El Volkswagen ID.7 —un turismo eléctrico de cinco puertas y 4,96 metros de longitud; más información y prueba—, ha tenido unas reacciones correctas en las pruebas de eslalon y esquiva. Hemos probado la versión de un motor, tracción trasera y 286 CV (ficha técnica).

En el eslalon, la carrocería del ID.7 se balancea poco, aunque no se percibe ir a los mandos de un vehículo ágil. El cambio de sentido se realiza con mayor facilidad de lo esperado (por el tamaño exterior del coche) gracias al pequeño radio de giro. El tiempo final, de 23,8 segundos, es más que decente para un vehículo de estas características.

En la maniobra de esquiva, solo conseguimos hacer una pasada limpia, la primera. Fue a 74 km/h. El resto de intentos fueron fallidos. Había mucho subviraje a la salida del segundo tramo de conos y eso nos impedía entrar bien en el último sector. La intervención de las ayudas electrónicas es muy notable y además no ejecutan su labor con tanta precisión como en otros modelos con ayudas tan intervencionistas.

En general, al Volkswagen ID.7 le damos un aprobado porque no tiene reacciones inseguras o difíciles de predecir. Pero no es un coche ágil en estas pruebas y si las ayudad electrónicas estuvieran un poco más refinadas, seguramente habríamos pasado la esquiva a mayor velocidad.