientras conduzco por ella. Por un lado está la felicidad de llegar a Asturias. Siempre me hace ilusión. Pero creo que no es sólo eso. Como si hubiera algo en el ambiente. En esa zona la autovía es prácticamente recta, en ligero descenso, encajonada y quizá no tenga nada de particular. Y me hace sentir bien.
Con todo, si tengo tiempo, para cruzar la frontera de entrada a Asturias, prefiero el Puerto de Pajares. La construcción de la vía que pasa por este puerto se inició en 1771 año capicúa cuyos guarismos emparientan con km77. Este puerto, cuyo trazado actual se mantiene esencialmente idéntico al dibujado en el siglo XVIII, ha servido durante siglos como principal nexo de unión entre León y Asturias, que es lo mismo que decir que entre la península y Asturias. Según El viajero Histórico, que enlazo arriba, «Atrás quedan las jornadas de grandes nevadas con incomunicación, las campanas del pueblo de Pajares tañendo para guiar a los caminantes entre la niebla (muy espesa, por experiencia propia) y los carruajes que tardaban entre cuatro y quince días en llegar a Madrid».
Las autovías terminaron con la incomunicación ancestral de Asturias que, a pesar del carbón y de su riqueza, tuvo una comunicación deficiente con el resto de la península hasta 1997, fecha en la que inauguró el desdoblamiento del Túnel del Negrón y que con el acceso fácil cambió definitivamente la fisonomía de los valles asturianos.
¡Un semáforo portátil con cuenta atrás!
El Puerto de Pajares me recibió con una niebla densa, como si no supiera que ya existe la autovía y que no le queda más remedio que competir. No aprende. Además, como ya somos modernos, en Pajares no suenan las campanas para guiar a los viajeros. Todo un desatino, que yo disfruto. Sólo me molesta que los carteles tengan miles de adhesivos y que no estén impolutos. Quedan muy feos en la foto. La niebla, las curvas, los hitos kilométricos, el paisaje por la vertiente leonesa que no tiene niebla cuando paso, con la luz del atardecer, y todos los detalles de la subida y la bajada se me pegan a la piel y vienen conmigo hasta que los escribo. En la subida me encuentro con un semáforo de quita y pon que interrumpe alternativamente la circulación en uno y otro sentido, debido a obras en la carretera. ¡Un semáforo en Pajares con cuenta atrás! Se me antoja una modernidad anacrónica en esta carretera. Pega mucho más el sistema tradicional que consistía en que el último coche que circulaba en cada sentido tenía la obligación de llevar un palo hasta el otro lado, para dárselo al encargado. ¡Un semáforo y con cuenta atrás! En el Puerto de Pajares. No sé a dónde vamos a ir a parar.
Para estar en sintonía con estos tiempos modernos, el viaje a Asturias lo hago con un Kia Sorento PHEV, es decir, híbrido enchufable. Decimos en km77 que para que tenga sentido la adquisición del Kia Sorento PHEV «es indispensable hacer uso (frecuente) de su faceta de coche eléctrico.» Es decir, traducido al castellano: es indispensable enchufarlo todos los días (o casi), unas cuatro horas. Estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación de Alfonso Herrero. No es una afirmación con validez exclusiva para el Sorento, pero es plenamente válida también para este híbrido enchufable. La batería del Sorento PHEV y su motor eléctrico de 91 caballos de potencia permiten realizar recorridos diarios de hasta unos 50 kilómetros sin necesidad de recurrir al combustible y con soltura suficiente en carreteras con poca pendiente.
Si, como en el caso de mi viaje a Asturias, no se utiliza la batería eléctrica, el consumo de combustible se eleva hasta 8,5 litros cada 100 kilómetros y ni hay forma de amortizar la diferencia de precio con las versiones del resto de la gama, ni tiene ningún sentido para reducir las emisiones contaminantes. En mi viaje a Asturias no tuve acceso a enchufes y no pude aprovechar ninguna las ventajas de un híbrido enchufable.
Problemas de infraestructura de carga de vehículos eléctricos aparte (para este coche sirve un enchufe cualquiera para cargar la batería despacio por la noche o durante la comida), disfruté mucho al conducir el Sorento por las carreteras Asturianas. Como también decimos en km77, la suspensión es firme. A mi juicio, la suspensión junto con la dirección, tienen un equilibrio impecable que permite disfrutar del tacto del coche, especialmente de la dirección, en carreteras de curvas.
He pasado por muchas carreteras disfrutables en Asturias (me permito llamarlas disfrutonas muchas veces, porque en mi imaginación las carreteras también disfrutan cuando quienes pasamos por ellas prestamos atención para notar la respuesta del coche en cada movimiento de las manos y de los pies, en la dirección y en los pedales. La mayoría de las carreteras asturianas tienen curvas y también tienen el firme en buen estado. Son disfrutables y disfrutonas. Seguro.
Tacto excepcional
A pesar de que el Sorento es un coche grandote, con un maletero voluminoso y un peso elevado, al conducirlo, gracias a la suspensión, la dirección y potencia suficiente, no da sensación de coche pesado. No es un coche ágil por carreteras ratoneras, y algunas en Asturias lo son y mucho, pero sí es un coche con un tacto excepcional en carreteras amplias con curvas, como predominan en Asturias. La misma sensación que tuve con el XCeed en Alicante la he tenido con el Sorento en Asturias, a pesar de la diferencia de tamaño y peso.
La carretera más aburridas de Asturias son las autovías que recorren el Principado de este a oeste. Entiendo que son necesarias y útiles. Las he utilizado para ir desde Taramundi hasta el Collado Pandebano, porque llegaba tarde. Pero son autovías insípidas. En cambio carreteras deliciosas hay a tropel. He disfrutado el Puerto de Pajares, por supuesto, la N-632a que va por la costa desde un poco más allá de Cudillero hasta que enlaza con la N-634, la AS-21 desde Vegadeo a Taramundi, en los dos sentidos. En Picos de Europa, la AS-264 bordeando el río Cares y la CA-1 que sigue el río Duje. Esta probablemente sea una de las carreteras asfaltadas con curvas cerradas en mayor pendiente por la que haya pasado en mi vida. La carretera del Fito y todas las que siguen hasta llegar al Nalón, a las minas de carbón situadas en la cuenca del río y hasta su nacimiento y el Puerto de Tarna. Por si alguien se queda con ganas, la bajada del puerto de Tarna por León, también es suculenta. Me quedé con las ganas de subir el Angliru. Nunca he pasado por esa carretera. Otra vez será.
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(En la galería de fotos, las imágenes están ordenadas de forma cronológica, con pies explicativos. En la primera foto se ve León, justo antes de entrar en Asturias y en la última también se ve León, todavía desde Asturias)